La semana paso más lento de lo que me hubiese gustado...
O quizás lo sentí así porque me mantuve la mayoría del tiempo encerrada en mi habitación, "ocupada" intentando diseñar algún boceto de las prendas que me llegaban de pronto a la cabeza.
Quería que fuesen diseños frescos, versátiles, novedosos y que tuviesen su esencia propia. Pero la mayoría de las ideas que había plasmado en las hojas, acabaron arrugadas en el piso de mi habitación.
Para cuando llegó el sábado, había bolitas de papel regadas por todas partes, prácticamente no se podía ver el piso.
Toc toc toc toc...
Se escucharon toques en la puerta.
-¡Pasa Nana!-Grite desde mi cama.
Sabía que era ella porque es la única que toca cuatro veces seguidas.
Yo me mantuve en mi pose de crisis existencial, que consiste en quedarme acostada boca arriba y con las piernas subidas en el espaldar de mi enorme cama.
-Mi niña, ya el desayuno está servido-Informo mi nana-¿Las muchachas de servicio aún no han levantado todo este desorden?-Inquirió, mientras luchaba por abrirse espacio entre las arrugadas hojas.
-Yo les pedí que no lo hicieran, que dejaran todo, así como está.
-¿Y se puede saber por qué pediste tal cosa?, ¿Sabes lo mal que se ve tu habitación así?, Si alguien la fotografiara, fácilmente podría publicar la imagen en una revista famosa y colocar como título, Elisabeth Kleim, la chica que desforesto un bosque entero solo para malgastar el papel.
Quise reírme por su comentario, pero no estaba de ánimos.
-Se lo mal que se ve, pero no puedo recogerlo.
-¿Por qué no?
-Porque ese desorden me recuerda de una forma casi artística mi verídico fracaso.
Mi nana río entre dientes y se sentó en el borde de mi cama.
-Qué bueno que al menos mis desgracias te diviertan-Utilice mi tono melancólico.
-Debí adivinar que estabas de malas, cuando noté al entrar, tu dramática pose.
Gire mi rostro para mirarla.
-No estoy de malas Nana, estoy teniendo un choque con la realidad.
-Ay Elizabeth-Negó con su cabeza-¿Que voy a hacer contigo?
-¡Ey!-Me enderece de inmediato y la señalé con un dedo-Tú no tienes permitido llamarme por mi nombre, para ti soy tu niña, hija, o cualquier otro apelativo cariñoso.
Volvió a sonreír.
-Mi niña, es que a veces pienso que debiste estudiar actuación en vez de cualquier otra cosa... cuanto drama en un cuerpo tan pequeño.
-Nanaaaa, estoy hablando en serio-Regrese a mi posición anterior, pero cruzando mis brazos-He fracasado incluso sin haber empezado.
-No cariño, te corrijo-Repuso con suavidad-Tu lo que quieres es tirar la toalla incluso sin haber empezado... ¿Tan rápido te piensas rendir?
-¿Crees que sólo sea eso Nana?-La mire indecisa mordiéndome el labio-¿Me estoy dando por vencida muy rápido?
-Estoy segura, y viniendo de tí, debo confesar que me siento algo decepcionada, yo no te crie de esa forma.
Le hice un puchero.
-Ay Dios, ven aquí mi niña.
Me tomo de la mano para que me enderezara y me sentará de frente a ella.
-¿Estas muy segura de que esto es lo que te apasiona?-Señalo los papeles tirados en el piso.
Moví mi cabeza de arriba abajo para afirmar.
-Entonces ¿por qué te vas a rendir sin ni siquiera intentarlo?
-Porque siento que no soy lo suficientemente buena...
-¿Y es que acaso las personas nacen aprendidas?-Me acarició el rostro con el dorso de su mano-Lo interesante de la vida es ir aprendiendo cada día algo nuevo.
-¿Tu crees que solo necesito más práctica?
Sin contestar a mi pregunta, se inclinó para tomar uno de los papeles que se encontraban en el piso, lo abrió y con la palma de su mano intentó quitar un poco las arrugas. Aun así, se podía apreciar el dibujo de un conjunto veraniego de dama en tonos verde y naranja.
-Esto me dice que no necesitas práctica-Señalo la hoja-lo que necesitas es aprender a creer en ti, a reconocer que tienes mucho talento.
-¿Lo dices en serio nana?
-Aquí la bromista eres tú, no yo.
-¡Ay nana!-Me lance a sus brazos-No te imaginas lo reconfortante que son tus palabras en este momento... Dime ¿Que haría yo sin ti?
-Seguir viviendo tu vida de forma plena y feliz-Me acarició el cabello-Recuerda mi niña que ya tengo casi ochenta años, no voy a durarte toda la vida.
