67. AISLADA DE TODOS

CLARIS:

No sabía cuántas horas habían transcurrido desde que Vikra me había encerrado. Había intentado despertar a mi loba, Lúmina, pero parecía que cada vez que utilizaba sus poderes, quedaba completamente agotada. Decidí no insistir, pensando que era mejor mantenerla oculta para que Vikra no descubriera que era una mujer lobo y no una simple humana. 

Tenía que ganar tiempo con él. Era consciente de mi belleza y sabía cómo utilizarla. Solo era cuestión de emplear esos dones a mi favor y él caería rendido. Los alfas como él adoraban salvar a damiselas en peligro; me haría pasar por una víctima indefensa. 

Hasta ahora, todo lo que había leído en mis historias de fantasía favoritas sobre lobos se confirmaba: los alfas eran protectores y dominantes por naturaleza. Debía lograr que siguiera protegiéndo
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP