Buenooo, ya nuestra niña está metiendose con lo que no conoce ;) Vamos a ver qué le tiene preparado nuestro sexy prinicpito.
Juls La mano de Malcom está sosteniendo la mía con firmeza mientras caminamos delante de nuestros puestos. Al estar en una zona privilegiada no tenemos que pelear por espacio como el resto de las personas en la pista de baile, aquí arriba el ambiente parece un poco más íntimo. Siento su mano libre ponerse en mi espalda y poco a poco acercar mi cuerpo hacia el suyo, estoy tensa, no voy a negarlo y sé que él debe de sentirlo pero no es algo que pueda evitar, solo he estado así de cerca de un solo hombre en toda mi vida, por lo que la situación me pone nerviosa. Sin embargo no quiero apartarlo, toda mi vida he estado jugando este partido que llamamos vida desde la banca de espectadora o como mucho de suplente, haciendo lo que se me dice, viviendo como se dice y por esta vez quiero sentirme la titular, quiero llevar el balón por mi misma. Y si al final esto termina siendo un desastroso autogol, entonces al menos lo habré intentado. Así que me acerco, dejo que mi pecho se pegue al suyo y
Malcom Ella es muy diferente a como pensé que era. Aunque hay varias cosas que no han cambiado desde la primera impresión. Por ejemplo, la sensación de sentirme sucio delante de alguien que , a pesar de sus momentos de locura, solo transmite inocencia. Nunca había conocido a una persona ya adulta que siguiera viéndose y siendo inocente, y yo con mi vida de m****a no parezco ser digno de juntarme con alguien así. Sin embargo, al ser la mejor amiga de Margot, quien disfruta y vive su vida al máximo, pensé que Juls sería similar, no esperaba que fuera igual de fiera que la pelirroja, pues se nota en su rostro de niña buena que es mucho más reservada, pero tampoco me esperaba esto. La verdad es que haber escuchado ese “mi religión no me lo permite” me dejó estático. Por Dios, que estamos en el siglo XXI, se supone que las personas llevan su fe sin atenerse a costumbres arcaicas, o al menos eso pensaba. Mis ojos van hacia la niña buena y es inevitable no deleitarme. Toda ella parece una m
MalcomElla vuelve a estremecerse en mis brazos, pero al mismo tiempo sus caderas empiezan a moverse con menos timidez al ritmo de la música, su cuerpo se va aflojando y al minuto siguiente está bailando contra mi. Dejándose llevar, tal cuál como le dije que hiciera y es algo increíble de ver. JODER, sus caderas balanceandose, el roce de su cuerpo contra el mio, toda ella está creando un problema en la parte baja de mi cuerpo.Sin resistirlo más aprieto mi agarre en su cintura y le doy vuelta para quedar frente a frente. Su rostro está sonrojado, sus ojos brillantes y aunque la tomé por sorpresa, rápidamente se recompone y lentamente retoma el ritmo sin apartar la mirada de la mía. Mis manos se mueven de su cintura a su espalda y me pego mas a ella, ambos moviéndonos contra el cuerpo del otro. Sus manos que se movían libremente a sus lados pasan tímidamente a mi pecho y mi mano se aprieta contra la parte baja de su espalda, no queriendo tener ni un mínimo de espacio entre nosotros y e
Juls 21 de diciembre de 2020 Odio mi carrera Bueno, no. Eso es mentira, yo amo mi profesión, pero odio mi trabajo y en especial a mis compañeros y sobre todo a mi jefe. Ellos no hacen sino subestimar mis capacidades al ser mujer. Insinuando que debería mejor estar en un programa de chisme y farándula en lugar de uno deportivo ¿Puede haber algo más machista que eso? — Hey, linda. ¿Qué tal si nos traes un poco más de café?— Ronald, el imbécil número uno en la lista de imbéciles, me habla mientras levanta su mugre pocillo. Escucho las risas del resto de compañeros de cabina y mi sangre se empieza a calentar. Es la segunda vez en lo que va de la mañana que me pide lo mismo y amado Dios, aunque ningún trabajo es deshonra el mío aquí no es el de servir tazas— Lo siento Ronald, pero el programa está por comenzar y quiero repasar mis apuntes. Normalmente habría mordido mi lengua e ido a buscar el tonto café, pero por alguna razón me siento más valiente. Cosa, que debo admitir, ha estado p
