Capítulo 2

-Annabel-

–Pobre familia Crowley.

–Todos muertos. 

–...Afa Oscuro…

Solo me llegaban pedazos de conversaciones. ¿Qué sucedió?

La profesora Raven ingresó al aula y todas quedaron en silencio. 

En el transcurso del día seguí escuchando murmullos con lo que había sucedido el fin de semana y ya tenía más o menos claro que es lo que sucedía.

El pueblo donde vivian los Crowley fue atacado por hombres lobos y no dejaron a ningun sobreviviente. Aunque la familia intentó hacerles frente, eran demasiados y mataron a todos. Nadie en el pueblo estaba preparado y los tomaron por sorpresa. ¿Y de qué manada eran los hombres lobos? Pues de Moonblack, la manada principal. Esa era la manada del Alfa de todos los Alfas. Era la manada del Alfa Oscuro, el hombre lobo más cruel de la historia…y el enemigo de todas las brujas. 

La disputa entre hombres lobos y brujas es tan antigua como el tiempo, nunca han podido llevarse bien y en cuanto se ven pelean hasta la muerte. Algunas dicen que esa es la razón por la que atacaron a los Crowley otras que solo estuvieron en el lugar equivocado en el momento equivocado. 

Suspiro mientras termino mis tareas. Dejo la biblioteca y camino de vuelta a mi dormitorio, por el camino veo a todas en grupos conversando y pasandola bien, una parte de mí quiere ser incluida en esas conversaciones, pero la otra parte sabe que sería solo por interés. La academia es un lugar solitario para mí. Al ser sobrina de la selladora mundialmente conocida y directora de la academia San Lorenzo, Morgan Alderwood, todas tenían interés en ser mi amiga solo para obtener beneficios.

Pronto era hora de dormir y me recosté escuchando como Diana se movía por el cuarto.

El bosque. 

No necesitaba ver para saber que una vez más estaba en el bosque. Di una vuelta y vi que a mi alrededor poco a poco empezaba a aclarar. Una densa niebla cubría el lugar. ¿Caminaba? No tenía nada más que hacer, así que eso fue lo que hice. 

Los árboles que me rodeaban eran antiguos, pero no había ni un sonido. Cómo si en ese lugar no viviera nadie, pero yo sabía que si había alguien. La vez anterior empezó a acercarse.

El recorrido fue el mismo que la vez anterior y pronto está eso blanco a lo lejos acercándose. ¿Qué era? Parecía un perro. 

–¡Annabel despierta!

–¿Otra vez? Nunca me dejas soñar en paz Diana. –Casi estaba a mi alcance y tuvo que despertarme.

–Aquí la dormilona eres tú. Mejor dame las gracias por no dejarte dormir más de la cuenta. No creo que quieras llegar tarde a clases. 

–Pues gracias. –Le dije de manera sarcástica. 

–De nada. Estoy para servirte. –Hizo una reverencia de forma burlona. –A propósito, volviste a hablar en sueño. 

–¿Qué decía? –Eso sí me interesaba. 

–Vera, vera. ¿Quién es Vera? 

–Ni idea. –Y de verdad no sabía. Segunda noche que sueño lo mismo y sentía que ese nombre me era familiar. ¿Dónde lo había escuchado antes? ¿Quién era Vera?

Tendría que investigar, dos noches seguidas con el mismo sueño tenía que significar algo. 

En cuanto terminaron las clases del día me dirigí a la biblioteca, dejé mis cosas en una mesa y empecé a buscar. 

Los libros en el área de adivinación me llamaban. Así que por ahí partí.

¿Los sueños dicen el futuro? 

Guía de sueños. Adivina tú futuro.

Esos dos se veían prometedores. Así que volví a mi mesa decidida a pasar toda la tarde leyendo.

–Señorita Annabel. 

–Otra vez no. –Susurré para mi. ¿Es que no podían dejarme leer en paz? –¿Qué sucede? 

–La directora me mandó a buscarla. Dice que la espera en su oficina. 

–¿Y ahora qué pasó? 

–No lo sé.

La niña me respondió, preferí no decirle que esa pregunta no era para ella. ¿Acaso mi tía solo usaba a las niñas de primero como sus mensajeras? Eso no se hacía.

Inscribí los libros que llevaría conmigo y me dirigí a ver a mi tía. 

–Estamos invitadas a cenar con el concejo el viernes por la noche. Espero que estes en tu mejor comportamiento. –Fue lo primero que me dijo en cuanto entre a su oficina. Ni un buenas tardes Annabel, ¿como estubieron tus clases? Nada. Se notaba que seguía molesta por la solicitud. 

–¿Yo tambien? –Estaba sorprendida, sería la primera vez que la acompañaría en algo así. Cada vez que la invitaban iba sola. 

–Sí. Estará presente la consejera Elphaba y será una buena ocasión para que la conozcas. Despues de todo ella será tu maestra.

Maestra Elphaba, no podía verme haciendo una especialización en Sanación, no era lo que yo quería, pero eso tendría que hacer. No tenía otras opciones.

–Si tía. Me retiro. 

Di la vuelta para salir, pero su voz me detuvo. 

–Me informaron que estas teniendo problemas para dormir. 

¿Qué? 

–Duermo bien tía. 

–¿Es así? –me interrogó. –¿No estas teniendo pesadillas? 

–Son solo sueños. –¡Maldita Diana! Le fue con el chisme a mi tía. Tenía la sospecha que ella le informaba todo lo que hacía a mi tia, pero ahora no tenía dudas de que así era. 

¿Por qué mi tía necesitaba que alguien le contara todo lo que hacia? No era necesario, siempre le he contado todo. Con ella no tengo secretos. Lo más seguro era que Dianna quería ganarse el favor de la directora de la academia. No habia otra razon para esto. 

–Annabel –se acercó a mi hasta tomar mis manos en las suyas–, sabes que te crie como si fueras mi hija, ¿verdad? Si algo te preocupa no dudes en decirmelo. 

–Lo sé tía. Pero no fue nada. De verdad. Yo puedo investigarlo. 

–Te ayudaré. Cuentame. –Me guió al sofa y nos sentamos las dos. –Recuerda lo que siempre te he dicho; una vez puede ser casualidad, despues tienes que investigar… además dos cabezas funcionan mejor que solo una. 

No creía que mi sueño fuese tan importante, pero si ella creía que lo era pues se lo contaría, después de todo ella me podía ayudar a saber que significaba. 

Le conté todo, el bosque, la oscuridad, que estaba vestida con mi camisón de dormir, como caminaba por el bosque llamando a alguien. Y que ese alguien era una tal “Vera”, como a lo lejos veía acercarse un perro blanco.

–¿Perro blanco? ¿Estas segura?

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