—Hija, ya estoy de regreso a casa. Ha sido una mañana agotadora —le expresó su progenitora, quién ya estaba de regreso junto a Carla, a la joven se le acumularon las lágrimas en los ojos y se resistió a no romperse. Incluso cuando su mamá, Christine, la estaba diciendo que todo había ido bien, pese a ser cansino, sabía que reprimía el dolor, lo hacía para no causarle daño —. Carla ha estado conmigo en todo momento, por cierto, ella necesita dinero. —No lo olvido, soy consciente de que no ha podido trabajar para poder cuidarte, le pagaré esta tarde, mamá. —Bien. ¿Cómo estás? No me digas que te encuentres bien, porque sé que eso es mentira. —¿Por qué decir que no? Me conoces tan bien —suspiró ladeando la cabeza, todavía estaba a solas en el baño de mujeres de la compañía —. Bruce y yo no terminamos bien, todo está mal, pero olvidarlo es lo mejor, ya no quiero que venga a mi mente, mamá. —Y es lo mejor. De todas maneras una relación que no estaba estable y no era real, no te llevaría
—¿Por qué me ha llamado? —le habló al Chief Marketing Officer, quién era el que complementaba las funciones del Marketing Manager, de Tom Morrison. —En primer lugar es muy confuso, no tiene sentido. Pero son órdenes de arriba. ¿Qué has hecho últimamente, Pamela? —¿Yo? No sé a qué se refiere. —¿Ah no? Me imaginé, no puedo creer que vayas a tomar el lugar de Morrison, tú, una simple aprendiz. ¿No es eso descabellado? —¿Qué yo qué? —soltó llevándose una palma al corazón. ...Un paquete llegó esa tarde a la dirección de su casa. Lo llevó un chico, que con amabilidad le hizo la entrega. Era una caja atravesada por un lazo rojo, sabía que venía de parte de Oliver. Es que nadie más le enviaba obsequios. —Muchas gracias —emitió antes de volver a la sala.Una vez ahí, lo abrió, eran bombones de chocolate. ¡Una caja entera de chocolates suizo para ella! La notita pegada dentro, decía: "Lo siento por preocuparte, pero si te prometo que todo estará bien, no esperes que todo se derrumbe. Solo
A pesar de que había quedado en verse con Oliver al siguiente día, no pudo ser posible, al CEO se le habían presentado algunos inconvenientes ligados a la compañía, de todos modos ella no podría ir a verle, como mencionó. Tenía mucho por hacer. —¿Sucede algo? —le preguntó Diana, la nueva vecina estaba otra vez en su apartamento. Incluso si ella era una chica agradable. Que viniera demasiado a menudo, se sentía un poco tedioso, sin embargo no quería ser grosera o quedar como la mala. Así que no le quedaba de otra que ser amable con la mujer, después de todo sentía empatía por ella y quizás Diana solo se sentía sola, por eso buscaba interactuar con ella. —No, bueno... Es solo del trabajo. —¡¿Te refieres a la compañía Buckland?! Espera... —abrió los ojos de par en par, sin dejar de mirarla, completamente impactada, es que no se lo podía creer —. ¿Acaso eres empleada allí? No lo digo por nada malo, al contrario, es algo bueno. —Aprendiz —emitió, pensando en que sería el tonto mencio
No daba crédito a la forma tan dominante con la que se expresaba Oliver; no tenía ningún derecho de mostrarse así de posesivo con ella, mucho menos exigir en dónde se encontraba, no la podía manejar así, seguía siendo su vida. —Lo siento, pero no puedo permitir que me hables así, tú y yo estamos casados y eso no significa absolutamente nada, más allá de que deba fingir delante de tus padres y luego delante del mundo, pero eso no le quita peso a la mentira. Así que no vuelvas a hablarme como si de verdad estamos en una relación. —Pamela, en el momento en que firmas un papel te comprometes a hacer todo lo que dice el pie de la letra, que no se te olvide que ante la ley estamos casados, eres mi esposa por lo tanto no quiero que te pase nada malo y tampoco que andes por allí hablando con tipos. ¿Me has comprendido? Después de exigirle que no se viera con nadie más, no pudo prestar atención al resto de sus palabras; boquiabierta miró a todos lados buscando a Oliver. ¿Cómo rayos es que sa
