Mi vida se movía alrededor de dos cosas, estudiar y estudiar más. Todos los días, libros, notas, la computadora, y después… libros y más notas.
No podía salir de la mansión, el padre de la joven Edén había prohibido que saliera a ningún lado hasta que fuera seguro.
Al parecer, Edén regresó de una fiesta hace algunos días, todo parecía bien, pero su estado se volvió crítico en la noche. El médico diagnosticó envenenamiento.
Alguien estaba tratando de deshacerse de la joven de bellos ojos azules y cabello negro. Y lo logró.
Sin embargo, la mujer que ahora estaba ocupando este cuerpo era alguien que ya vivió toda una vida y la desperdició en un amor inútil. Ahora tal vez pueda enmendar mi camino. No más amor, no más desperdiciar mi vida en ilusiones que no me dejarían nada.
“¿Señorita?”
“Oh, Lina,” volteé a ver a Lina que ya estaba preparando el siguiente libro para mí.
Mi loco y tierno padre, más bien, el padre de la joven, había contratado a tantos tutores en lenguas, historia, matemáticas, contabilidad, etiqueta y todo lo necesario para hacerme una dama refinada y elegante para la sociedad.
Yo estaba cansada, “Ya no más.”
Me tumbé en el escritorio con la mejilla pegada en el libro de cálculo. Ya no podía resolver una ecuación más, ya no podía aprender un teorema más. Eso ya lo había vivido en el pasado y ya no podía hacerlo más.
“Señorita, los exámenes para la universidad vienen pronto, se espera que usted atienda la mejor de todas, por favor, no decepcione a sus padres.”
Las palabras de Lina siempre me golpeaban en el corazón y en la culpa. Esta chica me miraba con ojos llorosos, pero me alentaba todos los días a mejorar. A veces, no entendía de dónde venía tanta lealtad, así que decidí pensar que ella tendría un bono extra y un aumento de salario si yo mostraba mejora, tanto en mis estudios como en cualquier otra cosa.
Era mejor para mí pensar así que en falsas ilusiones de una amistad engañadora. ¿Desde cuándo un subordinado que solo ve por mi felicidad a cambio de dinero puede ser comparado con un amigo? Nunca.
“Está bien,” suspiré y continué con el siguiente libro. Después de todo, no quería decepcionar a los dos señores que ahora cubrían cada aspecto de mi comodidad en esta mansión.
Los días continuaron, yo encerrada en esta hermosa jaula de oro. Atendida todos los días como princesa, sin ninguna otra responsabilidad más que ser feliz en placeres mundanos. Vivan los placeres mundanos.
“Edén,” estaba sentada en la mesa, un vestido hermoso adornaba mi figura y un suave maquillaje mi cara, “¿Cómo te fue en los exámenes?” mi madre preguntó.
Ella junto a mi padre, mi hermano Jason y mi tía Ofelia con su hija Vanesa estaban sentados alrededor de la mesa. Todos me veían con cara de curiosidad.
Los exámenes para la Universidad Imperio habían terminado hace un día. Sin embargo, yo no tenía ganas de andar por la mansión pregonando que habían sido tan fáciles que por poco me quedaba dormida.
“Bien,” no dije nada más, aunque… tal vez debí haber dicho algo.
No es que no sintiera que me había ido mal, pero nunca había tenido sentido para mí hablar con mis padres en la vida pasada. Ellos no se molestaban en preguntar. Nunca se interesaron.
“Edén,” mi madre suspiró y me acarició la mejilla, “no importa, querida, nos tienes a nosotros siempre. Podremos arreglar algo, ¿verdad, cariño?”
No entendía el suspiro de decepción de mi madre. ¿Qué es lo que está imaginando?
“Yo…” quería enmendar la situación pero…
“Prima,” Vanesa y su voz llena de actuada gentileza empezó a decir con una extraña expresión de decepción y lástima, “no importa que no puedas atender este año a la universidad Imperio, no te preocupes, tendrás más tiempo para prepararte y tal vez, yo te pueda dar algunos tips después de entrar.”
“Si, esa es buena idea, después de todo, Vanesa siempre ha tenido los mejores puntajes en la escuela, y existe una posibilidad de que ella diga el discurso inaugural de la escuela.”
Mi tía, Ofelia Torres, era la hermana menor de mi mamá y a pesar de estar casada y tener su propia casa, su presencia en la mansión casi a diario, era algo usual.