-Shhhh-Me alejé y le cubrí la boca- No digas tonterías que tu apenas estas en la flor de tu juventud-Se río, y alejo mi mano para hablar, pero yo continúe-Y además, yo tengo un plan para que después de que cumplas ochenta ya no puedas seguir envejeciendo. Te quedaras estancada en ochenta años para el resto de la eternidad.
Uno mis manos palma con palma entrelazando mis dedos y finjo una risa malvada.
-Niña necia-Me envolvió nuevamente en sus brazos-Dices cada locura.
-¿Por qué soy necia? si estoy hablando en serio.
-Yo también estoy hablando en serio, no voy a durar para siempre y eso es algo para lo que tienes que estar preparada...
-La, la, la, la, la...-Me cubrí las orejas con una almohada-¡Lo lamento, pero no puedo escucharte!
-Bueno, bueno, ya, está bien...-Me quito la almohada- Cambiemos de tema-Se alejó un poco-Vamos a desayunar y después quiero que vuelvas a dibujar, y que esta vez no lo arrugues sin antes mostrármelo.
-Hoy no quiero dibujar nada-Me crucé de brazos-Estoy cansada y no tengo ánimos.
-Lo que pasa es que te sientes presionada, cariño y eso te confunde, no puedes ser tan exigente contigo misma, apenas estas empezando.
Me mordí el labio.
-Ya sé, ¿Por qué no sales está noche?, Te diviertes un poco y así te desestresas para que pueda sentirte inspirada.
La mire sin poder ocultar mi asombro.
- ¿Nana tienes fiebre? -Le toqué la frente- ¿Tu pidiéndome que salga a divertirme? -Uní mi entrecejo-¿Quién eres y que hiciste con mi nana?
-Solo quiero que te distraigas un poco, llevas casi una semana aquí encerrada y eso no es normal en ti.
-¿Y dónde quedo tu postura de madre sobreprotectora?
-No creas que te dejare ir sola, te llevaras a tus guardaespaldas.
¿Por qué tenía que abrir mi bocotá?, Debí quedarme con la primera propuesta.
-¿Así que chiste tiene?-Nuevamente me cruce de brazos-¿Quién se me va a querer acercar si esos enormes gorilas me siguen a todas partes?
-¿Entonces no quieres salir?
Moví mi cabeza arriba y abajo con más rapidez de la necesaria.
-Muy bien, les avisaré a los muchachos que saldrán más tarde-Se puso de pie-Ahora bajemos a desayunar.
No respondí, solo comencé a seguirla mientras maquinaba un plan que me ayudara a deshacerme de los guardaespaldas.
...
Tome mi teléfono y le marqué a Cristal, rogando que, por algún milagro del cielo, me pudiese acompañar en la noche, aun cuando estaba noventa y nueve por ciento segura de que no sería así.
-¿Que hace la amiga más hermosa y cariñosa que tengo?-Pregunte cuando contesto.
-Elisabeth, soy tu única amiga así que esos halagos no cuentan, además, ¿Tu diciendo halagos? Ya te delataste así que habla de una vez, ¿Que me vas a pedir?
-¡Rayos!, A ti no se te puede tratar con cariño porque ya piensas que es para pedirte algo.
-Estoy ocupada dándole la merienda a tu sobrina, si no me dices que quieres de mi voy a tener que colgar.
-Esta bieeen, lo admito, te quería pedir que salgamos más tarde, quiero ir a una discoteca.
Cristal casi se ahogó riendo.
-¿Te estás dando cuenta de lo que me estás pidiendo?
-No te lo estoy pidiendo tonta, solo te estoy avisando porque pienso raptarte para ir por unos tragos...
-Definitivamente estas mal de la cabeza.
-Cristaaaal, no te das cuenta de lo que tu misma dijiste hace unos segundos, eres mi única amiga y necesito de ti... ¿sabes cuánto tiempo tengo sin ir a una disco? Pfff... Ni siquiera yo recuerdo hace cuanto fue eso.
-Créeme que te entiendo Eli, pero tengo que cuidar a mi hija.
-¿Y si la dejas con Christian? Solo será por un rato Criis, no quiero ir sola.
Se quedó en silencio un momento y luego respondió.
-Se que él no se negaría a cuidarla para que yo salga, pero está noche tiene guardia en el hospital... Además, no me parece apropiado dejar a mi hija con su papá para irme de fiesta.
-¡Ay!-Exclame con fastidio-¿Desde cuándo te volviste tan aburrida? No te soporto.
-Desde que me casé y tuve a una hermosa hija.
-Pues no me voy a casar nunca, y mi padre que se olvide de que le voy a dar nietos.
