Sentí mi rostro palidecer.
-¿Por qué no me dijiste que el vendría?-Murmuré con los dientes apretados.
-No me diste chance.
-¿Como que no te di chance?
-Te recuerdo que me colgaste antes de que pudiese hablar.
-Pero llevo aquí casi dos horas Cristal, me lo pudiste haber dicho en todo ese tiempo.
-No seas exagerada que no tienes ni diez minutos-Se cruzó de brazos-Además, yo pensé que ya todo ese asunto con Adam, había quedado en el pasado.
-Créeme que yo también lo pensé-Comencé a pasarme las manos por el cabello con nerviosismo, miré mi atuendo y de inmediato me arrepentí de no haberme puesto algo más llamativo.
-Ya cálmate Eli que te ves muy bien.
"¿Y la que sería un témpano de hielo, ¿dónde está?"-Me recordó mi subconsciente.
¿En qué estaba pensando?, Tenia razón, no podía seguir con ese jueguito de volverme un manojo de nervios delante de ese hombre. Debía mantener mi promesa.
Respiré profundo y erguí mi postura.
-Cristal, tienes toda la razón-Repuse con calma.
Quería lucir lo más tranquila posible, pero cuando vi a ese hombre caminar hacia nosotras, perdí mi poca cordura.
Venía hablando con Christian mientras sostenía la pequeña manito de Clarys, sin percatarse de mi presencia.
Le di un escaneó rápido antes de que se pudiera dar cuenta.
Venia muy elegante, con un traje de corbata color azul marino que le quedaba a la medida, como anillo al dedo.
El negro azabache de su cabello seguía intacto, no se podía percibir ni una sola cana, la única diferencia era que lo tenía un poco más largo que la última vez que lo vi, dándole un estiló más jovial.
Me perdí observando esos ojos color miel, tan llamativos e intensos y esas facciones de Dios griego tan varoniles y excitantes...
Por todos los cielos... Ese hombre es un pecado andante, ¿Cómo puede ser doctor?, él no previene los infartos, los provoca… Me hace desear cosas tan pervertidas que me quieren temblar las piernas de solo pensarlo.
Luché por no morderme el labio y suspirar como una tarada, tenía que comportarme.
Adam, saluda a Cristal y cuando por fin se percató de mi presencia, pareció algo sorprendido, pero su reacción solo duró una fracción de segundos.
-Señorita Elisabeth, no sabía que ya había vuelto de su viaje.
-Doctor Adam...-Aclare sutilmente mi garganta-Si, llegué hoy-Intente sonar lo más indiferente posible, no quería seguir pareciendo una adolescente puberta, delante de él.
Admito que dolió un poco saber que él, se enteró de que estuve fuera del país y aun así no se contactó conmigo, eso solo confirmaba mi teoría de que su interés en mi es igual a cero.
-Entiendo, imagino que debes estar cansada.
-No mucho-Me encogí de hombros.
-Bueno, me alegro de que nos acompañes esta noche.
Me limite a responder con un "Gracias" y después tome asiento.
Christian colocó a Clarys en un extremo de la mesa, en una silla alta de esas que son para los bebés, después aparto la silla del lado derecho, que se encontraba junto a la mía, para que su esposa pudiera sentarse, siendo tan caballeroso como siempre, tanto, que a veces me da jaqueca.
"Perfecto"-Susurre, cuando Adam se sentó de frente hacia mí, y su amigo a su lado, frente a su esposa y junto a su hija.
-Todo se ve exquisito-Informa Adam mirando la cena.
"No más que tú papasito"-Grita mi subconsciente y por segunda vez tuve que darle la razón.
-Lo preparó mi esposa-Respondió Christian, refiriéndose a la comida.
-Me enseñó en mejor chef del mundo, y el más guapo-Le guiñó el ojo a mi cuñado.
-Ay por Dios... me dará un coma diabético antes de probar el postre si empiezan con sus cursilerías-Me quejé.
-La envidia no es buena consejera-Me dijo Christian en tono burlón.
Sentí el impulso de sacarle la lengua, como siempre, pero no, me contuve justo a tiempo y solo exclamé un "unjú".
