Después de alistarme, bajo al desayunador, todos están sentados comiendo en silencio, mi madre me mira y sirve mi desayuno sin decir nada.
Como en silencio sin siquiera mirar a nadie, luego respiro y decido intentarlo de nuevo.
-¿Podría cambiar de habitación con Lucas?
-¡Me gusta mi habitación!!- gime Lucas y yo aprieto los dientes.
-¿Otra vez con lo mismo, Lucía?- la voz de Rafael me revuelve el estómago.
-No quiero estar más en esa habitación.
-¿No te gusta tu cuarto, Lu?- me pregunta Lorena y no le respondo, es una niña tan dulce, no me gusta darle comentario mordaces.
-Solo quiero otra habitación- digo.
-Pero no hay otra, Lucía quizás. . .
-No puedo dormir allí.
-¿Por qué?- demanda Rafael y lo miro con desprecio.
-Solo denme otra estúpida habitación, ¡es todo!- gimo frustrada.
-No has dado un motivo razonable para semejante capricho. Lucas, no quiere cambiar de habitación- dice Rafael.
-¡Es cierto Luci, no quiero!- dice el niño lloroso- ¡me gusta mi habitación!
-Lucía. . . – comienza mi madre y la miro fijamente- si hubiese otra habitación con gusto podrías cambiarte, pero solo hay cuatro y todas están ocupadas.
-¡Pero no quiero esa habitación, lo he dicho siempre!- gimo.
-¡BASTA!- dice Rafael, golpeando la mesa- es suficiente de caprichos, Lucía.
-Claro como no soy tu hija- lo miro con odio-¡a nadie le importa lo que yo quiera!, ¡quiero vivir con mi padre, él si es un buen hombre!- sin decir más me levanto abruptamente de al mesa y me marcho, ignorando los sollozos de mi madre.
Llego al instituto y todavía es temprano para la clase, así que me quedo en las áreas verdes, haciendo anotaciones en mi libreta, completamente sumergida en mis pensamiento.
-¿Cómo está la novia del chico más guapo de todos?- levanto la vista y me encuentro con Becca.
-¡Tonta!
-Envidiosa, diría yo. . . ¡por Dios Luci, qué envidia!- estallo en carcajada-¡Gabbe es guapísimo!
-Y es mío- le recuerdo burlona.
-Claro que si, amiga- me responde Becca riendo- ahora levántate, vayamos al aula, esperemos por tu príncipe.
-No seas ridícula, Gabbe no es un príncipe, pero necesitará de mucho encanto para ganarse a papá- le digo con ojos enormes- Neithan, ha dicho que quiere vernos a ambos hoy.
-El poli, se puso serio- me dice seria.
-Así es- le digo- quiere conocerlo.
-¡Tu padre necesita una novia!- me dice-¡dile que estoy disponible!
-Pervertida- le digo rodando los ojos.
-Vamos Lucia, sería lindo que me pidieras la bendición- me mira muy inocentemente y ambas estallamos en carcajadas.
Caminamos al aula, mientras conversamos un poco, le cuento que tuve otra noche horrible, que casi no pude descansar y ella responde con lo mismo de siempre; que lo hable con Allison, o que le explique la situación a Neithan, pero yo como siempre me niego aunque tenga que seguir soportando las olimpiadas sexuales, entre esos dos, es humillante decirles eso.
Cuando vamos llegando a la entrada nos encontramos a un sonriente Gabbe.
-¡Gabee!- le digo con ojos brillantes.
-Hola chicas- nos saluda y luego se acerca a mi- con tu permiso, Becca- y dicho aquello me besa en los labios, coloco mis manos en su pecho, siento que me he sonrojado pero no me importa, le permito besarme.
-Quiero que alguien me de así los buenos días- dice Becca y nos separamos sonriendo.
-Hablé con papá.
-¿Qué dijo?- me pregunta sonriente.
-Quiere vernos al salir de clases, vendrá por nosotros.
-Eso es maravilloso- dice pasando un brazo por mis hombros.
-Maravillosa será la paliza que te dará Neithan Carter, si te pasas de listo. . . Es policía- le dice Becca.
-No puede ser tan malo- él se encoje de hombros- soy un buen chico y no tengo record policial- sonríe de manera encantadora y pienso que es muy hermoso.
-Más te vale, hoy en la noche, ya sabrá tu árbol genealógico y hasta cuantas veces vas al baño.- Rebecca ríe.
-¡Exagerada!- le digo, rodando los ojos.
Llegamos al aula y dentro ya están algunos chicos, y como no pueden faltar Bárbara y Miriam, quienes nos miran con ceño fruncido, ya que Gabriel sigue rodeando mis hombros.
-¡Vaya, la mojigata de Lucía Carter!
-Déjame en paz Babas- le digo- no tengo humor para tolerar tus tonterías hoy.
-Gabbe- le dice- ¿qué tal si vamos de fiesta hoy?- lo mira y se muerde el labio inferior, contraigo mis propios labios queriendo decirle una barbaridad.
-Lo siento Bárbara, tengo una cita con mi novia.
-¿Tienes novia?- le pregunta enarcando una ceja y luego me mira dedicándome una sonrisa que no llega a sus ojos.
-Sí, saldré con Lucía y su padre- sonrío con malicia y ella me mira con odio.
-¿Intentas decirme que prefieres irte con esta insulsa?, ¡ni siquiera es bonita!
-Lucía, no es ninguna insulsa- me defiende- así que ya deberías dejarla en paz, y es muy hermosa. ¿no te das cuenta de lo tonta que te ves siempre molestando a los demás?- sus ojos azules se abren de sorpresa y lo mira con desprecio.
-¡Idiota!- le dice con los dientes apretados- ¡Esta humillación me la pagarás!
-¡Buen día clase, a sus asientos!- llega el profesor de Literatura, evitando la tercera guerra mundial, Bárbara nos mira con profundo odio, bate su espesa y rubia cabellera, y va a tomar asiento.
Es bueno que alguien la haya puesto en su lugar, la muy tonta pasa todo el día molestando a los demás, los profesores suelen tomarla como el peor ejemplo de la clase, pero parece no importarle.
-¡Hoy hablaremos de Shakespeare!- dice el profesor y Bárbara bufa.
-¿Sucede algo?- le pregunta.
-Shakespeare, me aburre, ya sé todo sobre él.- le dice altivamente.
-¡Oh, qué bien!- le dice sonriendo- quiere decir que usted será de mucha ayuda en la clase de hoy. Shakespeare, como la señorita sabe fue un Poeta, dramaturgo y actor inglés.
-Así es- dice ella cruzándose de brazos- Shakespeare es considerado el escritor más importante y uno de los más célebres de la literatura universal.
-Muy bien- le contesta el profesor- además tuvo un apodo muy conocido por todos, ¿puede decirnos cual es?- Barbará se remueve inquieta, es evidente que no conoce la respuesta. Levanto la mano y el profesor me da la palabra.
-Conocido en ocasiones como el Bardo de Avon, o simplemente el Bardo, así solían llamarle dado el lugar de su nacimiento. Aseguran que, Shakespeare es generalmente reconocido como el más grande e importante de los escritores de todos los tiempos, nreconocido también como una figura única en la literatura. La fama de otros poetas, ha trascendido las barreras nacionales, pero ninguno de ellos ha llegado a alcanzar la reputación de Shakespeare.
-Muy bien señorita, Lucía- Bárbara me mira fulminándome y yo me encojo de hombros- Señorita Bárbara, ¿Cuál fue el nombre de la esposa de Shakespeare?
-Anne- responde ella segura.
-¿Y su apellido?- indaga.
-No lo recuerdo- se encoje de hombros. Nuevamente intervengo con la respuesta.
-Gracias, señorita Lucía. ¿conoce usted los nombres de los hijos de este importante personaje?
-La boda se llevó apresuradamente, quizás porque Anne, estaba embarazada de tres meses, llevaba en el vientre a Sussana, la primogénita de la pareja, Un hijo, y otra hija, Judith, nacidos mellizos. Hamnet, murió cuando tenía once años, y solamente sus hijas llegaron a ser adultas.
-Excelente, señorita Lucía. ¿Alguien sabe de qué murió el dramaturgo?
-Algunos argumentan que fue de cáncer- dice Gabbe.
-Así es- afirma el profesor- algo muy interesante es el epitafio que él mismo escribió para su lápida. Señorita Bárbara, ya que sabe usted tanto de semejante personaje, ¿podría decirnos qué decía el epitafio?
-Algo sobre no mover sus huesos- dice haciendo un gesto con la mano, restándole importancia, yo ruedo los ojos porque no soporto sus aires de diva.
-"Buen amigo, por Jesús, abstente de cavar el polvo aquí encerrado. Bendito sea el hombre que respete estas piedras, y maldito el que remueva mis huesos". Eso es lo que decía, profesor. Muchos aseguran que sus obras inéditas están en la sepultura, pero nadie se ha atrevido a verificarlo, quizás sea por miedo a la maldición, una maldición que no queda clara, fue algo muy parco como para imaginar el castigo que se llevaría una persona tan osada como para abrir su tumba.
