NICOLÁS COOPER.
—¡Mierda!Azoto los papeles enojado contra mi escritorio.Aún no la han encontrado y eso hace que me enoje más.Pero lo peor de todo, es que le hemos perdido el rastro.Alguien llama a la puerta de mi oficina.—Pase —digo frotándome la cien de frustración.Amaris entra y cierra la puerta detrás de ella.Me siento en la silla del escritorio.—¿Qué quieres?—¿Ya la has encontrado?Niego.—Le han perdido el rastro los estúpidos a los que contrate —le contesto molesto—. Otra vez no sé en donde esta.—¿En dónde le perdieron el rastro?Bufo molesto.—¿Para qué quieres saberlo? —le pregunto— ¿Acaso vas a ayudar a encontrarla?—Sí.Me burlo por eso.—¿Por qué te burlas? —me pregunta—. Sabes muy bien que soy una excelente rastreadora.—Pero eres mujer —le digo—. Y las mujeres son más lentas.—Pero tenemos mejor olfato que los hombres —me dice.Ruedo los ojos.—Necesito encontrarla rápido.—Y yo puedo ayudarte en eso —me dice—. Solo necesito que me dejes intentarlo.—¿Intentarlo? —pregunto burlón—. Yo no necesito que lo intentes, yo necesito que la encuentres.—¿Entonces eso es un sí?Empiezo a revisar unos documentos.—Es un no y es mi última palabra.Ella bufa cruzándose de brazos.—Glaikit.La veo enojado.—¿Qué dijiste?Ella me mira nerviosa.—N-Nada —me contesta.Me levanto del escritorio y me acerco a ella.Pongo una de mis manos en su cuello.—¿Qué dijiste?Aprieto su cuello.—D-Dije glaikit —me contesta y pone sus manos en mi brazo—. S-Suéltame.La miro furioso antes de soltarla y volver a sentarme en el escritorio.Ella pasa su mano por su cuello adolorido.—Si no tienes nada importante que decir, lárgate de aquí.Ella da dos pasos hacia delante.—Por favor, déjame ayudarte a buscarla —me pide—. Sabes muy bien que yo puedo encontrarla.—Ya te dije que no.—¿Pero por qué?—Ya te lo dije —le contesto—. Eres mujer y más lenta. Si llegaran a encontrarla tú harías que los demás se atrasen una semana por tu velocidad.—Ay, por favor, tampoco es como si estuvieran haciendo un buen trabajo —me dice—. Al final, volvieron a estar como al principio, sin ninguna pista o rastro en donde esta o estuvo Acacia.Aprieto mis puños.—Y sabes que es verdad —me dice—. Por cierto, es una pena ver como hasta nuestros padres cambiaron su forma de pensar pero tú, no.Sale de la oficina dejándome con la palabra en la boca.Golpeo el escritorio furioso.¿Por qué m****a la diosa le dio un gran olfato a las mujeres, pero poca velocidad e hizo lo contrario con los hombres? ¿Por qué?MAIA CARRIZALES.—¡Ich hab 'dich lieb!Christa le da unos besos en la mejilla a Camila y la bebé ríe.Después de un rato, la deja sentada en su cochecito.Veo como Camila se lleva una mano a su boquita y la babea toda.¡Aw, ternurita!Christa bebe un poco de su bebida mientras revisa los documentos que le he dado.—No puedo creer que los hayas traducido tan rápido —me dice—. Normalmente en la agencia de traducción se tardan una semana.—¿Qué puedo decir? —bebo un poco de mi café—. Soy muy rápida en lo que hago.—Lo he notado —se ríe—. El director del hospital me ha dicho que está pensando en contratarte permanentemente y romper el trato con la agencia de traducción, ya que tú eres más rápida y eficaz.Me atraganto un poco con el café.—¿Q-Qué? —me limpio la boca con una servilleta mientras ella se ríe— ¿E-Es en serio?—Por supuesto que lo es —me responde— ¿Acaso no te ha gustado la noticia?—¡Por supuesto que me ha gustado! —le digo y ella ríe por mi entusiasmo— ¿Pero le has dicho de
