Al abogado le dolía demasiado el abdomen pero aún así se levantó. No iba a dejar marchar a la jóven, y ella estaba a punto de salir corriendo. — No, no te atrevas a marcharte de mi lado, si lo haces te vas a llevar contigo mi felicidad, porque eso eres para mí Fiorela. Eres mi felicidad, mi dicha y mi futuro. — Adriano... — Aunque no le podía ver el rostro, Adriano la podía escuchar sollozar. — No pienses cosas sin sentido. Yo realmente te quiero a mi lado, quiero tus besos, tus caricias, tu compañía, que me sonrías cada día al despertar. Si te marchas nada habrá valido la pena, ni siquiera el habernos conocido ese día por casualidad en el aeropuerto. — ¡No debiste levantarte, déjame ayudarte a ir de nuevo a la cama! — Fío, de volteó para ayudarle. — !No pienso moverme hasta que me digas que te quedarás aquí conmigo, dímelo Fiorela, ¿Dime qué quieres quedarte a mi lado? que quieres que sea tu esposo, y tener muchos bebés conmigo. — Yo.... Por supuesto que quiero. Me hac
El abogado se negaba a dar su brazo a torcer. Se haría el difícil un poco, después no quería que lo terminarán dejando por facilote. — Digamos que... Me complace y aviva mi pasión rescatar una damisela en apuros. La respuesta ambigua del hombre dejó un poco confundida a Fiorela. Pero ella decidió seguirle el juego. — Entiendo, te confieso que a mí me vuelven loca los héroes, sobre todo los que son valientes y arriesgan su vida por una mujer en peligro. !Esos, esos son mis favoritos! El entusiasmo de la jovén confundió a Adriano, ¿Es que ella estaba hablando en serio? Esa noche era su Fiorela, ¿Cierto? Su futura esposa no se podía dejar llevar por algo tan superficial y vano. En el transcurso de la tarde la pareja se puso a ver una película que estaba de moda. Pero el abogado no dejaba de mirar a la chica de vez en vez. Solo que ella parecía estar concentrada en la televisión. El abogado no se había dado cuenta de que Fiorela también buscaba algo en su expresión mientras
El mafioso Ferreti había sido testigo de la declaración de su frío primo. Ahora quería teletransportarse a cualquier lugar lejos de ahí. La confesión de amor de Adriano había quedado en el aire, por unos segundos todo quedó en silencio, El abogado en su cama, el primo mafioso de pié cerca, y la bella Fiorela en el sofá sin dejar de mirar al abogado. — Voy a ser muy honesto Fiorela, siento todo esto por ti, no he mentido en nada, pero.. es importante para mí que mi futura esposa tenga buen juicio, ella no debe ser la mujer más inteligente del mundo, pero por lo menos que sea juiciosa y actúe con madurez. El punto es... que si cualquier hombre va a gustarte no me interesa que estés conmigo. A Adriano le dolía decir esas palabras, pero era mejor decirlas ahora y detener lo que se tenga que detener. — Adriano, ¿No te parece que estás siendo muy drástico? A todas las mujeres les gustan los héroes de las novelas románticas. ¿Qué tiene eso de malo? — ¿Y lo preguntas tú mafioso po
La habitación estaba en una atmósfera de pasión y deseo, la sincronización de los dos cuerpos era perfecta. Ellos habían nacido el uno para el otro. Isabella explotó en un delicioso orgasmo que la hizo gritar el nombre del CEO ruso. Ella estaba extasiada, había quedado satisfecha y su deseo calmado. Sergey se corrió en el cálido interior de su mujer, dejó en ella hasta la última gota de su esencia. Era verdad que al final se había dejado llevar por la pasión y había hecho más esfuerzo de lo debido, pero no se arrepentía, la había gozado con cada sentido que tenía. Cuando todo pasó, Isabella pudo ver que había sangre en una de las heridas del ruso, no era demasiada pero esa parte ya estaba bien y no debería de estar sangrando — ¡Por dios Sergey, mirate estas sangrando, sabía que no debíamos hacer el amor, me apresuraré a llamar al doctor! — No es nada grave. No tienes de que preocuparte, además valió la pena, el precio es justo, lo que es más, me parece poco. Isabella se
