MAIA CARRIZALES.
—¿Cómo van las cosas por allá?Abrazo mis piernas.—Bien —le miento—. Todo ha estado bien.—¿Has vuelto a tener pesadillas con él? —me pregunta Cameron del otro lado de la línea telefónica.Todas las noches.—Por suerte no —le contesto—. Creo que ya lo estoy superando.Lo escucho suspirar.Odio mi vida.—Si no fuera porque eres mi hermana y te conozco como la palma de mi mano, me hubiera creído tus mentiras —me dice—. Dime la verdad, por favor.—Estoy bien —le digo—. No tienes de que preocuparte, ¿cómo van las cosas con Sarah?—Bien, pero eso no importa ahora —me contesta—. Maia, dime la verdad.Me quedo callada.—Sé que es difícil para ti todo esto y no sabes lo que daría para estar contigo, pero sabes que...—Tienes que fingir que no sabes en donde estoy y que me estás buscando para que Nicolás no sospeche y me pueda encontrar —lo interrumpo—. Lo sé, no te preocupes.Nos quedamos en silencio.—Ayer hablé con Leon.Me enderezo en cuanto escucho ese nombre.—¿Qué te dijo? —le pregunto nerviosa.—Al parecer, él no sabe en donde estas, lo cual es bueno, pero...—¿Pero qué? —no escucho nada— ¿Cameron, pero qué?—Pero van a volver a buscarte en todos lados —me dice y eso me asusta.—¿Incluso aquí en Berlín? —le pregunto asustada.—Sí.Siento un hueco en el estómago y mucho miedo.M****a, m****a, m****a.Él me va a encontrar.—Leon me dijo que no te puedes ir de ahí todavía.—¿¡Qué!? ¿¡Por qué!? —le pregunto asustada.—Dijo que si te vas antes de que empiecen a buscarte de nuevo ahí, Nicolás puede sospechar que alguien te está ayudando a que él no te encuentre —me explica—. Lo siento, hermanita, pero vas a tener que quedarte ahí hasta que sea seguro mudarte.Siento como mi mundo se derrumba de nuevo.—¿Y qué va a pasar cuándo empiecen a buscarme en Berlín? —le pregunto— ¿Qué voy a hacer si me encuentra?—Él no te va a encontra r—me dice mi hermano—. Antes de que te empiecen a buscar en Berlín te vas a ir de viaje a Italia hasta que terminen la búsqueda, luego vas a estar más tiempo ahí antes de mudarte de nuevo.—¿Pero qué va a pasar si él se entera de que estuve viviendo en Berlín cuando me buscaron de nuevo?—Leon dijo que no hay que preocuparnos de eso, él se va a encargar de que nadie se dé cuenta de eso.—¿Seguro?—Seguro —me responde—. Por cierto, Leon me dijo que tienes un nuevo vecino, creo que se llama Mauro.—Mauricio —lo corrijo—. Se mudó hace dos semanas, creo.—¿Has hablado con él?—Un poco, casi nada —le contesto— ¿Por qué preguntas?—Curiosidad —me contesta—. Bueno, por eso y porque León me dijo que Mauricio, tu vecino, es un brujo de magia blanca.Me tenso de inmediato.—Pero tranquila, Leon ya investigo y confirmo que él no tiene ninguna conexión con Nicolás.—¿Estás seguro?—Sí —me responde—. Tengo que colgar, ya casi es hora de entrar al trabajo.—Está bien —le digo—. Cameron.—¿Qué pasa?—Cuídate y te quiero mucho.—Yo también te quiero mucho— me dice—. Bye.—Bye.Se termina la llamada y yo veo mi reflejo en el televisor de la sala.Tengo que tener más cuidado de ahora en adelante, que mi nuevo vecino sea un brujo de magia blanca no me da confianza.🌗🌗🌗🌗🌗Salgo de mi departamento y empiezo a ponerle llave a la puerta para que nadie entre en mi ausencia.—Buenas tardes, vecina.Me quedo estática cuando escucho esa voz.Levanto la mirada y lo veo verme desde afuera de la puerta de su departamento.—Buenas tardes —le digo en voz baja.Termino de asegurar mi puerta y me voy rápidamente de ahí.Tengo que mantenerme lo más alejada de él porque puede descubrir de quien soy mate por la marca que tengo y hacer que me encuentren.NICOLÁS COOPER.—¿Tienen nuevas noticias?—No —le contesto—. Le han perdido el rastro de nuevo.Él suspira.—¿Por qué suspiras? —le cuestiono—. Tarde o temprano la voy a encontrar y la voy a traer a mi lado.—Ella no es un objeto.—No, ella es mi luna —le digo—. Y su deber es estar al lado mío y dar luz a nuestros hijos.—Sí, claro, como no.Volteo a ver a Michael por su comentario sarcástico.—Si no tienes nada que aportar, lárgate de mi casa.—¿No te cansas? —me pregunta.—¿De qué?—De arruinarle la vida a la mujer que supuestamente amas —me contesta— ¿En serio no te cansas?—La amo y no me canso de "arruinarle" la vida porque no lo hago—le contesto—. Lo único que quiero es que ella entienda que soy su alma gemela y que debemos de estar juntos para ser felices.—Todos sabemos que eso es imposible por todo lo que le has hecho.Aprieto los puños.—¿Y quién lo dice, tú, su supuesto "amigo"? —le pregunto sarcástico.Veo como Michael aprieta los puños.—Sabes muy bien que yo realmente si
MAIA CARRIZALES.—Mía, eres mía y muy pronto te voy a encon...Abro los ojos cuando escucho como suena el temporizador de mi celular.Me levanto del sofá (estaba acostada) y voy a la cocina para sacar el pastel del horno.Me pongo los guantes, abro el horno, saco el pastel y lo dejo arriba de la encimera de la cocina al mismo tiempo en el que alguien toca la puerta de mi departamento.—¿¡Quién es!?—¡Soy Mauricio!Arrugo las cejas confundidas y me acerco a la puerta para ver por la mirilla.Veo a Mauricio afuera y después le quito los cerrojos a la puerta para abrirla.—Hola.—Hola —le digo— ¿Se te ofrece algo?—Em... sí —me contesta— ¿Tienes harina? Se me ha acabado y como hoy es domingo y todo está cerrado, no voy a poder comprarla en ningún lado.—Sí, claro —le digo—. Espérame aquí, por favor.—Ok.Cierro la puerta y voy a la cocina por una bolsa de harina.Regreso, abro la puerta y le tiendo la harina.—Gracias.Agarra la bolsa de harina.—De nada —le digo—. Bye.Cierro la puerta
NICOLÁS COOPER.—¿Qué significa esto, Leon? —le pregunto molesto.Leon me mira normal, parece que no le importa que esté molesto.—Dijiste que deseabas volver a hacer "el amor" —me contesta haciendo comillas con sus dedos—. Así que te estoy ayudando a que lo hagas.Lo veo enojado antes de ver a la prostituta que me ha traído.—Tú —ella me sonríe coqueta— ¡LARGO DE AQUÍ!Ella borra su sonrisa y me mira mal y después me mira con miedo y sale huyendo de mi oficina cuando ve que mis ojos se ponen negros.Veo mal a Leon.—¿¡CÓMO CARAJOS SE TE OCURRE TRAERME A UNA PROSTITUTA!? —le pregunto enojado mientras golpeo mi escritorio con mi puño— ¿¡QUÉ MIERDA ESTABAS PENSANDO!?Se queda en silencio.—Solo quería ayudarte —me dice—. Estás tan desesperado por tener sexo que creí que si te traía a una mujer que te ayudara con tu problema, te haría un favor.—¡YO NO VOY A TOCAR A NINGUNA OTRA MUJER QUE NO SEA MI MELODÍA! —le grito furioso.—¿Entonces te traigo a un hombre?Lo miro más furioso.—Lar-go
MAIA CARRIZALES.—¿Y bien? —se cruza de brazos— ¿Ya me vas a contestar o quieres que pidamos otro café?Solo me le quedo viendo.—Supongo que eso significa que necesitaremos otro café.—Yo no quiero nada.—Lo sé —me sonríe—. Eres fácil de leer.—Dame mis llaves, por favor —le pido.—¿Por qué? —me cuestiona— ¿Acaso te quieres ir de aquí?—No me quiero ir de aquí—le digo—. Bueno, sí, pero es para alejarme de ti.—¿Por qué no te agrado?Wow, que directo.—¿Por qué deberías de agradarme? —le inquiero.—Buena jugada —me dice y luego empieza a hablar en voz baja—. Ya dime, ¿acaso no te agrado por un ser un brujo de magia blanca?—No me agrada cualquier persona que no sea humano —le contesto de la misma manera—. Para ser más clara, no me agradan los monstruos como tú.—¿Monstruo? —habla— ¿Acaso soy tan feo?—Sí.Él me mira perplejo.—Wow, eso no me lo espe...Siento una punzada en mi cabeza y llevo mis manos ahí.Ho...la...Abro los ojos sorprendida cuando escucho esa voz un poco agotada en