MAIA CARRIZALES.—¿Cómo van las cosas por allá?Abrazo mis piernas.—Bien —le miento—. Todo ha estado bien.—¿Has vuelto a tener pesadillas con él? —me pregunta Cameron del otro lado de la línea telefónica.Todas las noches.—Por suerte no —le contesto—. Creo que ya lo estoy superando.Lo escucho suspirar.Odio mi vida.—Si no fuera porque eres mi hermana y te conozco como la palma de mi mano, me hubiera creído tus mentiras —me dice—. Dime la verdad, por favor.—Estoy bien —le digo—. No tienes de que preocuparte, ¿cómo van las cosas con Sarah?—Bien, pero eso no importa ahora —me contesta—. Maia, dime la verdad.Me quedo callada.—Sé que es difícil para ti todo esto y no sabes lo que daría para estar contigo, pero sabes que...—Tienes que fingir que no sabes en donde estoy y que me estás buscando para que Nicolás no sospeche y me pueda encontrar —lo interrumpo—. Lo sé, no te preocupes.Nos quedamos en silencio.—Ayer hablé con Leon.Me enderezo en cuanto escucho ese nombre.—¿Qué te d
NICOLÁS COOPER.—¿Tienen nuevas noticias?—No —le contesto—. Le han perdido el rastro de nuevo.Él suspira.—¿Por qué suspiras? —le cuestiono—. Tarde o temprano la voy a encontrar y la voy a traer a mi lado.—Ella no es un objeto.—No, ella es mi luna —le digo—. Y su deber es estar al lado mío y dar luz a nuestros hijos.—Sí, claro, como no.Volteo a ver a Michael por su comentario sarcástico.—Si no tienes nada que aportar, lárgate de mi casa.—¿No te cansas? —me pregunta.—¿De qué?—De arruinarle la vida a la mujer que supuestamente amas —me contesta— ¿En serio no te cansas?—La amo y no me canso de "arruinarle" la vida porque no lo hago—le contesto—. Lo único que quiero es que ella entienda que soy su alma gemela y que debemos de estar juntos para ser felices.—Todos sabemos que eso es imposible por todo lo que le has hecho.Aprieto los puños.—¿Y quién lo dice, tú, su supuesto "amigo"? —le pregunto sarcástico.Veo como Michael aprieta los puños.—Sabes muy bien que yo realmente si
MAIA CARRIZALES.—Mía, eres mía y muy pronto te voy a encon...Abro los ojos cuando escucho como suena el temporizador de mi celular.Me levanto del sofá (estaba acostada) y voy a la cocina para sacar el pastel del horno.Me pongo los guantes, abro el horno, saco el pastel y lo dejo arriba de la encimera de la cocina al mismo tiempo en el que alguien toca la puerta de mi departamento.—¿¡Quién es!?—¡Soy Mauricio!Arrugo las cejas confundidas y me acerco a la puerta para ver por la mirilla.Veo a Mauricio afuera y después le quito los cerrojos a la puerta para abrirla.—Hola.—Hola —le digo— ¿Se te ofrece algo?—Em... sí —me contesta— ¿Tienes harina? Se me ha acabado y como hoy es domingo y todo está cerrado, no voy a poder comprarla en ningún lado.—Sí, claro —le digo—. Espérame aquí, por favor.—Ok.Cierro la puerta y voy a la cocina por una bolsa de harina.Regreso, abro la puerta y le tiendo la harina.—Gracias.Agarra la bolsa de harina.—De nada —le digo—. Bye.Cierro la puerta
