Llegó al instituto y fue directamente al aula de clases.
-¡Lucía!- le gritó su amiga cuando ella entró al aula.
-¡Becca!- la abrazó con fuerza- ¿Cómo estás?
-Muy bien. Pasaré la tarde y la noche con mi padre.- le dice con una gran sonrisa, cómo si aquella fuese la mejor noticia de su vida.
-Eso debe tenerte feliz- le toca la pinta de la nariz en gesto juguetón.
-Claro que sí. La noticia casi logra quitarme por completo la migraña que me atormentaba.
-¿No dormiste anoche tampoco?- le pregunta preocupada, mientras frunce el ceño. Era normal que Lucía durmiera poco o nada. De hecho, era casi un milagro cuándo lograba dormir bien.
-No- suspira pesadamente Lucía.
-¿Y cuándo hablarás con alguien de lo que está sucediendo? - realmente le preocupaba que descansara tan poco, sabía que tarde o temprano su cerebro le pasaría factura por su ausencia de horas de sueño.
-No le diré nada a nadie- dice firme- es algo vergonzoso.
-Pero es algo que está ocurriendo, no sé cómo pueden suceder cosas así Lucía, tu madre debería tener más cuidado, debes hablarlo con alguien.
-No lo haré, Becca. No lo haré- su amiga suspira agotada.
-¡Mira Miriam, a quienes tenemos aquí!- la chillona voz de Bárbara, la hace girarse hacia ella con cara de fastidio.
-¡Son las raritas del instituto!- dice Miriam con una sonrisa burlona.
-Lucía, ¿no te cansas de ser tan sosa?
-¿Y tú?, ¿ no te cansas de ser tan zorra?- le preguntó en el mismo tono que ella había usado. Entonces la cara de Bárbara se desencajó con una mueca.
-¡Eres una estúpida!
-Al menos soy una estúpida con cerebro, tú ni eso tienes- le dice Lucía, cruzándose de brazos.
-¡Te arrancaré la piel de la cara!- la amenaza.
-¡Ni te atrevas a tocarla!- el dice Becca.
-¿Por qué la defiendes tanto?, ¿es tu novia? Becca, la babieca.
-Te romperé el lindo rostro de perra- le dice Becca, abalanzándose hacia ella, pero Lucía la detiene.
-¿Qué sucede aquí?- las chicas se giran para enfrentarse con la dura mirada de la profesora de Inglés.
-Nada- se adelanta a decir Lucía.
-Más les vale que no sea nada, o las reportaré en la dirección. Ahora tomen asientos que comenzaremos con la clase.
Todo el día pasa normalmente, incluyendo las miradas de desprecio de Bárbara y Miriam, realmente nunca entendió en qué momento esas chicas llegaron a detestarlas tanto a ella y a Becca, lo cierto es que siempre solía gastarle bromas pesadas, comentarios mordaces, insultos, palabras hirientes.
Antes lo toleraba en silencio pero de un tiempo para acá, solía contestar todo lo que ella decía y le devolvía los insultos. Era una manera de relajar su frustración, todo aquello que se acumulaba en su pecho. Solo de estar en la casa de Rafael.
La verdad era que no las odiaba, pero tampoco le agradaban esas chicas. Sobre todo Bárbara, ella era la peor, la cabecilla. Miriam, solo era una marioneta.
A la hora de la salida se despidió de Becca y esperó en la entrada, pacientemente el auto de su padre. Cuando él llegó, se estacionó y salió del auto, ella corrió para abrazarlo.
-¡PA!- le gritó riendo mientras él la abrazaba con fuerzas.
-¿Lista para divertirnos juntos?- le preguntó tocándole la punta de la nariz.
-¡Completamente lista!- le dedicó una enorme sonrisa.
Lucía y Neithan, subieron al auto y se encaminaron a un Welly's un famoso restaurante que Lucía adoraba y al que su padre le encantaba llevarla, solo por el gusto de complacerla.
-¿Qué tal tu día?
-Pues más de lo normal, Pa. Tuve una mala noche así que desperté con migrañas, discutí con mamá y con "ese"- dijo refiriéndose a Rafael- luego en el instituto más de lo normal. Una vida aburrida e infeliz.
-Nada de eso, mi amor. La vida es hermosa. . .
-No la mía. Vivo en esa casa rodeada de personas que detesto- dijo con ojos añejados en lágrimas.
-Mi amor. . . - comenzó su padre en tono amable- no debes detestarlos, ellos son parte de tu familia.
-No quiero que ellos sean mi familia- dijo con voz quebrada- lo único que deseo en mi vida, es salir de esa casa y vivir contigo. . . odio estar allí.
