Han pasado diez días desde que estuve con Adam y el muy cretino no se ha molestado en llamarme ni una sola vez, ni siquiera me ha dejado un estúpido mensaje.Miro a cada segundo la pantalla de mi teléfono y nada, lo más patético es que cada vez que lo escucho sonar lo contesto de inmediato,pero me llevo una gran decepción al ver que no se trata de él.Pero en fin... Dije que no perdería más mi tiempo esperando tener algún tipo de atención de parte de alguien que lo más probable es que no me la de nunca, se supone que ya obtuve lo que quería, así que mejor ahora me centro en cosas que de verdad son importantes para mí.Inhalé profundamente y exhale para tratar de conseguir un poco de concentración, coloque mi celular en mi escritorio con la pantalla hacía abajo y me enderecé en la silla, coloque unos mechones de cabello que te
ADAMNada como llegar a mi apartamento después de un día largo y estresante en el hospital. Creí que saldría temprano hoy, pero tuve que hacer una junta con el personal del área de cuidados intensivos y al final terminó extendiéndose más de lo que yo esperaba...Al entrar, cerré la puerta detrás de mí, solté las llaves en el mismo sitio de siempre y comencé a aflojar mi corbata.Después de tomar un vaso de agua me fui a mi habitación y me sorprendí cuando abrí la puerta y vi a Elisabeth acostada sobre mi cama.Para ser sincero, por un momento olvidé que la había invitado a quedarse conmigo unos días, pero también debo admitir que es una sorpresa de esas que resultan bastante agradables.-Buenas noches Doctor Adam-Levanto la mitad de su cuerpo, apoyándose en las manos y me fij&eacu
ELISABETHEl sonido de una ducha me hizo despertar.Estuve a punto de gritar "Nanaaa, ¿Quién se ducha a esta hora de la madrugada?”, pero afortunadamente abrí los párpados antes que mi boca, y al mirar a mi alrededor, pude recordar que no me encontraba en mi casa."Que noche tan exquisita"-Me grita mi subconsciente, y creo que es la primera vez que estamos de acuerdo, tan temprano.Me siento en la cama, cubriendo mi desnudez con la sábana y en total silencio. Al pasar unos minutos, mis ojos se deleitaron con el hermoso espécimen que salió del baño, envuelto por la cintura con una toalla."Adaaam"- Suspira la voz en mi cabeza.¡Joder!, ¿Por qué tiene que estar tan rico? ¿Como es que hace suspirar hasta mis pensamientos?-Buenos días preciosa-Dice con una media sonrisa, y yo aclaré ligeramente mi garganta antes de resp
*TRES DIAS DESPUES*-¿Seguirás mintiéndole a tu nana?-Me cuestiona Cristal por llamada telefónica.-Mi nana no es tonta, te aseguro que sabe dónde me encuentro, pero no dice nada porque siempre me apoya en todo, no como cierta personita que no ha hecho más que reclamarme.-Es que… entiende Elisabeth, estoy preocupada por ti.-Lo sé, pero ya, deja tu angustia, te aseguro que estoy bien.-Para ti es fácil decirlo-La escucho suspirar pesadamente-A ver, si se supone que estás conmigo, al menos debo saber dónde te encuentras realmente, como mínimo.-Ya te dije que es un secreto, lo lamento, pero no puedo-Creo que es la quinta vez que le repito lo mismo, aunque si sigue insistiendo, pueda que no soporte más y le cuente todo. En serio no tengo paciencia.-Elisabeth, ¿Desde cuándo existen secretos entre tú y yo?
ADAMEl día en el hospital a estado bastante concurrido, pero hice lo posible para desocuparme unos minutos y así poder hablar con Elisabeth.Mi teléfono vibró, y al ver su nombre en la pantalla, me fui directo a mi oficina para contestar.-Hola doctor-Saluda con voz seductora.-Señorita Elisabeth...-¿Está muy ocupado?, Quisiera mostrarle algo.-Si es tu rostro lo que veré, tengo todo el tiempo del mundo.La escucho reír, y después siento mi teléfono vibrar debido a que ella estaba cambiando el modo a videollamada.Al aceptar, lo primero que veo es su lindo rostro, me guiña un ojo y me lanza un beso, sacándome una sonrisa ladeada.Segundos después, muestra una expresión que se me torna sexi, provocativa y entonces aleja el teléfono de su cara para enfocar casi todo su cuerpo, haciéndome
ELISABETH.-Bueno princesa, la dejo sana y salva en su castillo-Me dice Adam, al estacionar su auto a solo unos metros de la mansión.-¿Cuándo nos volvemos a ver?-Pregunto antes de bajarme.Gira su rostro para mirarme con una sonrisa ladeada.-Aun no nos separamos, ¿y ya me hechas de menos?Puse los ojos en blanco.-“Moriré de pena si no te veo”-Fui muy sarcástica, y le di una expresión de aflicción bastante exagerada.-¿Cuándo piensas madurar?-Niega con la cabeza y me toca la punta de la nariz con su dedo.-Yo soy madura, bastante madura… y no me cambies el tema, mejor dime, ¿Cuándo nos vemos otra vez?-Te recuerdo, preciosa, que pasamos una semana entera juntos.Por todos los cielos, en serio enloquece mis hormonas cuando me llama preciosa, sin embargo, eso no me desviará de los reclamos
Sin duda mi vida es un sube y baja de emociones…Hay días en los que me siento un arcoíris, llena de energía y de colores, y otros, en los que soy la mismísima tormenta. Hoy en particular, me sucede lo segundo…Me encuentro acostada en mi cama, boca arriba y con los brazos abiertos, mientras observo detenidamente el techo de mi habitación.Ya perdí la cuenta de cuantas horas llevo en esta misma posición, pero no pienso moverme, eso es seguro.Y se preguntarán, ¿A qué se debe mi lúgubre estado de ánimo?, pues no tengo idea, puede que sea por múltiples razones.Para empezar, mi mejor amiga y yo, seguimos enojadas, yo no le he escrito, ni ella a mí, y adicional a eso, no he visto a Adam, desde la semana que me quedé en su apartamento.Lo increíble es que ya han pasado exactamente dos semanas desde que me dejó aqu&
Siento que hice un excelente trabajo arreglándome, y aun así mis nervios me tienen al borde del colapso.Resople con fuerza mientras me veía por decima vez al espejo.¿A dónde se fue toda mi seguridad?, ¿Que me sucede?, yo no suelo ser así, odio que Adam me controle de esta manera, que me vuelva un manojo de nervios, es muy molesto...Tome rápido mi cartera y mi teléfono para salir de la casa antes de que mis piernas comenzaran a temblar.-Cuando dijiste que tardarías, no lo tomé tan en serio-Es lo primero que dice cuando subí a su auto.Gira su rostro para verme y se queda inmóvil.-No creas que es fácil caminar medio kilómetro con unos tacones de doce centímetros-Señalo mis pies-No sé porque no estacionas más cerca de la mansión… Por cierto, estás muy, muy guapo-Tuve que admitirlo en voz