Dos días después Un nuevo amanecer para dos personas que seguían en un dilema, no era fácil decidir arriesgar sus vidas en busca de su venganza. Ambos salieron de sus camas, dirigiéndose a sus respectivos baños, mientras el agua goteaba por el cuerpo de David y su mente navegaba en cada desventaja que tenía en ese mundo de Mafia. Ester disfrutaba del agua, mojando su cuerpo en su cómoda Tina, sus ojos cerrados buscando una respuesta a todas sus preguntas, una solución a todos sus miedos. Eran dos días, donde ninguno sabía aún qué decisión tomar. Salieron y de una se arreglaron, bajaron al comedor y cada uno tomó su desayuno para luego dirigirse a sus respectivos lugares de trabajo. Ester debía pensar que hacer, o seguía su vida como una abogada normal, o se vengaba usando lo que mejor sabía hacer más la información que le había dejado su amado. Ese hombre que seguía en su Corazón en su mente y le daba ese impulso a seguir con su venganza. —Veamos qué me dejaste aquí, cariñ
Después de un rato largo, abrazados, demostrando lo mucho que se extrañaban, David, se separó al recordar a su madre.—¿Dónde está mamá?— Pregunto de inmediato David, muy asustado, pensando lo peor.—Está bien, en un lugar seguro— respondió el hombre viendo a Ester.—Ester Gavidia, no sé cómo pagarte lo que hiciste por mi hijo.— Ester se sorprendió y David más, el hombre, la abrazo.—¿De dónde la conoces, papá?— Interrogó David.—Quien no conoce a esta señorita, sus casos resueltos han llegado a Rusia y Estados Unidos.— Eso hizo sentir a Ester muy contenta.—Lo sé, padre, mi prometida es un encanto de mujer.— Hablo David con mucho orgullo.—¿Tu prometida?— Pregunto Vicente sorprendido.—No es así, como lo dice, señor Caruso.— Ester le explicó al hombre todo lo que había pasado y lo que su novio le había dejado en ese computador, era increíble como junior sabía tanto; cuando vio la foto, decidió explicarles todo.—Les contaré la historia detrás de todo ese dolor— hablo soltando un susp
Dos meses después. El tiempo pasaba rápido y muchos cambios empezaban a suceder, no solo en lo planteado en sus primeros encuentros; también se podía sentir como el corazón empezaba a sanar heridas, pero la mente se empeñaba en mantener esos recuerdos presentes en cada momento, la lealtad del corazón de Ester, era fuerte, no dándose cuenta de que eso la lastimaba cada día que pasaba. El no querer olvidar a ese gran hombre que tuvo en su vida, el recuerdo de sus padres en cada momento que celebraban ellos juntos. Las heridas las lastimaba ella con cada pensamiento que tenía, cada sueño que llegaba a su mente. La alarma de su celular sonó, sacándola de ese sufrimiento interno, lo tomo para apagarla y se levantó, frotando sus ojos y deseando seguir durmiendo, aun así, el saber que no podría hacerlo, decidió arreglarse y salir, recordando que tenía un invitado, al llegar a la sala, vio una nota de Vicente, el hombre se había ido ya. Decidió preparar un desayuno y su café, bajo y decid
Al día siguiente, ambos se cargaban una resaca, no fue mucho el tiempo que la pasaron de tragos, fue más de tanto pensar hasta casi amanecer, muchas cosas pasaban por sus cabezas. Un beso que apenas despertaba el deseo y la atracción entre ambos. Recuerdos del pasado que eran muy difíciles para Ester. Dejar todo a un lado y ser feliz, no era tan fácil. Para Ester era dejar la muerte de sus padres y de Junior, al olvido. No era eso lo que ella quería, deseaba tanto esa venganza y poder sentir paz en su alma. Tal vez el amor en esos momentos empezaba a tener una entrada en su corazón. Para David, también era difícil olvidar la venganza, cuando la vida de sus padres estaba en juego. La Mafia Carusso era una joya preciosa para Heriberto y no descansaría hasta obtenerla. Ya todo estaba preparado para la noticia más sorprendente; aunque dar una entrevista no era necesaria, cuando unas fotos hablaban más que mil palabras; Ester observaba las fotos y no podía creer lo enamorados que se
Una semana después Las piezas empezaban a moverse, eventos y más eventos, besos y caricias en cualquier lugar; Satisfactorio y cruel a la vez para David, quien terminaba con una erección en cada ocasión especial, deseaba más del cuerpo de Ester, que de la venganza que planearon, sin duda alguna. Sus sentimientos crecían un escalón cada día que pasaba y sin él saberlo o imaginarlo, el sentimiento era mutuo. Porque aunque Ester quisiera evitar lo que sentía, su corazón y su cuerpo no podían ocultarlo. Más que cada acción de David la llenaban de una manera inexplicable, devolviéndole esa ganas de sentir lo que en un momento pensó que moriría para ella. Sentirlo cerca la llenaba de seguridad y una compañía agradable. Sentados ambos en el largo y cómodo sofá de la mansión, detalla cada pequeña parte del cuerpo de Ester, su cabello, sus ojos que tenían tanto poder en él, esos labios carnosos que lo tenían loco, su cuello, sus pechos, su piel bronceada. Le gustaba verla tan concentrada
El sol resplandeciente despertó a Ester, le encantaba tanto la vista que tenía su ventana y la luz que entraba por ella Que olvidó totalmente cerrar las cortinas, había dormido muy bien, eso sin duda la hizo despertar de buen humor. Se levantó muy enérgica, fue al baño, hizo sus necesidades, tome un refrescante baño, busco en su armario el mejor vestido, sus zapatos de tacón más finos, al estar satisfecha con su outfit, tomó aceite en su peinadora y peino su cabello en una coleta alta, aplicó un maquillaje suave, un labial rojo y su rico perfume. Satisfecha por lo que veía Sonrió al espejo viendo que sus ojos azules resaltan mucho y sus labios que provocan ser besados, no tenía por qué negar lo que tenía. A ella no le importaba si la odiaba por ser tan narcisista y segura de lo que era y valía. Salió en busca de David con su mirada, sus labios formaron una sonrisa al verlo hablar por teléfono, estaba vestido muy casual y se veía espectacular, lo veía con una mano en su cintura
Después de unas largas horas, Ester termino todos sus asuntos, al ver la hora en su reloj, se dio cuenta de que solo faltaban tres horas para el vuelo al destino de su boda, sus pasos lograban que sus tacones resonaron en todo el lugar, llamando la atención de todos y dejando su aura imponente en todo el lugar. Al salir, la esperaba David Caruso, recostado en su auto con sus gafas de sol puestas, con una de sus pierna cruzada y viendo a la entrada, en espera de la salida de Ester. Al verla salir se le formó una sonrisa en sus labios sin despegar su mirada de ella de cada movimiento que hacía mientras caminaba. La brisa hacía mover el cabello de Esther mientras se acercaba. Inevitablemente, Ester sonrió al verlo, seguido por David que quitó sus lentes y le sonrió, caminó unos cuantos pasos hasta ambos quedar frente a frente. David se acercó y sin mediar palabras, acerco su boca a la de ella, pegando sus labios, pero su dedo pulgar fue puesto en los labios de Ester, de esa manera no
El sonido de la pronta diversión se apreciaba en las calles de las vegas, risas de quienes deseaban pasar la mejor noche de sus vidas en esa bella Ciudad, olvidando totalmente lo que pasara. Ester apreciaba La maravilla a través de su ventana, pensando en que jamás imaginó ir a ese lugar en esas condiciones, volteo a la gran cama y ahí estaba su compañero aun dormido. Decidió mantener su vista en ese caballero, que se estaba metiendo en lo más profundo de su corazón aunque ella lo quisiera negar. Su rostro atractivo, su mirada grisácea llena de alegría, su cuerpo bien marcado y sus maravillosos tratos la estaban llenando de ilusión, de esperanzas. Decidió borrar esos pensamientos de su cabeza y descansar un poco más hasta que llegara completamente la noche. Para eso aún faltaba y mientras eso ocurría, ellos tenían planeado salir para hacer unas compras, pasear y tomar fotos que los pusiera en evidencia ante el enemigo. La noche estaba por llegar, estaban en la ciudad del pecado,