Pov Leina
Traté de alejarme de él hasta conseguir algo con que defenderme y fue cuando mis manos se toparon con una piedra. El lobo me mostró sus colmillos listos para saltarme encima. Esta era mi oportunidad. Tomé la piedra con fuerza y se la lancé, golpeándolo en la cabeza. Aproveché la oportunidad de su descuido para levantarme y correr con todas mis fuerzas. Escuché otros aullidos cerca. Más lobos renegados se acercaban. No podré salir de esto, me alcanzarán y luego… «Saldremos de esto, confía en mí, confía en ti, llega al río» Me detuve en seco casi cayendo al vacío, la tierra se desprendía bajo mis pies perdiéndose en el agua que corría a gran velocidad abajo. Varios gruñidos llamaron mi atención y me giré para verme rodeada de al menos unos ocho renegados. Comenzaron a avanzar hacia mí. Este es mi fin. —AHHGR— grité apretando mis dientes, caí de rodillas sin entender qué pasaba, el dolor de mi cuerpo era horrible y abrumador. Vi mis manos al sentir que algo quemaba y ardía, me sorprendí al ver garras, unas enormes garras con pelaje gris. Con la lengua toqué los finos colmillos que se alargan en mi boca. Esto no puede ser, yo… yo… tengo una loba. —¡¡AHHHH!!— volví a gritar clavando mis garras en la tierra, mi cuerpo quebrándose, dando cambio a una transformación en el momento menos pensado. Levanté la vista borrosa, observando a los lobos frente a mí, parecían dudar, un destello de miedo brillando en ellos. Otro aullido resonó entre nosotros, era de nuevo ese Alfa, sin dudarlo, los lobos al frente se lanzaron sobre mí y todo después pasó sin yo poderlo detener. Sangre era todo lo que veía, gruñidos y chillidos de dolor, lobos siendo cruelmente asesinados. Mis garras rasgando la piel de ellos sin yo tener voluntad propia de hacerlo. Era como si estuviera viendo todo en segunda persona. Cuando el último lobo cayó, fui llevaba de vuelta a la realidad cuando el enorme dolor en mi cuerpo me golpeó con fuerza. Caí sobre el suelo, cerca del acantilado, me retorcía del dolor escuchando el desagradable sonido de mis huesos quebrándose. —Que pare… HAZ… QUE PAREEE… AHHRG… Temblaba sin control en el suelo, mis lágrimas cayendo y mi vestido pegado al cuerpo por el enorme esfuerzo de soportar el dolor. Un grito agudo salió de mis labios, seguido de un potente rugido haciendo volar las aves nocturnas y los cuervos en todas direcciones. El dolor tan abrumador pasó, pero me sentía cansada, resoplaba por aire, me ahogaba. Abrí los ojos lentamente y cuando mi vista se enfocó me quedé sin poder creer lo bien que veía. Era como si conociera un mundo diferente ante mis ojos. Uno que fue arruinado en segundos cuando el enorme lobo negro apareció ante mí, mostrando sus colmillos de forma amenazante. Se abalanzó sobre mí y yo sobre él, una pelea que nos llevaba cada vez más al límite del acantilado. Esta vez ya no había nada que nos salvara, caí al vacío, estrellándome directamente con el agua. «Leina… Leina…» Esa voz sonaba desesperada en mi cabeza y fue cuando me di cuenta, yo era la que estaba atrapada en su mente. Nos logramos agarrar de una roca, tratando de salir. Mi loba respiraba agitada, yo aún estaba en shock sin poderlo creer. Me expulsaron y mi compañero me rechazó por esto, pero… tengo una loba. Un gruñido nos hizo girar, las garras de aquel maldit0 lobo se clavaron con fuerza en nuestra pierna, arrastrándonos de nuevo a la corriente que se hacía fuerte. Un ruido llamó nuestra atención y vimos adelante la caída de una cascada. Mi loba lanzaba las garras en todas direcciones buscando agarrarse de las piedras, hasta que lo logró a solo un par de metros de caer. Salimos del agua, podía sentir cada hueso de nuestro cuerpo doler. Nos giramos para ver si el lobo lo había logrado, al parecer no. «Está bien, ya todo pasó, descansa pequeña lobita» Ella se echó sobre la orilla, cayendo sobre las piedras y el agua. Su visión se volvía borrosa y esto no me gustaba. «Lo siento…» La oí decir, iba a preguntarle por qué se disculpaba, pero el ruido de una ramita rompiéndose nos hizo girar hacia el bosque. Escuchábamos los grillos y el croar de los sapos, pero no podíamos oír nada más. Olimos el aire, pero había demasiados olores. Mi loba se levantó, tambaleándose un poco, un rugido nos puso en alerta y apenas tuvimos tiempo de esquivar las fauces que se cerraron a poco de nuestro cuello. Forcejeamos con el lobo sobre nosotras, podía sentir las fuerzas de mi loba menguar. «No puedo Leina… no puedo…» Sus