46. EL ALFA Y YO

CLARIS:

Desde que nos quedamos en la cueva, mi corazón latía desbocado, temerosa de que le sucediera algo a Kieran. No sabía explicarlo; mi loba se movía inquieta en mi interior y era una sensación a la que no estaba acostumbrada. Mamá también se comportaba de forma extraña; a cada rato me miraba y se inclinaba delante de mí.

—¡Mamá, deja de hacer eso! —la regañé, incómoda. Me miró y se alejó sin decir nada.

Me sentía molesta porque, por mucho que le preguntamos Clara y yo sobre lo que significaba ser Lobas Lunares y el motivo por el que nos había ocultado toda la vida esa verdad, ella se negaba a contestar. Solo decía que no era el momento para que nosotras despertáramos, y se empeñaba en que regresáramos a la ciudad a vivir como humana cuando pasara el peligro.

No quería discutir, así que salí y me escondí detrás de una roca desde donde podía distinguir a todos los que venían, hasta que lo vi regresar. El Alfa más poderoso de todos corría hacia mí. Fui a su encuentro de inmediato
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP