MAIA CARRIZALES.
—¡Ich hab 'dich lieb!Christa le da unos besos en la mejilla a Camila y la bebé ríe.Después de un rato, la deja sentada en su cochecito.Veo como Camila se lleva una mano a su boquita y la babea toda.¡Aw, ternurita!Christa bebe un poco de su bebida mientras revisa los documentos que le he dado.—No puedo creer que los hayas traducido tan rápido —me dice—. Normalmente en la agencia de traducción se tardan una semana.—¿Qué puedo decir? —bebo un poco de mi café—. Soy muy rápida en lo que hago.—Lo he notado —se ríe—. El director del hospital me ha dicho que está pensando en contratarte permanentemente y romper el trato con la agencia de traducción, ya que tú eres más rápida y eficaz.Me atraganto un poco con el café.—¿Q-Qué? —me limpio la boca con una servilleta mientras ella se ríe— ¿E-Es en serio?—Por supuesto que lo es —me responde— ¿Acaso no te ha gustado la noticia?—¡Por supuesto que me ha gustado! —le digo y ella ríe por mi entusiasmo— ¿Pero le has dicho de mi estilo de vida?—Sí —me dice—. Dice que no tiene ningún problema con eso, ya que tú haces traducciones a distancia y también me dijo que se le hace interesante tu estilo de vida.Bebe un poco de té.—Por cierto, ¿ya sabes a dónde te vas a mudar?Niego.De hecho, sí lo sé, pero no se lo puedo decir por la seguridad de las dos, de Armín y de la pequeña Camila.Ellos son las primeras personas que son mis amigos en todo este tiempo que me he mudado y cambiado de identidad y no quiero que él les haga daño por mi culpa.—Voy a decidirlo en el aeropuerto —le digo—. Me gusta no saber a donde voy hasta que el día que me tengo que ir.—Debe de ser emocionante.Estresante mejor dicho.—Supongo que lo es —le digo—. Creo que a lo mejor me mudo en dos meses.Me mira sorprendida.—¿Tan pronto?—No lo sé aún —le contesto—. A lo mejor me mudo antes o después de ese tiempo. Eso depende que me diga mi instinto viajero.—Espero que te mudes después de ese tiempo —me dice—. Porque te voy a extrañar y Camila va a extrañar a su tía, ¿verdad, mi amor?Ambos volteamos a ver al cochecito, en donde está la bebé dormida.—Se ve que me va a extrañar —le digo y ambos reímos—. Espera, ¿tía?—Sí, tía —me responde—. Eres mi amiga y por lo tanto, eres la tía de Camila.—Aw, eso es tan lindo —le digo—. Creo que voy a llorar.Ella se ríe de mí mientras yo me limpio un poco los ojos.—¿Maia, alguna vez has pensado en tener hijos?Eso me toma por sorpresa.—No quiero tener hijos —le respondo sinceramente.—¿Por qué?Entonces todos esos malos recuerdos llegan a mi mente.—Eres mía.—Voy a embarazarte siempre que tenga la oportunidad.—Seremos una hermosa familia. Tú te dedicarás de cuidar de nuestros hijos e hijas y yo me encargaré de su protección y de que nunca les falte nada.—Ya quiero que llegue nuestra boda para embarazarte.—Está sería una linda cuna para nuestro primer bebé si es una niña.—Te verás más hermosa embarazada y con un gran vientre.—Serás una gran madre y yo un gran padre.—Yo seré el padre de tus hijos y tú la madre de los míos.—Deberías de empezar a leer sobre maternidad.—¡Déjame! —le digo llorando— ¡Me duele!—¡Esto te pasa por decir que no quieres tener hijos conmigo!Se mueve más fuerte y no le importa para nada que yo esté llorando y suplicándole que se detenga.Regreso a la realidad cuando alguien chasquea los dedos enfrente mío.—¿Estás bien?Asiento.—Sí, solo que me quede pensando.Bebo un poco de mi café.Creo que estoy más jodida de lo que pensaba.—¿Entonces no sabes por qué no quieres ser mamá?—Creo que no —le digo—. No me malentiendas, me encantan los niños, pero no me gusta la idea de ser mamá de alguien.—Creo que te entiendo.La miro sorprendida.—¿En serio?—Sí —me responde— ¿Sería como ser buena en algo y que te guste, pero no te ves haciendo eso profesionalmente?La miro un poco confundida.—Supongo que sí —le respondo.—Mejor olvidémonos de eso —me dice y yo estoy de acuerdo con eso— ¿Ya has hablado con Mauricio?La miro confundida.