-No llores preciosa, te lo suplico. Sabes que eres mi adoración y no soporto saber que estás mal. . . me harás llorar- dijo con un puchero ridículo.
-¡El comandante llorando!, procure que no lo vean los agentes a su cargo- bromeó ella sonriendo.
-Tu no se lo dirás a nadie- la miró con ojos muy abiertos.
-Eso se paga con un helado.
-Eso es chantaje señorita, ¿está intentando sobornar a un policía? - preguntó con voz indignada.
-¡Jamás haría tal cosa!- le respondió riendo- solo quiero sobornar a mi papi.
-En ese caso. . . debemos comer un helado- le regaló una enorme sonrisa.
Después de ir al restaurante, fueron a casa, pero antes se destuvieron a comprar un enorme pote de helado de chocolate.
Luego al llegar a casa Lucía, se dedicó a los deberes pendientes para el día siguiente.
-¿Nada que terminas?- le preguntó su padre entrando a la habitación de ella. Era una habitación que adoraba, con el hermoso lila en las paredes, su enorme cama, llena de sus objetos personales. Era tan suya, tan cálida, tan a su gusto- podría ayudarte si así lo deseas.
-Ya casi termino, pa. No es nada difícil dame un minuto y estaré contigo.
-¿Veremos una película?- le pregunta sonriendo.
-Así es señorita, pero nos iremos a la cama temprano- le sonríe- no quiero que por mi culpa llegues mañana a estudiar como zombi.
-¡No sería nada nuevo!- se encogió de hombros- solo que esta vez al menos lo habré disfrutado.
-No me dirás que es lo que ocurre, ¿cierto?- le preguntó con ceño fruncido y la preocupación brillando en sus ojos.
-No ocurre nada- le aseguró.
-No olvides que soy policía, cariño- le revolvió el cabello- sé que algo ocurre aunque te niegues a decírmelo y sé que es algo que te duele y te lastimas. No quiero presionarte Lucía, pero. . .
-No hay nada que decir- desvió la vista- nada.
-Hay mucho que decir- tomó asiento a su lado-Lu, sabes que te adoro, que no dudaría ni por un instante dar mi vida por ti, que eres mi todo, lo único que tengo. No me gusta saber que estás mal. Soy tu padre, debes confiar en mí, necesito saber qué es lo que ocurre para poder ayudarte.
-Yo confío en ti. No te pongas sentimental, Neithan Carter, te lo pido- trató de sonar juguetona, pero su voz indicaba claramente que quería llorar.
-Si alguien te lastimara- le acarició la mejilla con ternura- no dudaría en matarle. Eres mi tesoro, Lucía.
-Te amo, pa. Te amo mucho.
-Y yo a ti, consentida.
-¿Por qué las cosas tuvieron que ser así?- le preguntó mirándolo a los ojos- eres un buen hombre y Allison. . . ella. . .
-Ella es tu madre cariño, no la juzgues.- le pidió.
-Si lo hago. Te lastimó, te humilló, se comportó como si tú no fueses un buen hombre, un buen padre.
-Lucía, hay cosas que tú no entiendes. Yo paso muchas noches fuera de casa. . .
-Porque así te lo demanda tu trabajo. Un trabajo que desempeñas con honor y amor, pero sobretodo con el que nos dabas una vida tan digna y agradable como lo merecíamos. ¡Ella fue la que falló!, ¡No es justo!
-Sé que no es justo y te confieso que me dolió muchísimo, Lucía. Tu madre y yo nos casamos muy jóvenes, yo la adoraba, era mi amor, desde que la conocí estuve seguro que quería que fuese la madre de mis hijos, mi esposa, mi todo. Conquistar su corazón fue una dicha, casarme con ella una alegría que creí no se podía superar, pero si fue posible porque me enamoré por segunda vez y eso fue cuando te vi por primera vez, Lu. A pesar de lo joven que era, te adoré desde el primer instante y adoré más a tu madre, porque me había dado ese hermoso regalo, eras tan chiquita, dulce y bella. No seas tan dura con tu madre, saber que me engañaba, que traicionaba fue un golpe muy duro para mi, pero quizás al verse tan sola, ella. . .
-No- negó con vehemencia- no quieras justificarla, pa. Lo adecuado hubiese sido ir con la verdad por delante, haberte dicho que ya no te amaba, comportarse como una mujer casada, no como una mujerzuela.
-¡Lucía!- la reprendió con la mirada- ¡Es tu madre!
-Es una traidora. Mientras tú trabajabas para traer el pan a la casa, ella se acostaba con otro, pa. ¡Eso es horrible!
-Cariño. . .
-Salió embarazada de otro en tu cama. ¡Es una. . .
-¡NO!, no lo digas- le pidió y ella contrajo los labios.
