Oliver todavía esperaba la respuesta de parte de la muchacha, aunque de seguro ella se estaba ocupando de otros asuntos y ya cuándo viera su mensaje le confirmaría si podía a esa hora y lugar para recurrir al encuentro. Tenía que conversar con ella al respecto. Suspiró hondo. Por su parte seguía a solas en ese lujoso piso. No se sentía incómodo, de hecho le satisfacía la soledad y tener su propio espacio, por eso antes de cumplir los veinte años de edad, ya se había independizado, sin embargo existía otro tipo de silencio que le perturbaba. Oliver se sirvió una copa de whisky, hace rato que había tomado una ducha, aunque lo único que quería era descansar, no era momento para tomarse un descanso. Las grandes oportunidades venían con enormes cargos, y él lo asumió de todos modos. Porque pensó en el bienestar de su padre, quería que pudiera dedicarle más tiempo a su madre, había estado trabajando sin parar durante años, agotado por los viajes de negocios, reuniones y todo lo que conl
El forcejeo comenzó, ella estaba tan asustada que no podía dejar de sentir su pobre corazón latiendo contra su pecho, avisando que en cualquier momento escaparía. Sus ojos estaban muy abiertos y trataba de soltarse como podía. Era imposible, él le ganaba en fuerza y peso. Nunca antes ella pensó que viviría una situación similar, es así como ya temía lo peor. —¡Déjate de una vez por todas! Eres tan preciosa y fascinante, no huyas, maldición —le exclamó con malicia y con la intención de besarla a la fuerza. Ella, a pesar de estar atrapada entre su cuerpo, no se iba a rendir tan fácil, necesitaba salir ilesa de todo eso. Si no lo intentaba, terminaría marcada por ese pervertido, y eso sí que no. No podía permitirlo. —¡Ayuda! Déjame, te lo suplico. Casi cuando logró besarle, ella le dio una patada en su entrepierna, golpe que lo tumbó al suelo, él estaba soltando alaridos de dolor. Se lo merecía. Pamela corría hacia la salida, no podía quedarse ahí. Pero Chocó con un pecho duro que le
Después de la llamada, su madre se había quedado un poco más tranquila a pesar de todo. Recordar todo lo que había pasado al encontrar a su novio con alguien más fue pesado y molesto, pero se lo había narrado su madre todo al pie de la letra, aunque seguiría ocultando lo que había sucedido realmente con el dinero ahorrado, no le quería decir que su novio había sido el responsable de que su dinero desapareciera. Su intención no era de ninguna manera salvar a su exnovio por lo malo que había hecho, simplemente no quería darle más dolores de cabeza a su madre, que ahora debía nada más tener la mente puesta en su recuperación y no en otras cosas. Oliver se presentó nuevamente ante ella.. Rápidamente notó que se había cambiado de ropa, todavía tenía el cabello húmedo y ahora en lugar de estar prolijo se encontraba revuelto, dándole un aspecto más jovial. En realidad se miraba muy sexy de esa manera. No quería seguir la ruta de sus pensamientos encaminados al atrevimiento, y batió la cab
Conectó con él.—No, créeme que de ninguna manera he querido decir eso —balbuceó y pasó saliva con dificultad. Él, que no dejaba de mirarlo de forma intensa, no hacía más que cohibirla. —Bien, ¿tienes hambre? —He comido, ¿lo has olvidado? —Ya han pasado varias horas de eso... Supongo que mañana tienes que trabajar —cambió de tema y ella se lo confirmó con un asentimiento de cabeza. —Sí...—Te llevaré al trabajo, solo debes darme la dirección. —¿Al trabajo? Ya no estoy segura de tener un empleo, ese hombre es mi jefe —reveló, como si Oliver estaba realmente ajeno a eso. —Ah, ya lo comprendo. No tienes de que preocuparte —anunció.—¿No? Porque sí debería, estar en Buckland es mi sueño, no debería perderlo. Él se aclaró la garganta. —Ese tipo estará tras las rejas, me han llamado, ya me encargué de todo, te lo dije. Así que no creo que conserve su empleo. Su sórdida acción lo dejará expuesto. Parpadeó, sin palabras. —Me iré a la cama, descansa. Oh, todavía sigo pensando en que