Los trillizos Ivanov entraron a la habitación de su padre a preguntar cómo se encontraba, lo hacían desde que había salido del hospital. Ellos estaban muy pendientes de su salud. — ¿Cómo te encuentras hoy, papá? — Estoy bien, un poco dolorido pero fuera de eso no tengo problema. — Ahh... Por cierto, se corre el rumor en la mansión de que uno de nosotros te cayó encima mientras saltaba en la cama, y que por esa razón se te abrieron algunos puntos, ¿Es verdad? — Que rumores tan extraños, no tengo idea de dónde sacaron eso. No hagas caso de chismes Alexander, papá está bien. — Está bien. No sé de dónde sacaron esa información falsa. Los niños tomaron asiento en el sofá para charlar unos momentos con su padre. Ellos parecían tener mucho para decir. (...) Un equipo de estilistas llegó a la villa de los Montana, Iban a preparar a la señora de la mansión. La tarde noche cayó y el CEO Dorian Montana llegaba de su compañía con maletín en mano. El elegante hombre ya esta
— Vamos, acompáñame a saludar a unos invitados, dejemos que los hombres conversen. — Pidió la tía a Alina. — No me tardaré, abuelo, Dorian, cuida de él mientras vuelvo. — Alina dejó a su querido abuelo al cuidado de su esposo. Dorian con un movimiento discreto alertó a sus guardaespaldas que estaban camuflados entre los invitados para que cuidarán de su mujer. — Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que visitaste la mansión Altamirano, Alina, ¿Has venido a preguntarle a tu abuelo que te va a dejar de herencia? — ¡Por supuesto que no, yo no soy como ustedes que están a su alrededor como buitres hambrientos! He venido a su fiesta porque lo quiero sinceramente a diferencia de ustedes. — ¿Cómo puedes decir que no queremos al abuelo? Si nos pasamos la vida cuidando de él. Eres una malagradecida, incluso no descansaste hasta arruinar el compromiso de tu prima con el joven amo Fernández, espero que hayas quedado satisfecha por arruinarle la vida a Sofía. La mujer fingía
Parecía que todo estaba en contra del CEO Montana, que lo que había hecho era imperdonable. Pero las cosas no iban a parar ahí. — Adam Altamirano habría buscado al mejor postor para vender a su sobrina, por supuesto que no haría tal cosa con su mimada hija, ¿Cierto? No iba a permitir que la mujer que amaba cayera en manos de algún degenerado. Me ví obligado a aceptar esa transacción, más sin embargo fue por su propio bien. — ¡Eso no te justifica, un hombre de honor no hace tales cosas! ¡Pudiste ayudarla de otras maneras, no tenías que obligarla a ser tu mujer! — Yo no la obligue a que fuera mi mujer, ella misma se entregó a mi, fue su libre decisión. Ahora ella me ama y eso te corroe las entrañas por qué fuiste un estúpido que se dejó engañar por una chica caprichosa que se obsesionó contigo. Dorian ponía en su lugar al enloquecido hombre que no podía dejar ir a su amor. A Rodrigo le podía muchísimo que le recordaran ese gran error. — Ahora resulta que Alina es casi
El CEO parecía estar en un trance de celos, Alina se convirtió en su mayor obsesión apenas la conoció. No descansó nunca mientras la cuidaba a la distancia, ella era su pequeño conejito de cola esponjada tierno y adorable que amaba. Los nudillos del CEO estaban blancos por lo mucho que apretaba el volante. Estaba celoso, estaba rabioso, quería destrozar al menos la mitad del mundo. — ¿Dorian, no te he demostrado lo suficiente cuánto te amo, lo que eres para mí? Es verdad que al principio, cuándo te conocí, te odiaba por obligarme a permanecer a tu lado, era ingenua y creía que lo que sentía por Rodrigo era amor verdadero, pero cuando comencé a amarte supe que lo que siento por ti es más grande que el mundo, más intenso y más infinito que el universo. — Tú... lo quisiste sufriste por el cuando te engañó con tu prima, habrías deseado que te mirara, que te prefiriera, eso me enfurece, no soporto la idea de que sientas algo por otro hombre. — Eso es pasado, tú también tienes uno