-Bueno ya, no dejemos que se nos enfríe-Pidió mi amiga, así que empezamos a comer.
En total silencio, ni siquiera Clarys emitía sonido. Lo único que se escuchaba era el leve roce de los platos con los cubiertos.
-Estamos celebrando el ascenso de Adam-Comento Cristal después de unos segundos, sin que yo lo hubiese preguntado, en uno de sus intentos desesperados por romper la tensión-Fue ascendido a director del hospital.
-Felicidades Doctor-Dije con toda la sinceridad del mundo.
Adam conectó su mirada con la mía, dándome una leve y casi imperceptible sonrisa.
-Gracias... Señorita Elisabeth.
Sin darme cuenta me entretuve observándolo, hasta que por suerte Clarys comenzó a hacer ruidos, llamando la atención de todos en la mesa.
Balbuceó algunas palabras que aún no pronuncia bien y yo no pude entenderle en lo absoluto, pero mi amiga, supongo que por contar con alguna especie de "súper poder de madre", comprendía todo a la perfección porque le estaba respondiendo.
-Pero debes comértelo hija.
“Balbuceo de Clarys”
-Se que no te gusta, pero es sano.
Otro balbuceo más...
-Si lo comes todo, prometo obsequiarte un oso de peluche enorme para tu cumpleaños-Le dijo Adam, logrando que la niña comenzara a devorar todo lo que tenía en su plato.
-En esta casa no hacemos ese tipo de negociaciones tío Adam-Advirtió mi cuñado.
-Pero yo no vivo aquí, así que tengo permitido hacerlas... ¿Verdad princesita?
Clarys le sonrió de oreja a oreja, asintiendo con su cabecita como si estuviese entendiendo de lo que estaban hablando y haciendo que todos nos empezáramos a reír también.
Me iba a llevar un bocado a la boca, pero me detuve cuando vi a Cristal con su mirada clavada en mí.
-¿Que sucede?-Pregunté, pero sin emitir sonido, solo moví los labios.
-Adam-Lo llamó ella, sin apartar su mirada de mí, sus ojos se mantenían retadores.
-¿Si?
-¿Cuándo es el cumpleaños de mi hija?
-El diez de Abril-Respondió de inmediato-¿Por qué lo preguntas?
-No, por nada... Para sacar a alguien de dudas-Eso último lo dijo con los dientes apretados y yo voltee mis ojos hacia arriba.
Adam observó nuestras reacciones y entendió lo que estaba sucediendo porque curvo sus labios en una sonrisa, con aires de superioridad.
Ja' ¿Quién es el infantil ahora? - Pensé.
Y seguí comiendo sin prestarle mayor atención.
Al terminar de cenar, mi cuñado se encargó de recoger la mesa y mi amiga de arreglar a su hija porque en poco tiempo tendría que irse a la cama.
Mientras tanto, Adam y yo nos quedamos sentados en la sala esperando a que ellos se desocuparan, en rotundo silencio.
Él se mantuvo perdido en la pantalla de su teléfono y aproveché para sacar en mío y tomarle una foto desprevenido, por supuesto sin que él se diera cuenta, así que apagué el flash.
A pesar de eso, fue una pésima idea porque igual la cámara emitió un sonido que llamó su atención y casi me da un infarto del susto.
Lancé mi teléfono a mi derecha y giré mi cara hacía otro lado para evitar todo contacto visual.
Agradecí internamente cuando Christian y Cristal se unieron a nosotros, porque estaba segura de que no podría aguantar un segundo más en esa posición.
Los adictos al trabajo empezaron a hablar de casos en el hospital, mientras que yo ponía a Cris, al tanto de todo lo que hice durante mi viaje.
-Todo estuvo espléndido, se los agradezco-Comentó Adam momentos después, mirando el reloj en su muñeca-Pero ya debo marcharme-Se puso de pie-Mañana debo madrugar.
"¿Quién rayos madruga un domingo?"-Pregunté para mis adentros.
Pero antes de que pudiera responderme a mí misma, todos se levantaron así que yo copié su acción, levantándome también.
