MillyIntento que no se note mi miedo cuando me tiran como un saco de papa en frente de unos zapatos lustrosos, me quedé allí apoyada en mis rodillas y manos hasta que me enderece para verlo a los ojos.Este es mi captor.Ahora soy una esclava.No pude escapar.«Lo siento» le dije a Medea en mi mente, pero no pude escucharla en mi mente.Algo se quebró en mí y entré en pánico.¿Qué haré sin Medea?¿Qué haré si me abandona?—Bueno, que bella adquisición me dieron en esa manada —dijo el hombre mientras me levantaba la cara conectando mis ojos con los suyos— que lastima que no te quisieran en esa manada, pero en está serás más… querida.Y un estallido de risas se extendió por la sala, risas que se oían forzadas y que me dieron un frío escalofríos.No entendía como este alfa permitía que trataran así a las lobas, en nuestro mundo eso era una gran sacrilegio.—Déjame ir —supliqué— no te sirvo de nada, por favor. Déjeme ir.—No, no te iras, pagué suficiente dinero por ti y ahora eres mía, Ma
65 AdaraMantas tibias, cuerpos calientes… se siente bien y suspiro de gozo cuando se apretujan más cerca de mí.Se sentía como un sueño y es entonces cuando lo recuerdo. Milly, su hermana, la diosa… mierda.Me levanto de golpe y veo a mis bellos lobos desnudos de cintura para arriba, sus brillantes torsos se elevan con cada tranquila respiración que llevan, así que vuelvo a la cama con ellos.Siento que los necesito más ahora que nunca.Necesito de su calor, de que me amen… de que no se asusten de mí.Para la tarde ya estaban levantándome para que comiera, ellos querían consentirme sin empujarme con lo que sabían que había visto.—¿Están asustados? —pregunté viendo la mesa llena de mucha comida, sin querer verlos por temor a lo que vería en sus caras.Nos encontrábamos en el patio en una hermosa mesa dándonos una hermosa vista del lugar.—Asustados de que te pase algo… sí —admite Alaric— no sé si lo has notado, pero eres lo más importante que tenemos ahora, tú y nuestro cachorro.—Co
AlaricEn la tarde del día después de todo el evento con Milly y mi Adara me fui a trabajar con Mason mientras ella visitaba a mi hermana.Me daba gusto que se llevaran bien, sentía que podía confiar en Adiara para hacerla salir de esa habitación al que se mantiene confinada.—Entonces… —comenzó hablando Mason cuando llegamos a mi oficina.A diferencias de la manada Luna dorada, yo tenía mi oficina en un edificio cercano al centro de la manada, le permitía al pueblo sentirme más cerca, poder hablar conmigo de cualquier problema en los horarios establecidos.—Entonces ¿Qué? —pregunté sentándome en mi silla.Él se esparrama en el sillón que estaba en la esquina de mi oficina, su sitio favorito cuando viene si me preguntas.—¿La cosa que te dije y que aceptaste sin siquiera dejarme hablar? —dije con sarcasmo— sí, debemos hablar de eso.—Pues dilo —me encogí de hombros.—Estaba pensando en unificar las manadas —dijo Mason— la madre de Adara insiste que para eso es que se hace esto de los
67 AdaraMe gusta pasar tiempo con Sienna, es una mujer tan dulce e inteligente que siento que todo pasa volando.Nos la pasamos hablando de la infancia suya con Alaric como hermano y eso solo hace que me enamoré más de él y querer darle a mi bebé muchos hermanos.—No puedo creer que hiciera eso —fije sorprendida por las bromas que se gastaban Sienna y Alaric antes de que la tragedia tocara a su puerta.—Era un hermano muy divertido y me apoyaba en todo, nos llevamos muchos años, pero es el mejor —lo dijo con voz soñadora.—Lo es, y también un gran alfa —concluí.—Lo es, aunque le tocó terminar de aprender por las malas —la culpa y la tristeza desolada de su mirada me perseguirán para siempre.—Un paso a la vez, Sienna —le recuerdo— ustedes lo han hecho tan bien desde que tus padres no están.Lágrimas llenan sus ojos y los míos también se ponen acuosos, pobre niña.La manera en la sufre es dolorosamente triste.—Cuéntame un sueño que tengas —me pide cambiando de tema no tan sutil.—¿U
