Quería que la tierra me tragara y me escupiera en Saturno.
¿Por qué habiendo tantos sitios justo tenía que ir a ése? Siendo sincera jamás esperé encontrármelo ahí, ni en un millón de años me habría pasado por la cabeza.
Me temblaba el estómago, y después de unas cuantas cachetadas mentales, logré mantener la compostura.
-Dile que no lo quiero-Le avise al barman, entregándole el vaso-Devuélvele el trago por favor.
Sin responder nada, el chico lo agarró y se lo llevo de regreso a Adam, quien me miró directo a los ojos, de forma severa. Al parecer se molestó porque no acepté el whisky, pero no le di importancia, tampoco es que fuese mi obligación hacerlo y, de hecho, nunca me han gustado ese tipo de bebidas.
De pronto empezó a sonreír de lado mientras negaba con su cabeza, un tanto bipolar su actitud, a decir verdad, pero eso no me preocupaba en lo absoluto, lo que, si me alarmó, fue verlo tomar el vaso que rechacé y caminar en mi dirección.
-"Ay Dios, Ay Dios, ahí viene"-Mi subconsciente tenía tantos nervios como yo-“Actúa normal y no nos pongas en vergüenza”.
Claro, como si fuese tan fácil no comportarme como una idiota delante de él.
Disimuladamente utilice mi copa como espejo para ver mi reflejo, antes de llevarla a mi boca.
-La señorita Elisabeth Kleim...-Esa voz tan grave y sensual ya amenazaba con hacerme perder la compostura.
Se sentó en la silla que estaba junto a la mía y yo mantuve mi vista clavada hacia el frente.
-Doctor Adam... que sorpresa encontrármelo aquí-Respondí sin siquiera mirarlo y luego tomé otro sorbo de mi cóctel para intentar calmarme-Yo pensé que su única conexión social era entre usted y su estetoscopio.
Lo espíe entre las pestañas y podía ver que estaba sonriendo, pero en un segundo volvió a enseriarse.
-¿No debería estar en el hospital?
-Por increíble que parezca, el hospital sigue funcionando perfectamente, aunque yo no esté ahí.
-Después dicen que la egocéntrica soy yo-Murmure por lo bajo, pero sabía que a pesar de la música él me había escuchado.
-¿Se puede saber qué fue lo que te hice para que te portes así conmigo?
"No es lo que me hiciste papasito, es lo que aún no me has hecho".
-¿A mí?, Nada...-Al fin gire mi rostro para mirar el suyo-No comprendo a que se refiere.
-A que me trates de usted, y al hecho de que no quisiste aceptar el whisky que te envié. No entiendo porque ahora te comportas así tan...
-¿Sería?-Termine su frase. Conecté mis ojos a los suyos, pero mantuve mi rostro inexpresivo-Yo no creo tener cara de payaso doctor Adam, y con respecto al trago, imagino qué no era una obligación, ¿O sí?
-No, tienes toda la razón... Veo que desde que notaste mi presencia cambio por completo tu actitud. Mejor me marcho, para no seguir incomodándote. -Se puso de pie.
"No te vayas", quise gritar, pero en vez de eso le pregunté:
-“Desde qué noté tu presencia”, ¿Dijiste?... ¿Eso quiere decir que me viste llegar?
-No Elisabeth, no te vi llegar-Metió ambas manos en los bolsillos de su pantalón, y luego se acercó a mi oído para susurrar-Te vi, cuando empezaste a coquetear con el barman.
Eso último tuve que rebobinarlo un par de veces en mi cabeza, ya que el aroma de su perfume inundó mis fosas nasales y casi me hace jadear, me impedía pensar con claridad.
Y cuando logré comprender a que se refería, lo miré elevando una ceja y dejando mi rostro a escasos centímetros del suyo.
-¿Acaso el doctor Miller está celoso?
-¿Yo celoso?-Dio un paso hacía atrás.
-Eso es lo que tú me estas dando a entender.
