Horas después, llegaba el amanecer, una despedida doble y muy triste; para Ester y David, ya era hora de que sus vidas volvieran a la normalidad, aunque con un cambio muy grande, Alfredo sabía que cuando saliera de la clínica, no estarían ellos para recibirlo. Si todos recordaban el inicio de esa venganza por medio de todo el dolor que había causado Heriberto Gómez, quedaban sorprendidos. no superan que qué había pasado por tanto peligro y tanto inconveniente hasta lograr librarse de ese enemigo. aunque fue mucho lo que habían perdido lograron acabar con, la vida le recordaría siempre que sacrificaron muchas cosas, derramaron muchas lágrimas y aguantaron mucho dolor hasta obtener la venganza que planificaron en la unión de un matrimonio. aún más jamás olvidaría que en medio de todo ese dolor y el plan de venganza creció un amor maravilloso e incondicional que los ayudó a seguir a pesar que sentían deseo de abandonar. —Me da gusto que quieras cambiar tu vida para mejor —hablo Es
Dos años después la paz reinaba en cada hogar de muchas personas. el hombre que hizo daño durante muchos años quedó en el olvido, nadie deseaba recordarlo ni por las cosas malas que hizo, cada empresario y emprendedor se dedicó a vivir su vida en tranquilidad, Aunque seguían existiendo personas malas, ellos Se mantenían al margen. David y Esther vivían felices como esposos y padres tres de una hermosa bebé. contándole en cada noche su historia de amor obviando el motivo por el cual terminaron así. —Darly, ven donde papá —pidió David a su preciosa hija, una hermosa niña rubia de ojos azules, él parecido a la hermana de David era mucho, solo cambiaban sus ojos herencia de su madre. —Iremos a buscar a mamá —le hablaba David. —Estará feliz de verlos por allá, estuvo duro su día —habló Sara, arreglando a la niña. —Le he dicho que descanse, pero no quiere. —Ella es feliz dedicando tiempo a todo, si le quitas eso, no será Ester Gavidia de Carusso —aseguró Vicente, observando c
Ester La vida te enseña que cada sonrisa tiene su precio, no pueden ser tus días llenos de pura felicidad. En mis 35 años, luche por tener lo que tengo, pero jamás me di un tiempo de pensar en lo que me podía matar en vida y al mismo tiempo me haría más fuerte, ver marcharse todo lo que logras con tanto sacrificio fue devastador, no sé si sea el destino, solo sé que duele lo que se te es arrebatado sin compasión, sin siquiera estar preparado para algo tan duro como eso. De tener a mis padres y un novio amoroso, sin importar su edad, a quedar completamente sola, me vi en la nada, no creí ser tan fuerte, hasta que me tocó serlo por las malas. Han sido seis meses de duelo, pero ya no más, buscaré y encontraré una manera de vengarme de quien arrebató mi felicidad, haré todo lo que esté en mis manos para lograr acabar con la plaga que daña a inocentes David 20 Años me costó tener todo lo que tengo, solo era un joven de 17 años cuando decidí irme de mi hogar, ahora tengo 32 años, vivie
La alarma y el bullicio en la prisión despertó a David. Muy cansado y con un sueño terrible, caminaba junto a sus compañeros para darse ese pequeño e incómodo baño, veía su cuerpo y extrañaba estar metido en sus máquinas de ejercicios, y ¡Cómo no!, dentro de una mujer, una lástima que para él, los gemidos de su novia que escuchó por mucho tiempo, para él en ese momento no eran real, ya no creía que fueran de placer y de amor. Después de bañarse y tomar lo que se suponía era su desayuno, se puso a meditar, sopesaba las ventajas que tenía en casarse con esa bella mujer, no solo salir de ahí, también buscar a sus padres y anunciarles que renunciaría a ese apellido que lo llevaba al peligro siempre. En un momento confuso pensó que tal vez terminaba enamorado y con una familia feliz, y de manera repentina decidió por fin usar el teléfono. De mala gana, el oficial lo llevó al lugar donde estaba el aparato, no podían negarse, ya que era la primera vez, en todo ese tiempo, que usaba ese bene
