Capítulo 1. Como se forma una CEO.

Mackenzie.

Boston, 2020, Torre O ´Sullivan.

- “Pero papá, no quiero que nadie sepa quién soy, quiero empezar desde abajo, ¿Cómo quieres que dirija el grupo si no conozco cada puesto? ¿O me tratan entre algodones? No quiero que me protejas.”- esa era una frase que había repetido hasta la saciedad desde que tengo uso de razón, desde que con cuatro años mi padre me hizo sentarme en su sillón del despacho. 

Sé que muchos pensarán, como dejó muy claro mi tío muchas veces cuando era pequeña, que ser mujer, y pretender dirigir el Holding que mi padre había creado desde cero, es totalmente incompatible, pero al contrario de lo que muchos creen, yo siempre he soñado, desde pequeña, con ser la CEO. 

Quizás fuera motivado por las historias que me contaba mi padre cuando llegaba de sus viajes, sobre sus grandes negocios, o también porque nunca me ha gustado, provocado por la historia del anterior matrimonio de mi madre, que me dirigieran la vida, que me digan lo puedo, o no, hacer, pero decididamente cada vez que me han preguntaban de niña, qué me gustaría ser de mayor, mi respuesta siempre era la misma, “yo seré la CEO de Holding O ‘Sullivan Park”.  

Aún recuerdo la que se montó en mi casa, cuando mis primos mayores, se burlaron de mi respuesta, diciéndome que a lo más que podría yo optar es hacer a la esposa o amante de un millonario, al parecer, mis primos mayores no habían medido el nivel de agresividad que podía tener una niña de ocho años, sobre dos adolescentes de dieciséis y catorce años, cuando se le dice que no puede hacer algo, sobre todo, cuando desde pequeña mis padres me han enseñado que el mundo está a mis pies, sólo tengo que trabajar para conseguirlo. Prueba de ello, fue la cicatriz de dientes, y el arañazo que tienen cada uno de mis primos en un lugar diferente de su cuerpo, a día de hoy.  

El castigo que recibí por mi falta de control valió la pena, peor fue el castigo que recibieron ellos, por parte de su padre “por dejarse ganar por una niña”, palabras textuales de mi tío. No soy estúpida sé que mi nacimiento dio al traste con muchas ilusiones que tenía el gran Ronan O ‘Sullivan, para sus dos retoños, sobre todo porque a diferencia de mis primos, yo demostré, desde muy pronto, mis habilidades comerciales, así como, mi capacidad para los números.  

Tuve un gran maestro en este terreno, desde muy niña cada cosa que yo quería, debía negociarla con mi padre, hoy en día es un juego que seguimos practicando, justamente por eso tenemos esta conversación. 

Hace poco terminé mi título universitario de económicas, y comercio. Estoy en el último curso de gestión de empresas y economía internacional, y como habíamos quedado desde un principio, el CEO del Holding O ‘Sullivan Park, y yo, su futura empleada en prácticas había que dirimir cuál serían mis obligaciones, para prepararme para mi futuro, con apenas veintiún años, no podía hacer más, pero como siempre el astuto CEO, pretende salirse con la suya, olvidándose del trato que habíamos hecho previamente. 

Para mi padre la mejor manera es que entre directamente a los puestos directivos de la empresa, como una accionista más, justo lo que hicieron mis primos, pero yo no estoy de acuerdo, conozco la historia de mis padres, de cómo luchó mi padre para levantar su empresa, y como cuando casi se creían perdidos el uno al otro, con esfuerzo, y con resistencia, mi madre consiguió reunirse con él, para volver a estar juntos, y justamente eso es lo que yo deseo para mis futuras empresas. 