—¿Quién es Mauricio?Ella me mira sorprendida.—Nuestro nuevo vecin o—me responde—. Vive al lado tuyo, se acaba de mudar hace una semana, ¿no te habías dado cuenta?Recuerdo que ya hay ruido en el departamento que está junto al mío.—Ah, sí —le respondo—. No lo he conocido y siendo sincera, se me había olvidado que tenemos un nuevo vecino.Ella niega con la cabeza.—A veces eres muy distraíd a—me responde—. Bueno, nosotras te dejamos, alguien tiene cita con el pediatra y si llegamos tarde, Armín va a cancelar la cita.Me río.—¿Aún no se acostumbra a que inyecten a Camila?Ella niega divertida mientras se levanta.—No —me responde riendo—. La otra vez él se puso llorar como si lo hubieran inyectado a él y no a su hija, pero eso te lo cuento mejor otro día, tenemos que irnos antes de que se nos haga tarde, bye.—Bye, bye.Las veo salir de la cafetería y caminar antes de desaparecer por las calles.Veo la cafetería un poco.Creo que me encantan las cafeterías que tienen un espacio al aire libre.—Disculpe, ¿se le va a ofrecer algo más?Veo al joven mesero que esta adelante mío.—Una porción de pastel de frutos rojos, por favor.Él lo anota en su pequeña libreta.—En un momento se lo traigo.—Dankeschön.Él me ignora un poco confundido y se va a otro lugar.Supongo que debería de mejorar mi pronunciación con esa palabra, ya que cada vez que la pronuncio las personas me ven raro.Y pensar que me gradúe con honores cuando aprendí alemán.🌓🌓🌓🌓🌓Dejo las bolsas del súper en el suelo para buscar la llave del departamento en mi abrigo.Introduzco la llave en el cerrojo e intento abrir la puerta.M****a.Creo que voy a tener que decirle al señor Adal que tengo un problema con esta puerta nuevamente para que le llame nuevamente al cerrajero.—Hola.Volteo a un lado y veo a un hombre de pelo y ojos oscuros.—Hola.—Soy Mauricio —me tiende la mano—. Soy tu nuevo vecino.Estrecho nuestras manos.—Soy Maia.—Lo sé.Lo miro sorprendida y retrocedo un poco.Por favor, que no esté relacionado con él.Mauricio parece darse cuenta de mi incomodidad porque rápidamente me dice:—¡Perdón! ¡No quise incomodarte! —se disculpa— ¡Sé tu nombre porque Christa me lo dijo, no porque te estuviera acosando!—¿Eh?Lo veo ponerse más nervioso.—¡No quise decir eso! —me dice moviendo sus manos— ¡Digo, tampoco estás fea para que no te acose o algo parecido!—¿¡Eh!?—¡No, no, no, no, no! ¡Olvida eso! —me dice nervioso— ¡Lo que quise decir es que sé tu nombre porque me lo dijeron y no porque te esté acosando solo porque me pareces atractiva aunque si vale la pena que alguien te acose por eso!La miro sorprendida.¿Qué rayos pasa con este hombre?—¡No, olvida eso!— me dice nervioso— ¡Eso estuvo muy mal! ¡No mereces que nadie te acose ni nada parecido!—¿Gracias?—Aunque no me sorprendería que lo hicieran —murmura para sí mismo.Lo veo sorprendida.—¿Disculpa?Él se da cuenta de que lo escuche y se vuelve a poner nervioso.—¡Lo siento!Me río un poco de él.Se parece a Ian cuando se encontraba con su crush.Sí, mi hermano era muy malo para hablar con las chicas que le gustaban y eso realmente era muy gracioso de ver.Él me mira.—Eres muy bonita.Me dejo de reír.—Eres muy bonita —me dice Alex y me sonrojo.—Eres muy bonita —me dice Nicolás—. Pero si alguien se fija en ti, lo mato, ya que eso es un problema para mí.Regreso a la realidad e intento borrar esos recuerdos.No vale la pena recordar el pasado, eso no me va a servir de nada.—Lo siento, ¿acaso te incomodé?Lo miro incómoda.—No, para nada —le respondo abriendo la puerta de mi departamento—. Fue un gusto conocerte y bienvenido al edificio, espero que te vaya bien.—Igualmente.Mauricio desaparece por el pasillo mientras yo entro a mi departamento con todos las compras.Creo que lo mejor será irme de aquí cuanto antes.No quiero volver a encontrarme con ese vecino, porque hay algo en él que me inquieta mucho y no sé que es.MAIA CARRIZALES.—¿Cómo van las cosas por allá?Abrazo mis piernas.