Capítulo 11-Annabel-Sobrevivir por su cuenta era extremadamente difícil. Había pasado un mes desde que escapé de la academia y me encontraba desesperada. Primero había pasado un par de días en ese bosque y aunque de algún modo estar en un bosque se sentía bien para mí, no quería volver por el momento. Después, en el primer pueblo al que me atreví a entrar fue por muy poco tiempo y solo a buscar comida y una carpa pequeña con un saco de dormir. No pensaba pasar otra mala noche en la intemperie. Lo mejor para mí sería esconderme entre los humanos, pero sentía que aún me encontraba muy cerca de la academia. En el siguiente pueblo quería hacer lo mismo, entrar y salir, pero no tuvo tanta suerte. Era bastante pequeño y se sentó un momento en la plaza mientras comía una empanada que le había comprado a una señora de un carrito. –¡Oye muchacha! ¿Quieres saber tu destino? Solo por una moneda leo tu mano. –Una mujer se le acercó, estaba vestida con falda larga y varios collares.–¿Qué? –La
-Annabel-Mi corazón se aceleró, pero después recordé que él no me conocía, así que no tenía por qué preocuparme. Pasó por mi lado y mientras yo esperaba que siguiera de largo no lo hizo. Se detuvo y me miró. Inspiró. Sus ojos se pusieron negros. Estaba embelesada, era muy distinto verlo en persona a ver un recuerdo. En el recuerdo solo me había llamado la atención, ahora en persona era algo que no podía describir. Lo necesitaba más cerca, yo quería que él me tocara. Lo anhelaba. Y lo hizo. Me tomó del brazo y me acercó a él. Solo que de un momento a otro me empujó y se alejó.–¿Qué fue eso? –Susurré para mí.No pensé más en eso y me fui del terminal buscando un lugar donde pasar la noche. Mientras caminaba por las calles oscuras sentía que alguien me seguía, pero no veía a nadie. ¿Mi tía ya me encontró? Solo pensar en eso me asustaba. No estuve tranquila hasta estar resguardada dentro de una habitación. Esa noche soñé con unos ojos negros que me transmitían paz. A la mañana siguie
-Annabel-Corrí a mi habitación lista para tomar mis cosas y salir de ahí. No quería tener nada que ver con ese hombre lobo. Estaba ordenando todo a la carrera cuando escucho que la puerta se abre y veo ingresar a mi supuesto compañero. –¡Vete!–No me voy. –Y para demostrar su punto se sentó en la cama con toda la confianza del mundo. ¿Y este que se creía? Lo fulminé con la mirada y con mi mochila al hombre estaba lista para salir.–¿De quien escapas? –Me llegó la pregunta. Lo ignoré y seguí a la puerta solo que no me esperaba que me tomara del brazo y no me dejara salir. –No niña bonita, de aquí tú no sales hasta que hablemos. –No tengo nada que hablar contigo. –Tú no, pero yo sí. Así que se una buena niña y responde mis preguntas. ¿Buena niña? –¡No me trates así! No soy ninguna niña. –¿No lo eres? –¡No! –Estaba furiosa. Lo que este tipo necesitaba era que le gritara unas cuantas verdades. –Pues por tu forma de actuar, no lo creería. –¡Eres insoportable! –Me removí hasta qu
-Annabel-En cuanto salí del hotel no miré atrás. ¡Necesitaba dinero y lo necesitaba ya! Las palabras de Darius seguÍan en mi mente. ¿Compañera? ¿Era su compañera? ¿Cómo era eso posible? Según yo, eso era imposible. Nuestras especies siempre se han llevado mal, así que él tiene que estar equivocado. No podía volver al terminal, pero busqué lugares transitados y me puse una vez más a leerle el futuro a la gente. Eso era lo más rápido para ganar dinero. Con el paso de las horas me empecé a relajar al no ver aparecer a mi nuevo tormento personal. No lo quería ver. –Alderwood. Un apellido poco común. –Esa voz. Ni siquiera tenía que volverme para saber a quién pertenecía. –¿Me estás siguiendo? –La pregunta me salió entre dientes. –Nop –Pero lo decía de tal forma que era imposible creerle. –Solo pasaba por aquí. –Sí claro. –Eso no se lo creía ni él. –Pero volviendo al asunto. Alderwood. ¿Qué relación tienes con Morgan Alderwood? Lo miré sorprendida. ¿Conocía a mi tía? –¿La conoces?
