Emma escuchaba lejano el llanto desconsolado de Tala, sabía que estaba a su lado, pero ella se había abrazado al torso de su hermano y se aferraba a su cuerpo sin vida como si fuera el único salvavidas en medio del océano.Lo único que consiguió calmar sus propias lágrimas fue el rítmico sonido de un corazón emitiendo sus latidos. Respiró de forma entrecortada y de pronto, abrió los ojos y alzó el rostro para mirar a Ethan.—¡Está vivo! —gritó, y antes de terminar la frase, Tala estaba a su lado mirando a su mellizo con expectación.Un aullido fuerte, profundo y brutal, resonó a través de la garganta de Ethan. Su hermano abrió los ojos, pero en lugar de ser de ese tono plateado que los caracterizaba a los dos, lo que Emma vio, después de muchos años, fueron los ojos marrones de aquel niño de ocho años.Era el color de los ojos de su lobo, lo sabía, sin necesidad de que nadie se lo dijera Emma comprendió todo. Su hermano estaba vivo y de la misma forma en que la magia había llegado a e
Su compañera emitió un grito, pero no fue de miedo, fue de sorpresa. Si no hubiera estado bajo aquel influjo lunar, Asher se habría dado cuenta enseguida de que el olor de su compañera había cambiado, que su olfato hormigueaba con el tufo a bruja, pero en ella le resultaba embriagante.Si su cuerpo no estuviera necesitado de poseerla y hacerla suya de una vez por todas, se habría percatado de que su cabello plateado como el de Endora se movía con el aire y no estaba oculto, pero a su lobo eso no le importaba. Él solo sabía que tenía a su compañera a salvo, entre sus brazos y que nada lo detendría de atarla para siempre a su vida.—Te estaba buscando —su voz resonó en sus oídos mientras ella se aferraba a su cuello para que no la soltara. Estaba loca si pensaba que lo haría—. Dime que no te uniste a Astrid.—Eso nunca pasará —dijo, y sin poder esperar un segundo más, la tomó de la nuca y estrelló su boca con la de ella.Ahogó el jadeo de Emma con sus labios. Su cuerpo se contrajo, el p
Emma no sabía qué la había poseído para lograr esa iniciativa y besarlo antes de que él lo hiciera, pero le gustaba la forma en que había conseguido sorprenderlo. Su cuerpo se sentía distinto, no solo era la felicidad de que Asher la hubiera buscado cuando ella no podía hacerlo, era que la había aceptado sin importar lo que ella era.Había tenido tanto miedo de su rechazo, que Emma se esforzó en rechazarlo a él primero. Sabía que en algún momento tendría que explicarle, mantener una conversación sobre lo ocurrido esa noche y contarle los miedos que le habían hecho ocultarle su verdadero ser, pero no sería en ese instante.Sabía por Endora que el color de su cabello era distintivo de su familia y que solo con verlo lo asociarían con la bruja, por eso su tatarabuela se los ocultó, pero Asher la miraba como si no hubiera en el mundo nada más importante que ella, como si de verdad hubiese dejado de importarle esa parte de su ascendencia. Saber que la aceptaba le dio toda la valentía que n
Asher la observó pasear la lengua por su labio inferior, nerviosa y la vez excitada. Estaba cegado por su olor, por su desnudez y se sentía más animal que humano en aquel momento. La sujetó de la cintura y la pegó a su cuerpo. La escuchó emitir un quejido cuando apretó su erección en el centro de su feminidad y ella se agarró a sus bíceps para sostenerse. Emma solo tenía que mirarlo para que él reaccionara, pero ya sentir sus manos sobre su piel desnuda lo tenía tan duro que le dolía.—Asher —pronunció ella en un tono lastimero y desesperado—, por favor.Su lobo quería lanzarla a la cama, abrir sus piernas y clavarse en ella, pero aquello no iba a acabar tan rápido. Era la primera luna de apareamiento que podía estar junto a su compañera e iba a alargarlo lo más que pudiera.—Sé lo que quieres —pronunció con la voz más afectada de lo que quería demostrar—, pero creo que antes voy a comerte toda. Llevo mucho tiempo deseándolo.Su lengua solo podía pensar en recorrer esa piel expuesta
