Al levantar la vista, Julieta se sorprende de ver a su Jefe con la vista clavada en ella, una mirada que no puede descifrar, pero que al menos por unos segundos no parece ser la mirada fría que parece ser la única que tiene para todo el mundo. Por un momento intenta descifrar la razón de que la esté mirando de esa manera, pero al ver que él voltea el rostro al notar que ella la ha descubierto, el desprecio que siente por él vuelve a surgir con aún más fuerza. Probablemente la única razón por la que la ha mirado de esa manera es porque no considera que una simple modelo deba estar en ese evento donde los ricachones se cojean, lo cual sólo provoca en ella la decisión de ir hacia él y dejarle en claro que ella es tan digna de estar en ese lugar como cualquier otra persona.
—Buenas noches señor Steinberg, al verlo he sentido la obligación de saludarlo, aunque tal vez sea una sorpresa verme en un lugar como este —consulta la modelo parándose firme delante del empresario que al—¿Y bien, fuiste capaz de hallar algo interesante sobre esa modelo de cuarta? —pregunta Carolina al ver entrar a su asistente en la oficina.—Verifique cada una de sus referencias y todos hablando maravillas de ella, incluso miré cada uno de esos trabajos, videos, fotos, revistas, y realmente ha hecho un gran trabajo —anuncia la joven asistente acomodándose con nerviosismo sus gafas al saber que su jefa estará muy contenta de recibir esa noticia.—¿Así que solo has venido a decirme que no has sido capaz de cumplir con el trabajo que te encargué? —reclama la empresaria apretando los labios con disgusto, le encargó a la muchacha encontrar información que comprometida a Julieta, y así poder idear una manera de sacársela de encima. No solo por atreverse a desafiarla, sino por haber echado a perder su estrategia para comenzar su conquista de Ariel.—Hay algo… aunque no sé si sea lo que busca —comenta la asistente desesperada por complacer a su Jefa.
—La verdad es que creo que estás mucho mejor sin él, amiga. ¿Quién necesita de un hombre que ni siquiera es capaz de serte fiel? —afirma una mujer de corte carré tomando un sorbo de su capuchino.—Sé que ahora estoy mejor, bueno al menos en haber descubierto como era antes de haberme casado, pero aún así sigo algo dolida, volver a estar sola al despertar, al cenar. La verdad es que me había acostumbrado mucho a tener a alguien a mi lado —murmura Julieta soltando un suspiro de pesar por la decepción de su fallida relación.—¡No necesitas de un hombre, ni de ninguna otra persona para ser feliz! Solo tienes que empezar a valorarte y a pensar que en ti está todo lo que necesitas para sentirte plena —afirma la mujer que ha viajado horas para poder estar acompañando a su amiga en ese difícil momento.—¡No digas idioteces, Malena! ¡Justamente porque me valoro no me quedé en donde no soy amada, estoy harta de escuchar que una tiene que ser autosuficiente,
—¿Entonces le ha gustado el trabajo que hemos hecho? —pregunta el fotógrafo a su Jefe quien aún no levadizo ni una sola palabra sobre el trabajo.—Estoy conforme, has sido capaz de capturar la esencia de Julieta, aunque claro que ella tiene mucho que ver en él resultado —responde Ariel contemplando las fotos que están dispersas sobre una de las mesas del estudio.—Lo sé, le dije a esa chica que tiene luz propia. Uno al verla en esas fotografías es como si ella te estuviese hablando, su mirada, su expresión, todo parece ser capaz de transmitirte un sinfín de sentimientos —afirma el fotógrafo con una enorme sonrisa de satisfacción, no sólo por el cumplido de su Jefe sino por poder contar con esa impresionante modelo.—Sí, tiene un gran talento, habiéndola puesto a prueba con esa primera sesión, ahora ya podemos comenzar con la campaña, Gabriel —señala el Jefe con cierto entusiasmo al haber recibido mejores resultados de los que esperaba.—Por su
