El sol resplandeciente despertó a Ester, le encantaba tanto la vista que tenía su ventana y la luz que entraba por ella Que olvidó totalmente cerrar las cortinas, había dormido muy bien, eso sin duda la hizo despertar de buen humor. Se levantó muy enérgica, fue al baño, hizo sus necesidades, tome un refrescante baño, busco en su armario el mejor vestido, sus zapatos de tacón más finos, al estar satisfecha con su outfit, tomó aceite en su peinadora y peino su cabello en una coleta alta, aplicó un maquillaje suave, un labial rojo y su rico perfume. Satisfecha por lo que veía Sonrió al espejo viendo que sus ojos azules resaltan mucho y sus labios que provocan ser besados, no tenía por qué negar lo que tenía. A ella no le importaba si la odiaba por ser tan narcisista y segura de lo que era y valía. Salió en busca de David con su mirada, sus labios formaron una sonrisa al verlo hablar por teléfono, estaba vestido muy casual y se veía espectacular, lo veía con una mano en su cintura
Después de unas largas horas, Ester termino todos sus asuntos, al ver la hora en su reloj, se dio cuenta de que solo faltaban tres horas para el vuelo al destino de su boda, sus pasos lograban que sus tacones resonaron en todo el lugar, llamando la atención de todos y dejando su aura imponente en todo el lugar. Al salir, la esperaba David Caruso, recostado en su auto con sus gafas de sol puestas, con una de sus pierna cruzada y viendo a la entrada, en espera de la salida de Ester. Al verla salir se le formó una sonrisa en sus labios sin despegar su mirada de ella de cada movimiento que hacía mientras caminaba. La brisa hacía mover el cabello de Esther mientras se acercaba. Inevitablemente, Ester sonrió al verlo, seguido por David que quitó sus lentes y le sonrió, caminó unos cuantos pasos hasta ambos quedar frente a frente. David se acercó y sin mediar palabras, acerco su boca a la de ella, pegando sus labios, pero su dedo pulgar fue puesto en los labios de Ester, de esa manera no
El sonido de la pronta diversión se apreciaba en las calles de las vegas, risas de quienes deseaban pasar la mejor noche de sus vidas en esa bella Ciudad, olvidando totalmente lo que pasara. Ester apreciaba La maravilla a través de su ventana, pensando en que jamás imaginó ir a ese lugar en esas condiciones, volteo a la gran cama y ahí estaba su compañero aun dormido. Decidió mantener su vista en ese caballero, que se estaba metiendo en lo más profundo de su corazón aunque ella lo quisiera negar. Su rostro atractivo, su mirada grisácea llena de alegría, su cuerpo bien marcado y sus maravillosos tratos la estaban llenando de ilusión, de esperanzas. Decidió borrar esos pensamientos de su cabeza y descansar un poco más hasta que llegara completamente la noche. Para eso aún faltaba y mientras eso ocurría, ellos tenían planeado salir para hacer unas compras, pasear y tomar fotos que los pusiera en evidencia ante el enemigo. La noche estaba por llegar, estaban en la ciudad del pecado,
Después de un largo recorrido la pareja decidió regresar al hotel, apreciaban sus hermosos trajes y sonreían nerviosos al darse cuenta que estaba por llegar la hora de su maravillosa boda. Aunque no era lo que cualquier mujer soñaba, para ella era solo un matrimonio por conveniencia. Con paciencia y disfrutando de cómo se iban viendo. Ya listos con sus trajes puestos, se dirigían al little White chapel, el lugar donde era testigo de muchas bodas como la de ellos y muchos más famosos No podían negar los nervios que tenían ambos de saber que desde ese día serían esposos, aunque no unos enamorados, pero que se verían en muchas revistas al día siguiente o varios días después, con sus vestidos de novios y luciendo una sonrisa de enamorados. Ester se veían al espejo y sus ojos amenazan por llenarse de lágrimas, recuerdos llegaban a su cabeza de las veces que pensó en casarse con Junior y no se dio ese sueño; Un largo suspiro salió de su alma, formando una sonrisa que veía al espejo, s
