Capitulo 6 Especial

La vida de Junior era algo aburrida y llena de trabajo, estaba rodeado de la compañía, de su computador, sus casos importantes y nada de compañía sentimental, rechazaba muy seguido a todos los aprendices que deseaban trabajar con él y aprender.

Lo que Leal no sabía, era la capacidad de Ester Gavidia, calculadora, paciente y firme en sus objetivos.

No se sacaba de su cabeza a ese hombre de 40 años, cuando ella solo tenía 22, busco las maneras de acercarse y no pudo, hasta que decidió pensar en grande; El hombre solía asistir como testigo a casos importantes dirigidos por recién graduados, Ester eligió defender a un matón, acusado de asesinar a su madre, justo una semana después de haber salido de la cárcel por otro asesinato.

Para su suerte, la chica conocía a esa familia y ese hombre amaba a su madre por sobre todas las cosas, era imposible que la matara; Pasó días en vela, buscando las pruebas necesarias para comprobar su inocencia.

Todos veían imposibles ganar ese caso, hasta el mismo Junior, dudo de eso, siendo un asesino de tres personas, según él, en su defensa, como no creer que asesinó a su propia madre, tal vez drogado o molesto.

El día llegó y Ester, no estaba tan ansiosa, como lo estaba Junior, quien muy temprano llegó al juzgado, en primera fila esperaba para escuchar la defensa de la bella mujer que sembraba en él, mucha curiosidad; Todo inició con muchas pruebas de parte del acusador.

Ester escuchaba con mucha atención sin interrumpir, su defendido respondía a todas las preguntas sin ningún problema; hasta que fue el turno de Ester. Junior se regañó internamente por escanear su cuerpo, ella no solía usar trajes, solo vestidos pegados a su cuerpo con tacones finos.

—Buenas tardes a todos, empezaré con hacer unas preguntas a mi defendido —Habló estar muy segura.

—¿Es cierto que usted mató a tres personas que intentaban violar a su madre? —Los murmullos se escuchan, por la pregunta tan directa de Ester.

—Sí, y lo volvería hacer —Respondió sin titubear el hombre.

—¿Entonces por qué se te acusa de matar a tu madre? Tengo entendido que la amabas mucho —Interrogó Ester.

—Porque quien mato a mi madre, es un empresario, mi mamá trabajo en su casa y fue descubierto por mi madre a punto de violar a su hijastra —El hombre respondió muy seguro.

—Es todo, su señoría, le entregaré unas pruebas que demuestran la inocencia de mi cliente —Hablo Ester, sonrió al juez, entregando una carpeta, el juez abrió la carpeta y sus ojos se abrieron muy grande, se trataba de su sobrino al que el matón acusaba.

Ester regresó a su puesto triunfante por la sorpresa del juez, antes de sentarse fijó su mirada en Junior, regalándole una sonrisa.

El juez no pudo continuar, dando un receso, y sin perder tiempo, llamó a ambos abogados a una habitación.

— Sé perfectamente lo que quiere, su señoría —se adelantó en hablar Ester.

—Hable con mi defendido y pide una suma de dinero muy grande, quiere desaparecer de este país. —El juez y el otro abogado quedaron sorprendidos, el juez los llamó con la intención de darle una solución a todo eso, pero jamás pensó que la mujer ya tenía todo preparado.

Regresaron al juzgado y el juez dio su sentencia, quedando el cliente de Ester en libertad, alegando que encontraron al verdadero asesino.

Todos salieron y el hombre muy agradecido se acercó a Ester para darle un abrazo de agradecimiento.

—Gracias señorita, estaré en deuda con usted —Le agradeció su cliente, Ester le sonrió.

—Asegúrese de estar lejos cuando algo feo suceda entre los empresarios importantes de este país —le ordenó Ester, solo ellos sabían de qué hablaban, alguien curioso, quien siguió cada paso de la chica, la siguió hasta salir del edificio.

—¿Así que hay algo más grande en esa sentencia? —Le hablo Junior a su oído, estaba tan ocupada buscando la llave de su carro que se asustó de la impresión, estuvo callada por unos segundos, escaneando cada centímetro del cuerpo del caballero, hasta que decidió hablar.

—¿Ha escuchado de los infartos teniendo sexo? —Bromeó ella, Junior no pudo responder a su pregunta, Ester lo dejó ahí, con curiosidad de más.

Los días pasaban y Ester lograba llamar la atención de Junior, pero él estaba sintiendo mucho por ella, aunque lo negara, era más que curiosidad laboral; Decidió aceptarla como su compañera de trabajo; juntos trabajaban bien, Junior empezó a descansar más, sonreía seguido y eso era alegría para su familia.

Cinco años después.

El tiempo pasó y ya su confianza era más fuerte, aunque Ester no recibía lo que quería en realidad.

—Ester, ¿tienes novio? Ya tienes 28 años —Pregunto Junior sorprendiendo a la chica.

—No.—Respondió Ester, muy cortante.

—Estás joven, puedes disfrutar de esa etapa tan bonita, dejaré de darte tanto trabajo.— Le dijo él, con una sonrisa, Ester suspiro.

—No puedo creer que no se cuenta de que me gusta usted. —Declaró Ester en tono burlón, Junior abrió sus ojos sorprendidos, y un silencio incómodo reino.

—Si no hay nada más, me voy, mis padres me esperan. —Volvió hablar Ester, al ver que él no tenía nada que decir.

—Espera, tenemos que hablar sobre eso. —Le hablo Junior, muy nervioso.

—Solo debe decir lo que piensa, aunque eso no cambie lo que siento por usted; sabré poner distancia —Dijo Ester muy segura.

—Soy algo mayor para ti, te llevo 18 años, tienes miles de oportunidades, solo debe ser un enamoramiento. —Afirmó el hombre de 45 años.

—No me importa, tengo 28 años, usted es perfecto, me gusta todo de usted, incluyendo su edad —declaró la chica sin titubear.

—¿No te has preguntado por qué un hombre de mi edad aún no tiene familia? —La puso a dudar o eso buscaba él.

—Tal vez tiene miedo, ya que a muchas mujeres no les gusta hombre aburrido, metidos en un computador, con barbas descuidadas —menciono ella sin pensarlo.

—Pero, a mí sí, me gusta verlo trabajar, aprender de usted, me imagino hacerle travesuras para llamar tu atención, quitarle el estrés y que eso lo ayude luego. —Hablo de manera firme y coqueta a la vez, acercándose para besar sus labios.

—Ester... —Susurró entre gemido.

—No quiero que me pida matrimonio, solo no se niegue a algo que queremos los dos. —Otro beso hizo que ya la poca fuerza de voluntad de Junior, se fuera al carajo, besando para poseerla justo ahí, en su oficina, Ester había logrado lo que quería, ser correspondida por ese caballero que llenaba su vida de aprendizaje.

Con su Cabello negro con pocas canas, cejas pobladas, ojos verdes, nariz media ancha, labios delgados y de un tono rosado, barba cerrada, piel blanca; No solo fue un amante por más de cinco años, también un amigo, un maestro y hasta un enemigo cuando quería enseñarle a distinguir lo bueno de lo malo; Mucha felicidad para ser cierta, le entristece no haberle dado la felicidad de hacerlo padre, a sus ya 52 años.

Fin del Recuerdo

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