Miranda Ferrer—Esta muy distraída hoy ¿Qué te sucede? Debes enfocarte, tu futuro depende de esta prueba. — Regaña la profesora a su estudiante favorita Miranda Ferrer.Si logra enfocarse será una de las mejores bailarinas del país—Lo siento. —Se disculpa la joven de veinte años, sacudiendo su cabeza para ordenar sus caóticos pensamientos, sabe que su profesora tiene la razónMientras continúa practicando su nueva coreografía durante horas, la disciplina es muy importante en esa profesión, las demás bailarinas se marchan agotadas, pero Miranda continúa ensayando hasta muy tarde, para ella las cosas se hacen perfectas o no se hacen.Horas después la música se detiene y ella voltea la mirada con el ceño fruncido molesta porque alguiense atrevió a interrumpir su práctica.—Suficiente por hoy. — Pronuncia su hermanastro con los brazos cruzados.— ¿Qué haces acá?— Logra balbucear la joven, un poco nerviosa por la presencia de la persona que tiene su mundo de cabeza.—Nuestros padres me
El matrimonio de Darién es solo un acuerdo matrimonial para salvar la empresa de su padre que está al borde de la banca rota, pero existe un acuerdo de confidencialidad que no le permite hablar de ello, solo que Miranda desconoce esto.El corazón de Darién le pertenece hace mucho tiempo a Miranda, pero tal como le pasa a ella no se atreve a confesarlo en voz alta.El es mejor ocultando sus emociones que ella, sin embargo se siente muy mal al ver la cara de tristeza en los ojos de Miranda, cuando ella lo abraza se le cristalizan los ojos.Después de la cena Darién se encierra en su habitación a beber, está sacrificando su felicidad por su familia, está seguro que su madre no podría sobrevivir sin la vida de lujos a la que está acostumbrada.Solo toma un par de trago pero esta tan frustrado que estrella la botella de licor contra la pared, sale de su habitación y llega hasta la habitación de Miranda, empuña su mano con ganas de tocar la puerta, pero se detiene…Si él se atreviera a cr
—Estoy impresionada. — Le dice Alma, sujetando a su prometido del brazo como una garrapata—Gracias. — Le responde por educación Miranda, pero ver a Darién con otra mujer la lastima profundamente, toda la magia que hubo entre los dos se extingue.—Quiero presentarte al señor Hill. —Interrumpe sus pensamientos la profesora llevándola hasta donde la espera de pie el cazatalentosMiranda sabe que su presentación fue impecable, pero no está segura de ser la elegida, pues hay miles de aspirantes al puesto que ella desea.—Señor Hill ella es Miranda Ferrer. — La presenta la mujer un poco nerviosa, ella tiene mucha fe en ella, si contratan a Miranda su escuela y ella como profesora será más reconocida en la cuidad.El señor Hill se queda por un instante sin palabras observando a Miranda de pies a cabeza hasta que ella se pone nerviosa.—Me recuerdas a alguien, pero creo que es imposible que tengas algo que ver con ella. — Se le escapa de los labios, observándola con los ojos entrecerrados.