—Bien —le miento—. Todo ha estado bien.—¿Has vuelto a tener pesadillas con él? —me pregunta Cameron del otro lado de la línea telefónica.Todas las noches.—Por suerte no —le contesto—. Creo que ya lo estoy superando.Lo escucho suspirar.Odio mi vida.—Si no fuera porque eres mi hermana y te conozco como la palma de mi mano, me hubiera creído tus mentiras —me dice—. Dime la verdad, por favor.—Estoy bien —le digo—. No tienes de que preocuparte, ¿cómo van las cosas con Sarah?—Bien, pero eso no importa ahora —me contesta—. Maia, dime la verdad.Me quedo callada.—Sé que es difícil para ti todo esto y no sabes lo que daría para estar contigo, pero sabes que...—Tienes que fingir que no sabes en donde estoy y que me estás buscando para que Nicolás no sospeche y me pueda encontrar —lo interrumpo—. Lo sé, no te preocupes.Nos quedamos en silencio.—Ayer hablé con Leon.Me enderezo en cuanto escucho ese nombre.—¿Qué te d
NICOLÁS COOPER.—¿Tienen nuevas noticias?—No —le contesto—. Le han perdido el rastro de nuevo.Él suspira.—¿Por qué suspiras? —le cuestiono—. Tarde o temprano la voy a encontrar y la voy a traer a mi lado.—Ella no es un objeto.—No, ella es mi luna —le digo—. Y su deber es estar al lado mío y dar luz a nuestros hijos.—Sí, claro, como no.Volteo a ver a Michael por su comentario sarcástico.—Si no tienes nada que aportar, lárgate de mi casa.—¿No te cansas? —me pregunta.—¿De qué?—De arruinarle la vida a la mujer que supuestamente amas —me contesta— ¿En serio no te cansas?—La amo y no me canso de "arruinarle" la vida porque no lo hago—le contesto—. Lo único que quiero es que ella entienda que soy su alma gemela y que debemos de estar juntos para ser felices.—Todos sabemos que eso es imposible por todo lo que le has hecho.Aprieto los puños.—¿Y quién lo dice, tú, su supuesto "amigo"? —le pregunto sarcástico.Veo como Michael aprieta los puños.—Sabes muy bien que yo realmente si
MAIA CARRIZALES.—Mía, eres mía y muy pronto te voy a encon...Abro los ojos cuando escucho como suena el temporizador de mi celular.Me levanto del sofá (estaba acostada) y voy a la cocina para sacar el pastel del horno.Me pongo los guantes, abro el horno, saco el pastel y lo dejo arriba de la encimera de la cocina al mismo tiempo en el que alguien toca la puerta de mi departamento.—¿¡Quién es!?—¡Soy Mauricio!Arrugo las cejas confundidas y me acerco a la puerta para ver por la mirilla.Veo a Mauricio afuera y después le quito los cerrojos a la puerta para abrirla.—Hola.—Hola —le digo— ¿Se te ofrece algo?—Em... sí —me contesta— ¿Tienes harina? Se me ha acabado y como hoy es domingo y todo está cerrado, no voy a poder comprarla en ningún lado.—Sí, claro —le digo—. Espérame aquí, por favor.—Ok.Cierro la puerta y voy a la cocina por una bolsa de harina.Regreso, abro la puerta y le tiendo la harina.—Gracias.Agarra la bolsa de harina.—De nada —le digo—. Bye.Cierro la puerta
NICOLÁS COOPER.—¿Qué significa esto, Leon? —le pregunto molesto.Leon me mira normal, parece que no le importa que esté molesto.—Dijiste que deseabas volver a hacer "el amor" —me contesta haciendo comillas con sus dedos—. Así que te estoy ayudando a que lo hagas.Lo veo enojado antes de ver a la prostituta que me ha traído.—Tú —ella me sonríe coqueta— ¡LARGO DE AQUÍ!Ella borra su sonrisa y me mira mal y después me mira con miedo y sale huyendo de mi oficina cuando ve que mis ojos se ponen negros.Veo mal a Leon.—¿¡CÓMO CARAJOS SE TE OCURRE TRAERME A UNA PROSTITUTA!? —le pregunto enojado mientras golpeo mi escritorio con mi puño— ¿¡QUÉ MIERDA ESTABAS PENSANDO!?Se queda en silencio.—Solo quería ayudarte —me dice—. Estás tan desesperado por tener sexo que creí que si te traía a una mujer que te ayudara con tu problema, te haría un favor.—¡YO NO VOY A TOCAR A NINGUNA OTRA MUJER QUE NO SEA MI MELODÍA! —le grito furioso.—¿Entonces te traigo a un hombre?Lo miro más furioso.—Lar-go
