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Cap. 6: Estrategia

—¿No crees que este vestido te quedará espectacular? —pregunta una mujer rubia tomando un hermoso vestido de noche negro.

—¡No! ¡No quiero parecer una viuda, Stella, quiero algo más vivo, que nadie pueda quitar su mirada de mí! —responde Carolina arrugando la nariz con disgusto ante la propuesta de su amiga.

—Ya hemos recorrido seis tiendas, amiga, sé que estás interesada en ser el centro de atención, pero aunque te pusieras una cortina quedarías hermosa. Tú eres de esas mujeres a las que todo les queda bien —insiste Stella que si bien le encanta ir de compras no quiere perder más tiempo considerando todo los que les resta para estar preparadas para el evento.

—Gracias, amiga. Pero no me interesa tanto ser el centro de atención, solo me interesa la mirada de una persona, es por eso que tengo que encontrar el vestido perfecto. Es la primera oportunidad que tengo de estar en una especie de cita con él, y no pienso desaprovechar esta oportunidad —determina la mujer pasando de prenda a prenda sin poder hallar lo que busca.

—Si ha sido capaz de resistirte por tanto tiempo, debe ser como dicen de él, que es de hielo. Ya que no puedo recordar ni a un solo hombre que no pudieras conquistar —comenta la amiga recordando a unos cuantos hombres que quedaron perdidamente enamorados de Carolina.

—Puedo asegurarte que he intentado todo lo que una mujer puede hacer para captar la atención de un hombre, pero él simplemente parece no verme. Al principio llegué a molestarme al considerar que se creía demasiado para mí, pero al conocerlo con el tiempo noté que solo parece haber cerrado su corazón por algo que ha vivido en el pasado, y hasta ahora no he encontrado ni una sola grieta por la que entrar —resopla Carolina con la cabeza gacha.

—Esos son los más difíciles, solo alguien enamorada o muy interesada se molestaría en sufrir el rechazo y la frialdad con la que son tratadas hasta que logran conquistarlos. ¿Así que estás muy enamorada o interesada en su influencia y fortuna? —pregunta Stella siendo quizás más directa de lo que debería, incluso a pesar de estar hablando con su amiga de toda la vida.

—La verdad es que no puedo decirlo con seguridad, aunque supongo que no es un crimen que sea un poco de ambas cosas —responde la empresaria encogiéndose de hombros mientras toca la fina tela de un vestido verde esmeralda. 

—Bueno, la verdad es que tu jefe no es el único al que puede catalogar de tener un corazón de hielo. Me esperaba una confesión de amor, que me dijeras con los ojos brillosos todo lo que amas de él, pero hablas como si se tratara de un trato de negocios —reclama la amiga de rostro bronceado apretando los labios con reclamo.

Carolina guarda silencio por un momento ante ese planteo, hay varias cosas que admira de Ariel, y que la han llevado a querer algo con él. Pero no cree que eso sea suficiente para decir que se encuentra enamorada, aunque con lo cerrado que él es no puede culparse por no tener un sentimiento mayor al de atracción y admiración. Espera que a partir de esa noche eso pueda cambiar, y quizás sus sentimientos también puedan ir fortaleciéndose, aunque como ha comentado su amiga, todo el esfuerzo que está haciendo para atraerlo podría terminar en solo otro rechazo.

—Creo que todo en la vida es un trato, uno en el que buscamos recibir los mayores beneficios, y evitar los daños posibles. Y en una relación no es diferente, es por eso que he procurado buscar la mejor opción, y se llama Ariel Steinberg —determina Carolina con tanta normalidad como si estuviese en una junta de negocios.

—Es tan propio de ti ese tipo de respuesta, siempre viendo todo a tu alrededor de esa manera tan fría y calculadora. ¿Y crees que vas a lograr algo en ese evento teniendo tantas personas alrededor? —comenta Stella queriendo ayudar a su amiga a lograr su objetivo.

—No, en ese evento solo me tengo que preocupar de ganarme su morada y que note que hay muchos interesados en mí. Pero luego de los saludos de rigor y haber estado el tiempo suficiente para que todos sepan que estuvimos presentes, le propondré ir a otro lugar, sé que él estará desesperado por salir de allí así que no rechazará mi propuesta —revela la empresaria con una gran sonrisa al no dudar en su plan que ha estado tramando desde que recibió la noticia de que acompañaría a Ariel a ese evento.

—¿Qué te hace pensar que no aprovechará esa oportunidad para dejarte en tu casa e irse? —cuestiona Stella previendo esa reacción por parte de Ariel.

—Lo pensé, pero si queda de acuerdo en salir del evento para ir a cierto lugar conmigo, lo hará. Es un hombre de palabra así que no intentará escapar de mi —afirma Carolina sabiendo que por eso ese evento se ha convertido en su mejor oportunidad para acercarse a él.

