70 Ekaterina—¿Cómo que no responde? —le pregunté a mi súbdito.—Como lo oye, mi reina —responde con una reverencia, esperando que no le corte la cabeza por idiota— le hemos enviado varios mensajes, llamadas y cartas y ninguna las responde.—¿Sigues esperando por él? —pregunta el estúpido duende por el que estoy metido en problemas.—¡Damon jamás me daría la espalda! —exclamé enojada mirando a Rumpel— esto es enteramente tu culpa.La risa que suelta me pone de los nervios, gruño enojada lanzado un jarrón varios metros de distancia.—Qué ilusa es nuestra reina Ekaterina —se burla sin miedo a mis represalias— debiste hacer lo que te dije.—¡Cállate, duende del demonio! —grité enojada con él y conmigo misma.Damon me está dando la espalda porque cree que no ganaremos y solo me dejó una tonta misiva de que su reina no lo va a dejar que se mezclé conmigo de nuevo.Uno de mis hombres que debía recoger a la Luna de Mason y Alaric llega corriendo con cara de preocupación.¡Maldición!¿Es que
71 MasonMe ha costado mucho mantenerme tranquilo y quieto todo este tiempo, no es propio de mí para quien me conoce lo sabe, mi forma de lobo es la mejor manera de pasar estas horas hasta que llega Santa para cuidar a mi pequeña lobita.Lo primero que hace Santa es ver a su hija postrada en una cama y se deshace en llanto, Alaric y yo la dejamos que drene todo eso, unos minutos después ponemos una mano en su hombro para que nos preste atención.—Necesitamos que la cuides mientras volvemos, te vamos a presentar a los médicos y enfermeras permitidos, nadie más puede entrar —comienza Alaric ansioso por irse.—Esto no debió de pasar —dice ella algo ida viendo a Adara dormida— por eso quería casarla con alguien más, no quería que encontrara a sus parejas.—Si vas a comenzar con eso, mejor vete —gruñí enojado por escucharle decir estupideces— no necesitamos esta m****a ahora, nosotros la rescatamos, nosotros fuimos por ella y la mantenemos malditamente a salvo —estaba empezando a perder la
72 Alaric Se sentía bien este interrogatorio, al principio Daniela exigió que la soltáramos, pero aún temblaba y veía a todos lados buscando una salvación que no llegaría. Cuando notó que nos trajeron una bandeja con instrumentos médicos bastante extraños se puso más… colaboradora.—No puedes hacer esto, mi papá los destrozará —sisea con odio.—Me parece bien que tú padre se entere de esto, yo misma lo llamaré —susurre en su oído— que sepa lo traidora que eres.—¡No soy una traidora! —grita encolerizada— esa mujer los embrujó y solo quería demostrarlo —levanta el mentón— mi padre dijo que había que alejarla de ustedes dos y así si efecto se disolvería —nos mira con ojos enormes.De verdad creyó que Adara había aplicado alguna clase de hechizos a nosotros y ella alejándola iba a terminarlo, no sé si es tonta o demasiado ingenua.—¿Quién te dijo que nos “embrujó”? —pregunta Mason haciendo comillas con sus dedos cuando dijo embrujó.—Mi padre dice que es imposible que un lobo te
73 AdaraDespertar con un dolor de cabeza no es nada lindo, lo que si me sorprende es ver a mi madre sentada a mi lado como una eterna vigilante.—¿Mamá? —pregunte con voz ronca.Ella solo lloró y me abrazó, la dejé tranquila unos minutos luego la alejé un poco mientras aun hipaba, pero estaba considerablemente más calmada.—Lo siento, hija —se disculpa limpiando su rostro con un pañuelo húmedo que saca de su bolso.—¿Qué haces aquí, mamá? —le pregunté viendo a los lados buscando a mis lobos.¿Dónde están?¿Qué es más importante que nosotros en este momento?—Alaric me llamó, me dijo que intentaron secuestrarte y que me necesitabas —me cuenta ella recomponiéndose— lo siento tanto, hija.—Estoy bien, mamá —la tranquilicé— el doctor me dijo que el bebé y yo estábamos bien —le comenté con una pequeña sonrisa.—Pensé que te habían inyectado acónito —me habla despacio y preocupada— déjame llamar al médico.—Madre, detente —le pidió Adara, pero ya ella estaba fuera de la habitación.Me toqu