-Eso lo dices ahorita, pero espera que llegue el indicado... Ya te veré.
Solté una carcajada sarcástica.
-Gracias por el chiste malo, pero ya tengo que colgar, debo alistarme para salir... no entiendo por qué siempre llamas en los momentos en los que estoy ocupada.
-¡Ash! Tu fuiste quien me llamo. Ya madura Elisabeth
-¿Para qué?, Perdería mi carisma y mi sabrosura.
-¡Jajaja!, En eso tienes razón, y te prometo que saldremos otro día!
-Si, si claro, unjú, de seguro me saldrán raíces esperando eso.
-Ya verás, lo prometo...y ahora ve arreglarte que se te hace tarde.
-Bien, dale un beso a Clarys de mi parte, las quiero.
-ok, también te queremos... y consigue un chico lindo hoy, ¡Pero no tomes demasiado alcohol!
-No prometo nada.
Colgué.
-Pssssss-Resople con fastidio-Tocara salir sola, pero de que me divierto hoy, me divierto.
Ya en la noche, me encontraba parada frente al enorme espejo de mi habitación, mirando los resultados del arduo y perfeccionista esfuerzo que hice para arreglarme.-Ok, esto me encanta-Dije mirando mi reflejo, totalmente satisfecha de lo que había logrado.Me coloque un vestido corto, de lentejuelas plateadas, muy ceñido al cuerpo, que resaltaba favorablemente mi figura. Tiene un escote tan pronunciado que no pude colocarme brasier porque podría notarse con facilidad, pero me hacía sentir muy sensual.Me costó mucho decidir los tacones, pero al final me puse unos no muy altos, de color negro y cómodos, para que me permitieran bailar toda la noche.Ricé mi cabello y me recogí la mitad en una cola alta para darle un efecto de caída en forma de cascada. Por último, pero no menos importante, mi maquillaje, en el cuál invertí la mayoría del tiempo, buscando resaltar mis facciones más llamativas que son mis ojos color grisáceos, y mis labios que se veían más gruesos de lo que ya son.Cuand
Quería que la tierra me tragara y me escupiera en Saturno.¿Por qué habiendo tantos sitios justo tenía que ir a ése? Siendo sincera jamás esperé encontrármelo ahí, ni en un millón de años me habría pasado por la cabeza.Me temblaba el estómago, y después de unas cuantas cachetadas mentales, logré mantener la compostura.-Dile que no lo quiero-Le avise al barman, entregándole el vaso-Devuélvele el trago por favor.Sin responder nada, el chico lo agarró y se lo llevo de regreso a Adam, quien me miró directo a los ojos, de forma severa. Al parecer se molestó porque no acepté el whisky, pero no le di importancia, tampoco es que fuese mi obligación hacerlo y, de hecho, nunca me han gustado ese tipo de bebidas.De pronto empezó a sonreír de lado mientras negaba con su cabeza, un tanto bipolar su actitud, a decir verdad, pero eso no me preocupaba en lo absoluto, lo que, si me alarmó, fue verlo tomar el vaso que rechacé y caminar en mi dirección.-"Ay Dios, Ay Dios, ahí viene"-Mi subconscient
Tome un sorbo de mi copa para evitar que me viera reír y continúe meneándome sin prestarle mayor atención. Cuando termina la tercera canción, el rubio me pidió la copa para buscarme otro cóctel ya que se encontraba vacía. Quise negarme porque el moreno había quedado en enviármelos hasta la zona VIP, pero luego de echar una ojeada hacia la barra, noté que estaba muy ocupado y no quise darle más molestias.Seguí al rubio con la mirada, hasta verlo entregarle la copa a Matías ya que le pedí específicamente que fuese directo con él, porque solo él sabía que era lo que yo estaba tomando.El moreno mira en mi dirección, me guiño un ojo haciéndome sonreír y después empezó a preparar mi bebida.En un movimiento casi involuntario, giré mi rostro para ver hacia la otra esquina, donde Adam, estaba sentado y al posar mi vista en él, de inmediato me arrepentí, ya que no se encontraba solo.Estaba hablando muy a gusto con una chica. Era alta, de cabello rojo y piernas largas...Desde donde yo esta
