ELISABETHAbrí lentamente mis párpados sintiendo una pesadez descomunal en todo mi cuerpo y me prometí no volver a probar una gota de alcohol por el resto de mi vida.Aunque eso lo prometo cada vez que me levanto con resaca y una vez que se me pasa, siempre termino olvidando la promesa.En esta ocasión, los recuerdos en mi cabeza se encontraban un tanto desordenados, como si no lograra recordar bien las cosas, así que me quedé un buen rato completamente inmóvil, mirando el techo de mi habitación.Hasta que...-¿Dónde demonios estoy?-Dije incorporándome de golpe.Me encontraba sola, sobre una cama de sabanas grises y de frente había unos enormes ventanales que estaban cubiertos por cortinas oscuras, ahora estaba cien por ciento segura de que no era mí habitación.-¿Que rayos hago aquí?... Y peor aún-escaneé mi cuerpo-¿Por qué estoy desnuda?Solo tenía puesta mis pantis y esa no era una buena señal.-"Carajo Elisabeth, te cogiste a alguien y de seguro ni siquiera sabes su nombre"Mi sub
No podía creerlo...Se quedó ahí parado dándome la espalda, y sin poder ocultar su acelerada respiración, ya que podía notar fácilmente como sus hombros subían y bajaban.No sabía si su rechazo era por nuestras diferencias de edades, o porque yo no le parecía atractiva, lo que, si sabía, era que tenía unas ganas infinitas de irme corriendo de ese apartamento, pero en mis fachas, esa idea no resultaba la más prudente.-¡Maldit@ sea! Espero no arrepentirme de esto...-Exclamó de pronto.Al instante en el que terminó esa frase, se giró y me besó tomándome por sorpresa.Cerré los ojos por instinto y mis labios se acoplaron a los suyos en cuestión de segundos. Introdujo su lengua en mi boca y la recibí, gustosa, luego enredó sus dedos en mi cabello para intensificar aún más el momento. Fueron muchas las veces que me la pasé imaginándome un beso de Adam, he increíblemente no llegué a acercarme en lo más mínimo a las sensaciones tan excitantes que me estaba provocando.Soltó mi cabello y de f
-¿Estás segura de que quieres quedarte aquí?-Pregunta Adam al instante en el que detiene el auto frente a la casa de Christian-No tengo problema en llevarte a tu casa.Me repitió lo mismo durante todo el camino, pero yo estaba convencida de que lo que me espera en casa era un sermón de doscientas horas por haberme escapado de mis guardaespaldas, y después de lo que sucedió entre Adam y yo, estoy de excelente humor así que no quiero que nada arruine mi ánimo.-Ya estamos aquí, deja de insistir-Lo bese en la mejilla- ¿Te quieres bajar a saludar?-No puedo, tengo que ir al hospital.-Ahora que recuerdo, ¿anoche perdí mis cosas?, mi cartera, mi celular...-No, lo siento, yo la dejé aquí en el auto y se me olvidó entregártelo-Metió su mano entre los asientos y tomo mi cartera que estaba puesta en el cojín de atrás- Aquí está.Le agradecí y de inmediato quise revisar mi teléfono, pero estaba apagado, intenté encenderlo y fue inútil.-Supongo que está descargado.-Sí, eso creo.No le di impo
Han pasado diez días desde que estuve con Adam y el muy cretino no se ha molestado en llamarme ni una sola vez, ni siquiera me ha dejado un estúpido mensaje.Miro a cada segundo la pantalla de mi teléfono y nada, lo más patético es que cada vez que lo escucho sonar lo contesto de inmediato,pero me llevo una gran decepción al ver que no se trata de él.Pero en fin... Dije que no perdería más mi tiempo esperando tener algún tipo de atención de parte de alguien que lo más probable es que no me la de nunca, se supone que ya obtuve lo que quería, así que mejor ahora me centro en cosas que de verdad son importantes para mí.Inhalé profundamente y exhale para tratar de conseguir un poco de concentración, coloque mi celular en mi escritorio con la pantalla hacía abajo y me enderecé en la silla, coloque unos mechones de cabello que te
ADAMNada como llegar a mi apartamento después de un día largo y estresante en el hospital. Creí que saldría temprano hoy, pero tuve que hacer una junta con el personal del área de cuidados intensivos y al final terminó extendiéndose más de lo que yo esperaba...Al entrar, cerré la puerta detrás de mí, solté las llaves en el mismo sitio de siempre y comencé a aflojar mi corbata.Después de tomar un vaso de agua me fui a mi habitación y me sorprendí cuando abrí la puerta y vi a Elisabeth acostada sobre mi cama.Para ser sincero, por un momento olvidé que la había invitado a quedarse conmigo unos días, pero también debo admitir que es una sorpresa de esas que resultan bastante agradables.-Buenas noches Doctor Adam-Levanto la mitad de su cuerpo, apoyándose en las manos y me fij&eacu
ELISABETHEl sonido de una ducha me hizo despertar.Estuve a punto de gritar "Nanaaa, ¿Quién se ducha a esta hora de la madrugada?”, pero afortunadamente abrí los párpados antes que mi boca, y al mirar a mi alrededor, pude recordar que no me encontraba en mi casa."Que noche tan exquisita"-Me grita mi subconsciente, y creo que es la primera vez que estamos de acuerdo, tan temprano.Me siento en la cama, cubriendo mi desnudez con la sábana y en total silencio. Al pasar unos minutos, mis ojos se deleitaron con el hermoso espécimen que salió del baño, envuelto por la cintura con una toalla."Adaaam"- Suspira la voz en mi cabeza.¡Joder!, ¿Por qué tiene que estar tan rico? ¿Como es que hace suspirar hasta mis pensamientos?-Buenos días preciosa-Dice con una media sonrisa, y yo aclaré ligeramente mi garganta antes de resp
*TRES DIAS DESPUES*-¿Seguirás mintiéndole a tu nana?-Me cuestiona Cristal por llamada telefónica.-Mi nana no es tonta, te aseguro que sabe dónde me encuentro, pero no dice nada porque siempre me apoya en todo, no como cierta personita que no ha hecho más que reclamarme.-Es que… entiende Elisabeth, estoy preocupada por ti.-Lo sé, pero ya, deja tu angustia, te aseguro que estoy bien.-Para ti es fácil decirlo-La escucho suspirar pesadamente-A ver, si se supone que estás conmigo, al menos debo saber dónde te encuentras realmente, como mínimo.-Ya te dije que es un secreto, lo lamento, pero no puedo-Creo que es la quinta vez que le repito lo mismo, aunque si sigue insistiendo, pueda que no soporte más y le cuente todo. En serio no tengo paciencia.-Elisabeth, ¿Desde cuándo existen secretos entre tú y yo?
ADAMEl día en el hospital a estado bastante concurrido, pero hice lo posible para desocuparme unos minutos y así poder hablar con Elisabeth.Mi teléfono vibró, y al ver su nombre en la pantalla, me fui directo a mi oficina para contestar.-Hola doctor-Saluda con voz seductora.-Señorita Elisabeth...-¿Está muy ocupado?, Quisiera mostrarle algo.-Si es tu rostro lo que veré, tengo todo el tiempo del mundo.La escucho reír, y después siento mi teléfono vibrar debido a que ella estaba cambiando el modo a videollamada.Al aceptar, lo primero que veo es su lindo rostro, me guiña un ojo y me lanza un beso, sacándome una sonrisa ladeada.Segundos después, muestra una expresión que se me torna sexi, provocativa y entonces aleja el teléfono de su cara para enfocar casi todo su cuerpo, haciéndome