-Muy bien, Carter- me alaba, y es que conozco mucho de Shakespeare, la verdad me encanta leer sus sonetos, Romeo y Julieta, Hamlet, así como muchas de sus obras, me parece un hombre con una escritura magnífica - es evidente que no todos saben lo que aseguran saber- dice mirando a Bárbara, quien repentinamente se ha puesto muy roja, no sé si de vergüenza o enojo- así que para conocer un poco más de Shakespeare, se agruparan en parejas, no quiero peticiones de grupos, se hará en parejas. Evidentemente trataremos obras de Shakespeare, las cuales serán- se dedica a dar una larga lista de obras del dramaturgo- suficiente para todos. Así que para la semana próxima deben traer el trabajo, que evidentemente constará de una defensa. Señorita Bárbara, quizás quiera trabajar con Lucía, eso le ayudaría mucho. . . a usted, claro está- ella se pone más roja aún y mira al profesor con desprecio mal disimulado.
-Gracias, pero no me hace falta.
El resto de las clases pasan con normalidad, bueno si a normalidad puede llamarse el que Bárbara y Miriam, estén haciendo comentarios estúpidos sobre mi y me miren con odio.
¡No sé qué rayos les pasa a esas chicas!
Luego de culminar las actividades del día Gabbe, Becca y yo, salimos al cafetín por algo de beber, antes de que mi padre llegue por nosotros.
Compramos gaseosas y conversamos un poco. Mi teléfono vibra con un mensaje.
"Ya llegué princesa, les espero en la entrada"
-Neithan llegó- anunció y los chicos me miran.
-Bien- dice Gabbe, poniéndose en pie- vamos con él, ansío conocerlo.
-Yo también iré- dice Becca elevando las cejas- no me privaré de ese banquete visual.
-Compórtate, no seas descarada- le digo- mi padre podría ser el tuyo.
-Pero no lo es cariño, no lo es- dice en tono cantarín y vamos hacia la salida.
Mi padre nos espera recargado en su auto, al verme me regala una sonrisa, luego se endereza quedando muy recto.-¡Pa!- digo feliz y corro hasta guindarme de su cuello. Él me besa feliz y me estrecha con fuerza.-Que bueno verte, muñeca.-Igualmente, Pa- le beso en la mejilla y él besa la punta de mi nariz.-Hola, Becca- le dice y Becca suspira, la muy descarada parece que va a desmayarse. Está loca si cree que mi padre se meterá con ella, antes le quito en pellejo de la cara.-Está más guapo que nunca, señor Neithan- le dice y mi padre ríe.-Muchachita descarada- le dice.-Sincera- responde ella guiñándole un ojo.-Y tú debes ser el. . . el novio de Lucía- le dice frunciendo el ceño.-Así es, señor- avanza hasta él y le estira la mano- soy Gabriel.-Tienes muchos tatuajes- le dice tomando su mano y estrechándola.-Si señor, son muy significativos para mi. No crea que por eso soy un mal muchacho, lo cierto
A la hora de la salida, Becca salió disparada a buscar un taxi que la llevara a casa, asegurando que si pasaba un minuto más se quedaría dormida con los ojos abiertos. Lucía y Gabbe, fueron a la parada.-¿Segura que no quieres que te acompañe?-Segura, Gabbe. Esperemos aquí el transporte y así cada uno podrá irse a casa, vives al otro extremo de la ciudad, te desviarías totalmente.-A mi no me importa en absoluto.-No, Gabbe- le rodeó el cuello- tranquilo, tienes mucha tarea para mañana- le besó los labios.-Podríamos hacerla juntos- le devolvió el beso.-Eres insoportable- le dijo riendo.-Quiero estar pegado a ti como una sanguijuela- le dijo y después le besó la punta de la nariz.-Allí viene tu transporte- dijo señalando la dirección contraria.-Puedo esperar el otro- dijo estrec
Neithan. . .Junto con la pequeña comisión que he preparado, me dirijo al lugar que indica el GPS del celular de Lucía, no se ha movido desde que logré contactarlo.No estoy seguro si sea una buena o mala señal, pero considerando que no responde las llamadas, me inclino más por la segunda opción. Es mi hija y quiero mantenerme en calma, aunque la angustia amenace con acabar conmigo. Sólo espero que ésto sea un pequeño susto y que mi nena solo esté enfadada con su madre y haya decidido salir a caminar.Sé que solo intento engañarme o mantener viva una pequeña esperanza, ya que de haber peleado con su madre no se iría a caminar, sino que de inmediato me buscaría o a Becca, ahora también hubiese buscado a Gabriel, el hecho de que no haya contactado con nadie, es sumamente preocupante.-Todo estará bien, comandante- me dice Ramírez, intentando darme ánimos.-Espero que así sea- le digo seriamente, sin mirarla, con la vista concentrada en el camino y e
