Narrador. Boston, 2024, Salón de eventos central del Marriott Luxury Collection Hotel, en ese momento. Mientras todas las miradas estaban centradas en la ceremonia de boda entre un bombero, del cuerpo de Boston, y la CEO del grupo Holding O ‘Sullivan Park, mientras los diversos invitados, de varias clases sociales, observaban como Brandon Miguel Hernández y Mackenzie O ‘Sullivan se daba en sí quiero, con diferentes expresiones, que demostraban el grado de emoción y felicidad, o porque no decirlo de ira también, una cámara, y varios agentes de policía infiltrados, observaban y grababan atentamente las reacciones de los dos principales sospechosos. Por ahora nada había hecho sospechar quien podía ser el responsable, y planificador, de los tres intentos de asesinato que había sufrido la pareja, pero eso a los policías no les impacientaba, tenían un As bajo la manga, un plan perfectamente preparado. Como evento especial, antes de iniciarse el banquete, cada miembro de la famili
Mackenzie. Boston, 2024, Suite de lujo ma recién casados del Marriott Luxury Collection Hotel, en ese momento. - “Ya casi entró en la trampa, sólo queda saber cuál los dos es el señor X, para eso hemos puesto micros y cámaras en la suite presidencial, algo nos dice que muy pronto lo veremos entrar por la puerta de la suite residencial.”- nos dijo el sargento a la pareja cuando se reunión con nosotros, y con Carlos, en la suite que estábamos ocupando para la boda. Muy al contrario de los que todos creían, tras salir del salón de la boda, nos dirigimos a la suite secreta que Carlos nos había reservado, todos creían que era la suite presidencial, incluso la rata. En un principio no entendí por qué Carlos había cambiado, ocultándoselo a todo el mundo, incluido a la policía, el cambio de suite a última hora, pero tras la información que comenzaba a llegar sobre la extraña actitud de mis dos primos, comenzaba a entenderlo. - “Pero ¿Cómo vamos a descubrir quién es, para que el señor
Brandon. Boston, 2024, Suite Presidencial del Marriott Luxury Collection Hotel, en ese momento. Ni por un momento lo dude, si la policía no actuaba pronto, y la vida de mi esposa corría peligro, nada me detendría para protegerla, así me costara la vida. El primo pequeño de la Lunática nos miraba con auténtico odio, mientras nos apuntaba con una pistola, lo gracioso era que el más sorprendido de todos nosotros, dada la situación, era su hermano, el tal Share, que lo miraba con sorpresa y miedo. Siempre había creído, por la actitud que este desarrollaba normalmente, serio y enfadado con el mundo, que él era el posible asesino, pero al parecer me equivoqué, lo que demuestra que las apariencias engañan. - “¿Qué haces estúpido? ¿Te has vuelto loco? Baja esa arma de una vez.”- le dijo Share a Murphy, con claro asombro en la mirada. - “Así que al fin te conozco, cobarde, tú debes ser el tal el señor X, el indeseable y cobarde que ha intentado asesinarlos en las otras ocasiones, ¿V
Mackenzie. Boston, 2024, Garaje de edificio donde está el ático de los señores Hernández, en ese momento. - “Ni de coña, señora Hernández, ni tú, ni yo, nos subimos ahí, ni siquiera Estuco se sube en esa monstruosidad.”- me dijo muy decido mi esposo, mientras me miraba. Mientras, yo me colocaba la chaqueta de cuero con parches de club moteros, que tenía guardada en el armario del garaje de mi niña bonita, junto a la mochila especial de transporte que había comprado recientemente para Estuco para viajar a mi lado en la moto, además de otra chaqueta de cuero, que había comprado para mi marido. - “Pero ¿qué demonios le pasa a este hombre con mi preciosidad?”- pensé mientras cogía Estuco y lo colocaba dentro de su trasportín. A ese gato le encanta viajar en moto, lo había descubierto cuando una vez, con la excusa de sacar a Estuco a pasear, me escapé de mis guardianes, en esos días antes de la boda donde no me dejaban ver al Vader, para desestresarme. Yo coloqué a Estuco en una m