Muchas de las chicas de mi edad, que como yo tienen su futuro asegurado, prefieren dedicarse a ser futuras madres o esposas, o simplemente ser diseñadoras, o herederas sin cargos. Yo, en cambio, desde pequeña, a pesar de los colegios caros y de élite a los que asistía, no conseguía hacer amigas, me solía llevar mejor con mis compañeros de clase, porque teníamos más temas en común. A mí no me atraía para nada hablar de moda, ni de maquillaje, ni de lo último que habían sacado los grandes diseñadores, prefería hablar de la economía global, de la bolsa y de acciones. Justo por eso, durante mi época escolar, y en la Universidad, hice pocas amigas, y ninguna significativa. 

- “Eres el negociador más difícil con el que he trato, Mackenzie O ‘Sullivan”- se quejó mi padre, con una sonrisa de orgullo, que nunca podía borrar, cuando teníamos estas conversaciones.  

- “Échales la culpa a mis genes, es algo que mamá suele hacer mucho. Los dos teníais que haber analizado, y planificado, si era conveniente combinar tu agudeza empresarial y tu cabezonería, con la capacidad infinita que tiene la señora Céline O ‘Sullivan, para salirse siempre con la suya, y todo eso lo hicisteis en un mismo ser, mala planificación. Ahora es tarde, no hay devolución.”- le dije sonriendo, haciendo que mi padre estallaba en carcajadas.  

- “Decididamente compensas lo peor y lo mejor de los dos, lo que no tengo tan claro, es si el mundo, o el hombre que se enamore de ti, estarán preparados para los que se les viene encima.”- dijo mi padre firmando mi propuesta de que no intervendría durante mi periodo de prácticas, y no daría a conocer nuestra relación familiar, para que en las empresas en las que iba a trabajar, se me trataran como uno más. Para los demás empleados del Holding, incluido mi tío, y mis primos, yo sería una empleada más. 

Para el resto, parece extraño que, mi padre y yo, lo negociemos todo, incluso que nos hagamos firmar contratos de compromiso para cumplir, pero así me eduque, nunca me faltó amor, ni comprensión, mucho cariño, pero sabía, y tenía claro, cuáles eran las normas ineludibles, que nunca podía saltarme, pero en aquellas en las que podíamos llegar a acuerdos, las negociaciones eran encarnizadas. Se puede decir que me crie para ser la sucesora de mi padre, pese a quien le pesé. 

Narrador.

Boston, 2022, Gran Hotel Mandarin Oriental.

Durante dos años, Mackenzie O ´Sullivan, fue pasando de puesto en puesto, desde los puestos más bajos hasta casi optar a los grandes directivos, siempre ocultando su verdadera identidad, todo el mundo no hablaba sino del buen hacer que tuviera la nueva empleada, y cómo conocía al dedillo la empresa. En esa época, vivió en su apartamento alejado de sus padres, para aprender a vivir del sueldo que ganaba con sus manos, solo consiguió que su padre no comprara el apartamento lujoso en el que vivía, una cláusula en el acuerdo que firmaron ambos, y era ineludible. 

Durante este tiempo, su tío Ronan, pensó que su impertinente sobrina había desistido en su empeño en convertirse en la nueva CEO, él por su lado preparaba a su hijo mayor como sucesor de su hermano, pero todo acabó ese día, el día que se celebraba el cuarenta aniversario de la fundación del grupo. 

Para ese día todos los empleados del Holding, los directivos, accionistas y algunas representantes de otras empresas punteras en el sector, fueron invitados a la celebración. El lujo en el gran salón era incomparable, y la prensa se estaba haciendo eco de que algo ocurriría esa noche, un anuncio importante que todos esperaban se iba a producir. 

Ronan miraba orgulloso a su hijo mientras le advertía de la reacción que debía tener cuando su tío anunciara su nombre como su futuro heredero, también se tenía que comprometer en cuidar a su prima, delante de su tío, no quería que su hermano lo viera como una posible agresión a su hija, a la que adoraba. 

Lo mejor, pensaba Ronan, era que su hijo negociara un buen matrimonio para su sobrina Mackenzie, uno en el que además de servir para los negocios futuros del grupo, el nivel de vida de su sobrina, junto a lo que ella se merecía por ser una O ‘Sullivan, fuera el mejor. 

Pronto se anunció la llegada del CEO, y de su familia, y a lo alto del estrado, junto al portavoz que se encargaba de organizar el evento, salió el CEO Sean y su esposa Céline, Todos se extrañaron de que la única hija del CEO no asistiera a la celebración, pero también era verdad que desde que había terminado sus estudios universitarios, la heredera habia desaparecido. Algunos pensaban que se había dedicado a viajar, y a disfrutar de los años de juventud.  

- “Queridos asistentes, empleados, amigos y socios, también competencia, os hemos reunido aquí no sólo para celebrar el cuarenta aniversario de la fundación de O ‘Sullivan Park, empresa dedicada a la creación, promoción y administración de complejos de viviendas y bungalow espacios naturales, además de ser líder en oferta vacacionales de aventuras y deportes extremos, sino que también para proclamar quién he decidido que será, en unos años, el futuro CEO del Grupo”- dijo el CEO, sonriendo. 

Tras estas palabras los murmullos de sorpresa se hicieron entre el público, mientras su hermano miraba su hijo mayor con orgullo, advirtiéndole con los ojos como debía comportarse cuando su tío lo nombrará. Share O ‘Sullivan de treinta y un años, asintió a su padre, serio, mientras procedía a repasar con sus manos, los botones de su chaqueta para ver si estaban bien abotonada, cuando saliera al estrado, a recibir su nombramiento, como futuro CEO. 

- “Os presento a la futura CEO del Holding O ‘Sullivan Park, Mackenzie O ‘Sullivan, mi hija.”- la presentación del CEO hizo que el asombro, se entre mezclará con la incredulidad, y los aplausos de compromiso. 

Las puertas dobles de la sala se abrieron, y una preciosa joven de veinte y pocos años, pelirroja, con unos ojos enormes de un color extraño, que parecía violeta, herencia de su irlandesa abuela paterna, y un cuerpo escultural, y curvilíneo, vestida con un vestido tipo sirena, con los hombros al descubierto, en raso verde, un claro diseño de Valentino, y collar de esmeraldas de Cartier valoradas en más de medio millos de dólares. Su caminar era seguro y decido y su sonrisa confiada y feliz.  

Pronto un murmullo general de reconocimiento entre los empleados fue audible hasta para el propio Ronan, fue cuando el irlandés descubrió que había sucedido durante esos dos años. Mientras él pensaba que su sobrina estaba disfrutando de su vida de heredera rica, por el mundo, al parecer ella se había dedicado a viajar por las diferentes empresas del grupo, trabajando en todos aquellos puestos que le dieran conocimiento para saber cómo poder dirigir, en el futuro, esas empresas, su hermano se la había jugado bien, y ahora sólo le quedaba intentar derrocar a esa m*****a entrometida, que pretendía dar al traste con sus planes.

Mientras el hermano mayor del CEO se lamentaba de su mala suerte y comenzaba a buscar la manera de destruir a su sobrina, entre los empleados reinaba una ambivalencia de sentimientos, estaban los que orgullosamente, tras haberla reconocido, admitían que la futura CEO sabría valorar su trabajo, porque lo conocía, y estaban también los que, en algún momento, durante esos dos años, habían tenido algún tipo de rencilla o malestar con la nueva empleada de práctica, sin saber quién era ella, veían peligrar sus trabajos. 

Desde esa noche, un futuro de lucha, esfuerzo, trampa, engaños, y enfrentamientos, para hacer valer su posición como la CEO, iba a ser la tónica común en la vida de la joven empresaria O ‘Sullivan. Aunque el destino, le deparaba también una montaña rusa de emociones y sucesos, que ella ni conocía ni esperaba, pero igualmente iban a entrar en su vida, quisiera ella o no.

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