ENAMORADA DE MI JEFE
ENAMORADA DE MI JEFE
Por: arianbe
COMO INICIA TODO

Qué tal está la adorable Anne esta mañana?.

¿se ha divertido durante el fin de semana?.

Pareces una chica que sabe divertirse.

Anne levantó la vista y miró a Jeff Roberts sin reacción aparente.

-Buenos días, señor Roberts- dijo secamente.

Se aproximó y se sentó en su mesa. A ella se le revolvió el estómago. Estaba lo suficientemente cerca como para que su repugnante colonia lo invadiera todo. Pero Anne continuó escribiendo sin mirarlo, con la esperanza de que llegara a cansarse y se marchara.

Había tres modos de enfrentarse a un acosador.

La primera, ignorar y evitar al triste individuo, tratándolo, además con frialdad suficiente como para que entendiera que su impertinencia no era bienvenida.

La segunda, acusarlo de acoso y llevar dicha acusación tan lejos como fuera necesario.

La tercera, darle al desagradable tipo un puñetazo en la mandíbula.

Anne lo había intentado con la primera opción desde hacía ocho semanas, cuando, poco después de incorporarse a Stanton  Internacional, Jeff Roberts había empezado su desagradable persecución. Pero su método de contraataque no parecía estar teniendo efecto alguno sobre él.

Denunciarlo, sin embargo, supondría el inmediato despido, pues se enfrentaba al adorado hijo del jefe. El puñetazo en la nariz garantizaría, además, que no volviera a trabajar en ninguna compañía que se preciara durante el resto de su vida. Así que tenía pocas opciones.

El se inclinó sobre ella a leer el informe que estaba escribiendo y le susurró:

-Ya te he dicho que me llames Jeff cuando estamos los dos solos en el despacho.

Como siempre, un agrio olor emanaba de su ropa y, probablemente, de su piel. Anne tuvo que controlar una náusea.

El espacio era reducido, un ridículo cubículo robado al amplio despacho de la secretaria del padre de Jeff y paso obligado para la entrada en él.

-Si está buscando a Margaret, volverá en un momento- dijo Anne, y continuó con su trabajo.

-Bien. Pero antes, tomaré prestado un lápiz- dijo él, inclinándose sobre ella y pasando el brazo por delante de modo que le rozó el pecho.

Anne dejó de escribir y lo miró.

-Le he dicho ya antes que no haga eso.

-¿Qué no haga qué?

-Tocarme

-¿Te he tocado?- él sonrió y volvió a inclinarse sobre ella. ¿Por qué no salimos a tomar algo después del trabajo?. Seguro que te apetece…

-Lo siento, pero tengo otros planes- dijo Anne.

-¿Mañana, entonces?. Te invitaré a cenar, si eres una buena chica. Es un trato justo.

¿De dónde había salido aquel tipo?. Le habría gustado saber qué podía hacer para reventar aquel ego. Jeff Roberts era un prepotente acosador por naturaleza, que trataba de propasarse con todas las chicas jóvenes de la oficina.

Pero casi todas las demás trabajaban en lugares más seguros y menos susceptibles de permitirle salir inmune de sus excesos.

Ella lo miró fríamente.

-Lo siento, pero no voy a salir a tomar nada ni mañana, ni nunca, señor Roberts.

El rostro del individuo cambió.

-Puedo beneficiarte mucho si juegas bien tus catas- dijo él. Pero también puedo perjudicarte. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo?

-Perfectamente- respondió Anne fríamente.

-¿Y?

-La respuesta sigue siendo la misma. Ahora, necesito terminar este informe.

El se incorporó y ella pensó por un momento que iba a marchar, así que volvió a centrar la vista en su ordenador.

Pero, inesperadamente, dos manos carnosas aparecieron por detrás, descendieron desde sus hombros y atraparon sus senos provocándole un agudo dolor.

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