AdaraMi loba estaba angustiada, pero por alguna razón no podía despertarme.«¿Estás bien?» le pregunté a mi loba quien se escondía y era difícil captar sus lamentos.«¡Aroa!» grité con todas mis fuerzas.Quería despertar, pero algo me lo impedía.Comencé a sentirme angustiada.«Aroa, el bebé» sollocé asustada en la oscuridad en la que me encontraba.Intenté mucho, mucho volver a mis sentidos, empezó con pequeñas cosas como el tacto. Sentí en mis dedos una especie de alfombra rustica y raspaba mi mejilla por lo que estaba acostaba, luego el olfato; olía como a gasolina y grasa de carro si eso tenía sentido.Intenté ver algo, pero o no podía abrir los ojos o todo estaba en total oscuridad y es cuando un frenazo me movió de golpe.¡Estaba en un carro!¡¡Me estaban secuestrando!!Luego de unos minutos escuché gritos y gruñidos, empecé a temblar temiendo por mi bebé, no podía moverme bien. Seguramente estoy amarrada a solo la diosa sabe a qué y si alguien me atacaba iba a tener que transf
69 AlaricSuelo ser una persona tranquila, durante todos los años de mi trabajo como alfa nunca he matado a ninguno de mis soldados por que hicieran algo mal, he tratado a mi pueblo con mano dura, pero suave cuando tengo que hacerlo. Eso me enseñó mi padre en mis años de formación, eso fue lo que vi cuando crecí en esta casa y me sentía orgulloso de lo que era. Del alfa que llegué hacer.Pero ¿Qué se metan con mi mate?Eso no puedo dejarlo pasar.La veo respirar tranquilamente mientras duerme a nuestro lado, Mason en forma de lobo se enroscó en sus pies necesitando de su calor para dejar tranquilo a Malaquías, mientras más cerca esté de su mate más rápido sanará la pareja afectada. Eso fue lo que Santa nos explicó cuando la llamamos.—Santa llegará en menos de dos horas —le conté a Mason en no más que un susurro.Era bueno que la audición de lobo nos ayudaba en casos como estos.Él solo me miró en su forma de lobo gigante y asintió, ni siquiera refunfuñó por la aparición de la madre d
70 Ekaterina—¿Cómo que no responde? —le pregunté a mi súbdito.—Como lo oye, mi reina —responde con una reverencia, esperando que no le corte la cabeza por idiota— le hemos enviado varios mensajes, llamadas y cartas y ninguna las responde.—¿Sigues esperando por él? —pregunta el estúpido duende por el que estoy metido en problemas.—¡Damon jamás me daría la espalda! —exclamé enojada mirando a Rumpel— esto es enteramente tu culpa.La risa que suelta me pone de los nervios, gruño enojada lanzado un jarrón varios metros de distancia.—Qué ilusa es nuestra reina Ekaterina —se burla sin miedo a mis represalias— debiste hacer lo que te dije.—¡Cállate, duende del demonio! —grité enojada con él y conmigo misma.Damon me está dando la espalda porque cree que no ganaremos y solo me dejó una tonta misiva de que su reina no lo va a dejar que se mezclé conmigo de nuevo.Uno de mis hombres que debía recoger a la Luna de Mason y Alaric llega corriendo con cara de preocupación.¡Maldición!¿Es que
71 MasonMe ha costado mucho mantenerme tranquilo y quieto todo este tiempo, no es propio de mí para quien me conoce lo sabe, mi forma de lobo es la mejor manera de pasar estas horas hasta que llega Santa para cuidar a mi pequeña lobita.Lo primero que hace Santa es ver a su hija postrada en una cama y se deshace en llanto, Alaric y yo la dejamos que drene todo eso, unos minutos después ponemos una mano en su hombro para que nos preste atención.—Necesitamos que la cuides mientras volvemos, te vamos a presentar a los médicos y enfermeras permitidos, nadie más puede entrar —comienza Alaric ansioso por irse.—Esto no debió de pasar —dice ella algo ida viendo a Adara dormida— por eso quería casarla con alguien más, no quería que encontrara a sus parejas.—Si vas a comenzar con eso, mejor vete —gruñí enojado por escucharle decir estupideces— no necesitamos esta m****a ahora, nosotros la rescatamos, nosotros fuimos por ella y la mantenemos malditamente a salvo —estaba empezando a perder la