MAIA CARRIZALES.—¿Y bien? —se cruza de brazos— ¿Ya me vas a contestar o quieres que pidamos otro café?Solo me le quedo viendo.—Supongo que eso significa que necesitaremos otro café.—Yo no quiero nada.—Lo sé —me sonríe—. Eres fácil de leer.—Dame mis llaves, por favor —le pido.—¿Por qué? —me cuestiona— ¿Acaso te quieres ir de aquí?—No me quiero ir de aquí—le digo—. Bueno, sí, pero es para alejarme de ti.—¿Por qué no te agrado?Wow, que directo.—¿Por qué deberías de agradarme? —le inquiero.—Buena jugada —me dice y luego empieza a hablar en voz baja—. Ya dime, ¿acaso no te agrado por un ser un brujo de magia blanca?—No me agrada cualquier persona que no sea humano —le contesto de la misma manera—. Para ser más clara, no me agradan los monstruos como tú.—¿Monstruo? —habla— ¿Acaso soy tan feo?—Sí.Él me mira perplejo.—Wow, eso no me lo espe...Siento una punzada en mi cabeza y llevo mis manos ahí.Ho...la...Abro los ojos sorprendida cuando escucho esa voz un poco agotada en
MAIA CARRIZALES.Voy abriendo los ojos un poco confundida mientras me siento muy liviana, como si estuviera flotando en una nube muy cómoda.Veo a alguien ponerse adelante mío, pero estoy tan mareada que no logro identificar de quien se trata.El aturdimiento empieza a desaparecer y por fin logro ver con claridad a quién tengo adelante mío.—¿Estás bien? —me pregunta Mauricio— ¿Recuerdas qué paso?Veo a mi alrededor.—¿En dónde estoy? —mi voz sale muy baja y ronca— ¿Qué paso?—Estas en mi departamento —me contesta—. Perdón si no te lleve a tu departamento, pero te desmayaste y no pensé en levantar tus llaves.Me intento levantar de donde estoy acostada, pero no puedo.—No te muevas, sigues débil.Me ayuda a acostarme nuevamente en la cama.—Me siento mal —le digo—. Me duele el pecho.Mauricio pone una mano en mi pecho.Siento un calor muy pequeño en el pecho y el dolor desaparece.—¿Mejor?—Gracias.Él aleja la mano y yo intento levantarme de nuevo, pero otra vez no puedo.—Te dije no
MAIA CARRIZALES.Tiempo después...—Maia...Corro por todo mi departamento intentando salir de él.—Maia...Abro la puerta y veo como esta no me dirige hacia el pasillo del edificio, sino que dirige hacia mi habitación.—Maia...Escucho un fuerte gruñido atrás de mí y volteo asustada.—Maia...Veo al enorme lobo negro con terror.—¡MAIA CARRIZALES!Escucho ese grito y despierto sobresaltada antes de sentir unas gotas de agua en mi cara.—¿Qué te pasa? —lo regaño limpiándome la cara— ¿Por qué me despiertas así?—Discúlpame, bella durmiente —me dice Mauricio con una cuchara de madera en la mano—. Pero el desayuno ya va a estar listo y tú no te despertabas, así que ahora quita esa cara de zombie y ven a desayunar.Sale de mi habitación y yo gruño antes de volver a cerrar los ojos y acostarme en la cama mientras abrazo una almohada.Estúpido Mauricio y estúpida yo por haber hecho una pijamada con él.—¡Maia, arriba!Gruño antes de sentarme de mala gana en la cama.Me agrada Mauricio, pero
NICOLÁS COOPER.—Joder, Amaris —le digo a mi hermana molesto dándole la espalda—. Lárgate de aquí.—Por favor, Nicolás —me dice—. Déjame ser yo la que entrene a los chicos.—Ya te dije que no —le digo molesto—. Entiende eso.—Pero sabes que no hay nadie mejor que yo para entrenarlos —me dice— ¿Por qué no me dejas hacerlo?—Porque eres mujer y tu lugar está en la casa, no en los campos de batalla —le contesto—. Ahora sal y ve a arreglarte o lo que sea que hagan las mujeres.Ella ya no dice nada más y solo escucho como sale de mi oficina dejándome solo.Veo el gran muro con toda la información que tengo sobre mi melodía desde su escape.Algo me dice que alguien la está ayudando, pero la pregunta es: ¿quién es?Su hermano queda totalmente descartado porque aún la sigue buscando y no ha salido del país o hecho llamadas que no sea sobre el trabajo o hacia sus amigos y novia.Michael y Leon también quedan descartados porque con ayuda de Roberto, los tengo vigilados sin que ellos lo sepan.Y