CONTRATO

—Estoy impresionada. — Le dice Alma, sujetando a su prometido del brazo como una garrapata

—Gracias. — Le responde por educación Miranda, pero ver a Darién con otra mujer la lastima profundamente, toda la magia que hubo entre los dos se extingue.

—Quiero presentarte al señor Hill. —Interrumpe sus pensamientos  la profesora llevándola hasta donde la espera de pie el cazatalentos

Miranda sabe que su presentación fue impecable, pero no está segura de ser la elegida, pues hay miles de aspirantes al puesto que ella desea.

—Señor Hill ella es Miranda Ferrer. — La presenta la mujer un poco nerviosa, ella tiene mucha fe en ella, si contratan a Miranda su escuela y ella como profesora será más reconocida en la cuidad.

El señor Hill se queda por un instante sin palabras observando a Miranda de pies a cabeza hasta que ella se pone nerviosa.

—Me recuerdas a alguien, pero creo que es imposible que tengas algo que ver con ella. — Se le escapa de los labios, observándola con los ojos entrecerrados.

—Por supuesto, ella es la única hija de la famosa bailarina Melisa Heard. — Comenta la profesora.

El señor Hill, palidece por un instante y tiene que tomar asiento, es una noticia impactante para él.

—No sabía que tenía una hija. — Balbucea.

—La mantuvo lejos de los ojos públicos. — Responde la profesora.

— ¿Supongo que vives con tu padre?, Supe que tu madre falleció hace unos años. — Expresa el, mirándola tan fijamente que ella se siente un poco incomoda

—Usted también descubrió a su madre ¿Lo sabías Miranda?— Informa la profesora.

—No, no lo sabía. —Titubea  Miranda algo confundida, su madre jamás lo menciono.

—Miranda fue adoptada por la familia Ferrer cuando murió Melisa. — Comenta la profesora,

Aunque está acostumbrada a que las personas la vean en el escenario se incomoda al escucharlos hablar de ella como si ella no estuviese presente...

— ¿Y tu padre biológico, donde esta?— Insiste, aflojando su corbata pareciendo un poco nervioso.

—Murió antes que pudiese conocerlo. — Le responde Miranda sin darle mayores explicaciones, es lo que le dice a todo el mundo.

—Lo lamento mucho, sabes eres una joven muy talentosa, me gustaría que formaras parte de mi nueva producción— Propone el señor Hill, ella boquea de la emoción, ¡sus sueños comienzan a hacerse realidad!

¡Es la oportunidad que estaba esperando!,  esta consiente que esa producción estará fuera del país por al menos dos años, toma la tarjeta con las manos temblorosas

Gira su vista en dirección de Darién y observa cómo se besa con su prometida apasionadamente, y ella hace de tripas corazón para retener las lágrimas.

¡Prometió no derramar una lágrima más por él! y lo piensa cumplir pase lo que pase

—Acepto. — Pronuncia ella con la voz quebrada, mientras estrecha sus manos temblorosas con el señor Hill, cerrando el trato que la alejara de su amor imposible.

Es una victoria con sabor amargo, no quiere irse pero sabe que es lo mejor para ella, es una tortura tener a Darién tan cerca y tan lejos a la vez, consciente de que jamás podrá hacer su amor realidad.

Su corazón se entristece aun más cuando lo busca entre la multitud de personas y no lo encuentra

—Su hermano se fue con su prometida, ordeno que la llevase a casa. — Le informa el chofer, ella baja la mirada para ocultar sus emociones  y asiente.

Cuando llega a casa es tarde, pero el señor Ferrer la espera despierta en el salón principal con una sonrisa en los labios y los brazos abiertos.

Ella corre a sus brazos y se abrazan como si fuesen padre e hija realmente— ¿Buenas noticias?— Cuestiona el.

Ella levanta la mirada y asiente—Si. —

—Lo sabia eres tan talentosa como tu mamá. —

—Mañana mismo firmare el contrato con el señor Hill. — Explica emocionada, es el sueño de cualquier bailarina, trabajar directamente con esa academia.

— ¿El Señor Hill?— Balbucea el padre de Darién.

—Si es el dueño de la academia que me contrato y es la más exitosa de país. — Explica ella con los ojos brillantes de la emoción.

— ¡Es una gran oportunidad  para ti felicidades!— Exclama  la señora Ferrer bajando las escaleras aparentando estar emocionada.

—Conozco a Hill, se aprovecha de las mujeres que trabajan para él, no puedes firmar ese contrato. — Ordena el señor Ferrer soltando las manos de su hija.

—Ella tiene mi bendición, es una gran bailarina y no puede dejar pasar esa oportunidad, viajara por el mundo, conocerá mucha gente. — Responde la señora Ferrer apoyándola, por primera vez desde que está en esa casa.

—No pienso renunciar a esta oportunidad ¡Creí que me apoyarías!— Le grita alterada Miranda, inmediatamente es abofeteada por su padre adoptivo.

Ella se sujeta la mejilla con los ojos desorbitados sin poder creer lo que acaba de ocurrir, de todos el siempre la apoyo, y jamás lo había visto tan alterado.

—En mi casa se hace lo que yo diga, y tu no vas a firmar ningún maldito contrato te lo prohíbo. — Ladra el señor Ferrer  con las manos hechas puño.

— ¿Qué te sucede? sabias que esto pasaría— Cuestiona la madre de Darién interponiéndose entre Miranda y su esposo.

— ¡Me pegaste!— Gimotea Miranda  con los ojos rojos sin poder procesarlo, ¡él nunca la había maltratado!

— ¡Te lo mereces por llevarme la contraria! Tu madre te dejo a mi cargo y no permitiré que ese hombre te haga daño. — Mantiene el con los ojos brillantes.