El CEO se llevó una mano a la barbilla mientras comenzaba a sentirse enfadado. Caminaba de un lado a otro intentando calmarse, pareciendo un animal famélico. Rugió sintiéndose apresado. Lo que más lo ponía mal, es que había sentido algo extraño en su ser cuando miró a Pamela con alguien más. Luna, quién estaba ahí porque así lo pidió él, se quedó a sus espaldas tratando de adivinar cuál sería el próximo movimiento de su jefe, la había citado allí para ajustar algunos pendientes; no entendía la razón por la que exigió su presencia y no hacerlo por una llamada y ya. —Señor, todavía estoy esperando que me explique que es lo que necesita exactamente. Me doy cuenta de que algo le preocupa profundamente y me gustaría saber qué es lo que puedo hacer para que no esté así. Ella se quedó a la expectativa al ver que su jefe giró sobre sus talones, aún mantenía las manos entrelazadas por detrás, y con su caminar lleno de aquella característica firmeza se aproximó a ella.Parecía encontrarse f
Sabía que se trataba de esa cena con sus padres. Y cuando se lo preguntó por un mensaje, el millonario se lo había confirmado desatando en ella una ola de temores. Después de haberle dado el aviso a Pamela de la cena. Se fue a la casa de ellos, sus papás. A quienes aún no revelaba nada. Esperaba que no se lo tomaran de mala manera.—¿Qué te trae por aquí? —Quiero hablar con ustedes. Ya saben que todo este tiempo me he mantenido soltero y alejado de las relaciones, pero de un momento a otro pude encontrar el amor...Ni siquiera había terminado de hablar cuando su madre ya estaba celebrando de la emoción, así de feliz estaba porque al fin su hijo se enamoró. —¿Es en serio? —soltó su progenitor, asombrado —. Está lejos de ser una mala noticia, todo lo contrario, me parece increíble que al fin puedas sentar cabeza. Es algo maravilloso. —¿Podemos conocerla? Me muero por saber quién es ella, tal vez la he mirado en alguna parte o es una completa desconocida para mí, en todo caso sería
—¿Así que estás estudiando en la universidad? —Sí, curso estudios actualmente. Me gusta el diseño y el arte, señora Buckland —le hizo saber y ella asintió con la cabeza. —Solo Caroline, o me puedes llamar Carol. —De acuerdo. —Eso es maravilloso —opinó Antoine, un poco entusiasmado —. El arte podría convertirse en mi pasatiempo fácilmente, siempre me ha gustado admirar las obras, yo encuentro algo de calma y tranquilidad cuando miro alguna pintura, dependiendo de que esté mirando, por supuesto. En algún momento me gustaría ver algo que hayas hecho. —Oh, por supuesto. Ahora mismo estoy trabajando en varias obras para un trabajo de la universidad. También podría hacer una pintura especialmente para usted si me lo pide, solo me tiene que orientar un poco sobre lo que desee y lo haré. —¿Lo harías? Eres muy amable. Gracias. Oliver se aclaró la garganta. —La comida está deliciosa, mamá. —Gracias, me ayudó la cocinera. Oye, Pamela, ¿te gusta la comida? —Sí, es perfecta —admitió vol
Como era de esperarse la vivienda de lujo se encontraba en una gran ubicación. La casa estaba caracterizada por tener excelentes vistas y por ofrecer seguridad, desde el interior, ella admiró el mobiliario de diseño, y todos esos elementos artísticos y arquitectónicos; también contaba con piscina y un jardín espectacular. No habían palabras para describir la manera en la que Pamela se sentía al ver todo lo que la rodeaba, no pudo evitar pensar en su madre, en qué le habría gustado estar ahí con ella y vivir toda esa experiencia. No dejaba de ser un sueño a largo plazo irse a vivir con su progenitora a una casa bonita y tranquila como esa. Menos lujosa y más accesible, claro estaba. Pero ya tenía una clara idea de lo que deseaba para el futuro, le gustaba pensar demasiado en lo que estaba por venir, porque siempre que lo hacía aparecían baches y más incertidumbres debido la situación actual de su mamá. Así que, prefería sacarse esos pensamientos. La casa era enorme más de lo que se