74. SantaEntendía a los chicos, pero eso no hace que no me ponga a la defensiva, siento que debo defenderme y a la vez me gustaría entregarme a la manda para que me apedreen en la calle.—Iré a tomar un café —dije para dejarlos solos.—Yo quiero uno, si es tan amable —dijo el alfa Alaric sacándose la cartera y poniendo en mis manos algunos billetes.—Gracias, no hacía falta —le contesté— ¿Cómo lo quieres?—Negro —respondió enseguida— sin azúcar.Adara regresó a la cama, era mejor que descansara lo que pudiera. Aun no se hablaba con el doctor para dejarla ir a casa, pero no creo que sea lo mejor.Caminé con aire pensativo por los pasillos del hospital queriendo saber como podría ayudar a mi hija, me necesitaba y lo sabía, pero me sentía tan inútil. Tal vez Mason tenían razón, yo solo la había amarrado con cadenas de plata y ponerle acónito sumiéndola en el dolor indescriptible.Las palabras del doctor aun me asombraban, pensé que mi hija estaría pendiendo de un hilo, pero al pa
Santa—La mujer preciosa de la cafetería —contestó el hombre.—¿Se conocen? —indaga Mason con su mirada aguda puesta en mí.—No—SíRespondimos al mismo tiempo y mis mejillas se pusieron del color más rojo intenso que puede existir en la vida.—Okey —dijo Mason divertido por la situación intuyendo algo que no hay.—Puedo irme sola —dije de repente no queriendo compartir espacio con el hombre—No te vas a ir sola, ha habido muchos ataques de vampiros en la zona y los pícaros están volviendo a joder mis tierras —resopló Alaric enojado.Hundí el ceño pensativa, eso parece demasiado complicado para manejar.—Puedo traer unos cuantos guerreros —dijo Mason poniéndose serio sabiendo que el tema era delicado.—Los dejo para que puedan seguir hablando —les dije a modo de despedida.—No tan rápido, Santa —me detiene Alaric cuando ya estaba por llegar a la salida.Me detengo gracias a años haciendo los que los demás quieren, Reed sigue callado a un lado de la puerta, si quiero pasar debo tocarlo
76 AdaraA la mañana siguiente Adara se sentía significativamente mejor, el doctor pasó hacer sus rondas antes de irse a descansar y le dijo que todo estaba bien.Ambos alfas dormían en sus formas de lobo en el suelo con unas mantas que las enfermeras les habían conseguido.—¿Por qué no fueron a casa? —pregunta Adara.—No te íbamos a dejar sola y preferimos enviar a tu madre a descansar —se encogió de hombros Alaric.—Aunque, su nuevo novio puede que hiciera que no durmiera nada —Mason meneó las cejas de manera sugestiva.—¡¿Qué?! —exclamé sorprendida— Cuéntamelo todo y exagera —dije emocionada.—Me debes dos mil dólares —exclama Mason con gesto de superioridad— acepto efectivo y transferencias bancarias.—¿De qué hablas? —indagué cruzando los brazos bajo mi pecho.—Primero, si vas hacer ese gesto que sepas que no sirve de nada, solo me pone más cachondo —abrí la boca de par en par al oírlo— en segundo, solo apostamos a ver si te molestaba por la noticia. Lo cual no fue así, así que g
77 AlaricSe me olvida el tema de Cleo en cuanto mi reina necesita subir las escaleras, menos mal que Mason está allí y la carga para que subir las escaleras, los veo mientras me río de lo que ella le dice entre risas.—Necesitas descansar, y el cachorro y tú estarán bien —le recuerda Mason.Eso me recuerda lo cerca que estuvimos de perderlos y se me crispa el cuerpo.—¿Está bien, alfa? —me pregunta Cleo.—Estoy bien, feliz de que mi mujer este aquí en casa —contesté sin verla a la cara— ¿sabes cómo va la investigación? —le pregunté girando mi cara.Mi intensa mirada la clava en el sitio y la veo tragar grueso, mi latido se dispara pensando en que pudo tener algo que ver con el envenenamiento a Adara, si es así no se va a salvar, alguien se está de aliando con el bando equivocado y no voy a aceptar a soplones traidores dentro de mis filas.—No, alfa —bajó la cabeza apenada por no saber nada.Pero… ¿era actuación?«Nadie puede estar cerca de nuestra compañera y cachorro» deja claro mi