-¿Ahora si me empezaras a tutear?
Él tenía pensado cambiar el tema y no podía permitirlo, así que antes de que la valentía abandonara mi cuerpo, me levanté de mi asiento, quedando parada frente a él y mirándolo hacia arriba, porque aun cuando yo llevaba puesto tacones, el me pasaba como por quince centímetros.
Sentí un escalofrío recorrerme la espalda cuando me escaneó de arriba abajo, después sentí cierta satisfacción cuando lo vi tragar en seco, no pudo evitarlo... pero a los pocos segundos recobró su compostura.
-¿A las chicas de tu edad las dejan salir así vestidas?-Preguntó, sacando la mano derecha de su bolsillo y señalándome con sutileza.
Me molestó tener que dejar que cambiará el tema, pero quería aprovechar para dejar algo en claro.
-Adam ¿Qué edad crees que tengo? -Uní ligeramente mi entrecejo y me cruce de brazos haciendo resaltar mis pechos, él los miró durante unos segundos y después de aclarar su garganta, volvió a mirarme a la cara-Por qué, te aseguro que no tengo quince años.
Sonrío de forma ladeada, se mordió ligeramente el labio y luego respondió con algo que me hizo enojar aún más.
-No es que seas muy madura que digamos...
Entrecerré mis ojos y di un paso firme hacía el.
-Por qué mejor no vas por ahí-Señale a nuestro alrededor-A ver si a alguien le da un infarto o algo parecido...
Se río entré dientes, y después se acercó nuevamente a mi oído.
-¿Para qué sigas coqueteando a gusto con tu barman?
-Ves que si estás celoso...-Le aseguré sin alejarme y sin que me temblara la voz.
Él solo volvió a sonreír.
-A mí me gustan las mujeres maduras, no las niñitas malcriadas como tú-Me beso rápido en la mejilla y antes de que pudiera contestarle, se dio media vuelta y se machó, regresando al lugar donde estaba en un principio y dejándome con la sangre hirviendo.
¿Qué le pasa a ese idiota?, ¿Quién se cree que es, para tratarme así?
Me volví a sentar y noté que ya Matías me había servido otro cóctel.
"Perfecto”. Espero que no haya visto la escenita entre el doctor patán y yo.
Fui a tomar otro sorbo de mi copa, pero noté que el vaso de whisky aún seguía en la barra así que, en un arrebato frenético, lo agarré y bebí su contenido de un solo trago, hasta dejar ver el fondo del vaso.
Adam me estaba observando así que levanté el vaso en su dirección, imitando lo que él hizo cuando noté su presencia, pero con la diferencia de que yo le regalé la sonrisa más hipócrita del mundo y después volví a colocarlo en la barra.
Tome la copa con el cóctel, he hice lo mismo que con el whisky.
-¡Wow, wow, wow!-Exclamó Matías-No sé quién sea ese hombre con el que estabas discutiendo, pero no creo que sea motivo suficiente para que quieras perder el conocimiento.
-Es un idiota, nada más...
-Si fuese solo un "idiota"-Hizo comillas en el aire con sus dedos-No te habrías puesto así después de hablar con él.
-Diría que tienes toda la razón, pero no estoy de humor para darle la razón a nadie, así que mejor sírveme otro trago-Le acerqué la copa y el vaso- Mejor llena los dos.
Matías como buen barman, siguió mis indicaciones, aunque antes de entregarme los tragos, me dijo:
-Pero trata de tomártelos con más calma...
No había terminado de hablar cuando ya yo había repetido lo mismo con ambos tragos.
-No te voy a servir más nada si sigues tomando así-Me advirtió, pero yo estaba empeñada en llevarle la contraria.
De pronto sentí mi teléfono vibrar por un mensaje que acababa de llegar, y al leer la pantalla quise estallar de la rabia.
-Tranquila, yo estaré aquí por si te da un coma etílico.... Att: Adam
-Imbécil-Susurre.
