Ana deambulaba por las calles de una gran ciudad, su mirada perdida y su ropa rasgada, la hacían ver como un miembro más de las personas sin hogar, unas cuadras más adelante, un lujoso auto negro se detuvo de golpe al pasar junto a ella, Ana intento correr, pero sus débiles piernas no le respondieron, gritó con todas sus fuerzas pidiendo ayuda, había muchas personas a esa hora caminando sobre esa calle, nadie se acercó a ayudarla, era como si fuera invisible para ellos.Del lujoso auto bajaron dos hombres, la tomaron por los brazos para después aventarla al interior del auto, ella comenzó a temblar descontroladamente, uno de los hombres subió junto a ella, enseguida le inyectó una sustancia transparente, el otro hombre tomó el volante, arrancó el auto y se alejó de ahí, avanzó despacio, sin prisa, no había de que huir, su jefe era el amo y señor de esa ciudad y gran parte del país.Ana empezó a sentir que flotaba, en ese instante dejó de sentir miedo, las cosas a su alrededor se volvi
Meses antesAna se encontraba en el colegio, faltaba tan poco para entrar en la universidad, deseaba ser doctora y así poder ayudar a quién lo necesitará, su hermana se burlaba de ella, Alondra era modelo.—Tienes tan poca ambición hermana, así no llegarás a ningún lado.Ana pasaba de ella, para no discutir, siempre la estaba evitando, su padre siempre le decía que su madre la había abandonado, algo sí tenía claro, su padre engañaba a su madre, Alondra era mayor que ella por dos años, se suponía que se casó con Victoria después que su madre murió, aunque ella era pequeña, recordaba que siempre vivió con su madre, así que era imposible que la hubiera abandonado.Leon el novio de Ana, la amaba, pensaban terminar una carrera, después se casarían, era un chico bien parecido, un atleta, practicaba varios deportes, era algunos años mayor que ella, él ya estaba en la universidad, Alondra gustaba de él, pero él la ignoraba, cuando visitaba a Ana en su casa, se paseaba con ropa provocativa, se
Javi se sorprendió enormemente, podría reconocer esa risa en donde fuera.—¿Ana? —El chico la miraba sorprendido.—Lo siento Javi, no era mi intención asustarte.—¿Pero por qué estás así? ¿Qué ha pasado?Ana tomó el diario para mostrárselo, Javi lo leyó extrañado.—¿Y? No entiendo.—Este anuncio de aquí. —Le dijo señalando el clasificado.—Entonces piensas….—Así es.—Debes de tener cuidado, conozco a las personas que lo están solicitando, si te atrapan haciéndote pasar por quién no eres podrían hacerte daño, los Mondragón son muy poderosos, ni idea tengo para asistente de quién será el trabajo, por otro lado, te diré que has logrado engañarme, ya te hacía sepultada en el jardín o en algún otro lado.—Lo siento de verdad, ja, ja, ja.—¿Qué te parece si salimos a comer pizza?—Me parece genial, pero saldré caracterizada, hoy no cenarás con Ana, cenarás con Aldo.Javi sonrió ante las ocurrencias de su amiga, él era el médico que la ayudó cuando la dejaron tirada fuera del hospital, desp
Ana estaba en shock, no tenía ni idea sobre cómo cuidar a los niños, era increíble la manera en que esa gente la había engañado, enseguida buscó al ama de llaves para que le diera los horarios de actividades, los pequeños caminaban detrás de ella, no la perdían de vista.Caminó por un pasillo y llegó hasta una gran sala, la mansión era enorme, no sabía ni dónde estaba, de pronto escuchó que una mujer gritaba, eran gritos de furia y desesperación.—Andréees, Andreaaa, ¿Dónde están esos pequeños demonios? —Una chica cubierta tan solo por una toalla entró a la sala, tenía el cabello y parte de la cara pintado de color rojo intenso, los gemelos empezaron a reír al verla, Ana no sabía quién era aquella pobre chica, se cubrió la boca con la mano para no reírse, aunque no hacerlo era muy difícil.—Disculpe, ¿Pasa algo, señorita? —Preguntó Ana al ver que los pequeños se escudaban tras de ella.—Estos monstruos han puesto tinte rojo en mi champú, ahora mismo les haré pagar, voy a darles una tu
—¿Se encuentra bien? —Preguntó preocupado.—Sí, gracias, solo fue que me asuste cuando me habló, estaba demasiado concentrado en despertar a sus hijos.Le ayudó a despertar a los pequeños, el pobre Aldo intentaba no mirarlo, estuvo todo el tiempo con la mirada fija sobre los pequeños, no podía creer que sus hormonas femeninas lo traicionaran en ese momento.—Tranquila Ana, recuerda que por ahora eres Aldo y debes comportarte como tal. —Se llamó la atención mentalmente.Durante el día su trabajo consistió en cuidar que los pequeños tomarán correctamente sus clases, hasta ahora se habían portado como angelitos, a Carmen se le hizo raro que no hubieran intentado algo contra Aldo.—Creo que les has caído bien, en verdad los desconozco.—Siento que solo son incomprendidos.Durante la semana todo fue perfecto, el fin de semana siguiente salieron rumbo a Ibiza, en el avión todo fue perfecto, los chicos estuvieron en todo momento con su padre, ella se dedicó a tomar algunos cocteles sin alcoh
—¿Pasa algo? —Preguntó divertido. —No es nada, señor, solo que me siento muy agotado, preferiría retirarme. —Está bien muchacho, hasta mañana. —Hasta mañana, señor, que se divierta. —Dijo al observar que tenía abrazada a las dos chicas, una con cada brazo. Vio que Cristina iba en su dirección, volvió a salir corriendo, esta vez en dirección de los elevadores, Antón moría de la risa, ver a ese chico correr le pareció de lo más divertido. Aldo subió al elevador, afortunadamente hasta ahí la chica no lo había seguido, ¿qué era lo que pasaba con algunas chicas para que actuaran de ese modo? Esa noche Ana durmió como tronco, se sentía realmente cansada, en la soledad de su cama volvía a sentir que era ella, si no tuviera tanta necesidad de ese sueldo, se iría de ahí, en ese mismo momento, se durmió pensando que al otro día tenía que volver a convertirse en Aldo. Antón por su parte estaba pensando en buscar la manera de que ese chico cambiara y ya no se viera tan delicado, quizá lo qu
Por la mañana, después de tomar el desayuno, se dirigió hacia la mansión Moreno, al llegar fue recibida por Victoria, quien al ver a Lilian, enseguida, imaginó el motivo de su visita.—Lilian, qué gusto tan grande el verte.—Sé muy bien que mi presencia aquí no te es agradable, necesito hablar con Ana, ¿podrías hablarle?—Es una lástima que vengas de tan lejos a visitarla y ella no se encuentre, quizá si nos hubieras informado sobre tu visita, ella te habría esperado.—¿Cuándo regresa?—La verdad no lo sé, esa chica es tan impredecible, sé la pasa de viaje en viaje, el mes pasado estuvo en Bali, después viajó hacia Colombia, así que no sabemos en realidad cuando piensa regresar.—No hay problema, pienso estar en la ciudad por un largo tiempo, por mucho que vaya a tardar, su viaje no puede ser eterno, imagino que está a cargo de la empresa que le dejó su madre, un día de estos me daré una vuelta por ahí, para ver que tal van las cosas, así podré ver si la chica tiene la misma visión qu
Antón guardó silencio, esa chica no tenía por qué mentirle, afortunadamente en la foto que le había entregado el chofer no podía verse la cara del amigo de Aldo, sino en buen lío estuvieran metidos. Después de un rato de estar bailando, la acompañó hasta la mesa donde se encontraba Javi. —¿Puedo acompañarlos? —Ana y Javi se voltearon a ver, sería una grosería si no aceptaban. —Adelante. —Contestó el médico. Poco después, la chica rubia que acompañaba a Leon se acercó a ellos. —Necesito hablar contigo. —Dijo dirigiéndose a Ana. —Te escucho. —Contestó fríamente. —Ahora que has regresado, no quiero que te acerques a Leon, es mi prometido y vamos a casarnos. —Felicidades a los dos, aunque realmente es algo que no me interesa. —Eres una mustia. —Basta señorita, está usted incomodando a las personas en esta mesa, le pido que se retire y no vuelva a acercarse. —¿Y usted quién se cree que es para hablarme en ese tono? A de ser algún gato venido a menos, debe serlo dónde está aquí se