NICOLÁS COOPER.—¿Qué significa esto, Leon? —le pregunto molesto.Leon me mira normal, parece que no le importa que esté molesto.—Dijiste que deseabas volver a hacer "el amor" —me contesta haciendo comillas con sus dedos—. Así que te estoy ayudando a que lo hagas.Lo veo enojado antes de ver a la prostituta que me ha traído.—Tú —ella me sonríe coqueta— ¡LARGO DE AQUÍ!Ella borra su sonrisa y me mira mal y después me mira con miedo y sale huyendo de mi oficina cuando ve que mis ojos se ponen negros.Veo mal a Leon.—¿¡CÓMO CARAJOS SE TE OCURRE TRAERME A UNA PROSTITUTA!? —le pregunto enojado mientras golpeo mi escritorio con mi puño— ¿¡QUÉ MIERDA ESTABAS PENSANDO!?Se queda en silencio.—Solo quería ayudarte —me dice—. Estás tan desesperado por tener sexo que creí que si te traía a una mujer que te ayudara con tu problema, te haría un favor.—¡YO NO VOY A TOCAR A NINGUNA OTRA MUJER QUE NO SEA MI MELODÍA! —le grito furioso.—¿Entonces te traigo a un hombre?Lo miro más furioso.—Lar-go
MAIA CARRIZALES.—¿Y bien? —se cruza de brazos— ¿Ya me vas a contestar o quieres que pidamos otro café?Solo me le quedo viendo.—Supongo que eso significa que necesitaremos otro café.—Yo no quiero nada.—Lo sé —me sonríe—. Eres fácil de leer.—Dame mis llaves, por favor —le pido.—¿Por qué? —me cuestiona— ¿Acaso te quieres ir de aquí?—No me quiero ir de aquí—le digo—. Bueno, sí, pero es para alejarme de ti.—¿Por qué no te agrado?Wow, que directo.—¿Por qué deberías de agradarme? —le inquiero.—Buena jugada —me dice y luego empieza a hablar en voz baja—. Ya dime, ¿acaso no te agrado por un ser un brujo de magia blanca?—No me agrada cualquier persona que no sea humano —le contesto de la misma manera—. Para ser más clara, no me agradan los monstruos como tú.—¿Monstruo? —habla— ¿Acaso soy tan feo?—Sí.Él me mira perplejo.—Wow, eso no me lo espe...Siento una punzada en mi cabeza y llevo mis manos ahí.Ho...la...Abro los ojos sorprendida cuando escucho esa voz un poco agotada en
MAIA CARRIZALES.Voy abriendo los ojos un poco confundida mientras me siento muy liviana, como si estuviera flotando en una nube muy cómoda.Veo a alguien ponerse adelante mío, pero estoy tan mareada que no logro identificar de quien se trata.El aturdimiento empieza a desaparecer y por fin logro ver con claridad a quién tengo adelante mío.—¿Estás bien? —me pregunta Mauricio— ¿Recuerdas qué paso?Veo a mi alrededor.—¿En dónde estoy? —mi voz sale muy baja y ronca— ¿Qué paso?—Estas en mi departamento —me contesta—. Perdón si no te lleve a tu departamento, pero te desmayaste y no pensé en levantar tus llaves.Me intento levantar de donde estoy acostada, pero no puedo.—No te muevas, sigues débil.Me ayuda a acostarme nuevamente en la cama.—Me siento mal —le digo—. Me duele el pecho.Mauricio pone una mano en mi pecho.Siento un calor muy pequeño en el pecho y el dolor desaparece.—¿Mejor?—Gracias.Él aleja la mano y yo intento levantarme de nuevo, pero otra vez no puedo.—Te dije no
MAIA CARRIZALES.Tiempo después...—Maia...Corro por todo mi departamento intentando salir de él.—Maia...Abro la puerta y veo como esta no me dirige hacia el pasillo del edificio, sino que dirige hacia mi habitación.—Maia...Escucho un fuerte gruñido atrás de mí y volteo asustada.—Maia...Veo al enorme lobo negro con terror.—¡MAIA CARRIZALES!Escucho ese grito y despierto sobresaltada antes de sentir unas gotas de agua en mi cara.—¿Qué te pasa? —lo regaño limpiándome la cara— ¿Por qué me despiertas así?—Discúlpame, bella durmiente —me dice Mauricio con una cuchara de madera en la mano—. Pero el desayuno ya va a estar listo y tú no te despertabas, así que ahora quita esa cara de zombie y ven a desayunar.Sale de mi habitación y yo gruño antes de volver a cerrar los ojos y acostarme en la cama mientras abrazo una almohada.Estúpido Mauricio y estúpida yo por haber hecho una pijamada con él.—¡Maia, arriba!Gruño antes de sentarme de mala gana en la cama.Me agrada Mauricio, pero