—El no me hará daño, te juro que solo me iré con el por trabajo. — Asegura Miranda

 Aunque está dolida porque la haya golpeado,  no quiere irse peleada con él, el es muy importante para ella.

—Tú no sabes de lo que es capaz ese hombre, debes alejarte de él de inmediato, no te permitiré que sigas con este absurdo. — Le dice el señor con la voz quebrada.

—Déjala es su sueño, la apoyaremos, si ocurre cualquier cosa que a ella la moleste puede llamarnos. — Asegura la señora Ferrer dejándolos a los dos con la boca abierta.

—Gracias por comprender. — Le responde Miranda, la señora Ferrer sonríe de forma triunfal, porque  al fin pudo deshacerse de esa bastarda.

 Ella está segura que es hija de su esposo, y no solo eso ella conoce los sentimientos de Miranda, ella sabe como es la mirada de una mujer enamorada, y tiene que alejarla de su familia antes que ocurra lo que para ella sería una desgracia.

—Gracias por apoyarme mamá. — Balbucea Miranda y abraza a la señora, esta se incomoda por la muestra de afecto y se tensa pero no la rechaza.

Sin embargo Miranda es una mujer inteligente percibe las intenciones de su madrastra y tiene ganas de llorar al percatarse que su madre adoptiva lo único que desea es deshacerse de ella y esta es la oportunidad perfecta.

Al parecer nunca pudo ganarse el amor de esa señora a pesar de haber sido durante este tiempo una persona ejemplar: Hija obediente, estudiosa y amorosa, ¡hizo todo por ganarse su afecto! Pero nunca fue suficiente.

 El señor Ferrer se siente triste de que Miranda se vaya, al aprendió a quererla como una hija, además es el vivo retrato de su mejor amiga, y sabe que ella tiene un gran futuro como bailarina por delante.

—Discúlpame por haberte lastimado, yo no sé que me paso. — Balbucea él avergonzado por su arrebato.

 Ella no podría odiarlo aunque quisiera él es la persona que siempre la ha apoyado incondicionalmente  además la ha hecho sentir parte de los Ferrer.

—Olvídalo, no paso nada. — Responde ella, abrazándolo y perdonándolo, Miranda sabe que el orgullo solo los hará infelices a todos

Cenan con su familia adoptiva, la señora Ferrer ordena que preparen la comida favorita de Miranda, ella siente que debería estar feliz sin embargo  no puede evitar que su mirada se vaya a la silla vacía del comedor que debería estar ocupada por Darién.

Esa mirada no pasa desapercibida para la señora Ferrer…Cuando sube a su habitación  imagina lo que debe estar haciendo Darién con su novia.

Llevada por la rabia y los celos tira una fotografía de él al cesto de basura, se da un baño respira profundo tratando de controlar sus emociones

Sabe que lo mejor que puede hacer es marcharse lo más lejos posible de allí, en cualquier momento va a meter la pata y todos se darán cuenta que está enamorada de su propio hermano.

Cuando sale de la ducha, se coloca un pijama y mira la hora, es la una de la madrugada y Darién no llega, su mente atormentada por los celos no la dejan dormir, toma una botella de la despensa y comienza a beber…

Darién llega de madrugada, en ese momento ella envalentonada por el alcohol se atreve a entrar a la habitación de él

— ¿Quién es?— Cuestiona el que acaba de quitarse la ropa para irse a dormir, todo está oscuro, solo nota la silueta femenina en la oscuridad

—Soy yo. — Balbucea ella con voz patosa.

— ¿Estas borracha?— Cuestiona incrédulo, y cubriéndose para que no lo vea desnudo,  ella nunca consume licor.

—Por tu culpa. — Responde tratando de enfocarla con la mirada, ¡está viendo triple!

— ¿Qué hice?— Cuestiona

—Te casas. — Responde ella viéndola a los ojos, de pronto acerca su rostro al de él y lo besa.

En un principio no logra procesar que eso en realidad está ocurriendo,  han soñado tanto en secreto este momento que solo se dejan llevar por sus deseos, Darién la besa de forma apasionada contra la puerta.

El cuerpo de  él despierta por completo con la cercanía de ella, presiona su pelvis solo un poco y ella puede sentir la excitación de él, pero no tiene fuerzas para detener lo inevitable, es el momento de consumar finalmente ese amor inconfesado que ambos sienten

Todo comenzó con un beso con sabor  a Vodka, los labios  de ella son dulces y jugosos mas deliciosos de lo que él ha soñado alguna vez, ambos se sienten en la gloria hasta que un gemido de placer se escapa de los labios de Miranda.

El cuerpo de Miranda tiembla con las caricias expertas de Darién, el se encarga de besar y acariciar cada centímetro de su piel. —Te amo.— Confiesa el sin dejar de besarla

—También te amo.— Responde Miranda mirándolo a los ojos, ambos sonríen emocionados jamás pensaron hacer realidad lo que por tanto tiempo anhelaron en secreto.

¡Sabe que es una locura!, pero si se detiene se arrepentirá toda la vida así entra profundamente dentro de ella.

Ella boquea del dolor, ¡es su primera vez! y es una experiencia alucinante, ambos respiran agitados, con los cuerpos perlados de sudor, el hace uso de todo su autocontrol para no lastimarla para que el cuerpo de ella acepte  la invasión.

En poco tiempo ella comienza a rotar las caderas  por instinto, son como pieza de un juego que calzan a la perfección, se miran a los ojos y se besan mientras continúan llevando a cabo su pasión prohibida.

Incluso se atreven a confesar su amor entre susurros.

Ambos amantes se duermen satisfechos uno en brazos del otro, dispuestos a luchar contra todo por su amor, creen que a partir de ese momento nada podrá separarlos…

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