37

Se detuvieron frente a la casa de la amiga de Michaela y David miró su reloj. Ya eran casi las tres de la mañana, pero, aunque no era una hora adecuada para llamar a la puerta de nadie, tenía que hablar con ella ya mismo.

Su teléfono volvió a timbrar y esta vez era Maurice. David tomó la llamada antes de golpear a la puerta.

—¿Tienes algo? –le preguntó por todo saludo.

—Tu hermana no abordó el avión.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Porque Peter tiene sus medios. Ven a casa, y hablamos acá.

—Estoy en casa de Gwen.

—¿Piensas llamar a su puerta a esta hora?

—¿Crees que me importa? Ella sabía todo, Michaela tuvo que haber escondido la maleta aquí y luego venir por ella.

—Está bien, está bien, pero eso puede esperar. Ven al apa

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP