NICOLÁS COOPER.
—¿Tienen nuevas noticias?—No —le contesto—. Le han perdido el rastro de nuevo.Él suspira.—¿Por qué suspiras? —le cuestiono—. Tarde o temprano la voy a encontrar y la voy a traer a mi lado.—Ella no es un objeto.—No, ella es mi luna —le digo—. Y su deber es estar al lado mío y dar luz a nuestros hijos.—Sí, claro, como no.Volteo a ver a Michael por su comentario sarcástico.—Si no tienes nada que aportar, lárgate de mi casa.—¿No te cansas? —me pregunta.—¿De qué?—De arruinarle la vida a la mujer que supuestamente amas —me contesta— ¿En serio no te cansas?—La amo y no me canso de "arruinarle" la vida porque no lo hago—le contesto—. Lo único que quiero es que ella entienda que soy su alma gemela y que debemos de estar juntos para ser felices.—Todos sabemos que eso es imposible por todo lo que le has hecho.Aprieto los puños.—¿Y quién lo dice, tú, su supuesto "amigo"? —le pregunto sarcástico.Veo como Michael aprieta los puños.—Sabes muy bien que yo realmente si era su amigo.—Un amigo que la traiciono y la convenció de hacer cosas que no eran necesarias que hiciera para ganarse mi confianza y que además le oculto que yo siempre supe de sus planes —añado—. Wow, realmente eras un "buen" amigo.Michael me ve molesto.—Tú sabes perfectamente que no le mentí cuando le dije para ganarse tu confianza más rápido tenía que tener sexo contigo y que no dije que puedes leer su mente porque me lo ordenaste.—Sí, lo sé —le digo—. ¿Pero al final a quién le creyó ella? A mí.—Eres un maldito —masculla.—A lo mejor, ¿pero por qué no le dijiste que todo lo que había dicho no era nada más que una simple mentira?—¡Porque tú me amenazaste!—Lo sé —me río—. Solo quería que lo dijeras.Me río durante un rato hasta que escucho como él dice:—Ojalá nunca la encuentres para que ella pueda ser feliz.Aprieto los puños.—¡Ella no va a ser feliz hasta que este conmigo!—¡Si esta contigo va a ser infeliz! —me dice— ¡Entiende de una vez que solo le arruinas la vida!—¡Solo quiero que este conmigo para amarla y darle la puta vida que se merece!—¡Ella no te ama!—¿¡Y eso qué!? —le pregunto— ¡En algún momento va a perder la batalla contra la marca y quiera o no va a amarme más que a su propia vida!Alguien llama a la puerta.—¡Adelante!Un empleado entra a mi oficina.—¿Qué quieres? —le pregunto yendo a sentarme a la silla de mi escritorio.—Alfa —hace una reverencia y luego se hinca en el suelo con la cabeza hacia abajo—. Encontramos información sobre la luna.Michael y yo lo vemos sorprendidos.La única diferencia es que yo veo con alegría al empleado mientras Michael lo ve asustado.—Michael, fuera de mi oficina y de mi casa.—Pero...—¡FUERA!Michael sale de la oficina molesto y azota la puerta al salir.Espero a escuchar los pasos de Michael bastante lejos de aquí al igual que su olor.Cuando me aseguro que está lo demasiado lejos de la casa, veo nuevamente al empleado que está hincado en el suelo.—¿Qué encontraron?Él traga saliva nervioso.—La luna ha estado fingiendo ser hombre varias veces —me informa—. Por eso le hemos estado perdiendo el rastro varias veces.Ay, mi melodía, olvide que eres demasiado inteligente.—¿La han encontrado?Él niega con la cabeza y yo golpeo el escritorio con mi puño furioso.—¡BÚSQUENLA Y NO VUELVAN A DECIRME NADA HASTA QUE LA ENCUENTREN! ¿¡ENTENDIDO!?El omega asiente asustado.—E-Entendido, a-alfa.Lo veo esperando a que se levante del suelo y salga de mi oficina.Duramos dos minutos en silencio.—¿Qué crees que haces? —le cuestiono— ¡LARGO DE MI OFICINA, AHORA!El omega asiente asustado y rápidamente se pone de pie y sale de mi oficina dejándome solo.Veo como cierra la puerta y después veo la foto que tengo de mi melodía en mi escritorio.Me recargo en la silla y llevo uno de mis brazos a mis ojos mientras los cierro y recuerdo a mi melodía.Recuerdo a mi melodía, su sonrisa, su risa, su voz, la forma en la que arrugada su nariz cuando comía algo que no le gustaba, la forma en la que trata a las personas, su manía de morder su labio cuando se concentraba demasiado en algo, el pequeño acento que se le formaba cuando se enojaba.De pronto, empiezo a recordar su cuerpo, lo bien que se sentía tocarlo, besarlo y morderlo, la forma en la que se movía abajo mío, como encajaba sus uñas en mi piel cuando hacíamos el amor, lo bien que se acoplaban nuestros cuerpos y nuestros labios, sus gemidos y el aroma de excitación que desprendía cuando estábamos juntos.Abro los ojos cuando siento una presión en mis pantalones y veo que efectivamente tengo un bulto en mi entrepierna.Cierro los ojos con frustración y vuelvo a poner mi brazo encima de mis ojos.Se suponía que para este día, mi melodía y yo estaríamos casados y con un cachorro o esperando uno mientras dirigimos nuestra manada juntos amándonos como debe de ser.Pero todo eso se fue a la m****a en el momento en el que ella escapó de mí y a pesar de que la amo con toda mi alma, voy a hacer que se arrepienta de su decisión.MAIA CARRIZALES.—Mía, eres mía y muy pronto te voy a encon...Abro los ojos cuando escucho como suena el temporizador de mi celular.Me levanto del sofá (estaba acostada) y voy a la cocina para sacar el pastel del horno.Me pongo los guantes, abro el horno, saco el pastel y lo dejo arriba de la encimera de la cocina al mismo tiempo en el que alguien toca la puerta de mi departamento.—¿¡Quién es!?—¡Soy Mauricio!Arrugo las cejas confundidas y me acerco a la puerta para ver por la mirilla.Veo a Mauricio afuera y después le quito los cerrojos a la puerta para abrirla.—Hola.—Hola —le digo— ¿Se te ofrece algo?—Em... sí —me contesta— ¿Tienes harina? Se me ha acabado y como hoy es domingo y todo está cerrado, no voy a poder comprarla en ningún lado.—Sí, claro —le digo—. Espérame aquí, por favor.—Ok.Cierro la puerta y voy a la cocina por una bolsa de harina.Regreso, abro la puerta y le tiendo la harina.—Gracias.Agarra la bolsa de harina.—De nada —le digo—. Bye.Cierro la puerta
NICOLÁS COOPER.—¿Qué significa esto, Leon? —le pregunto molesto.Leon me mira normal, parece que no le importa que esté molesto.—Dijiste que deseabas volver a hacer "el amor" —me contesta haciendo comillas con sus dedos—. Así que te estoy ayudando a que lo hagas.Lo veo enojado antes de ver a la prostituta que me ha traído.—Tú —ella me sonríe coqueta— ¡LARGO DE AQUÍ!Ella borra su sonrisa y me mira mal y después me mira con miedo y sale huyendo de mi oficina cuando ve que mis ojos se ponen negros.Veo mal a Leon.—¿¡CÓMO CARAJOS SE TE OCURRE TRAERME A UNA PROSTITUTA!? —le pregunto enojado mientras golpeo mi escritorio con mi puño— ¿¡QUÉ MIERDA ESTABAS PENSANDO!?Se queda en silencio.—Solo quería ayudarte —me dice—. Estás tan desesperado por tener sexo que creí que si te traía a una mujer que te ayudara con tu problema, te haría un favor.—¡YO NO VOY A TOCAR A NINGUNA OTRA MUJER QUE NO SEA MI MELODÍA! —le grito furioso.—¿Entonces te traigo a un hombre?Lo miro más furioso.—Lar-go
MAIA CARRIZALES.—¿Y bien? —se cruza de brazos— ¿Ya me vas a contestar o quieres que pidamos otro café?Solo me le quedo viendo.—Supongo que eso significa que necesitaremos otro café.—Yo no quiero nada.—Lo sé —me sonríe—. Eres fácil de leer.—Dame mis llaves, por favor —le pido.—¿Por qué? —me cuestiona— ¿Acaso te quieres ir de aquí?—No me quiero ir de aquí—le digo—. Bueno, sí, pero es para alejarme de ti.—¿Por qué no te agrado?Wow, que directo.—¿Por qué deberías de agradarme? —le inquiero.—Buena jugada —me dice y luego empieza a hablar en voz baja—. Ya dime, ¿acaso no te agrado por un ser un brujo de magia blanca?—No me agrada cualquier persona que no sea humano —le contesto de la misma manera—. Para ser más clara, no me agradan los monstruos como tú.—¿Monstruo? —habla— ¿Acaso soy tan feo?—Sí.Él me mira perplejo.—Wow, eso no me lo espe...Siento una punzada en mi cabeza y llevo mis manos ahí.Ho...la...Abro los ojos sorprendida cuando escucho esa voz un poco agotada en
MAIA CARRIZALES.Voy abriendo los ojos un poco confundida mientras me siento muy liviana, como si estuviera flotando en una nube muy cómoda.Veo a alguien ponerse adelante mío, pero estoy tan mareada que no logro identificar de quien se trata.El aturdimiento empieza a desaparecer y por fin logro ver con claridad a quién tengo adelante mío.—¿Estás bien? —me pregunta Mauricio— ¿Recuerdas qué paso?Veo a mi alrededor.—¿En dónde estoy? —mi voz sale muy baja y ronca— ¿Qué paso?—Estas en mi departamento —me contesta—. Perdón si no te lleve a tu departamento, pero te desmayaste y no pensé en levantar tus llaves.Me intento levantar de donde estoy acostada, pero no puedo.—No te muevas, sigues débil.Me ayuda a acostarme nuevamente en la cama.—Me siento mal —le digo—. Me duele el pecho.Mauricio pone una mano en mi pecho.Siento un calor muy pequeño en el pecho y el dolor desaparece.—¿Mejor?—Gracias.Él aleja la mano y yo intento levantarme de nuevo, pero otra vez no puedo.—Te dije no
