Anfisa se mordió el pulgar con ansiedad y miró el asiento vacío qué encabezaba la gran mesa del comedor. Había pasado una semana y Thomas seguía aparentemente molesto.“¿Tampoco vino a desayunar?”, le preguntó al mayordomo encargado de la casa que estaba en un rincón, supervisando que todo estuviera bien. Su tono era tranquilo pero ella estaba nerviosa.Incluso se había saltado el desayuno para que Thomas pudiera bajar a comer algo. Tal vez no fue al comedor por ella.Henry, el mayordomo leal y responsable de Hammond Mansión, estaba en la esquina supervisando sus tareas. Volteó la cabeza hacia ella y negó con la cabeza. “No, señorita Anfisa”, respondió con un tono tranquilo y profesional. Los ojos de Anfisa mostraban un dejo de decepción, un suspiro silencioso escapó de sus labios y se movió ligeramente en su silla.Su mirada se detuvo en ella por un momento, percibiendo sus tics nerviosos. “Ha estado comiendo en su estudio”, reveló Henry, con expresión neutral.Anfisa se sacó el p
"¡E-estás sangrando!" Dijo asustada al sentir la piel de su abdomen húmeda por la proximidad de Thomas, tenía que hacer algo o él iba a morir. Su mirada volvió a su rostro cuando escuchó su voz suave y preocupada. Estaba demasiado concentrado en sus labios y en el dulce aroma de su cuerpo. Bajó la mirada y notó la mancha de sangre en su abdomen, la mancha provenía de su traje. "No es nada", gruñó, tratando de quitarse de encima. Apenas podía controlarse, luchando contra los instintos que lentamente tomaban control de él. Anfisa estaba empezando a entrar en pánico. ¿Qué debía hacer? ¿Llamar al mayordomo? ¿Gritar para ver si había alguien afuera que pudiera ayudarla? Tal vez alguien estuviera patrullando por allí a esa hora. Respiró profundamente para recuperar el aliento y abrió los labios. Él observó cómo su pecho subía y bajaba con cada respiración que tomaba, su cuerpo todavía temblaba levemente bajo el suyo. Sus grandes ojos inocentes lo miraban fijamente, con una mezcla de
"¿Estará bien?", le preguntó al mayordomo mientras observaba descansar el cuerpo de Thomas. Tenía una vía intravenosa conectada a la vena y estaba sin camisa y vendado. Ni siquiera había abierto los ojos desde que se desmayó. El médico le había dado analgésicos para suturar la herida de un lado y ella estaba preocupada. Había llegado en muy malas condiciones.El mayordomo, la miró con una mezcla de simpatía y preocupación en sus ojos. Comprendió por qué estaba tan preocupada y preocupada por la situación. "Lo estará, señorita", le aseguró. "El señor Hammond ha pasado por cosas mucho peores. Es un hombre fuerte y se recuperará pronto".Anfisa dio un paso atrás mientras el mayordomo tomaba la bandeja con las medicinas que le había dado el doctor y se dirigía hacia la puerta. "¿Puedo quedarme un momento más?", preguntó un poco vacilante, pero quería cuidarlo un poco más.Alfred la miró con una sonrisa amable."Por supuesto que puede, señorita. Estoy seguro de que el Maestro apreciará s
Un hombre se encontraba de pie sobre un techo, mirando hacia el cielo nocturno sin estrellas. Su postura era dura y degradante, aterradora en cierto modo. Era temprano de madrugada y respiraba profundamente, aunque se sobresaltó cuando escuchó movimiento detrás de él. Sus ojos se abrieron un poco.Thomas giró bruscamente la cabeza. “¿Hola? ¿Quién anda ahí?”, dice con voz ronca y amenazante."Detective tonto", lo llamó la mujer sonriendo y levantando las manos, estaba indefensa, no era una amenaza en ese momento, por ahora.Los hombros de Thomas se relajaron un poco, aunque permaneció en guardia. "Lorena", dice en voz baja. "¿Qué estás haciendo aquí?", pregunta con los ojos entrecerrados. "¿Y dónde está Vito?", pregunta con cautela."Yo que sé, la última vez que nos vimos casi me mata." Se encogió de hombros restándole importancia, no quería hablar de eso ahora y se sentó en una banca de concreto que había allí. "Por otro lado mírate, viejo, hace años que no te veo. Los años ya habían
