Malcom 20 de mayo de 2021 Despertar cada día y ver a la niña buena enfrente de mi es un placer que no cambiaría por nada del mundo. Poder tocarla, sentirla y amarla a cada segundo se ha convertido en mi misión en la vida. Nunca pensé, ni por un segundo, que esa pequeña chica de ojos grandes y mirada intrigante fuera a meterse tan hondo en mi piel y en mi corazón. Hoy ella está cumpliendo veintitrés años y pienso hacer que sea memorable, no solo porque lo merezca, sino porque además estos últimos meses no han sido nada fáciles para ella, ha tenido que enfrentar muchas situaciones de m****a y tomar decisiones que sé, le han dolido más de lo que quiere demostrar, por eso en su día quiero encargarme de recordarle lo amada y especial que es. Hace ya más de tres meses que estamos viviendo juntos y no voy a mentir, las cosas a veces se ponen difíciles, pero la mayoría del tiempo es increíble. Justo como ahora, mientras me encuentro viendo desde el umbral de la puerta de la habitación
JulsOh por Dios, no sé cómo no me imaginé que él podría terminar haciendo algo como esto, con lo mucho que le gusta darme sorpresas. Siento la emoción bullir en mi interior mientras me dejo guiar por su mano que lleva la mía, hasta que finalmente nos detenemos frente a unas grandes puertas de madera color caoba. Malcom me da una mirada divertida y me sonríe haciendo que yo, inevitablemente, también lo haga, porque su sonrisa es contagiosa.—¿Estás lista?—Nunca se que esperar de tus sorpresas, pero siempre estaré lista para recibirlas— le digo haciendolo reír y entonces el saca de su saco un paño de seda negro y se acerca más a mi consiguiendo que mi corazó se acelere.—Voy a tapar tus ojos con esto ¿Te parece bien?Trago saliva con fuerza al escucharlo porque a pesar de las terapias a las que he empezado a ir y que me han ayudado un montón, a veces aún me cuesta soportar la oscuridad total, sin embargo al ver los ojos de Malcom cualquier miedo pasa a segundo plano porque sé que él
Juls 23 de marzo de 2020Llevo más de media hora esperando en el aeropuerto a que Margi, mi mejor amiga, aparezca por esas puertas para contarme todo sobre su escapada con lo que ella llama “el sexy hombre de canela” debo admitir que llevo los últimos 6 años viviendo a través de su vida, ella hace todo lo que para mi está prohibido. Algunas veces quisiera simplemente mandar todo al diablo y simplemente arriesgarme.Es entonces cuando veo a la loca de mi amiga dandome una enorme sonrisa y yo, sin poder evitarlo grito con emoción atrayendo su atención y la de medio aeropuerto mientras agito mi mano con entusiasmo, justo cuando la veo empezar a caminar hacia mi. Veo como el moreno a su lado sonríe y noto que al lado de este hay otro hombre, uno que parece un poco mayor, pero no alcanzo a detallarlo bien, porque corro hacia Margi que ya está muy cerca y cuando la distancia es mínima me lanzo sobre ella.——Oh Margy, ¡No sabes cuanto te he extrañado!— le digo y ella se ríe y me aprieta
19 de diciembre de 2020JulsQuiero empezar diciendo que hay una explicación lógica de por qué me encuentro encogida y escondida detrás de una columna, en el evento de lanzamiento del libro de Margot, como si un asesino en serie estuviera viniendo por mi. Todo se reduce a dos palabras, quince simples letras y todo un infierno lleno de tentación: Malcom Fairchild. Un imbécil, arrogante, millonario y despampanante hombre que se divierte haciendo mi vida imposible, diciéndome “niña buena” cada dos segundos y a quien hace meses le aseguré, en un ataque de rabia, que yo podía ser toda una chica mala, lo cual es totalmente falso.Para resumir la tragedia, lo grité en público y terminé por decirle que él se dejaba llevar por las apariencias y juzgaba a las personas con base a eso, que si yo lo quería podía ser toda una chica mala, pero que él no era digno de presenciarlo, él por supuesto me dijo que esperaría con ansias ver mi lado malo. Lo que se resume a que ahora que ha vuelto estoy en p
