Me encantó París, pero estoy feliz de regresar a casa.
Estuve seis meses en un magnífico curso para aprender acerca de la moda Parisina, los desfiles, la confección de prendas y todo lo que me apasiona.
Mi mejor amiga, Cristal, me obligó a dejar la universidad (Estoy bromeando, no me obligó, solo hizo el comentario y yo terminé accediendo) para que me dedicara algo que realmente me gusta y que llama mi atención desde pequeña, confeccionar prendas de ropa.
En un principio no me sentía segura de hacer ese gran cambio en mi vida, sinceramente pensé que papá podría enojarse conmigo por dejar los estudios, y no fue así, me brindó su apoyo, aunque sea solo monetario, como siempre, pero algo es algo...
Y siendo sincera, cursando esa carrera me sentía como pez fuera del agua, no era lo mío y mi amiga siempre lo decía.
Ahora estoy muy entusiasmada, me encantaría algún día tener mi propia marca de ropa, y ser reconocida, volverme famosa y viajar para llevar mis diseños a cada rincón del mundo.
-¿Desea algo más señorita?-Pregunta una de las azafatas del avión, sacándome de mis pensamientos.
-Por ahora no, gracias-Le di una media sonrisa.
-A su orden.
Continuó arrastrando su pequeño carrito y yo hice a un lado la revista que estaba "leyendo", porque en realidad no le estaba prestando atención, mejor me quedé mirando por la ventanilla del avión.
Aún falta una hora de vuelo y yo estoy desesperada por aterrizar, ya quiero ver a mi Nana, a Cristal, a Clarys, a papá... incluso, al cursi de mi cuñado Christian.
Y bueno, no les voy a mentir, también tengo muchas ganas de ver a mi guapo y sexi doctor Adam, el hombre que me roba el aliento. Lo malo, es que él no tiene el mismo interés que yo.
Son muy pocas las veces que se comunica conmigo, de hecho, durante el tiempo que estuve de viaje no llego a llamarme en ningún momento, ni un mensaje, nada... y tuve que luchar mucho para no hacerlo yo. Y para que entren en contexto, les explicaré brevemente: Adam, es amigo de Christian, a quien yo llamo cuñado, porque Christian es el esposo de mi mejor amiga, Cristal.
Conocí a ese monumento a través de ellos, y desde el primer momento en que lo vi, sentí que quede flechada por las flechas de cupido, pero como no se puede tener todo en esta vida, nunca he podido estar con Adam porque el muy tarado tiene la errónea idea de que soy una niñita de papi, malcriada y berrinchuda, solo por tener dinero.
Y tenía fe, de que el estar lejos me ayudaría a olvidarlo, pero para mí desgracia lo único que logré fue pensarlo más, no salía de mi cabeza y eso me hacía enojarme conmigo misma. ¿Cómo puedo seguir tan empeñada en un hombre que no tiene el más mínimo interés en mí?
Quizás sea por sus llamativos e intrigantes ojos, o sus provocativos labios que me enloquecen, o ese cuerpo tan...ahhhhh, ¿A quién quiero engañar? Adam derrite hasta mis pensamientos...
¡PERO NO!, no puedo seguir así, me he prometido firmemente que la próxima vez que lo vea, me comportare totalmente fría he indiferente, tanto, que el polo norte parecerá un simple cubo de hielo comparado conmigo.
"Ver para creer"-Grita mi subconsciente, haciendo que me enojara.
-¡Bueno! ¿Y tú de qué lado estás? -Inquiero en voz alta.
-¿Yo?-Pregunta la señora qué venia en el asiento que se encontraba junto al mío.
-No, no, usted no...-Señalé mi frente-Se lo preguntaba a mi cabeza.
-Ah… -Volvió a su anterior posición, mirándome por el rabillo del ojo, con una sonrisa nerviosa, que parecía más una mueca que otra cosa, y con cara de susto.
Ya me conocen... tuve que hacer un esfuerzo sobre humano para no soltar una fuerte carcajada.