Mackenzie. Boston, 2025, Iglesia del Sagrado Corazón, en ese momento. - “Los declaro marido y mujer, puedes besar a la novia”- la voz del párroco, hizo que sonriera recordando mi boda. Gracias a que era una de las damas de honor, pude asistir al beso apasionado que Louis Turner le daba a su ahora esposa Danielle Turner, y mientras observaba, aplaudía, y vitoreaba, como el resto de los invitados, a la pareja, mis ojos coincidieron con las de mi esposo, que era como no, era el padrino principal de la boda. Sus ojos me miraron con deseo, y amor, ambos recordábamos como había sido nuestra precipitada boda, y nos pudimos evitar sonreírnos. Faltaba unos tres meses para que hiciéramos un año de casados, y desde ya lo digo, no me arrepiento para nada de todo lo que hemos vivido juntos. Tras nuestra boda, y una semana de auténtica locura, disfrutando, de noches intensas, días de risas, y mucha libertad, siempre sabiendo que, cuando volviéramos, el perdón de nuestros padres, y en espec
Por fin está terminado, creía que nunca lo conseguiría, sobre todos con tantos contratiempos de salud que he tenido, pero finalmente lo he acabado, espero que lo hayáis disfrutado, y si no espero que paséis un rato agradable leyéndolo. Como siempre os dejo la nueva novela que está en proyecto, en realidad son dos, y una que muchos ya esperabais, pero de esa no hablaré mucho por ahora. De la que si hablaré es de mi nuevo proyecto, que llevo años pensándolo, aunque aún no me he atrevido, es algo más oscura que todas las novelas que he escrito hasta ahora, pero como siempre, en mis novelas, no faltaran mis toques de humor. “Papá, cásate con mamá” Clara Goodman, es la primogénita de la familia Goodman, una familia de empresarios de Nueva Zelanda, su madre murió cuando ella tenía seis años, y su padre volvió a casare poco después, con una mujer que la odiaba, más aún cuando nació la hermana de Clara, Karen, a la que su madrastra consideraba la verdadera heredera de la fortuna Goodman.
Narrador. Michigan, 1.999, Hotel Columbia Gold. Sean O 'Sullivan, desentenderse de su asistente y de los otros ejecutivos, que salió esa noche a celebra por la ciudad el contrato firmado, hoy que relanzaba internacionalmente sus empresas, y se dirigió directamente a su suite en el hotel. No compartía el entusiasmo, ni el interés de los dos accionistas que los habían acompañado, ni de su hermano, de que todo ya estaba hecho. Sólo tenía que recodar, la insistencia de los tres en que fuera con ellos a beber, y lo que surgiera. El CEO, sabía muy bien que significaba su insinuación “a lo que surgiera”, los tres que insistían, incluido su hermano, estaban casados, y en el caso de Ronan, tenía dos hijos de ocho y seis años, pero eso no los detenía a la hora de tener amantes ocasionales, algo que él, siendo soltero, no compartía. Todo el mundo pensaba que Sean, a sus cuarenta y seis años, odiaba a las mujeres, porque no se le había conocido ni amante, ni pareja, incluso algunos pensaba
Mackenzie. Boston, 2020, Torre O ´Sullivan. - “Pero papá, no quiero que nadie sepa quién soy, quiero empezar desde abajo, ¿Cómo quieres que dirija el grupo si no conozco cada puesto? ¿O me tratan entre algodones? No quiero que me protejas.”- esa era una frase que había repetido hasta la saciedad desde que tengo uso de razón, desde que con cuatro años mi padre me hizo sentarme en su sillón del despacho. Sé que muchos pensarán, como dejó muy claro mi tío muchas veces cuando era pequeña, que ser mujer, y pretender dirigir el Holding que mi padre había creado desde cero, es totalmente incompatible, pero al contrario de lo que muchos creen, yo siempre he soñado, desde pequeña, con ser la CEO. Quizás fuera motivado por las historias que me contaba mi padre cuando llegaba de sus viajes, sobre sus grandes negocios, o también porque nunca me ha gustado, provocado por la historia del anterior matrimonio de mi madre, que me dirigieran la vida, que me digan lo puedo, o no, hacer, pero decid