ojos comenzaron a llenarse de oscuridad, la visión borrosa del lobo sobre nosotras nos estaba anunciando nuestro fin. Fue entonces cuando sentimos un dolor agudo sobre nuestro cuello. Nos estrujó con fuerza y me sentí volar por los aires cayendo muy cerca del orillo de la cascada. Ella ya no levantó la cabeza, solo pudimos ver la enorme mancha negra a lo lejos que venía corriendo hacia nosotras. Un olor se filtró por los sentidos de mi loba, un olor que parecía calmar nuestro dolor. La tierra debajo de nosotras comenzó a desprenderse. Un movimiento fue suficiente para deslizarnos y caer. Lo último que vimos fue una criatura muy alta que sostenía al lobo por el cuello como si fuera un trapo. Sus ojos brillantes fue todo lo que reconocí antes de caer por completo en la oscuridad y seguramente en nuestra muerte. ****** Tomé una inhalación profunda como si me hubiesen quitado todo el aire. Abrí los ojos de golpe y los volví a cerrar por la luz. —Con calma, tranquila. Esa voz… ya la conocía, pero… de dónde. Abrí los ojos lentamente y giré para ver una cara conocida. Sus rasgos eran muy parecidos a los de mi padre, a su lado, estaba una hermosa mujer rubia de ojos color miel. Es muy hermosa. —Me alegra ver qué estás bien Leina, bienvenida a la manada sombra de luna, tu nuevo hogar a partir de ahora. —¿Tío?— pregunté aún incrédula, mirando al hombre que se parecía tanto a mi padre. Él vino a abrazarme al ver mis lágrimas y yo me acurruqué en sus brazos dejando salir todo mi dolor.Pov Leina Me quedé en silencio observando al hombre que miraba mi mano sin decir una palabra.Mi tío Benjamín y su compañera Sara están a un lado en silencio.El aspecto del hombre es limpio; una barba canosa perfectamente cortada y una capa azul oscuro con bordados rojos caían sobre sus hombros.Sus ojos tenían apenas unas líneas de expresión que no contrastaban para nada con su pulida piel.Los hombres lobo de alto rango suelen vivir más años que cualquiera, pero él no parecía del todo un lobo.—No lo soy, querida; por mi sangre corre magia antigua. Podría decir fácilmente que soy más mayor de lo que piensas.Él no me miró directamente; en cambio, dejó mi mano y miró directo a mi tío.—Es mejor que mantengas esto en secreto. Estoy seguro de que ya sabes que ella es una loba lunar, o también conocidas como lobas bendecidas.¿Una loba lunar? ¿Qué es?—Sí, la reconocí cuando su loba se salió de control en estos días, destrozando toda la habitación.Me lanzó una mirada aguda y yo sol
Pov Leina Esta noche sería diferente; mis manos sudaban y no estaba segura de qué sucedería. «¿Estás ahí?» El silencio fue toda mi respuesta. No estaba segura de si ella me escuchaba; había despertado hace unas semanas y siempre estaba atenta a los entrenamientos, aunque no me habló en ningún momento. Esta será la primera vez en la que entrenaremos en forma lupina. Miraba el reloj atentamente, siguiendo el ritmo del péndulo que iba de un lado a otro. Cuando marcaron las 12, tomé un gran suspiro y bajé las escaleras. —Vamos, no estés inquieta, todos te esperan. Si ella decide no salir, no te preocupes; estoy segura de que no es por ti. —Gracias, Sara, por ser más como una madre para mí desde que estoy aquí. Ella comenzó a llorar y yo también. Parece más bien una despedida. Ambas salimos hacia el bosque, dado que debo tener cuidado; solo los calificados estarán allí para verme. Después de media hora, llegamos a un pequeño claro. Mi tío y su beta ya estaban allí, también el h
Pov Leina Me encuentro parada frente a la cascada; el agua que se filtra entre las rocas toca mis pies descalzos. Mi cuerpo se estremece por el frío que golpea mi piel, pero no hay ni un solo árbol moviéndose. Un gruñido me hace girar rápidamente; observo en todas direcciones buscando aquel lobo. Otro gruñido cerca de mi oreja me hace erizar los vellos del cuerpo. Su asqueroso aliento golpea mi cuello, llegando a mi nariz. Giro con lentitud, esperando ver las fauces de aquel lobo; sin embargo, no hay nada. —Ahhh…— grité cuando la tierra bajo mis pies cedió. Me aferré con fuerza a las rocas para no caer; la mitad de mi cuerpo colgaba hacia el vacío. A lo lejos vi de forma borrosa una figura; ya la conocía. Estuvo esa noche, sosteniendo al lobo del cuello mientras yo caía al vacío. Mi corazón latía desbocado; parpadeé muchas veces para aclarar mi vista y nada funcionó. Mis manos comenzaron a resbalar. Entré en pánico; no quería caer de nuevo. —¡Por favor, ayúdame! —le grité.
