— Vamos, acompáñame a saludar a unos invitados, dejemos que los hombres conversen. — Pidió la tía a Alina. — No me tardaré, abuelo, Dorian, cuida de él mientras vuelvo. — Alina dejó a su querido abuelo al cuidado de su esposo. Dorian con un movimiento discreto alertó a sus guardaespaldas que estaban camuflados entre los invitados para que cuidarán de su mujer. — Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que visitaste la mansión Altamirano, Alina, ¿Has venido a preguntarle a tu abuelo que te va a dejar de herencia? — ¡Por supuesto que no, yo no soy como ustedes que están a su alrededor como buitres hambrientos! He venido a su fiesta porque lo quiero sinceramente a diferencia de ustedes. — ¿Cómo puedes decir que no queremos al abuelo? Si nos pasamos la vida cuidando de él. Eres una malagradecida, incluso no descansaste hasta arruinar el compromiso de tu prima con el joven amo Fernández, espero que hayas quedado satisfecha por arruinarle la vida a Sofía. La mujer fingía
Parecía que todo estaba en contra del CEO Montana, que lo que había hecho era imperdonable. Pero las cosas no iban a parar ahí. — Adam Altamirano habría buscado al mejor postor para vender a su sobrina, por supuesto que no haría tal cosa con su mimada hija, ¿Cierto? No iba a permitir que la mujer que amaba cayera en manos de algún degenerado. Me ví obligado a aceptar esa transacción, más sin embargo fue por su propio bien. — ¡Eso no te justifica, un hombre de honor no hace tales cosas! ¡Pudiste ayudarla de otras maneras, no tenías que obligarla a ser tu mujer! — Yo no la obligue a que fuera mi mujer, ella misma se entregó a mi, fue su libre decisión. Ahora ella me ama y eso te corroe las entrañas por qué fuiste un estúpido que se dejó engañar por una chica caprichosa que se obsesionó contigo. Dorian ponía en su lugar al enloquecido hombre que no podía dejar ir a su amor. A Rodrigo le podía muchísimo que le recordaran ese gran error. — Ahora resulta que Alina es casi
El CEO parecía estar en un trance de celos, Alina se convirtió en su mayor obsesión apenas la conoció. No descansó nunca mientras la cuidaba a la distancia, ella era su pequeño conejito de cola esponjada tierno y adorable que amaba. Los nudillos del CEO estaban blancos por lo mucho que apretaba el volante. Estaba celoso, estaba rabioso, quería destrozar al menos la mitad del mundo. — ¿Dorian, no te he demostrado lo suficiente cuánto te amo, lo que eres para mí? Es verdad que al principio, cuándo te conocí, te odiaba por obligarme a permanecer a tu lado, era ingenua y creía que lo que sentía por Rodrigo era amor verdadero, pero cuando comencé a amarte supe que lo que siento por ti es más grande que el mundo, más intenso y más infinito que el universo. — Tú... lo quisiste sufriste por el cuando te engañó con tu prima, habrías deseado que te mirara, que te prefiriera, eso me enfurece, no soporto la idea de que sientas algo por otro hombre. — Eso es pasado, tú también tienes uno
El CEO Montana le hacía el amor a su esposa de forma posesiva, necesitaba reafirmar que era a él a quien amaba. — Dorian... Ahhh... No te detengas, bésame... — Pedía Alina a su esposo, ella también lo necesitaba, había tenido una noche difícil y lo único que deseaba era estar en los brazos de su esposo. Los jadeos y los gemidos de la pareja inundaron el armario, se besaban con anhelo. Alina se entregaba sin reservas a su amado y Dorian la amaba con todo lo que era. Ambos llegaron al orgasmo al mismo tiempo, Alina se aferró a la espalda de su marido, dejando marcas con sus uñas en ella. Dorian no dejaba de besarla, eso intensificaba su orgasmo, el hombre disfrutaba de su mujer al máximo. Cuando la pasión pasó, Alina recibía el toque de su esposo sobre su espalda, él pasaba sus dedos por ella, lo que la arrullaba para dormir. Al final el sueño terminó venciéndolo y se quedó profundamente dormido. Al día siguiente el CEO salió a su compañía algo temprano, Alina todavía no