-Quizás, Rafael le de algo que en mí no encontraba.
-¿Qué puede ser?- lo retó- eres un hombre maravilloso y él. . .él es. . .¡lo detesto!
-Lu, debes intentar llevar la fiesta en paz- le dijo con un suspiro.
-Quiero vivir contigo, te lo suplico.
-Nada me haría más feliz- le acarició la mejilla- tenerte a mi lado todos los días, princesa. Pero sabes que no puedo, no puedo trabajar, concentrarme en atrapar criminales mientras sé que tu estás sola en casa, y que muchas cosas pudiesen salir mal. . .que podría entrar un ladrón. . .que podría haber un asqueroso violador. . .que. . .
-¡Pa!, tu eres policía. Podemos instalar un sistema de seguridad. . . solo quiero estar aquí, en mi verdadera casa.
-¿No entiendes el valor que tienes para mi?- le preguntó frustrado- por nada del mundo arriesgarías tu seguridad o tu vida, por ahora lo mejor es que estés con tu madre. Dame algo de tiempo para solucionar mi situación, entonces te prometo que vendrás a vivir conmigo.
-¿En serio?- le pregunta con ojos llenos de lágrimas.
-Nada más cierto, mi amor. Sólo necesito un poco de tiempo.
Escogieron una película cómica, y reían felices mientras comían helado. Tanto rieron que a Lucía se le salieron las lágrimas. Luego de eso, se despidieron con un gran abrazo y un enorme beso. Lucía fue a aquella habitación que le daba tanta paz, se duchó, se aseó los dientes, luego se cepilló el largo cabello y se metió bajo las sábanas.La sensación era tan maravillosa, nada como aquello. . . nada como sentirse en casa. No supo cuando se quedó dormida, para tener la mejor noche de sueño en al menos quince días.-¡Arriba, princesa dormilona!- le decía su padre mientras besaba sus mejillas- ¡es hora de levantarse!-¡Oh, no!- se estiró con pereza- dormí tan bien- bostezó- buen día, Neithan.-Buen día, preciosa- tiró de su cabello bromeando- a levantarse, terminaré de preparar el desayuno para mi consentida, así que date prisa que te llevaré al instituto.-Las chicas se morirán de envidia- le sonríe con malicia.-¿A sí?- le preguntó sonri
-Neithan- se pone de pie- debo confesar que me extraña mucho tu visita.-Supongo- le digo con voz austera y lo miro fijamente.-¿Sucede algo?- me pregunta.-Eso es precisamente lo que quiero saber.-Bien, no entiendo pero, toma asiento- aceptó el ofrecimiento- ¿te ofrezco algo?-No. Estoy bien- tensó la mandíbula.-¿Y bien?-Comprendo que para Lucía, no es fácil adaptarse a la vida en tu casa.-Y no entiendo el porqué, sé que está en la adolescencia, una etapa bastante dura, sin embargo es un poco más rebelde de lo normal.-Eso es con ustedes. Conmigo es totalmente diferente.-Porque te adora, Neithan- me dice en tono de obviedad- la verdad es que yo no entiendo su comportamiento hacia mí.-¿De verdad?- le pregunto irónico- evidentemente Lucía, comprende que tú destruiste el hogar que yo tenía junto a su madre, para ella eres un enemigo.-Lo sé- tensa la mandíbula y me mira- sin embargo hago todo lo posible por
Cruzo el umbral de la puerta principal, y sin mirar a ningún lado decido subir a mi habitación.-¡Lucía!- la enojada voz de mi madre me hace detenerme al pie de la escalera. Ruedo los ojos. Me giro y me encuentro con sus ojos azules. Y no está ella sola, sino que también está él-¿Qué?- le digo sin saludo, sin nada.-Hasta que al fin llegas- me dice Rafael y lo miro con odio- es muy tarde para que andes sola.-No tengo que darte explicaciones. No eres mi padre- le digo y él contrae los labios enojado.-¡No seas grosera, Lucía!- me dice mi madre furiosa.-No tengo tiempo para esto- les digo con voz fastidiada- ¿Qué quieren?-Saber dónde estabas.-Aunque no me siento en la necesidad de darte explicaciones madre, te lo diré. Estaba en el cine.-¿No pudiste avisar?, la noche ya comienza a caer y me estaba muriendo de angustia.-¡Tonterías!, ni que fuese yo, Lorena.-¡Tu también eres mi hija!-Te diré una