-¿Dijiste algo?-Pregunta el barman.
Pensaba responderle, y de pronto una idea fenomenal encendió la bombilla en mi cabeza, seguramente como resultado por la gran cantidad del alcohol que tenía en mi organismo en ese momento, aun así, seguía siendo fantástica, y no, aclaro que no tenía que ver precisamente con Matías, aunque me habría gustado involucrarlo, pero sigo pensando que está del lado incorrecto de la barra.
-Hagamos una cosa-Dije acercándome al moreno-Dejare de tomar Whisky, solo si prometes seguir preparándome ese rico cóctel.
-Ummm... me parece bien.
-Entonces, ¿Me los podrías enviar hasta allá? -Señale hacia la zona VIP, la cual se encontraba en un segundo piso que no medía más de doce metros cuadrados, muy parecida a una terraza, solo que estaba en la parte de adentro de la discoteca.... y desde la barra se podía ver claramente todo lo que sucedía ahí.
-No tendría ningún problema-Respondió el moreno.
-Y una cosita más... ¿Me podrías guardar mi cartera y mi celular?
-No creo que tenga permitido hacer eso...
-Por favor... -Uní mis manos palma con palma.
Me miró indeciso y luego de varios segundos suspiró resignado.
-Lo haré, pero solo porque ahora estarás en la obligación de pasar por aquí y despedirte de mí antes de marcharte.
-Eres un Sol-Le aseguré, entregándole mis cosas.
Y luego de lanzarle un beso en el aire, tomé mi copa y me fui hacia la parte VIP.
El guardia que estaba a los pies de la escalera me conocía, así que después de saludarme, se hizo a un lado para que pudiera subir.
No me agrada mucho esa área, siempre está llena de adolescentes que se creen la última gota de agua en el desierto, aun así es parte de mi magnífica idea así que no puedo dar marcha atrás.
Para mi suerte, no había demasiadas personas, unas quince cuando mucho...algunos estaban sentados y otros de pie, bailando.
Hice un escaneo periférico en busca de un rostro que llamara mi atención y... bingo.
Vi a un chico rubio de cabello largo y rizado que no me quitaba la mirada de encima.
En otra ocasión lo hubiese abofeteado por verme tan indiscretamente, pero en este momento lo necesitaba.
Le sostuve la mirada por unos segundos para hacerle creer que había algo de química entre nosotros, y después caminé hasta donde finalizaba el piso para sostenerme del barandal.
De inmediato mire hacia abajo porque tenía la sensación de que me estaban observando y efectivamente, Adam no me quitaba la mirada de encima, y después de un rato apartó su rostro y siguió bebiendo su trago.
-Vamos a confirmar si son celos, o no-Me susurre a mí misma, he inicié con mi plan.
Cerré mis ojos para sentir el ritmo de la música y comencé a bailar meneando mis caderas sin ningún disimulo...me sentía algo mareada pero no demasiado, hacía falta mucho más alcohol para que llegara a sentirme ebria, así que sabía que apenas estaba empezando a divertirme.
Conocía muy bien la letra de la canción que estaba sonando, y empecé a tararearla mientras seguía bailando.
Al poco rato sentí unas manos sobre mis caderas, haciendo que abriera los ojos repentinamente.
Me giré lentamente para poder ver el rostro de mi pareja, sin dejar de moverme y no me sorprendió ver al rubio que me estaba comiendo con la mirada unos momentos atrás.
Continué Bailando, ahora no estaba sola. Me acerque más al rubio meneándome sensualmente y de vez en cuando rozaba mi rostro con el suyo, sin llegar a tocarlo...Mi intención solo era provocarlo.
Cuando consideré que ya había hecho un buen trabajo, me volví a girar y ahí fue cuando vi nuevamente esos ojos que me asechaban desde la barra, y no me refiero a Matías...