Pamela intentó llamar otra vez a Bruce, pero no tuvo respuesta de su parte, por lo que llegaba a la conclusión de que en efecto había tenido un accidente, deseaba con todo su corazón que las cosas no hubiera marchado de ese modo, pero era eso lo que se esperaba sí había estado conduciendo bajo los efectos del alcohol. Oliver, se sentía incómodo ahí mirándola sumergida en la preocupación.No deseaba verla así. Además, le resultaba verdaderamente extraño que la mujer con la que se había casado, incluso si todo significaba solo una farsa se mostrara tan afectada por algo así. Ni siquiera debía de importarle, después de todo ese tipo la había engañado y rompió su corazón, no la supo valorar. Se llevó una mano a la sien, no debía estar afectado por eso, ni permitir que eso le molestara. Igual lo de ellos dos no era cierto. Entonces, ¿qué rayos importaba que estuviera así por su ex? Sin embargo la realidad era que Oliver no lo comprendía, el mismo ni siquiera sabía cómo es que se ponía de
—Hija, ya estoy de regreso a casa. Ha sido una mañana agotadora —le expresó su progenitora, quién ya estaba de regreso junto a Carla, a la joven se le acumularon las lágrimas en los ojos y se resistió a no romperse. Incluso cuando su mamá, Christine, la estaba diciendo que todo había ido bien, pese a ser cansino, sabía que reprimía el dolor, lo hacía para no causarle daño —. Carla ha estado conmigo en todo momento, por cierto, ella necesita dinero. —No lo olvido, soy consciente de que no ha podido trabajar para poder cuidarte, le pagaré esta tarde, mamá. —Bien. ¿Cómo estás? No me digas que te encuentres bien, porque sé que eso es mentira. —¿Por qué decir que no? Me conoces tan bien —suspiró ladeando la cabeza, todavía estaba a solas en el baño de mujeres de la compañía —. Bruce y yo no terminamos bien, todo está mal, pero olvidarlo es lo mejor, ya no quiero que venga a mi mente, mamá. —Y es lo mejor. De todas maneras una relación que no estaba estable y no era real, no te llevaría
—¿Por qué me ha llamado? —le habló al Chief Marketing Officer, quién era el que complementaba las funciones del Marketing Manager, de Tom Morrison. —En primer lugar es muy confuso, no tiene sentido. Pero son órdenes de arriba. ¿Qué has hecho últimamente, Pamela? —¿Yo? No sé a qué se refiere. —¿Ah no? Me imaginé, no puedo creer que vayas a tomar el lugar de Morrison, tú, una simple aprendiz. ¿No es eso descabellado? —¿Qué yo qué? —soltó llevándose una palma al corazón. ...Un paquete llegó esa tarde a la dirección de su casa. Lo llevó un chico, que con amabilidad le hizo la entrega. Era una caja atravesada por un lazo rojo, sabía que venía de parte de Oliver. Es que nadie más le enviaba obsequios. —Muchas gracias —emitió antes de volver a la sala.Una vez ahí, lo abrió, eran bombones de chocolate. ¡Una caja entera de chocolates suizo para ella! La notita pegada dentro, decía: "Lo siento por preocuparte, pero si te prometo que todo estará bien, no esperes que todo se derrumbe. Solo
A pesar de que había quedado en verse con Oliver al siguiente día, no pudo ser posible, al CEO se le habían presentado algunos inconvenientes ligados a la compañía, de todos modos ella no podría ir a verle, como mencionó. Tenía mucho por hacer. —¿Sucede algo? —le preguntó Diana, la nueva vecina estaba otra vez en su apartamento. Incluso si ella era una chica agradable. Que viniera demasiado a menudo, se sentía un poco tedioso, sin embargo no quería ser grosera o quedar como la mala. Así que no le quedaba de otra que ser amable con la mujer, después de todo sentía empatía por ella y quizás Diana solo se sentía sola, por eso buscaba interactuar con ella. —No, bueno... Es solo del trabajo. —¡¿Te refieres a la compañía Buckland?! Espera... —abrió los ojos de par en par, sin dejar de mirarla, completamente impactada, es que no se lo podía creer —. ¿Acaso eres empleada allí? No lo digo por nada malo, al contrario, es algo bueno. —Aprendiz —emitió, pensando en que sería el tonto mencio