Capítulo 10.

Bastián Leroy:

Ha estado muy callada desde que salimos de su edificio. Yo no puedo parar de sonreír. Caminamos un poco hasta llegar a mi auto y nos subimos en él.

Sé que lo que hice estuvo mal. Si alguien llegara a revisar mis cosas de la manera en la que yo lo hice con los escritos de ella, probablemente me enojaría mucho. Más todavía teniendo en cuenta que yo tenía un secreto que seguir guardando. No quería que todo reventara de un momento a otro, pues, amaba mi vida tal cual como estaba: sin toda esa atención puesta en mí.

Sé lo que conlleva ser el famoso escritor anónimo. El solo hecho de que se llame así, hace que a muchos les cause curiosidad y quieran averiguar quién es a como dé lugar. Lo único de lo que están seguros es que soy hombre, cosa acertada, y nada más. Por ahora.

Mientras vamos de camino le hago algunas preguntas sobre Disten que me responde muy por las ramas. Está un poco cerrada y sé que es mi culpa, así que decido ser sincero:

—Lo siento. Sé lo desagradable que es que revisen tus cosas sin tu permiso, es algo que no me gusta. Mi hermano lo hace constantemente y eso me enerva. Así que te entiendo. Yo estaba acariciando a Disten y terminando de enviarle un mensaje a mi padre, quien te envió saludos, por cierto; pero luego la pantalla se iluminó y la miré fijamente y no me di cuenta siquiera de en qué momento empecé a mover el mouse. Fue muy irrespetuoso de mi parte y…

—Oye, tranquilo. No cometiste ningún delito —ella ríe por lo bajo —. Pasa que yo tengo esto de que, no me gusta que vean lo que hago porque cuando eso pasa la gente se involucra y quiere opinar, quiere que yo cambie cosas, que quite o agregue, o piense de manera diferente. Por ello trato de escribir todo a puerta cerrada, sin segundas opiniones, y luego envío mi manuscrito y hablamos de los puntos que deben ser hablados. No me gusta que influyan en mí en cuanto a mi escritura se trata —explica.

Y eso solo me hace admirarla más.

—Pues yo no planeo hacer nada de eso. Es tu historia, no tendría por qué meterme en medio de tu trabajo.

—Gracias —ella juega con sus manos sobre su regazo.

—Y fui sincero cuando te dije que escribes muy bien.

La veo sonrojarse y una de las comisuras de mis labios tiran, pero me trato de contener. No la quiero hacer sentir incómoda. Apenas estamos conociéndonos. Quiero que esto salga bien.

Esta chica… por algún motivo me atrae.

Podría decirse que solamente es porque quiero contradecirle en cuanto al tema del romance se trata. No mentiré. Ella me ha gustado desde la primera vez que la vi. Sé que será un tema difícil, que no me pondrá fácil acercarme en lo que se refiere a lo sentimental, pero quiero creer que tengo alguna oportunidad. Que puedo romper las cadenas y creencias que la hacen no querer pasar por otra decepción amorosa.

Mi misión es hacerle ver y entender que sí: el amor tiene sus partes malas. Qué aburrido sería amar por amar y ya. Sin motivo alguno. Que no haya discusiones para solucionar. Que no se aborde la intensidad de una mirada, la conversación sobre lo nerviosa que se pone la otra persona cuando la observas viendo más allá de su físico. Quiero que ella lo experimente.

Sería horrible que se perdiera de un sentimiento tan puro. De vivir algo tan lindo como el amor. De conseguir a esa persona con la que esquivar las barreras y superarlo todo. Hasta el final.

No tengo que ser precisamente yo.

No, si no es lo que desea.

Pero me encantaría que me diera esa oportunidad.

Pasamos directo al estacionamiento del teatro donde se estará dictando la charla, y subimos unas escaleras que dan paso al interior del lugar. Vamos hacia una de las cuatro salas que hay y tomamos dos asientos que están ubicados en la mitad del espacio, justo entre el escenario y la salida. Se ve todo perfecto. Hemos llegado a tiempo.

—Bienvenidos a la tercera charla de redactor de contenidos publicitarios y guionista de contenido audiovisuales con fines persuasivos. Cada trimestre del año realizamos esta charla para que, quienes no pudieron venir anteriormente, tengan la oportunidad de hacerlo ahora. Cada año tenemos un tema distinto, y solemos repetir el mismo tema en tres ocasiones. Estamos por finalizar el año y nada nos complace más que ver que cada vez se han unido más personas interesadas en el tema. 