Tome un sorbo de mi copa para evitar que me viera reír y continúe meneándome sin prestarle mayor atención. Cuando termina la tercera canción, el rubio me pidió la copa para buscarme otro cóctel ya que se encontraba vacía. Quise negarme porque el moreno había quedado en enviármelos hasta la zona VIP, pero luego de echar una ojeada hacia la barra, noté que estaba muy ocupado y no quise darle más molestias.Seguí al rubio con la mirada, hasta verlo entregarle la copa a Matías ya que le pedí específicamente que fuese directo con él, porque solo él sabía que era lo que yo estaba tomando.El moreno mira en mi dirección, me guiño un ojo haciéndome sonreír y después empezó a preparar mi bebida.En un movimiento casi involuntario, giré mi rostro para ver hacia la otra esquina, donde Adam, estaba sentado y al posar mi vista en él, de inmediato me arrepentí, ya que no se encontraba solo.Estaba hablando muy a gusto con una chica. Era alta, de cabello rojo y piernas largas...Desde donde yo esta
ADAMNo me agrada salir en mis noches libres, prefiero quedarme en mi apartamento, pero el estrés del trabajo me tenía al borde así que quise tomar unos tragos para intentar relajarme, teniendo la certeza de que mi noche terminaría con una ardiente mujer metida bajo mis sábanas.Sin embargó, aquí estoy... Entrando a mi auto, listo para marcharme, y con Elisabeth en el asiento de copiloto.-¡Ey!, Elisabeth. ¿Como te sientes?No contesta.Mantiene los ojos cerrados así que con sutileza giro su rostro en mi dirección y noto que está sangrando.-Ese mal nacido te rompió el labio.Tenía ganas de bajarme del auto y terminar de partirle la cara al infeliz, pero supuse que ya se abría largado.-Adam...-Susurra mi nombre.-¿Si?-Creo... que estoy... drogada-Le cuesta hablar, casi arrastra las palabras.Suspiré pesadamente.-Lo sé. Me di cuenta cuando estábamos hablando y me miraste a los ojos.-Fue... ése rubio idiota.-Eso fue lo que pensé, por eso quise seguirlos-Aparto un mechón de cabello
ELISABETHAbrí lentamente mis párpados sintiendo una pesadez descomunal en todo mi cuerpo y me prometí no volver a probar una gota de alcohol por el resto de mi vida.Aunque eso lo prometo cada vez que me levanto con resaca y una vez que se me pasa, siempre termino olvidando la promesa.En esta ocasión, los recuerdos en mi cabeza se encontraban un tanto desordenados, como si no lograra recordar bien las cosas, así que me quedé un buen rato completamente inmóvil, mirando el techo de mi habitación.Hasta que...-¿Dónde demonios estoy?-Dije incorporándome de golpe.Me encontraba sola, sobre una cama de sabanas grises y de frente había unos enormes ventanales que estaban cubiertos por cortinas oscuras, ahora estaba cien por ciento segura de que no era mí habitación.-¿Que rayos hago aquí?... Y peor aún-escaneé mi cuerpo-¿Por qué estoy desnuda?Solo tenía puesta mis pantis y esa no era una buena señal.-"Carajo Elisabeth, te cogiste a alguien y de seguro ni siquiera sabes su nombre"Mi sub
No podía creerlo...Se quedó ahí parado dándome la espalda, y sin poder ocultar su acelerada respiración, ya que podía notar fácilmente como sus hombros subían y bajaban.No sabía si su rechazo era por nuestras diferencias de edades, o porque yo no le parecía atractiva, lo que, si sabía, era que tenía unas ganas infinitas de irme corriendo de ese apartamento, pero en mis fachas, esa idea no resultaba la más prudente.-¡Maldit@ sea! Espero no arrepentirme de esto...-Exclamó de pronto.Al instante en el que terminó esa frase, se giró y me besó tomándome por sorpresa.Cerré los ojos por instinto y mis labios se acoplaron a los suyos en cuestión de segundos. Introdujo su lengua en mi boca y la recibí, gustosa, luego enredó sus dedos en mi cabello para intensificar aún más el momento. Fueron muchas las veces que me la pasé imaginándome un beso de Adam, he increíblemente no llegué a acercarme en lo más mínimo a las sensaciones tan excitantes que me estaba provocando.Soltó mi cabello y de f