Adam se acercó a Cristal para despedirse con un corto abrazo y cuando se paró delante de mí, inmediatamente extendí mi mano para estrecharla con la suya, tratando de parecer una mujer "sería"-Que pase buenas noches Doctor Adam.
Él se quedó mirándola un tanto descolocado, como si nunca se hubiese esperado ese tipo de formalismo viniendo de mí, pero al reaccionar extendió su mano y tomo la mía.
-Buenas noches... Señorita Elisabeth-No comprendo cómo puede tener una voz tan sexi, como si saboreara las palabras al pronunciarlas.
Sin duda, amo como dice mi nombre.
Sin soltar mi mano, se acercó y me beso de forma repentina en la mejilla, por unos larguísimos tres segundos.
Sus labios se sintieron tan suaves como siempre, hicieron que se me erizara la piel y tuve que alejarme rápido porque sentí el fuerte impulso de querer estremecerme.
-Te acompaño a la puerta-Dijo Christian y ambos se marcharon juntos.
-Ahora sí-Cristal se sentó y me halo del brazo para que también me sentara-Me vas a contar ahora mismo que rayos estas planeando.
-No sé de qué estás hablando...-Me giré intentando darle la espalda.
-¡Elisabeth Kleim!-Me tomo por los hombros para que volviera a mirarla-Te conozco como a la palma de mi mano y esa actitud de niña seria, no te la crees ni tu misma.
-Sigo sin entender de qué hablas-Recosté mi espalda del sofá y crucé mis brazos y piernas.
Su expresión cambio de pronto, no me miraba de forma acusadora, era mas bien como pena o lástima, haciéndome unir mi entrecejo.
-No me mires de esa forma Cristal.
-¿Como quieres que te mire?
-De cualquier manera, menos de esa tan denigrante...
-Por Dios Eli, es que tú eres mi amiga, mi hermana-Me descruza los brazos para tomarme de las manos, dejando la suyas por encima de las mías-Yo me preocupo mucho por tí, aunque estas un poco loca, o bueno, un poco no, porque estás loca de remate...
-Oyee...
-Shhhh, estoy hablando... Eres un excelente ser humano, eres una mujer hermosa y...
-No sé a dónde quieres llegar.
-Al punto de que no tienes que estar cambiando por nadie, y menos estar aparentando ser quien no eres solo para gustarle.
-Ahhh, estas hablando de Adam.
-Exacto, no sé si te molestes conmigo por lo que te voy a decir, pero pienso que deberías olvidar todo ese asunto con él, dejarlo en el pasado. No considero que sea sano para ti que sigas enamorada tu sola.
Quise curvar mis labios en una sonrisa, pero me contuve, solo giré mis manos, dejándolas por encima de las suyas.
-Ay Cristal, mi dulce, dulce e inocente Cristal... ¿Quién dice que yo estoy enamorada de Adam? -Me acerqué más para susurrarle- Yo solo quiero llevármelo a la cama y punto, será una noche y nada más...
-Sigue repitiendo eso y quizás en algún momento lo empieces a creer.
-¿De verdad piensas que estoy enamorada de él?-la mire con una ceja levantada.
-No lo pienso, estoy totalmente segura... Y creo que esto no terminará nada bien.
-Ya tranquilízate, solo será sexo y nada más.
-¿Te parece poco?, Lo dices como si...
-Ya Cristal-La interrumpí-Para que me sermoneen tengo a mi Nana. No pasará nada, tranquilízate, y ¿Sabes qué? mejor cambiemos el tema-Me levante y tome la bolsa que había traído cuando llegué-Mejor miremos los obsequios que les traje de París.