Esa mediodía el CEO Montana hizo dos paradas antes de llegar a su lujosa y enorme mansión. Primero llegó a una exclusiva florería y pidió un ramo de rosas rojas a su esposa. Cuando le dieron la tarjeta para que escribiera una dedicatoria, el hombre sacó su pluma de miles de dólares para escribir: Eres la casualidad más hermosa que la vida puso frente a mi. Te amo mi querida esposa, solo a ti. Tuyo por siempre Dorian Montana..... El CEO regresó la nota al ramo y salió con el, estaba complacido de la elección de sus palabras. Subió a su coche a la parte trasera, el chófer echó a andar el auto hacia una dirección que le indicó su jefe. Dorian bajó a una joyería de alta gama que solamente se podían permitir hombres millonarios. había reservado para su esposa unos pendientes, un collar y un anillo de color violeta. Eso haciendo homenaje al color de sus ojos. Apenas el hombre volvió a casa, tres pequeñas figuras le salieron al paso. — ¡Papá, ya estás aquí! — Angela corrió
Los Montana se encontraban en el comedor. Sus hijos como siempre hacían preguntas entre bocado y bocado. — Papá, ¿Por qué estás tan romántico hoy? Seguro que no quieres que algún advenedizo te robe a mamá, ¿Cierto? — El pequeño Donovan decía lo que pensaba. — Nunca permitiría que separaran a tu madre de mi lado, ella es mi esposa y lo será por siempre. — Mamá, no te dejes robar por ningún advenedizo, mira a papá, él es el hombre más apuesto y maravilloso del mundo. — Angela defendía a su padre, no era un secreto para nadie cuánto lo adoraba. — Por supuesto que no haría tal cosa nena, tu padre es el amor de mi vida. Él lo sabe, ¿Cierto cariño? — Por supuesto, no tienes de que preocuparte princesa, mamá y yo nos amamos muchísimo, nada ni nadie podrá separarnos nunca. Los niños estaban silenciosamente felices de escuchar que sus padres se amaban, eso les daba tranquilidad y estabilidad emocional. — Papá, hace mucho que no vamos a jugar con los trillizos Rossi. Queremo
La.vo seca y áspera del CEO se escuchó, Pero había dado su consentimiento para entrar, así que los trillizos Ivanov apenas escucharon decir adelante, sonrieron e hicieron entrar casi a empujones a sus amigos. Para Sergey que se encontraba trabajando en su computadora personal, ver no solamente a sus tres hijos ingresar a la habitación si no que a otros tres más, le sorprendió bastante. — Hola papá, mira, ellos son nuestros amigos, son los trillizos Montana, hijos del tio Dorian Montana y la tía Alina Altamirano. Han venido a jugar con nosotros, y como no te conocen los invitamos a tu cuarto para que te saluden — Los niños observaban al hombre que yacía vendado de un hombro y del abdomen sentado y recargado en dos almohadas. — Ya veo. Soy Sergey Ivanov, el padre de Alexander, Aleksey y Alexandro. mucho gusto niños Montana. — El ruso asumía que los pequeños eran hijos del senador Dorian, el mismo que le ayudó a su cuñado Ismael a qué no pudiera encontrar a Isabella así la bus
La preparación de los niños que eran herederos era muy diferente a la de un niño común, ellos tendrían sobre sus hombros la responsabilidad de manejar y hacer crecer el negocio que sus antepasados les dejaron. La enorme fortuna que tendrían en sus manos si no tenían un nivel de inteligencia, consciencia y honor, podría hacerles perder el piso. Se había sabido de herederos que se dedicaron a viajar por el mundo, a organizar fiestas excesivamente costosas para presumir su posición, pero al final de cuántas perdieron empresas, propiedades, coches, joyas y sobre todo el respeto que alguna vez tuvo su apellido, todo por no tener la capacidad de controlar su ambición y pereza. Por tenerlo todo sin haber trabajado para merecerlo. — Yo seré como papá cuando crezca, por eso voy a comenzar una preparación más intensa, quiero poder estar a su nivel cuando sea uno de los CEOS de la compañía Montana. — Darrien, el trillizo que más se le parecía en carácter a Dorian, a pesar de ser pequeño