Juls Mi huida no resultó tan fructífera como esperaba y culpo totalmente a Sam de ello, pues cuando intenté salir de detrás de la mesa ella simplemente se puso enfrente de mí, mientras me miraba con sus ojos grandes y pestañosos muy, pero muy abiertos. —Oh Dios, ¡¡te está mirando, Juls!! Ese delicioso hombre te está mirando. —Sobra decir que Samantha gritó como si no hubiera mañana, por lo que no tengo duda de que el arrogante de Malcom la escuchó. Y como soy una masoquista de primera giro mi rostro para comprobar que mis pensamientos son ciertos y así es. Ya está a solo un par de pasos de distancia de mi y la sonrisa se ha ensanchado en sus labios, pasando de la arrogancia a la diversión pura. Cuando volvemos a coincidir las miradas mis ganas de huir solamente incrementan. Sinceramente no puedo culpar a Samantha, Malcom Fairchild es ese tipo de hombres que con solo un vistazo logra captar tu atención y eso es mucho, muchísimo para que incluso yo lo diga. Él es un tío bueno y lo
MalcomDoy un sorbo a mi copa mientras que mis ojos empiezan a moverse por todo el lugar solo para terminar nuevamente en la pequeña figura que está metida en ese seductor vestido negro. Joder, ella no está mostrando demasiada piel, no lleva un vestido revelador o seductor, es un vestido negro sencillo que tiene un cruce sobre sus claviculas y termina anclado a su cuello. Ajustado a su figura y que termina al ras de la rodilla, pero aún así consigue que mis ojos no se despeguen de ella y mi mente se recree inventando escenarios para nada aptos en menores de edad.No voy a negar que me molesta no poder dejar de seguirla con la mirada como un idiota, tal como estoy haciendo en este momento.La primera vez que vi a la niña buena yo no estaba en mi mejor momento. La basura la traía hasta el cuello. Había pasado una de las peores noches de mi vida, porque estuve hasta arriba en pastillas y demás porquerías y aparte me había atrevido a enfrentarme a mi hermano con el que llevaba más de un a
Malcom No pensé que ella fuera a aceptar. De hecho no pensé en absoluto cuando le propuse hacer esto, pero joder, cuando la vi ahí afuera pareciendo tan tragicamente hermosa mientras parecía querer fundirse con las estrellas, yo simplemente no pude evitarlo. No quise hacerlo. Así que me acerqué y ella me dejó sorprendido con su respuesta, con su honestidad cruda y el dolor que pude percibir en ella. Y aquí estamos, tomando prestado el auto de Jayden, mientras que nos vamos del evento organizado por su mejor amiga. Me encargo de sacar rápidamente el auto de la entrada para evitar que ella pueda echarse para atrás. La miro de reojo y veo como observa el auto con esos ojos grandes de muñeca muy abiertos al tiempo que muerde su labio inferior con nerviosismo. Esa simple acción consigue despertar cosas en mí, pero me obligo a alejar ese tipo de pensamientos de mi mente. —¿A dónde vamos?—la voz baja y curiosa de Juls me hace verla. Está viendo con el ceño fruncido el camino. —Dijiste que
Juls Estoy en una discoteca. Estoy en una discoteca con Malcom. Santo Dios, no se que parte de esta frase es más irreal, si el hecho de que yo me encuentre en un sitio como este, o que Malcom sea mi acompañante. Desde que tengo uso de razón mis padres, mis abuelos y el pastor de mi congregación se han encargado de decirme que estos lugares son los encargados de hacer que mi alma vaya al infierno. Durante toda mi adolescencia me prohibieron, no sólo visitarlos, si no también juntarme con personas que lo hicieran, pues si lo hacían es que ya estaban contaminados. Debo admitir que fui una fiel creyente de todo esto por mucho tiempo, pero al entrar a la universidad, aún en contra de los deseos de mis padres, pues para ellos el que yo quisiera estudiar era una pérdida de tiempo y dinero. Ellos no lo hicieron. De hecho nadie, además de mi, en mi familia lo ha hecho. Somos muy humildes y por eso ellos nunca vieron el estudio como una prioridad, pero yo sí. Yo quería otro tipo de vida. Quer