-Annabel-Esos besos la estaban volviendo loca. Con cada nuevo beso, mi mente más se intoxicaba con Darius y no me dejaba pensar. Ella tenía que razonar, pero no podía… no quería. De un momento a otro ya no era solo su boca la que la tocaba sino que sus manos también, está empezaron a recorrer mi cuerpo volviéndome loca… aún más de lo que ya estaba. Mi respiración estaba alterada. ¿¡Este hombre que me estaba haciendo!?–Basta, no podemos hacer esto. –Susurré contra sus labios.–¿No podemos? –No… somos diferentes especies. Nos odiamos… sería un desastre. –¿Otra vez con eso? Nosotros no nos odiamos. –Puso énfasis en “nosotros”. –Además, parece que lo dices solo para convencerte. Y volvió a besarme. Y una vez más dejé de pensar. Su boca dejó la mía para deslizarse por mi rostro y llenarlo de besos antes de volver una vez más a mi boca. Era un beso profundo, cargado de una mezcla de deseo y desesperación. -Darius-Lo único que quería era perderme en ese beso. Ya era tiempo de que a
-Darius-Cerré la puerta de la habitación dejando a Annabel dentro. –Habla. –Mi voz de Alfa estaba al mando. No tenía la paciencia para esperar. –Otro asesinato señor.Lo miré fijamente, mientras sentía como la rabia crecía dentro de mí. Y no solo yo era el que estaba enojado. Bat también lo estaba.–¿Otro? ¿Tan pronto? –gruñí, casi más para mí que para él. Apreté los dientes. Esto ya se estaba saliendo de control. –Dejame adivinar… yo lo ordené.–Sí Alfa. –¡Maldición! –Esto ya no era un hecho aislado, ahora era prácticamente todos los días que había un asesinato. –¿A quién esta vez? –En el este, en el territorio del Alfa Casper… fue a uno de sus guardias. Justo lo que necesitaba. Un conflicto con otra manada y tenía que ser justo la del Alfa Casper, apenas podíamos mantener una paz incómoda con ellos por culpa de mi padre. Y ahora con uno de sus hombres muertos… Esto no podía ser peor. Aunque no quisiera involucrarme tendría que hacerlo. Ya no tenía opciones de seguir investigan
-Annabel-La oscuridad era muy grande, no podía ver, ni oír nada. ¿Dónde estaba? Traté de avanzar pero unas ramitas se incrustaron en mis pies, ahí me dí cuenta que estaba descalza y el blanco de mi camisón resaltaba en esa oscuridad. Avancé pendiente de todo mi entorno esperando que algo cambiara. Poco a poco fui capaz de distinguir las siluetas de los árboles. –Estoy en un bosque.¿Qué hacía ahí? Se notaba que estaba sola, así que seguí avanzando decidida a encontrar una salida de ese lugar. A lo lejos algo blanco empezó a acercarse. –Annabel despierta.Diana, mi compañera de cuarto, me despertó. Todo fue un sueño, pero lo sentí tan real…Me siento en la cama y me destapo, miro mis pies y están limpios. Siempre estuve en mi dormitorio. –¿Qué te pasa? –Diana me mira raro, pero no me importa. Ese sueño se sentía tan real… –¡Annabel! ¡Te estoy hablando! –Nada, nada. –Si no respondía seguirá preguntando hasta que me hiciera hablar. Llevaba 7 años siendo mi compañera de cuarto y ya
-Annabel-–Pobre familia Crowley.–Todos muertos. –...Afa Oscuro…Solo me llegaban pedazos de conversaciones. ¿Qué sucedió?La profesora Raven ingresó al aula y todas quedaron en silencio. En el transcurso del día seguí escuchando murmullos con lo que había sucedido el fin de semana y ya tenía más o menos claro que es lo que sucedía.El pueblo donde vivian los Crowley fue atacado por hombres lobos y no dejaron a ningun sobreviviente. Aunque la familia intentó hacerles frente, eran demasiados y mataron a todos. Nadie en el pueblo estaba preparado y los tomaron por sorpresa. ¿Y de qué manada eran los hombres lobos? Pues de Moonblack, la manada principal. Esa era la manada del Alfa de todos los Alfas. Era la manada del Alfa Oscuro, el hombre lobo más cruel de la historia…y el enemigo de todas las brujas. La disputa entre hombres lobos y brujas es tan antigua como el tiempo, nunca han podido llevarse bien y en cuanto se ven pelean hasta la muerte. Algunas dicen que esa es la razón por