En el momento en que la puerta se cierra, su boca está en su cuello, mordiéndome levemente. Me hace girar y me presiona contra la puerta.

Con unos pocos movimientos de sus garras, mis pantalones caen a mi alrededor. Otro movimiento y mi camiseta se abre por delante. Solo me toma unos segundos tenerme desnuda frente a él.

Antes de que pueda decir nada, sus labios están sobre los míos mientras empuja su lengua dentro. Desliza sus manos entre mis muslos y me encuentra resbaladiza y húmeda.

Me sobresalto y dejo escapar un grito ahogado cuando toca mi clítoris, frotando la base de su pulgar contra mí.

"Necesito probar", murmura contra mis labios antes de caer de rodillas.

Encajando su hombro entre mis muslos, me levanta y me apoya contra la puerta. Sujetándome firme, guía mis piernas sobre su hombro y luego desliza su lengua alrededor de mi rígido e hinchado capullo.

Me estremezco y libero un gemido lo suficientemente fuerte como para estar segura de que los muertos lo habrían oído. A