...
Ya en casa, fui en busca de papá, pero "como cosa rara", estaba trabajando.
Ya estoy acostumbrada a sus desplantes así que no le presté atención. Tomé mi teléfono para marcarle Cristal.
-¿Qué haces?
-Hola Eli, estoy preparando la cena ¿Qué hay de nuevo?
-Prepara un plato extra, voy para allá.
-No te creo, de seguro me quieres tomar el pelo.
-¿Cuando yo te he tomado el pelo?
-Ummm... Déjame ver... ¡Siempre! Cada minuto de mi existencia, desde que te conozco....
-Haaa-Abrí mi boca de forma exagerada-Me ofendes Cristal.
-Si, si, de seguro debes está muy ofendida.
-Ahs, me conoces demasiado, pero esta vez te estoy diciendo la verdad.... Mira.
Coloqué el teléfono en modo videollamada.
-Lo ves-Dije, mostrándole mi habitación-Espérame allá.
No deje que respondiera y colgué.
Me di una ducha caliente, y cuando terminé de arreglarme tomé las llaves de mí auto, los obsequios que había traído del viaje y salí de mi habitación.
-Nana, si viene papá y por casualidad pregunta por mí, que no creo, porfa le dices que fuí a ver a Cristal.
-Ok mi vida-Me dio un beso en la frente- ¿Te llevas a tus guardaespaldas, ¿verdad?
-Nanaaa-La miré con fastidio-Estuve seis meses sola en otro continente y no me sucedió absolutamente nada, no necesito que me cuiden en...
-Pero mi niña, ya sabes que son ordenes de tu padre-No me dejo terminar mi queja.
-Tu eres mayor que papá, así que tu deberías darle órdenes a él y no lo contrario.
-Por favor mi niña.
-Está bien Nana, pero solo uno-La señale con mi dedo índice-No quiero a veinte gorilas persiguiéndome o esperando fuera de la casa de mi amiga cómo si yo fuese una expresidiaria de alto riesgo.
Tomo mi mano que la señalaba, envolviéndola entre las suyas.
-Muy bien, me conformo con que no vayas sola.
-Es que te aprovechas de mi debilidad hacia ti, como podría decirle que no a una carita tan dulce-La abracé y besé repetidas veces en la mejilla, haciéndola reír-Nos vemos más tarde nana, te quiero.
-Está bien, cuídate. Yo también te quiero.
A veces pienso que es mi nana quien le ordena a los guardaespaldas que me acompañen a todas partes, siempre me sobreprotege.
Llegamos a casa de Cristal y bajé del auto a toda prisa para ir directo a tocar el timbre.
-¡Eliiii!-Exclamó emocionada mi amiga cuando abrió la puerta. Me abrazó con fuerza y besó en la mejilla-Me hiciste mucha falta tarada, no te vuelvas a ir así.
-Yo también te extrañe, pero más a mi sobrina-Me separe de ella- ¿Dónde está?
-En la sala, jugando. Ve con ella mientras yo termino de arreglar la mesa.
Entramos juntas y ella se fué directo a la cocina.
-¡¿Quién es la sobrina más hermosa del mundo?!-Le pregunto a Clarys que se encuentra sentada en el piso, entre los sofás, jugando con unos animales de peluche.
Había crecido unos diez centímetros desde la última vez que la vi, y no exagero cuando digo que es hermosa.
Tiene los ojos azules, igual que su padre, pero sus facciones son idénticas a las de mi amiga, parece que se hubiese autocopiado, es como ver a Cristal en versión miniatura con la diferencia de que ella tiene el cabello rubio y muy rizado, y su madre lo tiene castaño.
-Tía Elliiii-Levanto sus manitas para que la cargara.
Dejé la bolsa con los obsequios en uno de los sofás y la levanté.
-¡Carajo! Como pesas, sí que ha crecido, no lo puedo creer.
-¡Cuida tu vocabulario tia Eli!-Grita Cristal desde la cocina-¡Alguien repite todo lo que escucha!