Después de alistarme, bajo al desayunador, todos están sentados comiendo en silencio, mi madre me mira y sirve mi desayuno sin decir nada.Como en silencio sin siquiera mirar a nadie, luego respiro y decido intentarlo de nuevo.-¿Podría cambiar de habitación con Lucas?-¡Me gusta mi habitación!!- gime Lucas y yo aprieto los dientes.-¿Otra vez con lo mismo, Lucía?- la voz de Rafael me revuelve el estómago.-No quiero estar más en esa habitación.-¿No te gusta tu cuarto, Lu?- me pregunta Lorena y no le respondo, es una niña tan dulce, no me gusta darle comentario mordaces.-Solo quiero otra habitación- digo.-Pero no hay otra, Lucía quizás. . .-No puedo dormir allí.-¿Por qué?- demanda Rafael y lo miro con desprecio.-Solo denme otra estúpida habitación, ¡es todo!- gimo frustrada.-No has dado un motivo razonable para semejante capricho. Lucas, no quiere cambiar de habitación- dice Rafael
Mi padre nos espera recargado en su auto, al verme me regala una sonrisa, luego se endereza quedando muy recto.-¡Pa!- digo feliz y corro hasta guindarme de su cuello. Él me besa feliz y me estrecha con fuerza.-Que bueno verte, muñeca.-Igualmente, Pa- le beso en la mejilla y él besa la punta de mi nariz.-Hola, Becca- le dice y Becca suspira, la muy descarada parece que va a desmayarse. Está loca si cree que mi padre se meterá con ella, antes le quito en pellejo de la cara.-Está más guapo que nunca, señor Neithan- le dice y mi padre ríe.-Muchachita descarada- le dice.-Sincera- responde ella guiñándole un ojo.-Y tú debes ser el. . . el novio de Lucía- le dice frunciendo el ceño.-Así es, señor- avanza hasta él y le estira la mano- soy Gabriel.-Tienes muchos tatuajes- le dice tomando su mano y estrechándola.-Si señor, son muy significativos para mi. No crea que por eso soy un mal muchacho, lo cierto
A la hora de la salida, Becca salió disparada a buscar un taxi que la llevara a casa, asegurando que si pasaba un minuto más se quedaría dormida con los ojos abiertos. Lucía y Gabbe, fueron a la parada.-¿Segura que no quieres que te acompañe?-Segura, Gabbe. Esperemos aquí el transporte y así cada uno podrá irse a casa, vives al otro extremo de la ciudad, te desviarías totalmente.-A mi no me importa en absoluto.-No, Gabbe- le rodeó el cuello- tranquilo, tienes mucha tarea para mañana- le besó los labios.-Podríamos hacerla juntos- le devolvió el beso.-Eres insoportable- le dijo riendo.-Quiero estar pegado a ti como una sanguijuela- le dijo y después le besó la punta de la nariz.-Allí viene tu transporte- dijo señalando la dirección contraria.-Puedo esperar el otro- dijo estrec
Neithan. . .Junto con la pequeña comisión que he preparado, me dirijo al lugar que indica el GPS del celular de Lucía, no se ha movido desde que logré contactarlo.No estoy seguro si sea una buena o mala señal, pero considerando que no responde las llamadas, me inclino más por la segunda opción. Es mi hija y quiero mantenerme en calma, aunque la angustia amenace con acabar conmigo. Sólo espero que ésto sea un pequeño susto y que mi nena solo esté enfadada con su madre y haya decidido salir a caminar.Sé que solo intento engañarme o mantener viva una pequeña esperanza, ya que de haber peleado con su madre no se iría a caminar, sino que de inmediato me buscaría o a Becca, ahora también hubiese buscado a Gabriel, el hecho de que no haya contactado con nadie, es sumamente preocupante.-Todo estará bien, comandante- me dice Ramírez, intentando darme ánimos.-Espero que así sea- le digo seriamente, sin mirarla, con la vista concentrada en el camino y e
-¡Qué bonita mercancía!- dice nada más verme y me siento aterrada, no sólo por su tono, sino por esas horribles palabras. ¿ mercancía?, ¿me ha llamado mercancía?- ¡que ojazos más hermosos tiene. Sin duda alguna será bien pagada!-¿Pagada?- pregunto sin poder contenerlo.-Exactamente- sonríe- digamos que me dejarás buenos dividendos.-Yo. . . yo no sé quién es usted, ni qué pretende- digo con voz temblorosa- solo le pido que me deje ir a mi casa.-Eso es imposible, linda- se acerca a la cama y se sienta en el borde- si te pierdo a ti, pierdo mucho dinero.-¿Qué me hará?-Venderte- dice como si nada y mis ojos se abren de par en par.-No soy una pieza o un animal. No puede venderme- gimo desesperada.-En esta vida todo tiene precio y siempre hay alguien que pague por todo. Hasta por tener una hermosa niña como tú- me dice- dime algo. . . ¿cuántos amantes has tenido?-¿Amantes?- le miro ceñuda- ¡yo no tengo amantes!- le escupo y su