—¿Y a dónde lo llevarás? —pregunta la amiga con curiosidad, considerando que el lugar elegido podría ser el que determine el éxito de ese plan.

—A cenar, por supuesto. En el evento no comerá porque lo van a estar abordando continuamente por haber logrado hacerse con la campaña de publicidad de  Jaguer, y aunque tuviese tiempo tampoco comería al estar tan cerca de su padres —informa la empresaria observando con los ojos brillosos un vestido turquesa cola de sirena que cree es exactamente lo que estaba buscando.

—Vieja zorra, has pensado en cada detalle, ese hombre se merecería un premio si logra escaparse de tus garras. ¿Y a qué restaurante fino vas a llevarlo? —exclama la mujer admirando la astucia de su amiga.

—A ningún restaurante fino, a él no le gusta ese tipo de lugares. He contactado a unos amigos y he  conseguido un mirador al lado del lago, estoy segura que le encantará, a él le gusta la naturaleza y estar lejos de la vista de los demás. Además de que sé que le sorprenderá, no se va a esperar algo así, con eso voy a lograr que baje la guardia —informa Carolina tomando el vestido y comenzando a ponérselo en el probador.

—Y entonces te le lanzas encima, ¿Verdad? —murmura Stella quedando encantada al ver el vestido en su amiga, está segura que con el peinado y las joyas adecuadas se convertirá en la figura más admirada de ese evento.

—¡No! No puedo presionarlo directamente, es como tratar con un cliente difícil, debes ir conquistando de a poco. Hay que ser paciente, porque un paso en falso podría echar todo a perder, pero esta noche con todo lo que he planeado lograré que se fije en mí, y luego me tocará seguir de a poco, ya no estará tan cerrado, lo cual de por sí sería la clave para lograr una relación con él —sostiene la empresaria mirando conforme el reflejo que el espejo le devuelve.

—Lo conoces muy bien, pero quizás tengas que considerar la posibilidad de que las cosas no salgan como esperas. A veces una planea algo, pero a la vida se le ocurre echarnos a perder todo poniéndonos en el camino algún improvisto —advierte Stella a quien si bien el plan le resulta casi infalible, sabe por experiencia propia que nunca hay que dar nada por sentado.

—He considerado cada posibilidad, y tengo planificado un plan de respaldo para cada una de ellas. Él no se me va a escapar, a partir de esta noche Ariel comenzará a mirarme con otros ojos, puedo asegurártelo —responde a mujer confiada de tener todo bajo control, a ella nada se le pasa por alto, si se decide a conseguir algo, lo hace, siempre ha sido así.

—Al menos tienes la ventaja de caerle bien a sus padres, ese sería otro gran punto a favor. ¿No crees? —señala la amiga considerando que caerle bien a esos dos es de por sí todo un logro.

—Podría serlo más adelante, pero hoy tendré que evitar compartir demasiado tiempo con ellos. Ariel no quiere tener nada que ver con ellos, solo asiste a este evento por obligación, así que la opinión favorable de ellos podría provocar en él que quiera rechazarme solo para llevarles la contraria —sostiene Carolina que no está segura de no lograr algún comentario directo de Alicia Steinberg, esa mujer jamás ha comprendido el significado de la palabra silencio.

—¿Y crees que serás capaz de esquivarla? Tratar de evitar a esa mujer es como tratar de escapar de la muerte, es muy parecida a ti en lo testaruda, cuando algo se le pone en la cabeza nada la hace cambiar de opinión —menciona Stella pagando en la caja la ropa que se ha comprado para lucir esa noche.

—Lo he pensado, sé que Ariel saludará a sus padres y bien entré al salón, para así poder liberarse de ellos por el resto de la noche. Así que al ingresar yo le propondré posar para las fotografías, él solo accederá a tomarse un par de fotos y luego querrá escapar de las cámaras, pero yo me quedaré allí con la excusa de que sería bueno para la campaña de Jaiger que me vean usando uno de sus vestidos. Él aceptará con tal de escapar de los flashes, y una vez que lo vea lo suficientemente lejos de sus padres me uniré a él —revela la empresaria con una gran sonrisa al haber pensado incluso en eso.

—¿No crees que Alicia insistirá en conocer a la pareja que su hijo ha llevado al evento? —cuestiona la amiga preocupada por esa mujer a la que nada parece pasársele por alto.

—Probablemente, pero yo procuraré alejarla de Ariel quien seguramente estará hablando con otros invitados. Y si luego me pregunta qué quería su madre, le diré que era sobre el vestido, y algunos halagos —sostiene Carolina, ha repasado mentalmente una y otra vez lo que piensa hacer, las palabras que piensa decir, y está segura de que nada ni nadie será capaz de alterar su estrategia, ni siquiera Alicia Steinberg. Desde esa noche comienza su conquista del Ceo de hielo, y piensa tener éxito sin importar lo que le cueste.

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