—Quizá si me cuentas a mayor detalle, tu problema podría ayudarte. —Antón decidió hablar después de pensarlo un rato, si no hablaba no podría ayudarlo y ya estaba desesperado, el médico era de confianza, lo conocía de muchos años.—Últimamente, he notado que mi cuerpo reacciona de manera diferente cuando estoy cerca de un chico, es el asistente de mis hijos, es un chico medio raro.—¿A qué te refieres cuando dices que tu cuerpo reacciona de manera diferente y de qué manera es raro ese chico? —Preguntó intrigado, no estaba entendiendo nada de lo que Antón decía.—Me refiero a que mi cuerpo reacciona cuando se me acerca, me siento raro.—Por fin, ¿El raro eres tú o el chico?—¡Caramba!, qué me he sorprendido mirándolo.—Antón, no te estoy entendiendo, por favor sé más claro.Antón se paró del lugar en el que estaba, se talló la cara con las dos manos, intentó ser lo más claro posible.—¡Joder!, qué creo que el chaval me está gustando para que me entiendas, así o más claro.—Ya lo entend
—Vamos amiga, paguemos con nuestras tarjetas, que si tienen dinero, qué vergüenza, que vengan a hacer perder el tiempo a las pobres chicas que están trabajando, eso no se hace. —Dijo Alba, mientras reía, las chicas que trabajaban en el local también se rieron al ver a aquellas dos mujeres tan estiradas en esos aprietos.Alondra y su madre se retiraron sin decir una sola palabra, para mujeres como ellas, esa situación equivalía al fin del mundo.Ana y Elba salieron del local un poco después, se dirigieron a la salida del centro comercial, esperaban para abordar un taxi cuando un elegante auto niño se detuvo frente a ellas.—¿Puedo llevarlas señoritas? —Era Antón, regresaba de una reunión en uno de sus resorts, al pasar por ahí vio a Ana.—Se lo agradecemos, señor Mondragón, pero esperaremos el bus. —Su amiga le pegó con el codo en un costado.—No le haga caso a mi amiga, nos encantaría que nos llevara, se lo agradeceríamos infinitamente.Ana se quedó asombrada por el atrevimiento de su
Antón pasó una noche muy agradable al lado de Eva, cenaron entre una charla muy amena, la chica había viajado mucho, así que le sobraba tema.El problema era que aún no podía sacarse de la mente la cara del asistente, había recibido los resultados de las pruebas a las fragancias que mandó a analizar, solo dos eran fragancias para hombre, las otras eran para mujer.Había pensado en despedirlo, pero en realidad el chico no había hecho nada como para hacerlo, además sus hijos al parecer se habían adaptado muy bien a él, cosa que no había sucedido antes con algún otro, se había dado cuenta de que el problema estaba en él y no en Aldo, el pobre chico ni siquiera se daba por enterado de lo que estaba pasando.Después de llevar a Eva a su casa, quedaron de hablar para verse otro día, también había estado pensando en hablar con Ana Moreno, esa chica también le parecía hermosa, pero lo desanimaba que a ella parecía ser que él le era indiferente por completo.Ese día decidió marcarle, estaba en
Salió en completo silencio y se dirigió a desayunar, quería hacerlo en calma antes de que los demás se levantarán, le dolía terriblemente la cabeza, cuál fue su sorpresa al ver que Aldo ya estaba desayunando, al igual que él, pensó que no encontraría a nadie a esa hora, se sirvió su desayuno, un poco de recalentado de la cena, se sentó frente al chico, Aldo clavó la mirada sobre su comida, desayunaron en total silencio.Poco a poco fueron llegando las demás personas, Aldo se levantó, después de dejar su plato sobre el lavaplatos, fue a ver si los niños ya se habían despertado, no los encontró en la habitación, salió a buscarlos, casi choca con ellos en el pasillo.—Peques es hora de que desayunen.Poco después se escuchaban los gritos de una mujer, Antón reconoció la voz de Eva, se levantó rápidamente para ver qué ocurría, los gemelos empezaron a reír enseguida.—El truco del tinte en el champú no falla, ja, ja, ja.Aldo no se quería ni imaginar a cuantas mujeres se lo habían hecho, p