-¡Lo lamento!-Dije en voz alta-De verdad estás muy grande, dentro de poco ya no podre cargarte.
Clarys sonrió mostrando unos pequeños dientecitos de leche.
-¡Pero mira esa dentadura!, ¿Cuándo fue que te salieron tantos dientes? Pareces un tiburón bebe. -Le hice cosquillas, haciéndola carcajearse.
-Te recuerdo tía Eli, que te fuiste por seis meses-Menciona Cristal acercándose a nosotras-Ya tu sobrina va a cumplir dos años.
-¡Es cierto!, que rápido pasa el tiempo. ¿Es el próximo mes?
-Dentro de dos meses tía cabeza hueca-Me empujo suavemente por el hombro, en forma de reclamo.
Bufé.
-Ya lo sabía-Puse mis ojos en blanco-Solo estaba jugando.
-Si claro-Fue sarcástica-A ver, ¿Qué día es? -Levantó una ceja y colocó ambas manos a la altura de su cintura.
-Por supuesto que es el día... Ehhhhh... este.... pss el día que nació, obvio.
-¿Y qué día nació?
-¡Ay Cristal por favor!, Sabes que no me olvido de mi cabeza porque la tengo pegada al cuerpo.
-Excusas y más excusas.
-Ya enserio, ¿Qué día nació la bebé tiburón?
-No te lo voy a decir-Me dio la espalda y empezó a caminar-Tendrás que hacer memoria.
-Cristaaaal, no seas así, dime-La seguí.
-No.
Comenzó a desplazarse por toda la cocina y a sacar cosas de los gabinetes.
-Dime, para saber que le voy a regalar con anticipación.
-Que no.
-Bueno-Me encogí de hombros-No te voy a dar el obsequio que te traje de París-Miré a Clarys que aún seguía en mis brazos-Vamos sobrina, a ti si te entregaré el tuyo.
Iba de regreso a la sala, pero cuando pasé junto a la escalera escuché las pisadas de alguien que venía bajando, era Christian.
-Hola Cuñado.
-Hola Elisabeth ¿Como estás?
-Espectacular, hermosa, divina, como siempre.
-¡Mira eso!-Señala el techo.
-¿Qué cosa?-Mire hacia arriba.
-Tu ego.
-Ja' Ja'... "Que gracioso"
-Ya, ven aquí-Me dio un corto abrazo, abarcando también a su hija-Nos hiciste mucha falta.
-Lo sé, por eso me regresé, para no seguir prolongando su dolor.
Se carcajeo.
-Papá-Dijo Clarys extendiendo sus brazos hacia él.
-Ven princesa mía-La cargo y le dio un sonado beso en la mejilla.
-¡La mesa está servida!-Informó Cristal.
Caminamos hasta allá y note que en la mesa habían colocado cinco platos.
-Uno, dos, tres, cuatro-Nos enumeré-¿Porque hay cinco platos?, ¿Esperan a alguien más?
El timbre de la casa sonó, respondiendo a mi pregunta.
-Justo a tiempo-Dijo Christian, al momento en el que se dirigía hacia la puerta.
-¿Quien llegó?
Cristal me miro uniendo sus labios en una sola línea y después de varios segundos respondió:
-Es Adam...
