Juls

Margot me deja de regreso en el apartamento unas tres horas después, estoy cansada a morir y solo quiero llegar a tirarme a los brazos de mi novio.

Pero se que tenemos una conversación pendiente y no quiero aplazar más. Cuando entro lo primero que veo es la silueta de Malcom sentado en el sofá llevando sus lentes de pasta negra que lo hacen ver condenadamente sexy mientras revisa un montón de planos que no entiendo.

Él gira su rostro hacia mi al sentirme llegar y yo le regalo una enorme sonrisa mientras camino hacia él.

—Hola, niña buena ¿Qué tal estuvo la búsqueda?

Yo termino de cerrar el espacio que no separa y me dejo caer a su lado del sofá, con cuidado de no dañar sus papeles, y antes de contestar estampo mis labios contra los suyos en un pequeño beso.

—Horrible— digo sobre su boca— es muy difícil encontrar algo decente donde vivir, ya lo había olvidado.

Él me rodea de la cintura con una mano y con la otra recoge los planos y los tira sobre la mesita de centro antes de tom