Anfisa golpeó suavemente la puerta mientras sostenía con la otra mano la bandeja con el desayuno que había traído para Thomas. Había llegado tan lastimoso la noche anterior que la tenía preocupada. La noche anterior le había dado un buen susto y no había podido dormir tranquila. Incluso se había levantado temprano para ayudar al mayordomo a traerle el desayuno a Thomas. Quería ver si estaba bien. Se quedó afuera esperando una respuesta. Abrió los ojos lentamente y se sentó en la cama con un leve gemido. Todavía le dolía el costado, pero ahora era un dolor soportable; el ungüento y las vendas que le había dado la noche anterior habían hecho maravillas. “Pasa”, dijo con voz ronca, frotándose los ojos mientras se sentaba en el borde de la cama. “No deberías moverte.” Dijo antes de sostener la puerta con el pie. Al oír su respuesta, entró sin perder un solo segundo. Al verlo moverse, temió que se abriera la herida. Dejó con cuidado la bandeja con el desayuno en la mes
“Bueno, Sr. Thomas, para una herida de tamaño considerable debo decir que se está curando bien. La piel muestra signos de curación y no veo signos de infección, lo cual es excelente, ha cuidado muy bien su herida”. Dijo el hombre mientras envolvía las vendas alrededor de la herida nuevamente, unos días después ya había comenzado a sanar, quienquiera que estuviera atendiendo las heridas del Sr. Hammond lo hizo maravillosamente. Thomas asintió en señal de agradecimiento cuando el médico habló. Bajó la mirada hacia la herida y notó que se estaba curando mejor de lo que había pensado. Pensó en Anfisa y en cómo ella había sido la que lo cuidaba por la noche y le cambiaba los vendajes; sintió una extraña satisfacción y posesividad al saber que ella había tocado su piel. No le dijo nada al médico cuando mencionó quién lo había estado cuidando. “Parece que se ha estado cuidando bien, eso marca una gran diferencia en el proceso. Ahora, sólo recuerde: no haga esfuerzos extenuantes ni mo
“Tienes que ser fuerte, no siempre habrá alguien ahí cuando más lo necesites.” Thomas habló con voz profunda y sería mientras miraba a Anfisa que parecía prestarle mucha atención, estaban fuera de la mansión. Los acontecimientos de los últimos días le habían hecho tomar la decisión de enseñarle a Anfisa a defenderse en caso de que lo necesitara, su herida estaba casi curada así que no había problema. En este momento su preocupación era Vito y que él fuera libre de nuevo, y aunque había decidido ocultarle esta información, sería una precaución enseñarle a defenderse. “¿Estás lista?” preguntó para poder comenzar. Anfisa asintió repetidamente, sí, estaba lista o al menos eso creía. Era la primera vez que veía a Bruce en ropa deportiva, y la imagen le tomó por un poco por sorpresa. La camiseta le quedaba ligeramente ajustada, destacando los músculos definidos de sus brazos y el pecho amplio. Se veía diferente, más relajado, casi juvenil, como si el peso de su eterna seriedad se h
A través de la pantalla del monitor pudo ver a Anfisa quejándose de su dolor de cuerpo y cuando ella empezó a quitarse la ropa sucia del entrenamiento, rápidamente miró hacia otro lado.Aunque no la miraba a través de las cámaras pudo escucharla quejarse del entrenamiento y de él, aunque le dijo un par de insultos, ni siquiera se molestó, todo lo que hacía era por su bien, le gustara o no.Se reclinó en su silla y se masajeó las sienes, sintiéndose un poco culpable por sus acciones. Sabía que era duro con ella, y sabía que probablemente ella no apreciaba la forma en que estaba manejando la situación, pero era por su propio bien. Tenía que protegerla de los peligros que la rodeaban, incluso si ella no se daba cuenta. Tomó los papeles que le había traído el día del funeral de su madre, Anfisa tenía que aceptar su apellido lo antes posible.Miró los papeles por un momento antes de dejarlos a un lado.Sabía que tenía que explicarle a ella, pero no sabía cómo, ¿cómo le explicas a alguien
