— ¡Leandro no puedes hacer esto! Debes esperar unos meses o un año al menos, ten un poco de decencia, de lo contrario la señorita Jhons será juzgada de mala manera en nuestro círculo social. — Pedía Matteo Carletti preocupado por Miranda. — Me apena decir esto, pero lo que dice tu padre es cierto hijo. — Comentó la señora Stefany, madre de Leandro. — Ha pasado muy poco tiempo desde que se hizo público tu divorcio. Leandro suspiró posando su mano derecha en el borde del mismo sector en su frente. El CEO Carletti se sintió decepcionado. Sabía que sus padres no lo iban a tomar de buena manera, pero tampoco esperaba que ambos estuvieran de acuerdo en que sus decisiones eran un error. ¡El solo quería ser feliz! ¡Por Dios!¡Leandro Carletti se había atrevido nuevamente a intentarlo! Había una persona que despertó en él ese deseo de avanzar, de amar con todo su corazó
10: 00 pm. El el bar del club que Mason y su primo frecuentaban junto a Leandro. El CEO dueño de la agencia AM MILLER se encontraba tomando unos tragos mientras esperaba a su primo. CLAK ~ Una vez la puerta se abrió ingresó Thomas. — ¿Por qué me has llamado aquí de emergencia tonto? ¡Desperdicié mi noche! Estaba a punto de llevar a la cama a una linda chica que conocí en una fiesta de la compañía familiar~ — Reía el hombre de cabello oscuro ondulado mientras llevaba una copa de whisky en su mano derecha y se acercaba hacia su primo Mason. — Solo siéntate, hay algo importante que quiero hablar contigo. — Pidió Mason amablemente. — Jajaja~ ¿Tú hablar conmigo de algo importante? — Preguntó Thomas deteniendo sus pasos justo frente a Mason, para después apoyar su mano libre en la frente de su amigo. — ¡No tienes fiebre! Entonces ya perdiste la cabeza Jajaja~ — Se reía el hombre d
Rouse había terminado de vestirse para salir ese domingo junto a Leandro. Ella se encontraba en su habitación con su asistente Alice. — ¿Está todo listo señorita Becker? ¿No olvida nada necesario? — Preguntó la asistente preocupada. — No, yo solo… — Rouse hizo una pausa cuando posó su hermosa mirada azul en la mesita con flores decorativa que se encontraba en su dormitorio. Dicha mesita, tenía al lado del glamuroso jarrón el paquete que anteriormente le había dado el CEO Miller. Rouse caminó rápidamente y sostuvo la bolsa en sus manos dirigiéndose a su cama y sentandose sobre la misma, fue entonces que sacó la caja decorada de dorado y comenzó a abrirla. Alice guardaba silencio expectante. Finalmente la asistente vió una caja de perfume de color fucsia. — ¿Ah? ¿Eso era? Un… Perfume… — ¿Qué te imaginabas? — Preguntó Rouse sonriendo.
