¿Que pasará en esa reunión en el casino? ¿habrá algo más que trabajos y documentos? Lo sabremos en el siguiente capitulo más tarde. Gracias por darle una oportunidad a esta historia.
Con el corazón acelerado, Alison salió de la oficina. El mensaje de Zander aun resonaba en su mente. “Quiero verte ahora.” Las palabras se repetían como un eco, cargadas de autoridad y lo que causaban en ella era algo que no podía identificar con exactitud, pero que le despertaban una mezcla de ansiedad y curiosidad.Mientras caminaba hacia la salida de la firma, su mente trataba de prepararse para lo que vendría, aunque sabía que enfrentarse a Zander nunca era algo para lo que pudiera estar completamente lista y eso era algo que la aturdía, pues pudo saberlo solo con verlo una sola vez. No necesitó más.Alison se detuvo un momento en la calle, respirando profundamente, como si el aire fresco pudiera calmar el mar de emociones que la agitaban. Se subió a un taxi y dio la dirección del casino, tratando de mantener una fachada tranquila, mientras por dentro las dudas y expectativas se mezclaban peligrosamente.El viaje hacia el casino fue un borrón. Cuando finalmente el edificio apareci
La tensión entre ellos era palpable, como si cada palabra, cada mirada, fuera parte de un juego más grande del que ambos formaban parte. Se cruzó de brazos, tratando de parecer relajada, aunque su mente no dejaba de advertirle que se estaba adentrando en terreno peligroso.—Está bien —dijo finalmente, sus ojos buscando los de él—, pero tendrá que enseñarme. No suelo jugar a esto —confesó Alison encogiéndose de hombros.Zander arqueó una ceja, claramente disfrutando de su actitud desafiante.—Con mucho gusto —respondió él, su tono suave y seductor—. Me encanta enseñar a los que quieren aprender —inquirió dando un trago más a su whiskey.Había algo en la forma en que lo dijo que le envió un escalofrío por la columna vertebral, pero Alison no se inmutó. Aunque por dentro su corazón latía con fuerza. Se quitó la chaqueta mientras se preparaba, colocándola cuidadosamente sobre una silla cercana, y al hacerlo, no pudo evitar notar cómo los ojos de Zander recorrían su cuerpo. Su blusa, ajust
Y entonces, justo cuando parecía que el aire entre ellos se hacía irrespirable, Zander se detuvo. Sus ojos, oscuros e insondables, se encontraron con los de Alison, manteniéndola atrapada en su mirada. No había más que centímetros de distancia entre ellos, pero la tensión era tan densa que parecía imposible que ninguno de los dos pudiera moverse.—Ven —dijo él con voz grave, retrocediendo un poco mientras señalaba la mesa de billar—. Aún no hemos terminado el juego —agregó invitándola a continuar lo que habían comenzado.Alison tomó aire profundamente, intentando calmar los latidos frenéticos de su corazón. Su cuerpo estaba en alerta máxima, cada uno de sus sentidos completamente enfocado en él, en cada movimiento que hacía, en cada palabra que decía. No estaba segura de sí era una sensación de peligro o de atracción lo que le hacía reaccionar de esa manera, pero era innegable que el magnetismo de Zander la afectaba profundamente.—Claro —respondió ella, con la voz más controlada que
Alison soltó un suspiro y apretó el dobladillo de su falda con nerviosismo, mientras observaba la gran avenida desde su asiento en el autobús. Ese día no era un día cualquiera, finalizaba su primera semana laborando para “Blackford & Associates” la mejor firma de abogados en el país, y ya la había sido asignada a su primer caso importante Mientras el autobús avanzaba, su mirada quedó perdida por un momento, mientras repasaba el caso del misterioso y temido magnate del casino, que era su primera gran oportunidad. Pero también podría ser su caída. «Concéntrate» pensó para sus adentros, mientras jugaba nerviosamente con el dobladillo de su falda, una prenda sencilla, formal, diseñada para proyectar profesionalismo. El hecho de que nadie hubiera logrado mantener a ese magnate como cliente no hacía más que aumentar la presión que ya sentía, sin embargo también la hacía dudar, no sabia si la habían asignado s ese caso para verla fracasar o para que demostrará que valía la pena. Ella era