—¡Ya han pasado dos horas! ¡Dime qué sabes de tu amigo! —exige Carolina entrando como una tempestad a la oficina de Daniel.—Sé muchas cosas sobre él, pero no estoy seguro de a cual te refieres —responde el hombre con una sonrisa divertida si levantar la vista d ellos papeles que tiene sobre su escritorio.—No te hagas el idiota, me refiero a que por dramático llevó a esa modelo a la clínica, siendo él lo debieron haber atendido de inmediato. Así que no justifico por qué razón aún no ha vuelto —reclama la mujer golpeando el escritorio con furia.—¿Has intentado llamarlo? —pregunta Daniel disfrutando de que esa mujer sepa lo que es que las cosas no estén bajo su control.—Por supuesto que lo he llamado, le he dejado más de dieciocho mensaje, pero por alguna razón sea empecinado en no dar señales de vida —reclama la mujer mirando al gerente como si fuese a asesinarlo.—No puedo culparlo, yo tampoco respondería las llamadas de una
—¿Y bien? ¿Qué es lo que tienes pensado hacer con tu hijo? —cuestiona Alicia Steiberg sentándose a la mesa del amplio comedor en el que su marido está almorzando carne de res con papas a la crema.—No sabía que tuviera que hacer algo —murmura el hombre sin mucho interés en el tema.—Debe ser porque no has visto esto —reclama la mujer extendiendo su teléfono en el que se reproduce el video de la nota sobre la modelo escaladora—. Tienes que hacer algo urgente, Fernando.—Es una linda mujer, de todas formas solo están hablando, y aunque haya habido un poco de coqueteo no nos incumbe. Ariel no es un niño, y lo ha demostrado —reclama el padre mirando a su esposa con reproche ya que como siempre está exagerando las cosas.—¿Es todo lo que dirás? Quizás Ariel ya no sea un niño, pero aun así es nuestro deber protegerlo de las mujeres de esa calaña. ¿Acaso no te preocupa que tu único heredero se case con una vividora que luego al divorciarse se lleve e
Al escuchar que alguien golpea la puerta de su apartamento, Ariel levanta la vista por un segundo de su Laptop en la que está tecleando rápidamente, aunque vuelve a bajarla ya que no desea ser interrumpido. Pero al repetirse los golpes de una manera insistente, se levanta del sillón y se dirige a la puerta al reconocer de quién se trata.—¿Acaso pensabas ignorarme? —pregunta Daniel ingresando al interior del departamento sin siquiera esperar una invitación.—No encuentro una razón por la que tuvieses que venir hasta aquí —resopla el empresario cerrando la puerta y volviendo a su tarea en la computadora.—Luego que te fuiste con Julieta no volviste a la Agencia, así que he venido para enterarme de cada detalle de lo que has hecho toda la tarde con ella. Pues no creo que te haya tomado todo ese tiempo en la clínica, a pesar de que a Carolina le hice creer eso, esa mujer estaba hecha una furia —indica el amigo sirviendo un par de vasos con whisky y pasándo
—Te lo aseguro, si no hacemos algo pronto vamos a ver a nuestro hijo casada con una don nadie. No puedo creer que así no te preocupe —reclama Alicia mirando con severidad a su marido mientras almuerzan en un restaurante.—Y yo no puedo creer que sigas obstinada con ese asunto, Ariel ya no tiene, cinco, diez o quince años para que lo controles como si fuera un muñeco. Él ahora es un hombre capaz de tomar sus decisiones, y de hacerse responsable de los beneficios o consecuencias que conlleven —afirma Fernando bebiendo de su copa de vino.—¡No estoy tratando de controlarlo! Solo quiero que elija una buena mujer, alguien de buena familia, te imaginas como quedaríamos si se terminara casando con una cazafortunas, seriamos el escarnio público. Ya lo veo en todos los titulares, sería una vergüenza para nuestro apellido —lamenta la mujer con una expresión escandalizada de solo imaginarlo.—Creo que te estas preocupando por nada, la verdad es que me da lo mismo
—Es un bello día para disfrutar de un buen trago en la costa, ¿Verdad Guillermo? —exclama Julio sentándose debajo del quincho en el que su invitado está bebiendo una piña colada.—Espero que no te moleste que haya empezado sin ti, pero es que estos días del año siempre resultan muy estresantes. Los preparativos para la semana de la moda en París lleva meses de trabajo anticipado, trabajo duro y agotador —comenta Guillermo Juarez señalando la silla a su lado para que tome asiento.—Oh, no te preocupes. A veces uno necesita un poco de ayuda para hacer la realidad un poco más tolerable, y el alcohol es una buena opción, o al menos mi favorita —afirma el señor Steinberg tomando asiento para disfrutar de la suave brisa marina que refresca su cuerpo.—Eres un hombre mucho más ocupado que yo, así que debes saberlo mejor. Tengo que confesar que me ha sorprendido tu llamado, creí que no querías que nos vieran juntos por temor a que nos relacionaran —dice el d