"¿Debería usarlo?" "Lo he traído hasta aquí… En unos minutos será el almuerzo" Pensó Rouse en la habitación que le habían asignado, eso en la mansión de los padres del CEO Carletti, mientras sostenía en sus manos el perfume que le obsequio su ex jefe, Mason Miller. — Rouse, ¿Ya estás lista? — Preguntó Leandro que la estaba esperando en el anexo del dormitorio. — No, en unos minutos… — Contestó ella a grandes voces para rápidamente sentarse sobre la cama y atar sus sandalias. — Oh rayos, esto es cada vez más incómodo contigo creciendo bebé~ — Habló ella con su pequeño mientras terminaba de colocarse sus zapatos. Rouse se puso de pie y se dirigió al anexo. Leandro vio el hermoso vestido corto, amarillo, de hombros descubierto que usaba Rouse, ella utilizaba una bella gargantilla con un dije de una rosa bañada en plata. El cabello "rubio" y ondulado de la bella ex modelo iba su
— ¡¿Por qué no nos dijiste nada Leandro?! — Preguntó Matteo Carletti exaltado. — ¡Somos tus padres por el amor de Dios! ¡Debiste contactarnos! ¡Jamás pensé que ella fuera capaz de algo así! ¡Miranda Jhons me ha decepcionado completamente! ¡Me ocuparé yo mismo de hablar con—— ¡No hace falta! — Exclamó Leandro interrumpiendo a su padre. — Yo ya me he ocupado de todo ese tema, no soy un niño que tiene que correr a sus padres cada vez que tiene un problema. Los amo, pero, hay cosas con las que tengo que tratar yo mismo. — Oh mi niño, pero no decirnos… Eso fue… Tan cruel… — Decía con su voz entrecortada doña Stefany, madre de Leandro. La señora mayor se acercó hasta su hijo y apoyó sus manos en las mejillas de él. — Cariño nunca más vuelvas a lidiar con ese tipo de cosas por ti mismo, somos tus padres, tu familia, puedes contar con nosotros y— — Lo siento mamá. — Interrumpió Leandro disculpándose mientras veí
Tock, tock~ — ¿Rouse está todo bien? — Preguntó Leandro Carletti golpeando a la puerta del cuarto de baño. …..En el interior del mismo, Rouse se puso nerviosa al escuchar la voz de su novio llamándola. "¡Ay no!""No puede verme así!""Ya debería haberme duchado" Pensó ella decaída viéndose en el espejo. Su cuerpo estaba aún más empapado ahora debido a todo el sudor de ella forcejeando con el vestido mientras se lo intentaba quitar. …..Del otro lado de la puerta, Leandro ya estaba perdiendo la paciencia y su preocupación no hacía más que aumentar. El frunció el ceño y se cruzó de brazos apoyando su espalda a la puerta. — Si no me respondes me veré obligado a llamar al ama de llaves Rouse, abre o al menos hazme saber que te encuentras bien, ¿A caso tuviste un problema? — Preguntó él intentando tener una r
Los labios de Rouse se alejaron lentamente de los de su novio. — Puedes quedarte y… podrías aprovechar también de la tina junto conmigo~ — Sugirió ella con una sonrisa coqueta mientras su mano se apoyaba en la parte frontal del pecho de ese apuesto italiano. — Eres buena provocándome… — Sonrió él viéndola fijamente.Leandro apoyó sus manos sobre las caderas de Rouse.— Tomaré eso como un "Si quiero, mi amor" — Comentó Rouse sonrojada mientras ahora sus manos se habían dirigido al saco de totalidad oscura que llevaba puesto su novio. Ella comenzó a quitárselo mientras seguían viéndose fijamente y con…pasión. Leandro detuvo las manos de Rouse alejando las mismas de él lentamente. — Si quiero, mi amor. — Comentó él dulcemente para seguidamente quitarse sus ropas de encima. ¡Nervios! Ella no sabía ni a dónde dirigir su mirada al ver a tan apuesto h
*****•••••*****•••••*****•••••*****•••••>>> Rouse: Mi primer experiencia sexual fue más incómoda que dolorosa, pero era una colegiala enamorada y cedí por completo al chico que era mi primer amor. Después de eso, cada vez que teníamos relaciones, sentía que éramos los únicos en el mundo, quería que tomara todo de mí y soñaba infantilmente con un perfecto futuro a su lado. ¡La vida me golpeó con fuerza! No se hizo como soñé, terminé llorando la muerte de mi padre, sufriendo la enfermedad de mi madre y la infidelidad de mi novio. Terminé trabajando de una y otra cosa recogiendo el dinero necesario para sobrevivir un mes más. Fui reclutada para la agencia AM MILLER y las cosas comenzaron a marchar un poco mejor hasta que comenzaron a llegar mejores chicas, más hermosas, más fotogénicas, más experimentadas y más dispuestas a cualquier cosa para escalar a lo alto.