MAIA CARRIZALES.Voy abriendo los ojos un poco confundida mientras me siento muy liviana, como si estuviera flotando en una nube muy cómoda.Veo a alguien ponerse adelante mío, pero estoy tan mareada que no logro identificar de quien se trata.El aturdimiento empieza a desaparecer y por fin logro ver con claridad a quién tengo adelante mío.—¿Estás bien? —me pregunta Mauricio— ¿Recuerdas qué paso?Veo a mi alrededor.—¿En dónde estoy? —mi voz sale muy baja y ronca— ¿Qué paso?—Estas en mi departamento —me contesta—. Perdón si no te lleve a tu departamento, pero te desmayaste y no pensé en levantar tus llaves.Me intento levantar de donde estoy acostada, pero no puedo.—No te muevas, sigues débil.Me ayuda a acostarme nuevamente en la cama.—Me siento mal —le digo—. Me duele el pecho.Mauricio pone una mano en mi pecho.Siento un calor muy pequeño en el pecho y el dolor desaparece.—¿Mejor?—Gracias.Él aleja la mano y yo intento levantarme de nuevo, pero otra vez no puedo.—Te dije no
MAIA CARRIZALES.Tiempo después...—Maia...Corro por todo mi departamento intentando salir de él.—Maia...Abro la puerta y veo como esta no me dirige hacia el pasillo del edificio, sino que dirige hacia mi habitación.—Maia...Escucho un fuerte gruñido atrás de mí y volteo asustada.—Maia...Veo al enorme lobo negro con terror.—¡MAIA CARRIZALES!Escucho ese grito y despierto sobresaltada antes de sentir unas gotas de agua en mi cara.—¿Qué te pasa? —lo regaño limpiándome la cara— ¿Por qué me despiertas así?—Discúlpame, bella durmiente —me dice Mauricio con una cuchara de madera en la mano—. Pero el desayuno ya va a estar listo y tú no te despertabas, así que ahora quita esa cara de zombie y ven a desayunar.Sale de mi habitación y yo gruño antes de volver a cerrar los ojos y acostarme en la cama mientras abrazo una almohada.Estúpido Mauricio y estúpida yo por haber hecho una pijamada con él.—¡Maia, arriba!Gruño antes de sentarme de mala gana en la cama.Me agrada Mauricio, pero
NICOLÁS COOPER.—Joder, Amaris —le digo a mi hermana molesto dándole la espalda—. Lárgate de aquí.—Por favor, Nicolás —me dice—. Déjame ser yo la que entrene a los chicos.—Ya te dije que no —le digo molesto—. Entiende eso.—Pero sabes que no hay nadie mejor que yo para entrenarlos —me dice— ¿Por qué no me dejas hacerlo?—Porque eres mujer y tu lugar está en la casa, no en los campos de batalla —le contesto—. Ahora sal y ve a arreglarte o lo que sea que hagan las mujeres.Ella ya no dice nada más y solo escucho como sale de mi oficina dejándome solo.Veo el gran muro con toda la información que tengo sobre mi melodía desde su escape.Algo me dice que alguien la está ayudando, pero la pregunta es: ¿quién es?Su hermano queda totalmente descartado porque aún la sigue buscando y no ha salido del país o hecho llamadas que no sea sobre el trabajo o hacia sus amigos y novia.Michael y Leon también quedan descartados porque con ayuda de Roberto, los tengo vigilados sin que ellos lo sepan.Y
MAIA CARRIZALES.—Hola —me dice él— ¿Podemos hablar?Lo veo atónita antes de abrazarlo y llorar en su pecho.Él me devuelve el abrazo y siento como algunas de sus lágrimas caen sobre mi cabeza.—Yo también te extrañé —me dice— ¿Estás bien?Asiento contra su pecho.Nos separamos y mientras me limpio las lágrimas, le pregunto:—¿Qué haces aquí?Cameron solo me sonríe.—Vine a visitarte —me contesta— ¿Ahora me vas a dejar entrar o me vas a tener todo mi visita aquí?—Ah, sí, claro —me hago a un lado—. Pasa.—Gracias.Cameron entra al departamento y yo cierro la puerta.Veo como mi hermano se detiene cuando ve a Mauricio sentado en el sofá, el cual ve a Cameron un poco confundido.—Hola, Mauricio —lo saluda Cameron.—¿Hola? —contesta Mauricio confundido— ¿Tú quién eres?Cameron me voltea a ver.—¿Él lo sabe todo, verdad?Niego con la cabeza.Cameron voltea a ver a Mauricio y le contesta:—Soy Elías —le dice Cameron a Mauricio—. Soy un amigo de Aca... Maia.Mauricio se levanta y se acerca