Mi madre y padre solían estar fuera viajando por varios días y mi hermano era quien atendía los deberes de Primer Ministro. Yo las ignoraba encerrada en el piso de la mansión destinado solamente a mí. Los guardaespaldas no permitían que nadie entrara, ni siquiera estas dos mujeres. Aunque muchas veces escuché sus gritos y ofensas a mis guardias amenazandolos con despedirlos si no las dejaban pasar. ¡Qué descaro!
No fue hasta que insinué una palabra a mi querido padre de tener dolores de cabeza con la presencia de ellas arruinando mi descanso, que ellas se asustaron y dejaron de molestar a mis empleados.
En realidad, no me importaba su estadía en la casa, pero cada vez que nos reuníamos a comer, Vanesa no dejaba de complacer a mi padre como si ella fuera su hija. Le servía de comer, le contaba de su día a detalle y de sus pequeños logros.
No importa, no era algo que a mí me interesara. Sin embargo, algo me hacía sentir dolor de cabeza con solo escucharlas.
“Edén,” la voz de mi padre me sacó de mis pensamientos, “¿Qué dices de la escuela en el Reino de Roin? Es tan buena como la de nuestro reino, podemos ir para allá el siguiente año.”
Su comentario asustó a todos en la mesa. Incluso a mí.
Dejar el reino significaba dejar su posición de Primer Ministro y concedérselo a mi hermano. Todo ese poder, ¿todo eso lo dejaría por mí?
“Pero…” Vanesa empezó a decir con una extraña palidez en la cara. Ella y su tía dependían de que esta mansión siguiera aquí. Si mis padres y yo nos fuéramos a otro reino, Jason no las dejaría ni siquiera dar un pie en la propiedad. Él simplemente no ocultaba su odio hacia ellas.
“Edén,” Jason continuó, me miró con tanta calidez que me sonroje un poco. Mi hermano mayor era un muchacho muy atractivo y siempre me cuidaba y procuraba como mis padres. Era un sentimiento tan ajeno a mí, ese tipo de afecto nunca lo tuve en mi vida pasada, no sabía cómo responder. “No te preocupes por nada, yo haré lo mejor en la posición de mi padre.”
Él me miró con ternura y con ojos de determinación, pero yo sabía que oculto en su mirada, había un sentimiento de tristeza.
“Edén,” mi mamá me tomó de la mano, “no tienes porqué preocuparte, todo estará bien.”
No puedo más, los ojos de estos tres son tan brillantes y llenos de afecto que opacan a las arpías en frente de mí mandándome señales de odio. A pesar de que quiera decir que sí, que deberíamos irnos, no podía decepcionarlos. Después de todo, trabajé muy duro las semanas pasadas.
“Papá, mamá, Jason,” los miré después de un pequeño suspiro, “no tenemos que hacer esto, al menos esperemos hasta los resultados del examen mañana, tal vez… tal vez se lleven una bonita sorpresa.”
La mañana siguiente resultó ser igual a todas las demás. Un suave despertar en sábanas cómodas que adoraban mi piel. Sabía que esas deliciosas sábanas no me querían dejar ir, y yo tampoco tenía la intención de olvidarlas tan pronto. Sin embargo...“Señorita Edén, es hora de levantarse,” Lina llegó a la habitación, otra vez, a la misma hora.Debería mandarla de vacaciones algunas semanas. Tal vez, de esa manera, yo y mis sábanas pasaríamos más tiempo juntas.“Es un día hermoso, y…” ella me miró con una ceja levantada. “Los resultados de los exámenes aparecen hoy.”&iq
Decidimos celebrar mi fina victoria en un restaurante muy elegante. Nos recibieron con todo el respeto que el Duque de Reid se merece. El mismo gerente se nos acercó con el chef en línea para saludarnos y estrechar la mano de mi padre.“Espero que tenga una excelente estadía, Su Excelencia.”“No seas tan formal Gale,” mi padre siempre había repudiado la sobriedad con lo que lo trataban, incluso sus más allegados conocidos. “Estamos festejando a mi niña.”“¿Señorita Edén?”El Gerente Gale Jin era un antiguo amigo de mis padres, conocido de la universidad. El pobre hombre solía ser acosado cada vez que se hacían las reuniones en la mansió