Juls22 de diciembre del 2020Estoy leyendo una de mis adoradas revistas deportivas mientras espero a Margi en nuestro restaurante de siempre. Una Coca Cola bien fría, con mucho hielo, se encuentra en mi mano mientras me deleito con las noticias del último partido de tenis del campeonato mundial. Al parecer Nadal es el favorito hasta ahora y no es de extrañarse, el español ha hecho un trabajo impecable, aunque hay varios que veo muy bien parados también. Meto la nariz aún más en la revista mientras trato de absorber toda la información posible, y es justo por eso que no siento cuando Margi llega hasta que ella golpea con fuerza la mesa haciendome soltar un grito y casi tirar al suelo mi amada Coca Cola.—¡Te pillé!—Su grito consigue que más de un comensal se voltee en nuestra dirección. Y aunque yo la estoy viendo con el ceño fruncido, ella tiene una sonrisa enorme en el rostro; por la manera perversa en que me mira divertida, sé que viene alguna locura—Juls, ¿estás viendo una revista
Malcom—Entonces, ¿vendrán para navidad?—Susana, la mujer que me crió y la mamá de Jayden, me pregunta por tercera vez en lo que va de la llamada y ya no sé de qué manera decirle que no estaremos viajando a Cambridge para pasar con ellos noche buena.Cuando tenía siete años mis padres, mis verdaderos padres, murieron en un accidente de tránsito. El tío Robert, hermano de mi padre, fue quien tomó mi custodia y junto a su esposa terminaron de criarme. No voy a decir que fue algo horrible, porque no lo fue, al menos no siempre, era un niño que lo había perdido todo y que tuvo que empezar desde cero en una familia totalmente distinta a la que tenía, pues aunque mi padre también ostentaba el título de duque, eso nunca fue su prioridad, pero en consecuencia de eso me dieron a Jayden. Lo mejor que pude recibir de una situación tan mierda como la que estaba pasando. Sin embargo, no éramos una familia normal. Susana fue convirtiéndose con el tiempo en una mujer fría y distante que solo es
Juls24 de diciembre del 2020Es la mañana antes de noche buena y en lugar de estar haciendo mis compras de última hora para navidad como todos los años, me encuentro montada en el trasporte público yendo a encontrarme con el idiota sexy de Malcom. El lugar de encuentro es la cafetería cercana a mi trabajo, la misma en la que hace ya más de diez meses le grité en público, lo que me hace pensar que ha escogido el lugar adrede, teniendo en cuenta la naturaleza de nuestro acuerdo.Aún no puedo creer que haya aceptado. Y aunque quiero creer que lo estoy haciendo únicamente para conseguir la exclusiva y ganarle al imbécil de Ronald, sé que esa no es la única razón. Sé, que muy dentro de mi quiero volver a sentir todas las emociones que sentí aquella noche mientras bailábamos y por todo lo santo del mundo, quiero volver a sentir sus labios sobre los míos y me odio por tener este tipo de pensamientos. Si mi madre lo supiera… Cuando veo que estoy por llegar a mi parada me sacudo todos esos p
MalcomLa expresión de la niña buena en estos momentos no tiene precio. No termino de entender si está asustada, sorprendida o excitada con la situación. Sus ojos, de por sí grandes, están muy abiertos y sus mejillas se han sonrojado de una manera que hace que pensamientos muy oscuros crucen mi mente y sus labios… joder sus benditos labios están entre abiertos haciendo que sea toda una tortura no inclinarme hacia ellos y morderlos como quiero.Mi cordura termina de irse a la mierda en el momento en que la veo morder con fuerza su labio. Eso hace que la parte racional de mi cerebro deje de funcionar correctamente por lo que sin previo aviso estiro mi brazo y con mi dedo índice le rozo el labio liberandolo del agarre de sus dientes. En el proceso siento el pequeño y accidental roce de su lengua y un gruñido bajo sale de mi. Puedo notar como todo el cuerpo de la pequeña chica frente a mi se paraliza y su respiración queda atascada en su pecho, mientras que sus ojos me miran con atención