-¡Qué bonita mercancía!- dice nada más verme y me siento aterrada, no sólo por su tono, sino por esas horribles palabras. ¿ mercancía?, ¿me ha llamado mercancía?- ¡que ojazos más hermosos tiene. Sin duda alguna será bien pagada!-¿Pagada?- pregunto sin poder contenerlo.-Exactamente- sonríe- digamos que me dejarás buenos dividendos.-Yo. . . yo no sé quién es usted, ni qué pretende- digo con voz temblorosa- solo le pido que me deje ir a mi casa.-Eso es imposible, linda- se acerca a la cama y se sienta en el borde- si te pierdo a ti, pierdo mucho dinero.-¿Qué me hará?-Venderte- dice como si nada y mis ojos se abren de par en par.-No soy una pieza o un animal. No puede venderme- gimo desesperada.-En esta vida todo tiene precio y siempre hay alguien que pague por todo. Hasta por tener una hermosa niña como tú- me dice- dime algo. . . ¿cuántos amantes has tenido?-¿Amantes?- le miro ceñuda- ¡yo no tengo amantes!- le escupo y su
Lucía, vuelve a la cama, llena de angustia y terror, solo deseando volver a casa. Es horrible que quieran arrancarle todo, que pretendan despojarla de su personalidad, que no quieran dejarla usar ni su nombre.1258, No, ese no era su nombre, el nombre que sus padres le habían dado en honor a su difunta abuela paterna.Lucía, así era como era llamada, Lucía Carter, no 1258.Debía pensar en qué hacer para volver a casa, era la hija de un policía, una chica fuerte, ruda y luchadora. No podía rendirse, no podía dejarse vencer.No se imaginaba siendo vendida a hombres, que abusaran de ella, ser sometidas a terribles humillaciones. No, las lágrimas corrieron como torrentes por sus mejillas, no quería eso, necesitaba recuperar su vida, necesitaba volver a casa, no podía soportar la angustia de estar lejos de los suyos y tener que sufrir todo aquello. Ni siquiera se imaginaba qué locuras podrían estar ocurriéndoseles a esos dementes. Debía
Peligro caminó enfadado por los pasillos. Odiaba iniciar a las chicas, odiaba sentirse así, vulnerable y movido sentimentalmente por las emociones de ellas. Pero 1258, lo hacía sentir confundido, se parecía un poco a su hermana, la pequeña Valeria, su inocente hermana. Pensó con pesar mientras caminaba con paso firme hacia la oficina del Pantera.Llamó a la puerta y esperó escuchar las palabras concediéndole el permiso para entrar.-Peligro. . . - dijo Pantera, nada más verle- me extraña que vengas a mi oficina.-No es mi lugar favorito en el mundo- dijo seriamente.-Eso ya lo sé- dijo riendo- vamos, siéntate.Él obedeció en silencio y tomó asiento frente a aquel duro hombre que dirigía la organización con mano de hierro. No le importaba a quién debía comprar, sobornar o asesinar para conseguir lo que quería, si tenía un objetivo lo llevaba a cabo sin dudar.-La chica nueva, 1258, ya fue examinada, como sabrás.-Si- dijo sonriendo- estoy con
Mientras caminaba por los iluminados pasillo, decidió que iría a ver a 1258 antes de retirarse a su habitación, solo para verificar que estuviese bien y que el bruto de Barbas, no la hubiese lastimado.Al llegar a la habitación al final del pasillo, suspiró. Introdujo el código en la puerta y esta se abrió, dándole paso a la estrecha y lúgubre habitación.La encontró recostada del espaldar de la cama, con las piernas elevadas, sosteniendo sobre sus rodillas una taza, y luchando a mordiscos con un viejo trozo de pan.-Al parecer eso está incomible- ella lo miró con desconcierto. Peligro, pudo notar aquel rosetón en su mejilla, y sintió enojo hacia Barbas, por ser tan bruto. Odiaba llegar al extremo de golpearlas, ya bastante miserable era su vida al ser prostituidas, cómo para añadir golpes.-Ese hombre ha dicho que es mi comida y . . . tengo demasiada hambre- se quejó.-Haces bien en comer, suelen ser comidas mejores con el pasar de los días, diga
Lucía, comenzó a sollozar, todo estaba perdido, si él hiciera aquello por dinero, sería fácil convencerlo para que la liberara, con la firme promesa de que Neithan y su madre le darían mucho, mucho dinero, pero si lo que estaba en juego era la vida de algún ser querido, entonces no había nada que hacer.Él no cedería ante nada, no arriesgaría la vida de un ser amado, por unos ceros en su cuenta bancaria.Después de llorar por un tiempo que no supo determinar, se dedicó a ir al cuarto de baño, se lavó los dientes y se dio un rápido baño, no disponía de un cambio de ropa, así que se puso el mismo odiado vestido, mientras dejaba que su cabello se secara solo.Bebió el vaso con agua, que servía de "desayuno" para volver luego a la cama. ¿Cómo podría salir de allí?, ¿cómo podría volver a casa?, ¿cómo? No tenía idea de donde estaba, no se imaginaba cómo podría salir de aquella situación, lo único que sabía era que no podía darse por vencida, no podía, d