ADAMNo me agrada salir en mis noches libres, prefiero quedarme en mi apartamento, pero el estrés del trabajo me tenía al borde así que quise tomar unos tragos para intentar relajarme, teniendo la certeza de que mi noche terminaría con una ardiente mujer metida bajo mis sábanas.Sin embargó, aquí estoy... Entrando a mi auto, listo para marcharme, y con Elisabeth en el asiento de copiloto.-¡Ey!, Elisabeth. ¿Como te sientes?No contesta.Mantiene los ojos cerrados así que con sutileza giro su rostro en mi dirección y noto que está sangrando.-Ese mal nacido te rompió el labio.Tenía ganas de bajarme del auto y terminar de partirle la cara al infeliz, pero supuse que ya se abría largado.-Adam...-Susurra mi nombre.-¿Si?-Creo... que estoy... drogada-Le cuesta hablar, casi arrastra las palabras.Suspiré pesadamente.-Lo sé. Me di cuenta cuando estábamos hablando y me miraste a los ojos.-Fue... ése rubio idiota.-Eso fue lo que pensé, por eso quise seguirlos-Aparto un mechón de cabello
ELISABETHAbrí lentamente mis párpados sintiendo una pesadez descomunal en todo mi cuerpo y me prometí no volver a probar una gota de alcohol por el resto de mi vida.Aunque eso lo prometo cada vez que me levanto con resaca y una vez que se me pasa, siempre termino olvidando la promesa.En esta ocasión, los recuerdos en mi cabeza se encontraban un tanto desordenados, como si no lograra recordar bien las cosas, así que me quedé un buen rato completamente inmóvil, mirando el techo de mi habitación.Hasta que...-¿Dónde demonios estoy?-Dije incorporándome de golpe.Me encontraba sola, sobre una cama de sabanas grises y de frente había unos enormes ventanales que estaban cubiertos por cortinas oscuras, ahora estaba cien por ciento segura de que no era mí habitación.-¿Que rayos hago aquí?... Y peor aún-escaneé mi cuerpo-¿Por qué estoy desnuda?Solo tenía puesta mis pantis y esa no era una buena señal.-"Carajo Elisabeth, te cogiste a alguien y de seguro ni siquiera sabes su nombre"Mi sub
No podía creerlo...Se quedó ahí parado dándome la espalda, y sin poder ocultar su acelerada respiración, ya que podía notar fácilmente como sus hombros subían y bajaban.No sabía si su rechazo era por nuestras diferencias de edades, o porque yo no le parecía atractiva, lo que, si sabía, era que tenía unas ganas infinitas de irme corriendo de ese apartamento, pero en mis fachas, esa idea no resultaba la más prudente.-¡Maldit@ sea! Espero no arrepentirme de esto...-Exclamó de pronto.Al instante en el que terminó esa frase, se giró y me besó tomándome por sorpresa.Cerré los ojos por instinto y mis labios se acoplaron a los suyos en cuestión de segundos. Introdujo su lengua en mi boca y la recibí, gustosa, luego enredó sus dedos en mi cabello para intensificar aún más el momento. Fueron muchas las veces que me la pasé imaginándome un beso de Adam, he increíblemente no llegué a acercarme en lo más mínimo a las sensaciones tan excitantes que me estaba provocando.Soltó mi cabello y de f
-¿Estás segura de que quieres quedarte aquí?-Pregunta Adam al instante en el que detiene el auto frente a la casa de Christian-No tengo problema en llevarte a tu casa.Me repitió lo mismo durante todo el camino, pero yo estaba convencida de que lo que me espera en casa era un sermón de doscientas horas por haberme escapado de mis guardaespaldas, y después de lo que sucedió entre Adam y yo, estoy de excelente humor así que no quiero que nada arruine mi ánimo.-Ya estamos aquí, deja de insistir-Lo bese en la mejilla- ¿Te quieres bajar a saludar?-No puedo, tengo que ir al hospital.-Ahora que recuerdo, ¿anoche perdí mis cosas?, mi cartera, mi celular...-No, lo siento, yo la dejé aquí en el auto y se me olvidó entregártelo-Metió su mano entre los asientos y tomo mi cartera que estaba puesta en el cojín de atrás- Aquí está.Le agradecí y de inmediato quise revisar mi teléfono, pero estaba apagado, intenté encenderlo y fue inútil.-Supongo que está descargado.-Sí, eso creo.No le di impo
Han pasado diez días desde que estuve con Adam y el muy cretino no se ha molestado en llamarme ni una sola vez, ni siquiera me ha dejado un estúpido mensaje.Miro a cada segundo la pantalla de mi teléfono y nada, lo más patético es que cada vez que lo escucho sonar lo contesto de inmediato,pero me llevo una gran decepción al ver que no se trata de él.Pero en fin... Dije que no perdería más mi tiempo esperando tener algún tipo de atención de parte de alguien que lo más probable es que no me la de nunca, se supone que ya obtuve lo que quería, así que mejor ahora me centro en cosas que de verdad son importantes para mí.Inhalé profundamente y exhale para tratar de conseguir un poco de concentración, coloque mi celular en mi escritorio con la pantalla hacía abajo y me enderecé en la silla, coloque unos mechones de cabello que te