Emma sintió sus párpados pesados, su cuerpo dolorido y unas ganas gigantescas de continuar en la cama, pero el gruñido de su estómago la hizo intentar abrir los ojos.Un fornido brazo rodeaba su cintura y el calor de Asher junto con su lenta respiración parecían envolverla.Todo había sido real, prueba de ello era lo dolorida que se sentía, pero había merecido la pena, sin duda. Aquel era un dolor demasiado agradable. Si llegaba a saber que se sentiría así al estar con un hombre habría buscado… No, no lo habría hecho, no se imaginaba haciendo lo mismo con otro que no fuera Asher.No comprendía qué le había pasado para haberse dejado llevar de esa forma, ella no era así, o quizá sí lo era y apenas lo estaba descubriendo.¿Estaría mal que le dijera que quería repetirlo? Cuanto antes a ser posible. Su cuerpo no se había quejado ni un poquito cuando él la tocaba, lo sintió correcto. Como si estuviera destinada a estar entre sus brazos.¡Y qué brazos! Era el leñador de sus sueños. Puede qu
—No puede ser —musitó y negó con la cabeza, consternado—. No, tú no puedes ser ella, esto es cosa de Endora. Esa maldita bruja te hizo algo, pero yo lo solucionaré, Emma. No te preocupes, arreglaremos esto. Debería haber sabido que esa mujer no nos dejaría tranquilos con tanta facilidad.«Una los maldice una vez y ahora resulta que tengo la culpa de todos los males del mundo —Emma escuchó la voz de su tatarabuela en su cabeza—. Yo ni siquiera me moví de aquí. Ya me falta poco para reunirme con mi Radof y este lobo tonto piensa que voy malgastando mis pocas fuerzas para molestarlo a él. Egocéntrico».Emma se sacudió el cabello como si así pudiera apartar la voz de Endora, si él se daba cuenta de que la bruja que tanto odiaba no solo era su familia sino que también solían tener una comunicación continua, no habría forma de que la escuchara y le permitiera explicarse.Asher no dejaba de mirarla con una mezcla de aprehensión y culpa, él de verdad creía que su tatarabuela había viajado has
—¡¿Qué tengo que escuchar?! —gritó Asher con la voz endurecida por la presión que Emma provocaba sobre él—. ¡¿Qué eres una bruja?! ¡Eso lo acabo de averiguar!Aquello era una pesadilla, no tenía suficiente con luchar con esa enorme fuerza que lo mantenía aprisionado contra la pared, que también debía luchar en contra de los instintos de protección de su lobo.Nunca había tenido problemas con su mitad lobo, siempre fueron uno y se complementaban, pero desde que Emma llegó, eran como dos individuos diferentes conviviendo en un mismo cuerpo.Se sentía un tonto al que habían engañado, y lo peor era que su lobo quería soltarse para abrazarla porque podía sentir cómo sufría y lo mucho que le estaba doliendo a Emma la situación… él quería hacer lo mismo ¡pero era la maldita bruja!Aquello que sentía no podía ser cierto, ella tuvo que hacer algo para engañarlo, para hacerle creer que era su compañera. Si se marchaba, si ponía distancia, quizá quedaría libre de ese embrujo ahora que ya sabía l
Emma se mordió el labio, nerviosa. No sabía cómo controlar su magia y sus manos parecían tener vida propia. Cada vez que sentía una emoción fuerte, su poder se desataba y hacía cosas que no quería.Cosas como lanzar al hombre que amaba volando por toda la habitación como si fuera un muñeco de trapo. Cuanto más se horrorizaba, hacia un movimiento involuntario y Asher sufría las consecuencias estrellándose con cada espacio de la sala.Su pequeña cabaña se encontraba destruida y solo habían pasado unos minutos desde que perdió el control.—¡No puedo parar! —gritó y se llevó las manos a la cabeza para tirar de su propio cabello y no hacer un nuevo movimiento. Estaba histérica, llorando y aterrada, todo al mismo tiempo—. No sé cómo parar —dijo, se sentó en el suelo y se apoyó en la pared cuando sintió el agotamiento que todo aquel desperdicio de magia le había causado.Emma miró a Asher y a lo que quedaba de los muebles que se esparcían por el suelo en trozos de madera inservibles. Su comp