-¿Estás segura de que quieres quedarte aquí?-Pregunta Adam al instante en el que detiene el auto frente a la casa de Christian-No tengo problema en llevarte a tu casa.Me repitió lo mismo durante todo el camino, pero yo estaba convencida de que lo que me espera en casa era un sermón de doscientas horas por haberme escapado de mis guardaespaldas, y después de lo que sucedió entre Adam y yo, estoy de excelente humor así que no quiero que nada arruine mi ánimo.-Ya estamos aquí, deja de insistir-Lo bese en la mejilla- ¿Te quieres bajar a saludar?-No puedo, tengo que ir al hospital.-Ahora que recuerdo, ¿anoche perdí mis cosas?, mi cartera, mi celular...-No, lo siento, yo la dejé aquí en el auto y se me olvidó entregártelo-Metió su mano entre los asientos y tomo mi cartera que estaba puesta en el cojín de atrás- Aquí está.Le agradecí y de inmediato quise revisar mi teléfono, pero estaba apagado, intenté encenderlo y fue inútil.-Supongo que está descargado.-Sí, eso creo.No le di impo
Han pasado diez días desde que estuve con Adam y el muy cretino no se ha molestado en llamarme ni una sola vez, ni siquiera me ha dejado un estúpido mensaje.Miro a cada segundo la pantalla de mi teléfono y nada, lo más patético es que cada vez que lo escucho sonar lo contesto de inmediato,pero me llevo una gran decepción al ver que no se trata de él.Pero en fin... Dije que no perdería más mi tiempo esperando tener algún tipo de atención de parte de alguien que lo más probable es que no me la de nunca, se supone que ya obtuve lo que quería, así que mejor ahora me centro en cosas que de verdad son importantes para mí.Inhalé profundamente y exhale para tratar de conseguir un poco de concentración, coloque mi celular en mi escritorio con la pantalla hacía abajo y me enderecé en la silla, coloque unos mechones de cabello que te
ADAMNada como llegar a mi apartamento después de un día largo y estresante en el hospital. Creí que saldría temprano hoy, pero tuve que hacer una junta con el personal del área de cuidados intensivos y al final terminó extendiéndose más de lo que yo esperaba...Al entrar, cerré la puerta detrás de mí, solté las llaves en el mismo sitio de siempre y comencé a aflojar mi corbata.Después de tomar un vaso de agua me fui a mi habitación y me sorprendí cuando abrí la puerta y vi a Elisabeth acostada sobre mi cama.Para ser sincero, por un momento olvidé que la había invitado a quedarse conmigo unos días, pero también debo admitir que es una sorpresa de esas que resultan bastante agradables.-Buenas noches Doctor Adam-Levanto la mitad de su cuerpo, apoyándose en las manos y me fij&eacu
ELISABETHEl sonido de una ducha me hizo despertar.Estuve a punto de gritar "Nanaaa, ¿Quién se ducha a esta hora de la madrugada?”, pero afortunadamente abrí los párpados antes que mi boca, y al mirar a mi alrededor, pude recordar que no me encontraba en mi casa."Que noche tan exquisita"-Me grita mi subconsciente, y creo que es la primera vez que estamos de acuerdo, tan temprano.Me siento en la cama, cubriendo mi desnudez con la sábana y en total silencio. Al pasar unos minutos, mis ojos se deleitaron con el hermoso espécimen que salió del baño, envuelto por la cintura con una toalla."Adaaam"- Suspira la voz en mi cabeza.¡Joder!, ¿Por qué tiene que estar tan rico? ¿Como es que hace suspirar hasta mis pensamientos?-Buenos días preciosa-Dice con una media sonrisa, y yo aclaré ligeramente mi garganta antes de resp