—Estaba muy interesada en saber cómo diste con esta charla, y de repente recordé que también eres periodista ¿no? o eso me dijo tu padre...

—Si..., pero no estoy ejerciendo. solo realizo pequeñas notas hasta que pueda encontrar algo estable. 

—Oh. En el lugar en el que trabajo están en búsqueda de escritores, si te interesa irte por esa rama en algún momento. 

—Lo he intentado, pero creo que no se me daría también como a ti. Lo mío es más de informar o de opinar respecto a ciertos temas específicos o controversiales. 

—Bueno. eso me hace recordar a alguien...

—¿A quién?

—¡Shhhhh!!! no me dejas escuchar. 

Pongo los ojos en blanco 

—Pero si tú empezaste a hablarme. 

—Solo cállate. 

Suspiro y retiro mi atención de ella para ponerla en la mujer que se encuentra dando la charla. 

La próxima media hora, la mujer se queda hablando respecto a todo lo que tiene que ver la redacción. Maneras más fáciles y pulcras de redactar, tips para hacerlo bien, con criterio y bien desarrollado. Este punto en específico, podría servirle más que nada a quién va a ser un escritor, y es por ello que, cuando volteo a mirar a la chica a mi lado, sonrío al verla muy atenta a todo lo que dicen, mientras escribe sin parar. Tiene un leve sonrojo en sus mejillas, que la hacen ver adorable al disfrutar de lo que más le gusta hacer. 

Cuando se adentra a la parte de guionista de contenido, comienza a dar ejemplos de varios tipos de guiones ya sea para teatro, películas, series, y las distintas maneras que hay de dirigirlas. La verdad es un tema muy interesante, y yo no he anotado casi nada porque realmente no es mi fuerte, o algo que me interese. Todos los tips que está dando, y clases que está impartiendo, me las sé de memoria. En mi vida diaria aplico todas y cada una de las técnicas que la mujer está dando en este momento. 

Si hubiese venido solo, es muy probable que ya me hubiese levantado e ido, puesto que no está diciendo nada que no haya escuchado o visto antes; sin embargo, la chica a mi lado disfruta de la charla como si fuera la primera vez que asiste a una, y eso me tiene entusiasmado. Estoy más atento a su reacción, que a lo que significa en sí este debate.

Y todo va estupendamente bien... hasta que empiezan a hacer comparaciones entre autores o escritores de alto calibre y los periodistas más reconocidos. Nombran unos cuantos, hasta que mencionan al famoso periodista anónimo. 

—Tiene algo que nos hace querer estar pegados de los medios de comunicación solo para saber el momento exacto en el que sube alguna nota. Sabemos que es un hombre, él mismo lo confirmó. También sabemos que tuvo que haber estudiado en una universidad de prestigio. Y, lo más importante, sabemos que tiene una esencia maravillosa y una manera de pensar única. Cuando suelta alguna nota hace que todos y cada uno de nosotros entendamos a lo que se refiere, y mejor aún, suele hacernos cambiar de parecer o pensar, razonar, respecto a ciertos puntos importantes sobre el mundo. ¿Cuál sería el punto clave de este hombre para mantener su éxito? Sacando el tema de que, obviamente, escribe muy bien. 

Todos en el público empiezan a levantar la mano. Y a dar sus opiniones. Sonrío sin poderlo evitar, si ellos supieran que me encuentro aquí justo entre ellos, no sé cómo reaccionarían. 

Comienzo a escuchar un montón de respuestas y la mayoría me hace enarcar las cejas o parpadear constantemente por lo absurdas que son. Hasta que la mujer a mi lado levanta la mano y dice lo siguiente: 

—Creo que, primordialmente, lo que hace a este hombre tan apetecible o el querer saber sobre él, es justamente el hecho de que sea anónimo. El no saber quién es. Nos causa curiosidad no conocer alguien a quien admiramos. Nos deja la expectativa queriendo cada vez saber más sobre esta persona, queriendo descubrir cualquier mínima cosa que nos lleve a él. Sin embargo, creo que la mayoría lo busca hasta debajo de las piedras para así tener la primicia en el momento en el que él de la cara o que alguien divulgue su identidad, y hay unos pocos, como yo, que una vez que sepa quién es, además de darle las gracias por tocar temas muy importantes y hacerlo de manera objetiva, le dejaré muy en claro lo fanática que soy, y cuánto admiro su trabajo.