Un hombre se encontraba de pie sobre un techo, mirando hacia el cielo nocturno sin estrellas. Su postura era dura y degradante, aterradora en cierto modo. Era temprano de madrugada y respiraba profundamente, aunque se sobresaltó cuando escuchó movimiento detrás de él. Sus ojos se abrieron un poco.Thomas giró bruscamente la cabeza. “¿Hola? ¿Quién anda ahí?”, dice con voz ronca y amenazante."Detective tonto", lo llamó la mujer sonriendo y levantando las manos, estaba indefensa, no era una amenaza en ese momento, por ahora.Los hombros de Thomas se relajaron un poco, aunque permaneció en guardia. "Lorena", dice en voz baja. "¿Qué estás haciendo aquí?", pregunta con los ojos entrecerrados. "¿Y dónde está Vito?", pregunta con cautela."Yo que sé, la última vez que nos vimos casi me mata." Se encogió de hombros restándole importancia, no quería hablar de eso ahora y se sentó en una banca de concreto que había allí. "Por otro lado mírate, viejo, hace años que no te veo. Los años ya habían
“Tu padre ha sido condenado a muerte por todos sus crímenes.” Dijo Thomas en medio de la comida con un tono serio y duro mientras la miraba fijamente, Anfisa sostenía los cubiertos y se había llevado un trozo de carne a la boca. Thomas quería ver su reacción ante la nueva noticia sobre su padre, para ver si sentía algo.Anfisa tragó saliva con cuidado al escuchar la abrupta noticia que Thomas le había dicho en medio del comedor y pudo sentir la mirada de todos los que servían en el comedor.Maldita sea, no se esperaba eso.Puso con cuidado sus cubiertos sobre la mesa para tomar el vaso de agua y no atragantarse con la comida.Thomas se quedó mirándola con sus ojos azules, mientras esperaba una reacción de ella. Tenía que ver si todavía había algún amor por él, o si ella también lo odiaba, y era hora de averiguarlo de una vez por todas. Tenía las manos sobre el regazo, mostrando modales perfectos.Anfisa se quedó allí quieta por unos momentos mientras dejaba el vaso sobre la enorme m
Anfisa cerró su libro mientras lo colocaba sobre sus piernas, había intentado leer pero su mente no podía concentrarse, por más que lo intentaba aún no lograba acostumbrarse a la casa de Thomas, era una casa tan grande y apenas salía de su habitación, estaba perdida en sus pensamientos cuando un golpe en la puerta la devolvió a la realidad.Thomas se quedó afuera de la puerta de su habitación, sabía que ella había estado pasando por muchas emociones y quería ver cómo estaba. Levantó la mano y golpeó suavemente la puerta, tratando de no asustarla. "Anfisa, ¿puedo pasar?" dijo Thomas, usando un tono de voz serio pero tranquilo, mientras esperaba pacientemente su respuesta detrás de la puerta.Anfisa miró hacia la puerta cerrada, al parecer la conversación en el comedor no había terminado. “Claro, adelante.” Respondió sentándome correctamente, se acomodó el cabello antes de que Thomas entrara ya que había estado acostada todo el día.Thomas abrió la puerta con cuidado, se asomó a su hab
Anfisa golpeó suavemente la puerta de su estudio.“¿Estás ocupado?”, preguntó mientras permanecía de pie en el medio de la puerta, lista para irse si él decía que sí.No quería molestarlo.Thomas estaba sentado detrás de su escritorio en su oficina cuando escuchó los suaves golpes en la puerta, lo que le hizo levantar la vista, sorprendido por su presencia. Cuando la vio parada en la puerta, dejó el expediente de ella que estaba revisando y la miró. “No, en realidad no. Adelante”, respondió con calma, haciéndole un gesto para que entrara.“¿Interrumpo algo?” preguntó al pasar. Era la primera vez que entraba al estudio de Thomas. Tenía grandes estanterías llenas de libros, y eso fue lo primero que le llamó la atención. Caminó hasta situarse a una distancia prudencial de él.Thomas la observó mientras entraba en la habitación, viéndola mirar todos los libros en los estantes, que él había reunido a lo largo de los años. Sacudió la cabeza cuando ella le preguntó si estaba interrumpien