Miranda despierta aturdida por unos gritos provenientes de la habitación de sus padres, con el ceño fruncido se levanta de la cama con cuidado de no despertar a Darién, aunque eso es muy difícil, Darién duerme como un tronco.Se viste rápidamente para ir a su habitación, no quiere que nadie se cuenta de lo que hicieron esa madrugadaObserva a Darién dormir profundamente totalmente desnudo y sonríe llena de felicidad no puede evitar besarlo en la boca mientras duerme, siente que nada podrá borrar la sonrisa de sus labios.Avanza de puntillas por el pasillo y cuando pasa por el frente de la habitación de sus padres adoptivos el corazón de ella se paraliza al escuchar con nitidez los reclamos de su madre adoptiva—No tiene caso que sigas con tu mentira, tú eres el padre de esa maldita bastarda— Chilla, la señora Ferrer.— ¡Te prohíbo que te refieras a Miranda de esa forma!— Ladra el señor Ferrer y Miranda boquea incrédula por lo que acaba de oír.Su corazón se paraliza por un instante
Apenas Darién despierta estira las manos buscando a Miranda, se incorpore en la cama pensando que todo esto fue un sueño...Hasta que encuentra la ropa interior de ella entre las sabanas.Sonríe recordando la forma en que la hizo suya por primera vez y piensa que por nada del mundo se casara con su prometida, no piensa renunciar a su amor.Se arregla lo más rápido que puede y se va hasta la habitación de Miranda, para hablar con ella y planear como decirles a sus padres lo que sucede entre los dos, toca la puerta y no escucha respuesta.—La señorita no está. — Le informa la mujer de mantenimiento que limpia el pasillo— ¿A dónde está?— Cuestiona el, extrañado mirando su reloj, es temprano aún.—No lo sé, la cama esta ordenada, no durmió allí. — Informa ella.Inmediatamente él intenta llamarla a su teléfono y cae al buzón de mensajes, el está desconcertado se pregunta ¿acaso lo que paso entre los dos no significo nada para ella?Se siente herido, lo que paso esa noche tiene un gran va
—Necesito volver a casa. — Le informa ella de inmediato, limpiando sus lágrimas y su padre niega con la cabeza.—No puedes hacer eso.— Le responde, mientras la mira con ojos de lastima.—Usted no tiene ningún derecho a impedírmelo, ¡Darién tiene que saber que vamos a tener un hijo! Nos amamos— Le responde ella, Zafándose del agarra del señorLo único que piensa es en regresar a los brazos del hombre que ha amado desde que tiene memoria.—El no te ama, ni te merece, no le des el placer de verte sufrir por el. — Aconseja su padre y ella cubre su boca con la mano para no gritar de la frustración.—Tú no sabes nada de nosotros, ni por todas las pruebas que ha pasado nuestro amor.— Defiende ella de forma apasionada—El se casa mañana, hija lo siento… ¡Si de verdad el te amara él no se estaría casando con otra mujer!—¡Me estas mintiendo!, no permitiré que me alejes de el.— Chilla, ella negando con la cabeza—Lo siento, lo único que quiero es tu felicidad nunca haría algo como eso.— Le dice
Miranda continuo adelante con su vida, trabaja de la mano de su padre, tiene un hermoso bebe idéntico a su Darién y sigue bailando, a pesar de ser madre soltera puede decir que ha logrado triunfar en la vida, aunque no ha podido volver a enamorarse.Sin embargo una llamada telefónica pondrá su mundo de cabeza de nuevo. —Señorita Miranda fin la encuentro soy el abogado de la familia Ferrer, cumplo el deber de informarle que el señor Álvaro Ferrer falleció hace un mes, y la necesitamos acá en Nueva York para proceder a la lectura de su testamento.—Explica el hombreMiranda queda sin palabras, el señor Ferrer era muy importante para ella, estuvo a su lado toda la vida y después de la muerte de su madre, se encargo de ella como si fuese su propia hija.— ¿Está bien?— Cuestiona, mientras una lágrima recorre la mejilla de Miranda, ni siquiera puede sostener el teléfono.— ¿Que sucede?— Cuestiona el señor Hill al ver a Miranda temblando.—Mi papa murió. — Responde con voz ahogada el señor
—Señorita Miranda. — Suelta el ama de llaves con los ojos desorbitados al verla llegar con las maletas en las manos, la mujer esta pálida como si estuviese frente a un fantasma.Miranda se percata que al parecer todavía el personal de la mansión no está informado de su regreso.—Buenos días señora Black, necesito que prepare la habitación principal para mí— Ordena Mirando todo a su alrededor, recordando en cuestión de segundos todo lo que vivió allí en el pasado…Necesita desesperadamente darle una lección a la señora Ferrer que siempre la ha menospreciado y hoy incluso la llamo mujerzuela sin ningún motivo.—Señorita, no puedo hacer eso, esa es la habitación de la señora Ferrer. — Le responde con las mejillas rojas la mujer.—Y a partir de este momento es mi habitación, ya que soy la dueña de la mitad de esta mansión. — Le aclara Miranda.—A la señora Ferrer le molestara mucho esto. —. Pronuncia, la mujer con miedo a las acciones de su jefa en contra de ella.—Eso me tiene sin cuidad