Unas noches después, había una gala, Javi estaba invitado porque la organizaba la asociación a la que pertenecía, al llegar al lugar, el médico bajó del auto, abrió la puerta para que su acompañante descendiera, cuando la chica puso un pie sobre la alfombra, todas las miradas se dirigieron hacia ella, llevaba un vestido de noche color vino en corte sirena, con la espalda completamente descubierta, eso dejó a más de uno con la boca abierta, se veía muy bella.Al entrar al lugar, de frente a ellos estaba Alondra y Leon Ferreira, Antón se encontraba con algunos de sus socios, lo acompañaba Eva.Al ver quién acompañaba a Javi, no pudo evitar sentirse molesto, Ana se veía muy bella, por primera vez sintió envidia de alguien, era un completo tonto por no haberle pedido a ella que fuera su acompañante, creyó que como Eva también estaba invitada, podrían llegar juntos.Las mesas estaban colocadas juntas, así que sus miradas se encontraban constantemente, Antón había pedido a Aldo que se qued
—Que bueno que estás aquí, así me harás compañía, yo tampoco puedo dormir.—Yo ya me iba.—Momento muñequito, tú te quedas aquí conmigo.Le quitó el vaso con leche que tenía en la mano, después se paró justo enfrente de él, abrió por completo la ligera bata que llevaba, dejando ver que debajo tenía puesta lencería de encaje.Abrió las piernas para sentarse encima de él, le comenzó a hablar con voz melosa mientras intentaba quitarle la camisa.Aldo la detuvo, pero la mujer era insistente y terca como una mula.—No seas tímido corazón, nos divertimos mucho.Aldo caminó hacia atrás intentando escapar de aquella loca, de pronto se escuchó que la puerta de una habitación se abría, Aldo aprovechó la distracción de Eva para salir corriendo, al subir las escaleras tropezó con Antón que bajaba.Los dos cayeron al piso, Aldo quedó sobre él, Eva había aprovechado para ponerse la bata, subió hasta donde estaban ellos fingiendo estar molesta.—¿Qué haces con este chico?Antón empujó a Aldo para po
Antón se le quedó viendo, aunque lo intentaba, no la soportaba.—Ve a tu casa, por ahora solo quiero estar con mis hijos.La mujer salió furiosa de ahí, ya vería pronto a donde enviaría a esos niños, no pensaba soportarlos, lo primero era lograr casarse con Antón, después lo convencerá de deshacerse de ellos.Lilian, por su parte, regresaba a Madrid, ya tenía pistas sobre Ana, le habían enviado fotografías donde aparecía junto a un reconocido médico.Javi salía de su trabajo, una mujer lo abordó cuando estaba por subir a su auto.—Disculpe, ¿es usted el médico Javier Álvarez?—Sí diga.—Necesito hablar con usted sobre Ana Moreno.—Perdón, ¿usted es?—Lilian Baker, madrina de Ana.Ana en alguna ocasión le había contado sobre su madrina, así que el médico aceptó enseguida.—Sí, gusta, podríamos hablar en la cafetería.—Claro.—Dígame ¿Qué pasa con Ana?—Llevo tiempo buscándola, es necesario que hable con ella.—Le daré su número, así podrá comunicarse.—Tengo entendido que usted es su a
Ana acudió al día siguiente a la mansión Mondragón, afortunadamente Antón aún no se iba a su oficina.—Buenos días, señor Mondragón.—Llega tarde a su trabajo, debió de regresar anoche.—Disculpe, señor, pero solo he venido a presentar mi renuncia, me gustaría que de vez en cuando me permitiera visitar a los niños.El semblante de Antón se puso furioso, desde que estaban con Aldo los gemelos habían cambiado su carácter, se estaban portando mucho mejor, al parecer ya estaban controlando ese carácter rebelde.—¿Usted qué se está creyendo? Ha firmado un contrato de trabajo por un año, aún faltan unos meses para que venza, ¿acaso mis hijos han sido un juego para usted? Porque para ellos no, desde que usted llegó han modificado su conducta, su renuncia los afectaría enormemente, sería un retroceso terrible para ellos.Antón tenía los puños crispados, quien se estaba creyendo Aldo que era.—Siento mucho lo que dice señor, pero no puedo continuar trabajando por asuntos personales.—Es mejor