Sentí mi rostro palidecer.-¿Por qué no me dijiste que el vendría?-Murmuré con los dientes apretados.-No me diste chance.-¿Como que no te di chance?-Te recuerdo que me colgaste antes de que pudiese hablar.-Pero llevo aquí casi dos horas Cristal, me lo pudiste haber dicho en todo ese tiempo.-No seas exagerada que no tienes ni diez minutos-Se cruzó de brazos-Además, yo pensé que ya todo ese asunto con Adam, había quedado en el pasado.-Créeme que yo también lo pensé-Comencé a pasarme las manos por el cabello con nerviosismo, miré mi atuendo y de inmediato me arrepentí de no haberme puesto algo más llamativo.-Ya cálmate Eli que te ves muy bien."¿Y la que sería un témpano de hielo, ¿dónde está?"-Me recordó mi subconsciente.¿En qué estaba pensando?, Tenia razón, no podía seguir con ese jueguito de volverme un manojo de nervios delante de ese hombre. Debía mantener mi promesa.Respiré profundo y erguí mi postura.-Cristal, tienes toda la razón-Repuse con calma.Quería lucir lo más t
La semana paso más lento de lo que me hubiese gustado...O quizás lo sentí así porque me mantuve la mayoría del tiempo encerrada en mi habitación, "ocupada" intentando diseñar algún boceto de las prendas que me llegaban de pronto a la cabeza. Quería que fuesen diseños frescos, versátiles, novedosos y que tuviesen su esencia propia. Pero la mayoría de las ideas que había plasmado en las hojas, acabaron arrugadas en el piso de mi habitación.Para cuando llegó el sábado, había bolitas de papel regadas por todas partes, prácticamente no se podía ver el piso.Toc toc toc toc...Se escucharon toques en la puerta.-¡Pasa Nana!-Grite desde mi cama.Sabía que era ella porque es la única que toca cuatro veces seguidas.Yo me mantuve en mi pose de crisis existencial, que consiste en quedarme acostada boca arriba y con las piernas subidas en el espaldar de mi enorme cama.-Mi niña, ya el desayuno está servido-Informo mi nana-¿Las muchachas de servicio aún no han levantado todo este desorden?-Inq
Ya en la noche, me encontraba parada frente al enorme espejo de mi habitación, mirando los resultados del arduo y perfeccionista esfuerzo que hice para arreglarme.-Ok, esto me encanta-Dije mirando mi reflejo, totalmente satisfecha de lo que había logrado.Me coloque un vestido corto, de lentejuelas plateadas, muy ceñido al cuerpo, que resaltaba favorablemente mi figura. Tiene un escote tan pronunciado que no pude colocarme brasier porque podría notarse con facilidad, pero me hacía sentir muy sensual.Me costó mucho decidir los tacones, pero al final me puse unos no muy altos, de color negro y cómodos, para que me permitieran bailar toda la noche.Ricé mi cabello y me recogí la mitad en una cola alta para darle un efecto de caída en forma de cascada. Por último, pero no menos importante, mi maquillaje, en el cuál invertí la mayoría del tiempo, buscando resaltar mis facciones más llamativas que son mis ojos color grisáceos, y mis labios que se veían más gruesos de lo que ya son.Cuand
Quería que la tierra me tragara y me escupiera en Saturno.¿Por qué habiendo tantos sitios justo tenía que ir a ése? Siendo sincera jamás esperé encontrármelo ahí, ni en un millón de años me habría pasado por la cabeza.Me temblaba el estómago, y después de unas cuantas cachetadas mentales, logré mantener la compostura.-Dile que no lo quiero-Le avise al barman, entregándole el vaso-Devuélvele el trago por favor.Sin responder nada, el chico lo agarró y se lo llevo de regreso a Adam, quien me miró directo a los ojos, de forma severa. Al parecer se molestó porque no acepté el whisky, pero no le di importancia, tampoco es que fuese mi obligación hacerlo y, de hecho, nunca me han gustado ese tipo de bebidas.De pronto empezó a sonreír de lado mientras negaba con su cabeza, un tanto bipolar su actitud, a decir verdad, pero eso no me preocupaba en lo absoluto, lo que, si me alarmó, fue verlo tomar el vaso que rechacé y caminar en mi dirección.-"Ay Dios, Ay Dios, ahí viene"-Mi subconscient