Como era de esperarse, la boda llegó a muchos lugares donde esa noticia no era la más esperada, sin duda sería un cambio de planes drástico y peligro para Ester. Para otros, el futuro de David estaba planeado y que se interpusiera una mujer que no era la escogida, era sin duda una noticia muy mala. Un hombre de mediana edad corría a un despacho anunciándose la noticia a su jefe —¡Señor, debe ver esto! —Exclamó uno de las guaruras de Heriberto, entregando una tablet en sus manos, el hombre vio con asombro las fotos. —¿QUE M****A ES ESTO? —Gritó molesto. —Acaban de salir en las noticias señor —anunció el hombre. La foto que David se había tomado en la ciudad del pecado mostraban cómo juntos compraban sus anillos y también anunció una boda repentina y sin dejar atrás, el comportamiento de Ester, eso cambió totalmente los planes de Heriberto. Sus planes no resultaron como él quería, casar a su amada hija a quien la tenía muy resguardada para su pequeño plan, ya no se podía. —¿Qué
Con la mejor actitud, vestidos en traje de millonarios, David no se cansaba de observar a Ester, ese vestido pegado a su cuerpo, con un collar que tenía un dije azul como el color de sus ojos, su cabello recogido mostrando su bella espalda y unos tacones negros con algunas pedrerías, sus movimientos sensuales y seguros al mismo tiempo, sus brazos a cada lado mostrando lo que era, una mujer con la seguridad de que por donde pasara, sacará suspiros. David no se quedaba atrás, una camisa blanca y saco negro a juego con su pantalón y zapatos. Su cabello peinado luciendo guapo y millonario, dejando a Ester encantada, él lograba sorprender, aunque no le demostraba cuanto. —¿Dejarás de verme así?— Reclamó Ester, quien hacía lo mismo con él. —¡No puedo! —Exclamó David, se acercó a ella con una sonrisa. —Estás demasiado hermosa, no podré jugar tranquilo viendo cómo llamas la atención de muchos hombres —se quejó dándole una pequeña vuelta. —Pero recuerda que soy tu esposa, no aceptaré a nadi
Después de cuatro días de disfrute, ya era hora de regresar a casa, ya listos en el avión en primera clase, esperaban que el avión tomara vuelo y llegará a su hogar. Horas después, donde solo durmieron, llegaban a su hogar, un largo viaje que aprovecharon para descansar. David debía llegar poniéndose al día con todo los asuntos de la empresa, mientras que Ester ya tenía en mente cómo ayudar a killer. Eso sí sería una noticia para David para nada agradable, pero imposible de hacerle cambiar de opinión. Los empleados los recibieron con mucha alegría, como recién casados, les habían preparado su habitación juntos, con la confianza que se tenían, no tenían problema en dormir juntos. —Esta noche tengo una reunión con killer, ¿me vas a acompañar? —David despegó su mirada de la pantalla de su teléfono y se quedó en silencio viéndole un momento. —Debo ir a otro lugar en una hora, pero ya le hablo a mi secretaria para que me cambie la reunión —Le respondió David. —No, pero puedo acompaña
La escena de celos de Ester dejó a David muy contento, eso le daba un poco de esperanzas a que se formará una relación de verdad, eso hizo que la preocupación que tenía por Aura y Levis en ese momento, se le olvidará, sonreía solo recordar verla molesta, aunque lo seguía negando, él lo disfrutaba. Ambos se ponían de acuerdo para poder hablar con la familia de la chica que fue engañada por su novio, al estar muerto el causante de todo, se les hacía difícil probar su inocencia y aún más, resolver todo rápido y sin peligro. —Estuve investigando y creo que lo mejor, es hablar con tu amiga —Le habló Ester a David. —¿Por qué? —Pregunto sorprendido. —Killer está dispuesto a pagar todo lo que las chicas perdieron, pero estoy segura qué tu amiga no se quedará tranquila hasta ver al culpable tras las rejas y ya sabes que ese joven, no existe y si sigue investigando sabrá que killer lo mató y sabes lo que pasará. —Sí, tratará de meterlo tras las rejas y sería un peligro para todos, killer no