“Se levanta la sesión”, escuché que decía Sebastian, pero parecía muy lejano.

Estaba sufriendo un ataque de pánico interno. Estar entre la espada y la pared no es el mejor lugar para estar, pero ¿qué opción tenía? Tenía que pensar en Iris. Su felicidad y seguridad eran mi prioridad en este momento.

“Mayra… ¿estás bien?”. La voz de Darren penetra la niebla.

Miré hacia arriba y vi que todos los demás Alfas se fueron. Solo estábamos Ren, Sebastian, Darren y yo en la habitación. Todos me miraban con preocupación.

Sacudí la cabeza para aclarar los pensamientos depresivos.

“Sí, estoy bien… solo un poco sorprendida, eso es todo”, les aseguré.

No parecían convencidos en absoluto.

“Prometo que no dejaremos que nada les pase”. Sebastian habló, haciendo una promesa que no debería estar haciendo.

Entiendo que quieran protegerme, pero con las probabilidades en mi contra, no creo que puedan hacerlo. Lo último que quiero es que estén en el radar de ese lobo simplemente porque me estaban cuida