“Tu padre ha sido condenado a muerte por todos sus crímenes.” Dijo Thomas en medio de la comida con un tono serio y duro mientras la miraba fijamente, Anfisa sostenía los cubiertos y se había llevado un trozo de carne a la boca. Thomas quería ver su reacción ante la nueva noticia sobre su padre, para ver si sentía algo.Anfisa tragó saliva con cuidado al escuchar la abrupta noticia que Thomas le había dicho en medio del comedor y pudo sentir la mirada de todos los que servían en el comedor.Maldita sea, no se esperaba eso.Puso con cuidado sus cubiertos sobre la mesa para tomar el vaso de agua y no atragantarse con la comida.Thomas se quedó mirándola con sus ojos azules, mientras esperaba una reacción de ella. Tenía que ver si todavía había algún amor por él, o si ella también lo odiaba, y era hora de averiguarlo de una vez por todas. Tenía las manos sobre el regazo, mostrando modales perfectos.Anfisa se quedó allí quieta por unos momentos mientras dejaba el vaso sobre la enorme m
Anfisa cerró su libro mientras lo colocaba sobre sus piernas, había intentado leer pero su mente no podía concentrarse, por más que lo intentaba aún no lograba acostumbrarse a la casa de Thomas, era una casa tan grande y apenas salía de su habitación, estaba perdida en sus pensamientos cuando un golpe en la puerta la devolvió a la realidad.Thomas se quedó afuera de la puerta de su habitación, sabía que ella había estado pasando por muchas emociones y quería ver cómo estaba. Levantó la mano y golpeó suavemente la puerta, tratando de no asustarla. "Anfisa, ¿puedo pasar?" dijo Thomas, usando un tono de voz serio pero tranquilo, mientras esperaba pacientemente su respuesta detrás de la puerta.Anfisa miró hacia la puerta cerrada, al parecer la conversación en el comedor no había terminado. “Claro, adelante.” Respondió sentándome correctamente, se acomodó el cabello antes de que Thomas entrara ya que había estado acostada todo el día.Thomas abrió la puerta con cuidado, se asomó a su hab
Anfisa golpeó suavemente la puerta de su estudio.“¿Estás ocupado?”, preguntó mientras permanecía de pie en el medio de la puerta, lista para irse si él decía que sí.No quería molestarlo.Thomas estaba sentado detrás de su escritorio en su oficina cuando escuchó los suaves golpes en la puerta, lo que le hizo levantar la vista, sorprendido por su presencia. Cuando la vio parada en la puerta, dejó el expediente de ella que estaba revisando y la miró. “No, en realidad no. Adelante”, respondió con calma, haciéndole un gesto para que entrara.“¿Interrumpo algo?” preguntó al pasar. Era la primera vez que entraba al estudio de Thomas. Tenía grandes estanterías llenas de libros, y eso fue lo primero que le llamó la atención. Caminó hasta situarse a una distancia prudencial de él.Thomas la observó mientras entraba en la habitación, viéndola mirar todos los libros en los estantes, que él había reunido a lo largo de los años. Sacudió la cabeza cuando ella le preguntó si estaba interrumpien
"Vittorio Lombardi, más conocido como el "Vito" 44 años, psicópata certificado. Robos, asesinatos y una lista interminable de crímenes". El hombre de la gabardina marrón le leyó a Thomas en esa pequeña y oscura habitación donde una lámpara de mesa apenas iluminaba."El día de los hechos, 3 de septiembre, 2:30 a.m. en un motel de mala muerte fue arrestado por una llamada anónima". Dijo el hombre mientras le entregaba una carpeta a Thomas. "Los encontraron rodeados de su propio desorden. Vito estaba empapado en sangre y seguía riendo, como si fuera una broma interna que solo ellos dos entendían". Agregó mientras abría la carpeta frente a él y le mostraba fotos del arresto."Y allí estaba Lorena Bellerose. 39 años. Muerta. Estrangulada en el acto final de su retorcida historia de amor y odio". Fotos de su cuerpo idéntico estaban al lado.Thomas se sentó en su silla, frente al hombre de la gabardina, escuchándolo atentamente, asimilando toda la información que le estaba contando.Miró la