La semana paso más lento de lo que me hubiese gustado...O quizás lo sentí así porque me mantuve la mayoría del tiempo encerrada en mi habitación, "ocupada" intentando diseñar algún boceto de las prendas que me llegaban de pronto a la cabeza. Quería que fuesen diseños frescos, versátiles, novedosos y que tuviesen su esencia propia. Pero la mayoría de las ideas que había plasmado en las hojas, acabaron arrugadas en el piso de mi habitación.Para cuando llegó el sábado, había bolitas de papel regadas por todas partes, prácticamente no se podía ver el piso.Toc toc toc toc...Se escucharon toques en la puerta.-¡Pasa Nana!-Grite desde mi cama.Sabía que era ella porque es la única que toca cuatro veces seguidas.Yo me mantuve en mi pose de crisis existencial, que consiste en quedarme acostada boca arriba y con las piernas subidas en el espaldar de mi enorme cama.-Mi niña, ya el desayuno está servido-Informo mi nana-¿Las muchachas de servicio aún no han levantado todo este desorden?-Inq
Ya en la noche, me encontraba parada frente al enorme espejo de mi habitación, mirando los resultados del arduo y perfeccionista esfuerzo que hice para arreglarme.-Ok, esto me encanta-Dije mirando mi reflejo, totalmente satisfecha de lo que había logrado.Me coloque un vestido corto, de lentejuelas plateadas, muy ceñido al cuerpo, que resaltaba favorablemente mi figura. Tiene un escote tan pronunciado que no pude colocarme brasier porque podría notarse con facilidad, pero me hacía sentir muy sensual.Me costó mucho decidir los tacones, pero al final me puse unos no muy altos, de color negro y cómodos, para que me permitieran bailar toda la noche.Ricé mi cabello y me recogí la mitad en una cola alta para darle un efecto de caída en forma de cascada. Por último, pero no menos importante, mi maquillaje, en el cuál invertí la mayoría del tiempo, buscando resaltar mis facciones más llamativas que son mis ojos color grisáceos, y mis labios que se veían más gruesos de lo que ya son.Cuand
Quería que la tierra me tragara y me escupiera en Saturno.¿Por qué habiendo tantos sitios justo tenía que ir a ése? Siendo sincera jamás esperé encontrármelo ahí, ni en un millón de años me habría pasado por la cabeza.Me temblaba el estómago, y después de unas cuantas cachetadas mentales, logré mantener la compostura.-Dile que no lo quiero-Le avise al barman, entregándole el vaso-Devuélvele el trago por favor.Sin responder nada, el chico lo agarró y se lo llevo de regreso a Adam, quien me miró directo a los ojos, de forma severa. Al parecer se molestó porque no acepté el whisky, pero no le di importancia, tampoco es que fuese mi obligación hacerlo y, de hecho, nunca me han gustado ese tipo de bebidas.De pronto empezó a sonreír de lado mientras negaba con su cabeza, un tanto bipolar su actitud, a decir verdad, pero eso no me preocupaba en lo absoluto, lo que, si me alarmó, fue verlo tomar el vaso que rechacé y caminar en mi dirección.-"Ay Dios, Ay Dios, ahí viene"-Mi subconscient
Tome un sorbo de mi copa para evitar que me viera reír y continúe meneándome sin prestarle mayor atención. Cuando termina la tercera canción, el rubio me pidió la copa para buscarme otro cóctel ya que se encontraba vacía. Quise negarme porque el moreno había quedado en enviármelos hasta la zona VIP, pero luego de echar una ojeada hacia la barra, noté que estaba muy ocupado y no quise darle más molestias.Seguí al rubio con la mirada, hasta verlo entregarle la copa a Matías ya que le pedí específicamente que fuese directo con él, porque solo él sabía que era lo que yo estaba tomando.El moreno mira en mi dirección, me guiño un ojo haciéndome sonreír y después empezó a preparar mi bebida.En un movimiento casi involuntario, giré mi rostro para ver hacia la otra esquina, donde Adam, estaba sentado y al posar mi vista en él, de inmediato me arrepentí, ya que no se encontraba solo.Estaba hablando muy a gusto con una chica. Era alta, de cabello rojo y piernas largas...Desde donde yo esta