[Perspectiva del Duque Albert du Eylos]El día era ordinario. Todo era lo mismo, la misma gente saludándome con respeto desde la primera hora del día. El baño preparado, la ropa preparada, y el desayuno esperándome en la siguiente habitación. Incluso el clima parecía no haber cambiado.Mi asistente y mi mayordomo me esperaban fuera de la habitación para comenzar con el día de trabajo.“Su Excelencia,” James, mi mayordomo se acercó para ofrecerme una taza de té y señalar a uno de los sirvientes para ayudarme a vestir. “Es un día magnífico.”Si, siempre era un día perfecto, aunque no lo entendía.Desde a
[Perspectiva de Edén]No lo entendía, ¿cómo llegué aquí? Yo solo quería un poco de agua para mi garganta seca, solo agua. ¿Qué tenía esa botella entonces?No puede ser. No puede ser.Solo recuerdo que lo bese, y después… lo volví a besar. Pero él… él me respondió, me llenó la boca con su lengua y no me dejó escapar. Sentía que me asfixiaba, sentía que el calor me abrumaba y solo cuando me quitó el vestido… no, no, no pude evitarlo, y él… ese hombre no se resistió.No lo puedo creer. Mi primera vez en este mundo fue con un desconocido, en el restaurante del amigo de mi papá, mientras termin&aacut
Mi madre me explicó que el Duque, dichoso y atractivo Duque Albert, se había adelantado a toda situación. Al parecer, sabía que mi padre no dejaría que ese hombre se casara conmigo, no cuando nos encontró en tan comprometedora situación, pero no tuvo opción.El tal Duque hizo la solicitud ante el Rey Erik a primera hora de la mañana y lo logró. Pidió mi mano en matrimonio, y el Rey sin dudarlo lo aceptó. No sé qué artilugios o sobornos presentó ante el Rey, pero solo unas cuantas horas pasaron para que mi destino jugara conmigo de nuevo.¿No debería yo estar de acuerdo con todo esto? Fue un error, solo un error, un pequeño sorbo y todo mi mundo volvió a estancarse en problemas con otro hombre.<
La cena estuvo deliciosa, nunca había sentido tanta dicha al saborear la comida de mis queridos chefs. Los ángeles y a la vez demonios de esta mansión. ¿Cómo no lo iban a ser cuando con sus propias manos creaban semejantes manjares que sólo llamaban a la tentación?Sin embargo, el placer de esta cena no solo estaba en los platillos suculentos que tanto me deleitaban, sino en este hermoso hombre a mi lado. Lo sentía, sus ojos no dejaban de rogarme que le prestaran atención y me pedían que le regresara la mirada y le sonriera por un segundo, pero no podía, más bien, no quería.Era un deleite jugar un poco con su corazón y distraerlo cuando intentaba decirme algo, pero sus palabras solo quedaban en el viento, sin respuesta.
El día siguiente no fue como esperaba, el Duque se fue a su mansión temprano. Dijo que necesitaba arreglar algunos asuntos primero antes de salir conmigo, pero prometió regresar antes de que acabara el día.Sin embargo, yo sabía que había algo que me estaba escondiendo, su mirada no era normal, aunque ¿desde cuándo sé cuál es su mirada normal?No era difícil saber qué lo preocupaba, los ojos de mi padre y los de mi hermano daban la impresión de que sabían lo que había pasado la noche anterior, y estaban a punto de explotar, incluso mi mamá no dejaba de mirarme y asentir con una pequeña sonrisa. Sus comentarios sobre nietos, nietas e incluso los años felices de novios de mi papá con ella salieron en la conversació
Los siguientes días, no me despegaba del teléfono. Se acumulaban los mensajes en mi bandeja, se acumulaban las sonrisas en mi cara y los suspiros en mi boca. Ese hombre coqueteaba conmigo cada segundo, y sus pequeños guiños y expresiones no me dejaban de animar el fuego en mi interior. Solo esperaba para verlo.“Prima, hoy habrá una fiesta en el hotel Joya,” Vanesa se acercó con su pequeña y disimulada sonrisa.Sabía lo que diría, sabía lo que tramaba, ¿cómo no iba a ser evidente? Pero… tal vez, por hoy caiga en su trampa. Solo hoy.“Es para festejar el inicio del año, ¿verdad?”Yo había recibido la invitación, l