MAIA CARRIZALES.Tiempo después...—Maia...Corro por todo mi departamento intentando salir de él.—Maia...Abro la puerta y veo como esta no me dirige hacia el pasillo del edificio, sino que dirige hacia mi habitación.—Maia...Escucho un fuerte gruñido atrás de mí y volteo asustada.—Maia...Veo al enorme lobo negro con terror.—¡MAIA CARRIZALES!Escucho ese grito y despierto sobresaltada antes de sentir unas gotas de agua en mi cara.—¿Qué te pasa? —lo regaño limpiándome la cara— ¿Por qué me despiertas así?—Discúlpame, bella durmiente —me dice Mauricio con una cuchara de madera en la mano—. Pero el desayuno ya va a estar listo y tú no te despertabas, así que ahora quita esa cara de zombie y ven a desayunar.Sale de mi habitación y yo gruño antes de volver a cerrar los ojos y acostarme en la cama mientras abrazo una almohada.Estúpido Mauricio y estúpida yo por haber hecho una pijamada con él.—¡Maia, arriba!Gruño antes de sentarme de mala gana en la cama.Me agrada Mauricio, pero
NICOLÁS COOPER.—Joder, Amaris —le digo a mi hermana molesto dándole la espalda—. Lárgate de aquí.—Por favor, Nicolás —me dice—. Déjame ser yo la que entrene a los chicos.—Ya te dije que no —le digo molesto—. Entiende eso.—Pero sabes que no hay nadie mejor que yo para entrenarlos —me dice— ¿Por qué no me dejas hacerlo?—Porque eres mujer y tu lugar está en la casa, no en los campos de batalla —le contesto—. Ahora sal y ve a arreglarte o lo que sea que hagan las mujeres.Ella ya no dice nada más y solo escucho como sale de mi oficina dejándome solo.Veo el gran muro con toda la información que tengo sobre mi melodía desde su escape.Algo me dice que alguien la está ayudando, pero la pregunta es: ¿quién es?Su hermano queda totalmente descartado porque aún la sigue buscando y no ha salido del país o hecho llamadas que no sea sobre el trabajo o hacia sus amigos y novia.Michael y Leon también quedan descartados porque con ayuda de Roberto, los tengo vigilados sin que ellos lo sepan.Y
MAIA CARRIZALES.—Hola —me dice él— ¿Podemos hablar?Lo veo atónita antes de abrazarlo y llorar en su pecho.Él me devuelve el abrazo y siento como algunas de sus lágrimas caen sobre mi cabeza.—Yo también te extrañé —me dice— ¿Estás bien?Asiento contra su pecho.Nos separamos y mientras me limpio las lágrimas, le pregunto:—¿Qué haces aquí?Cameron solo me sonríe.—Vine a visitarte —me contesta— ¿Ahora me vas a dejar entrar o me vas a tener todo mi visita aquí?—Ah, sí, claro —me hago a un lado—. Pasa.—Gracias.Cameron entra al departamento y yo cierro la puerta.Veo como mi hermano se detiene cuando ve a Mauricio sentado en el sofá, el cual ve a Cameron un poco confundido.—Hola, Mauricio —lo saluda Cameron.—¿Hola? —contesta Mauricio confundido— ¿Tú quién eres?Cameron me voltea a ver.—¿Él lo sabe todo, verdad?Niego con la cabeza.Cameron voltea a ver a Mauricio y le contesta:—Soy Elías —le dice Cameron a Mauricio—. Soy un amigo de Aca... Maia.Mauricio se levanta y se acerca
MAIA CARRIZALES. —No lo creo —le digo—. No tengo ganas de salir. —Tú nunca tienes ganas de salir —me dice y yo ruedo los ojos—. Vamos, será divertido y relajante. Mauricio me mira emocionado mientras sostiene dos papeles en sus manos. —Dame una buena razón para ir —le digo. —Será relajante y divertido —me dice—. O sea, ¿a quién no le gusta que lo consientan un poco? Mueve los papeles enfrente mío y yo los aparto. —¿Qué tan lejos está el spa? —¿Eso importa? —me cuestiona—. Lo importante es que nos van a hacer de todo absolutamente gratis. —Ve tú —le digo—. Yo en serio no quiero ir. —¿Pero por qué? Algunos malos recuerdos regresan a mi mente. —Simplemente no quiero ir —le contesto— ¿Están difícil entender eso? —Soy un brujo de magia blanca —me recuerda—. Y sé cuando alguien me miente, así que deja de inventar excusas y mejor dime la verdadera razón por la que no quieres ir conmigo al spa, por favor. Bufo. —¿En serio lo quieres saber? —le pregunto y él asiente—. No me gust