Me deja sin palabras. 

Rápidamente tomo mi teléfono, y aprovecho que ella está distraída y escribo dos mensajes de texto al mismo tiempo, para diferentes cuentas de I*******m y los envío. La mujer encargada de dar la charla revisa su celular. He escrito a la cuenta oficial de la sociedad que está impartiendo este taller desde la cuenta del famoso periodista anónimo francés. Obviamente, salí con rapidez de ese I*******m y entré al mío personal.

El otro mensaje se lo envíe desde ese justamente, mi I* personal, a la chica a mi lado. Me burlo por no poder creer que le guste un periodista de cuarta. Me mira con cara de pocos amigos, y yo sonrío ampliamente.

—Tenemos acá un mensaje de la cuenta oficial del periodista anónimo... —anuncia la oradora, quien ahora sé que se llama Francis, lo dice en las diapositivas. Todos en la sala hacen exclamaciones de sorpresa —. Dice que es un honor para él ser nombrado como ejemplo en tan prestigiosa reunión o charla, y que nos agradece mucho por eso. También le da las gracias a la señorita Annette Martin, alegando que él también es fiel fan de sus obras.

Sí, he dicho eso, pero no es del todo cierto. No me he leído nada suyo, y la verdad es que, no me causaba tanta emoción hacerlo, puesto que casi todo lo que toca tiene que ver con el desamor, pero ahora que leí parte de lo que escribió, mi curiosidad aumentó considerablemente, y planeo leer todas y cada una de las cosas que ha escrito.

Todos en el público pone su atención en ella porque algunos se están enterando que ella es autora, y el resto sí sabía de su existencia, o incluso son fans, pero no sabían que ella se encontraba aquí. Ha sido una sorpresa total para la mayoría. 

Helena les sonríe débilmente y contesta algunas preguntas. Cuando ve que la cosa se está haciendo más personal, o que comienzan a interrogarle sobre el porqué de sus escritos, cambia de tema radicalmente, haciéndome quedar como estatua en mi puesto, sin moverme un poco.

—¿Acaso soy la única que notó que el periodista anónimo les ha escrito, respondiendo a nuestra conversación como si estuviese aquí? ¿Porque parece que soy la única que se ha dado cuenta de eso?

Nuevamente se desvía la conversación hacia el tema del periodista anónimo y empiezan a crear teorías y complot. De hecho, interrogan a todos y cada uno de los hombres que se encuentran en el lugar, incluido yo, pero no tengo nada que ocultarles... porque ya borré las evidencias. Pero, de todas maneras, ellos no lo saben…

Y a eso le sumamos el hecho de que Helena dice lo siguiente:

—Ignórenlo. Él sí envió un mensaje en su celular, pero fue para mí. En el mensaje decía que no podía creer que a mí me gustara un periodista de cuarta. ¿Pueden creerlo? Eso solo dice que no tiene la más mínima idea del entorno en el que nos movemos... —Todos se ríen, y algunos se indignan porque no me gusta el dichoso periodista. Yo me encojo de hombros porque, en realidad, me conviene que diga cosas como estas. Pero entonces, Helena acerca su boca a mi oído, para decir otra cosa sin que nadie más nos oiga —Con razón aun no consigues un gran trabajo, no tienes idea de los grandes ilustres del momento.

—Y ese es un delito súper grave...

Le sigo el juego.

—Totalmente.

Ay, Helena...

Si tan solo supieras…

Sonrío ampliamente.

Aiis

Buen día/tarde/noche!!! Les comento que me está pasando algo muy curioso con esta historia. Varias veces he intentado seguirla, pero la termino dejando de lado siempre porque me bloqueo maaaal. Super mal. Tengo el bosquejo y todo lo que ocurrirá en ella de principio a fin, y aun así me cuesta hacer cada capítulo. Ya una vez la dejé de escribir por más de un año, y de verdad lo estoy intentando. Estoy avanzando lento y, de momento, lo seguiré haciendo así. Esta vez no la dejaré, porque estoy decidida a acabarla, pero es muy probable que tarde con las actualizaciones. Si alguien aún la lee, le pido paciencia. Estoy haciendo todo lo posible por retomar la conexión que tenía con esta historia y que siga viento en popa. Saludos! Nos vemos pronto!

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