Alison se movió con cuidado, disimulando el nerviosismo que le recorría el cuerpo al escuchar las palabras de Zander. Presionó sus dientes canalizando así las ganas que tenía de responderle de la misma forma grosera que él había utilizado.Zander la observó desde la altura, sus ojos la recorrieron con lentitud, y luego una sonrisa irónica se dibujó en sus labios. Como si estuviera seguro de que la joven frente a él no era lo suficientemente competente.—Seré claro, señorita Hale —declaró Zander, con una voz que destilaba arrogancia ante el mutismo de la abogada—. No tengo tiempo para charlas inútiles, así que sea breve. Quiero saber cómo piensa sacarme de este maldito problema —soltó mientras se alejaba un poco del ventanal y daba unos pasos hacía el escritorio. Quedando sin de pie, Pero más cerca. La crueldad en sus palabras hizo a Alison tensarse pero no dejó que sus emociones la dominaran. Estaba acostumbrada a lidiar con esa clase de comportamientos, con personas que pretendían m
La mano izquierda de Alison se apretó en un puño mientras sus ojos apuntaban a Zander como dos dagas afiladas, estaba molesta, las ganas de levantarse de esa silla y abandonar el lugar, no sin antes gritarle todo lo que pensaba de él, la inundaban.Sin embargo, tenía que ser profesional, ella era consciente de que no encontraría otro empleo en una firma tan prestigiosa como lo era “Blackford & Associates” y no se podía dar el lujo de renunciar, no sin siquiera haberlo intentado.—Puede pensar lo que quiera de mí —replicó, controlando su tono de voz, mejor de lo que ella misma esperaba—, pero estoy aquí para salvar su maldito casino, le guste o no. Y para hacerlo, necesito que coopere —declaró presionando los dientes, sin retirar su mirada de la suya, sintiendo como el ambiente se volvía más denso.Zander la miró, y sus ojos brillaron con una mezcla de diversión y perversidad. Dio un paso adelante, acercándose lo suficiente para que Alison pudiera percibir el aroma de su loción, un toq
Con pasos rápidos, pero controlados, Alison salió del casino. Su espalda estaba recta y mantenía la barbilla en alto. Como si las palabras de Zander no le hubieran afectado en absoluto. Sin embargo, cuando el frío aire de Nueva York acarició su rostro al cruzar las puertas de cristal, dejó escapar un largo suspiro que había estado conteniendo durante toda la reunión. El día había sido abrumador, pero no se permitiría ceder a la frustración en público. No todavía. No mientras aún estuviera tan cerca del territorio de ese hombre.Alison se dirigió rápidamente hacia la parada del autobús, observando cómo el vehículo ya estaba listo para partir. Apenas logró subir justo antes de que las puertas se cerraran tras ella. Alison se sentó junto a la ventana y apoyó la cabeza contra el cristal frío, exhalando de nuevo. Afuera, la tarde se comenzaba a tornar oscura. Solo habían pasado unas semanas desde que llegó a Nueva York, pero parecía una eternidad. Alison cerró los ojos por un momento, in
Sentada en el borde de la cama, Alison estiró sus brazos mientras miraba el reloj sobre su mesita de noche. Aún tenía tiempo antes de tener que estar en la firma, pero la ansiedad que golpeaba su pecho la hizo levantarse antes de que siquiera los rayos de sol se asomaran por la ventana. Se levantó despacio, observando el entorno familiar del pequeño departamento que había alquilado al llegar a Nueva York. No era un lugar lujoso, ni mucho menos. Las paredes mostraban los años que llevaba sin ser renovado, y los muebles, aunque funcionales, tenían un aire desgastado. Apretando los labios, Alison caminó hacia el armario donde colgaba su limitada selección de ropa profesional. Deslizó los dedos por los colgadores hasta detenerse en su conjunto favorito que contaba de una falda negra de talle alto y una chaqueta a juego. No eran prendas de marca ni tenían la calidad de los trajes que usaban otros abogados de la firma, pero le quedaban bien. Le daban la apariencia pulida que necesitaba