ADAMNo me agrada salir en mis noches libres, prefiero quedarme en mi apartamento, pero el estrés del trabajo me tenía al borde así que quise tomar unos tragos para intentar relajarme, teniendo la certeza de que mi noche terminaría con una ardiente mujer metida bajo mis sábanas.Sin embargó, aquí estoy... Entrando a mi auto, listo para marcharme, y con Elisabeth en el asiento de copiloto.-¡Ey!, Elisabeth. ¿Como te sientes?No contesta.Mantiene los ojos cerrados así que con sutileza giro su rostro en mi dirección y noto que está sangrando.-Ese mal nacido te rompió el labio.Tenía ganas de bajarme del auto y terminar de partirle la cara al infeliz, pero supuse que ya se abría largado.-Adam...-Susurra mi nombre.-¿Si?-Creo... que estoy... drogada-Le cuesta hablar, casi arrastra las palabras.Suspiré pesadamente.-Lo sé. Me di cuenta cuando estábamos hablando y me miraste a los ojos.-Fue... ése rubio idiota.-Eso fue lo que pensé, por eso quise seguirlos-Aparto un mechón de cabello
ELISABETHAbrí lentamente mis párpados sintiendo una pesadez descomunal en todo mi cuerpo y me prometí no volver a probar una gota de alcohol por el resto de mi vida.Aunque eso lo prometo cada vez que me levanto con resaca y una vez que se me pasa, siempre termino olvidando la promesa.En esta ocasión, los recuerdos en mi cabeza se encontraban un tanto desordenados, como si no lograra recordar bien las cosas, así que me quedé un buen rato completamente inmóvil, mirando el techo de mi habitación.Hasta que...-¿Dónde demonios estoy?-Dije incorporándome de golpe.Me encontraba sola, sobre una cama de sabanas grises y de frente había unos enormes ventanales que estaban cubiertos por cortinas oscuras, ahora estaba cien por ciento segura de que no era mí habitación.-¿Que rayos hago aquí?... Y peor aún-escaneé mi cuerpo-¿Por qué estoy desnuda?Solo tenía puesta mis pantis y esa no era una buena señal.-"Carajo Elisabeth, te cogiste a alguien y de seguro ni siquiera sabes su nombre"Mi sub
No podía creerlo...Se quedó ahí parado dándome la espalda, y sin poder ocultar su acelerada respiración, ya que podía notar fácilmente como sus hombros subían y bajaban.No sabía si su rechazo era por nuestras diferencias de edades, o porque yo no le parecía atractiva, lo que, si sabía, era que tenía unas ganas infinitas de irme corriendo de ese apartamento, pero en mis fachas, esa idea no resultaba la más prudente.-¡Maldit@ sea! Espero no arrepentirme de esto...-Exclamó de pronto.Al instante en el que terminó esa frase, se giró y me besó tomándome por sorpresa.Cerré los ojos por instinto y mis labios se acoplaron a los suyos en cuestión de segundos. Introdujo su lengua en mi boca y la recibí, gustosa, luego enredó sus dedos en mi cabello para intensificar aún más el momento. Fueron muchas las veces que me la pasé imaginándome un beso de Adam, he increíblemente no llegué a acercarme en lo más mínimo a las sensaciones tan excitantes que me estaba provocando.Soltó mi cabello y de f
-¿Estás segura de que quieres quedarte aquí?-Pregunta Adam al instante en el que detiene el auto frente a la casa de Christian-No tengo problema en llevarte a tu casa.Me repitió lo mismo durante todo el camino, pero yo estaba convencida de que lo que me espera en casa era un sermón de doscientas horas por haberme escapado de mis guardaespaldas, y después de lo que sucedió entre Adam y yo, estoy de excelente humor así que no quiero que nada arruine mi ánimo.-Ya estamos aquí, deja de insistir-Lo bese en la mejilla- ¿Te quieres bajar a saludar?-No puedo, tengo que ir al hospital.-Ahora que recuerdo, ¿anoche perdí mis cosas?, mi cartera, mi celular...-No, lo siento, yo la dejé aquí en el auto y se me olvidó entregártelo-Metió su mano entre los asientos y tomo mi cartera que estaba puesta en el cojín de atrás- Aquí está.Le agradecí y de inmediato quise revisar mi teléfono, pero estaba apagado, intenté encenderlo y fue inútil.-Supongo que está descargado.-Sí, eso creo.No le di impo