Tome un sorbo de mi copa para evitar que me viera reír y continúe meneándome sin prestarle mayor atención. Cuando termina la tercera canción, el rubio me pidió la copa para buscarme otro cóctel ya que se encontraba vacía. Quise negarme porque el moreno había quedado en enviármelos hasta la zona VIP, pero luego de echar una ojeada hacia la barra, noté que estaba muy ocupado y no quise darle más molestias.Seguí al rubio con la mirada, hasta verlo entregarle la copa a Matías ya que le pedí específicamente que fuese directo con él, porque solo él sabía que era lo que yo estaba tomando.El moreno mira en mi dirección, me guiño un ojo haciéndome sonreír y después empezó a preparar mi bebida.En un movimiento casi involuntario, giré mi rostro para ver hacia la otra esquina, donde Adam, estaba sentado y al posar mi vista en él, de inmediato me arrepentí, ya que no se encontraba solo.Estaba hablando muy a gusto con una chica. Era alta, de cabello rojo y piernas largas...Desde donde yo esta
ADAMNo me agrada salir en mis noches libres, prefiero quedarme en mi apartamento, pero el estrés del trabajo me tenía al borde así que quise tomar unos tragos para intentar relajarme, teniendo la certeza de que mi noche terminaría con una ardiente mujer metida bajo mis sábanas.Sin embargó, aquí estoy... Entrando a mi auto, listo para marcharme, y con Elisabeth en el asiento de copiloto.-¡Ey!, Elisabeth. ¿Como te sientes?No contesta.Mantiene los ojos cerrados así que con sutileza giro su rostro en mi dirección y noto que está sangrando.-Ese mal nacido te rompió el labio.Tenía ganas de bajarme del auto y terminar de partirle la cara al infeliz, pero supuse que ya se abría largado.-Adam...-Susurra mi nombre.-¿Si?-Creo... que estoy... drogada-Le cuesta hablar, casi arrastra las palabras.Suspiré pesadamente.-Lo sé. Me di cuenta cuando estábamos hablando y me miraste a los ojos.-Fue... ése rubio idiota.-Eso fue lo que pensé, por eso quise seguirlos-Aparto un mechón de cabello
ELISABETHAbrí lentamente mis párpados sintiendo una pesadez descomunal en todo mi cuerpo y me prometí no volver a probar una gota de alcohol por el resto de mi vida.Aunque eso lo prometo cada vez que me levanto con resaca y una vez que se me pasa, siempre termino olvidando la promesa.En esta ocasión, los recuerdos en mi cabeza se encontraban un tanto desordenados, como si no lograra recordar bien las cosas, así que me quedé un buen rato completamente inmóvil, mirando el techo de mi habitación.Hasta que...-¿Dónde demonios estoy?-Dije incorporándome de golpe.Me encontraba sola, sobre una cama de sabanas grises y de frente había unos enormes ventanales que estaban cubiertos por cortinas oscuras, ahora estaba cien por ciento segura de que no era mí habitación.-¿Que rayos hago aquí?... Y peor aún-escaneé mi cuerpo-¿Por qué estoy desnuda?Solo tenía puesta mis pantis y esa no era una buena señal.-"Carajo Elisabeth, te cogiste a alguien y de seguro ni siquiera sabes su nombre"Mi sub
No podía creerlo...Se quedó ahí parado dándome la espalda, y sin poder ocultar su acelerada respiración, ya que podía notar fácilmente como sus hombros subían y bajaban.No sabía si su rechazo era por nuestras diferencias de edades, o porque yo no le parecía atractiva, lo que, si sabía, era que tenía unas ganas infinitas de irme corriendo de ese apartamento, pero en mis fachas, esa idea no resultaba la más prudente.-¡Maldit@ sea! Espero no arrepentirme de esto...-Exclamó de pronto.Al instante en el que terminó esa frase, se giró y me besó tomándome por sorpresa.Cerré los ojos por instinto y mis labios se acoplaron a los suyos en cuestión de segundos. Introdujo su lengua en mi boca y la recibí, gustosa, luego enredó sus dedos en mi cabello para intensificar aún más el momento. Fueron muchas las veces que me la pasé imaginándome un beso de Adam, he increíblemente no llegué a acercarme en lo más mínimo a las sensaciones tan excitantes que me estaba provocando.Soltó mi cabello y de f