—¡Ja, Sabía que no podrías! Tendré que olvidar esa posibilidad de salir de aquí Se dijo David, a sí mismo, ya habían pasado cuatro días y la bella mujer que robó sus pensamientos, no aparecía, desesperanzado pensaba que su destino estaba en ese infierno; respiro profundo y antes de soltar el aire, se escuchó el sonido de la celda abrirse. Su mirada se poso en el hombre serio y demacrado, mentía si no le dio una alegría verlo y sus palabras terminaron de hacer latir su corazón fuerte. —Tiene visita, vamos rápido. —Anunció el oficial, David sonrió, no podía ser nadie más que su bella castaña ojos azules, con las cadenas puestas caminó hacía la sala de visitas. Justo antes de llegar, pudo verla enfundada en un vestido pegado a su cuerpo de color azul, combinación perfecta con sus ojos, cabello recogido en una cola de caballo, en sus pies, se apreciaban unos hermosos tacones de color negro. —¡Dios! —Susurró asombrado con tanta belleza. Caminó lento hasta llegar frente a ella y se sent
Sin podérselo creer David abandonó el juzgado esa mañana en compañía de Ester. Salieron del juzgado y fueron directamente a la mansión de David, en su mente solo se imaginaba poder tomar un largo baño, comer todo lo rico que existiera, dormir en su gigantesca cama y saciar la sed de su cuerpo, solo eso pensaba, su cabeza era un torbellino de ideas confusas, y como no, fueron muy largos los días que estuvo en ese lugar, siendo tratado como un mafioso pobre, sin comida buena, sin mujeres y sin privilegios. —¿Estás feliz? —preguntó Ester, al verlo mirar por la ventana del auto con una sonrisa. —Mucho, siete meses sin ver todo esto, sin escuchar tanto ruido, se siente bien y todo gracias a ti y mi sacrificio. —Hablo burlón. —Ja, ja, ja, relájate, solo tendrás unos días de libertad y trabajo legal. —Sentenció Ester. —Eres cruel, salgo en libertad por ser un hombre legal y ahora me quieres meter en eso. —Le dijo David, justo llegando a su hogar, bajó del auto donde fue recibido por a
Recuerdo —¡No, junior amor, no, no me dejes! —suplicaba Ester. —Da.vid... Caru.so —Gemía entre sus dientes, éster no escuchaba cegada por el dolor. —Da.vid.. ca.ruso —Volvió a repetir Junior antes de morir. Fin del recuerdo —Quedé inmóvil, loca, traumada, Cuatro horas donde no sabía de mí; cuando salí de ese trance, corrí desesperadamente, unos brazos me detuvieron, era la hermana de Junior, me abrazó hasta ver que estaba bien. —Ester se detuvo, tomando un sorbo de vino. —Puedes parar si no te sientes bien, hablando eso. —Expresó David, con sus ojos aguados sintiendo su dolor. —No, debo hacerlo, necesito sacar este dolor que me carcome el alma —Aseguro ella para continuar hablando—. Hicimos el funeral juntos, la madre y hermana de Junior no tuvieron problemas, Dos días después, leyeron el testamento de Junior y para mi sorpresa, me dejó el 20% de sus bienes y el bufete que tenía aquí, era algo sorpresivo para mí, teníamos más de cinco años de relación, pero no estábamos casados;
La vida de Junior era algo aburrida y llena de trabajo, estaba rodeado de la compañía, de su computador, sus casos importantes y nada de compañía sentimental, rechazaba muy seguido a todos los aprendices que deseaban trabajar con él y aprender. Lo que Leal no sabía, era la capacidad de Ester Gavidia, calculadora, paciente y firme en sus objetivos. No se sacaba de su cabeza a ese hombre de 40 años, cuando ella solo tenía 22, busco las maneras de acercarse y no pudo, hasta que decidió pensar en grande; El hombre solía asistir como testigo a casos importantes dirigidos por recién graduados, Ester eligió defender a un matón, acusado de asesinar a su madre, justo una semana después de haber salido de la cárcel por otro asesinato. Para su suerte, la chica conocía a esa familia y ese hombre amaba a su madre por sobre todas las cosas, era imposible que la matara; Pasó días en vela, buscando las pruebas necesarias para comprobar su inocencia. Todos veían imposibles ganar ese caso, hasta el