Pov Leina —Tú… ¿Cómo lo supiste?—pregunté en un susurro, sin atreverme a alzar la voz. —Eres mi sobrina y, más que eso, te considero mi hija. Sara también lo hace. Sabes el cariño que te tenemos, Leina, pero hacer las cosas a escondidas no es lo correcto. Me quedé en silencio. ¿Qué podría decir? —Sé que lo extrañas, que quieres verlo. Yo también necesito saber si él está bien, y es por eso que te estoy ayudando. Levanté la mirada emocionada; lo vi señalar las cosas que colocó frente a mí y ahí fue donde entendí. —Ve a verlo, Leina. Sé que eso es lo que quieres y no me opondré. Solo te digo que tengas cuidado y no dejes que te descubran. Mis ojos se llenaron de lágrimas y me levanté para abrazarlo. —Gracias, de verdad, gracias. Él me respondió con suaves palmadas en la espalda antes de soltarme. —Hay algunas cosas allí para mi hermano; dile que prometo que pronto nos reuniremos de nuevo. Me giré para salir de inmediato; no podía perder tiempo. —Y Leina, debes re
Pov BastianLos árboles se mueven con la suave brisa sobre nosotros.La noche es oscura y espesa. La luna no da su brillo sobre las tierras ocultas.A lo lejos se observa el gran imperio de ese mal nacido, uno que fue construido con la sangre derramada de mi raza.El ostentoso palacio se alza sobre toda la manada.Hoy darán un baile; ya imagino las exuberantes decoraciones sacadas de los impuestos de las manadas que apenas pueden sostenerse, y las que no lo hacen…Todos creen que el Alfa supremo los protege de mí.Pero la realidad es que están confiando demasiado en un hombre que sostiene una espada de doble filo sobre sus cabezas.—Señor, ya todo está preparado. El bonito castillo del gran “Rey” sufrirá una ligera sacudida.—Bien, Mara, asegúrate de que todo salga bien. No quiero errores.Ella es una de las pocas personas en las que confío.Es una guerrera y una delta leal, capaz de ensuciarse las manos por los suyos.Tomo de nuevo las riendas del caballo y decido regresar al pequeño
Pov LeinaObservé al hombre que comenzaba a descender por la gran escalera.Llevaba una capa roja pesada sobre sus hombros y un cetro hecho de oro con incrustaciones de rubíes.Sus dedos están adornados con dos anillos en forma de corona.Su imponente presencia se cierne sobre nosotros y su aura de Alfa se expande, haciendo que dobleguemos nuestras cabezas.Sus ojos avellana recorren cada espacio, y su cabello rubio está bien peinado hacia atrás, sin un mechón de cabello rebelde. Sus rasgos son cincelados, con una enorme cicatriz que recorre su cara desde el nacimiento del cabello, pasando por su nariz y terminando del otro lado de su barbilla.«Esa cicatriz se la tuvo que haber hecho alguien que lo odiara mucho, alguien muy poderoso para que no dejara que su lobo lo sanara».«Eso mismo pienso».Aproveché que el degenerado a mi lado me había soltado para escapar; sin embargo, todo fue frustrado cuando tomó mi mano y me atrajo hacia él con fuerza. —Por favor, continúen. Esta noche es
Pov Narrador—¡¿Qué demonios fue eso?!El hombre preguntó a la mujer a su lado, que observaba a la gente salir por las puertas, mirando hacia atrás como si huyeran de algo.Hace solo unos segundos, escucharon un aullido y ahora pasaba esto.—No lo sé, pero siento que esto cambia nuestros planes —le respondió, observando cómo las puertas del castillo y de la manada se estaban cerrando.Debían salir de allí o quedarían atrapados. Comenzaron a alejarse, sintiendo que algo no iba bien cuando miraron a todos los hombres que formaban parte del ejército de Guillermo.Lejos de lo que sucedía en la manada, Bastian trataba de armar un nuevo plan; sin embargo, Thorin estaba alterado e intranquilo.Gruñendo en su mente como un loco.«¿Qué caraj0s te pasa?»«Algo no está bien. Busquemos a nuestra hembra; siento que ella está en peligro.»En eso, recibe un enlace. Su delta más confiable se oye agitada.¡Algo ocurrió!«Señor, nuestro plan falló. Los hombres de Guillermo se están transformando y corr
Pov NarradorAva llegó al río. Sin detenerse, buscaba en él alguna zona de fango para poder ocultar su olor.Vislumbró una a lo lejos, llegó hasta ella y comenzó a restregarse, llenando todo su cuerpo de lodo. Unos aullidos la hicieron detenerse en alerta, casi tropezando con sus propias patas.Su corazón se aceleraba al ver el cielo mostrando los colores del amanecer; no aguantaría más.Ya no podía soportar más.Con los músculos gritando a mil y los lobos a solo nada de atraparla, logró llegar a una parte oscura, llena de árboles con enredaderas. El suelo era verde claro.Apenas sus patas tocaron aquel verde, se hundió, casi cayendo por completo. Era un pequeño lago fangoso. Algunas raíces sobresalían de él.Sin pensarlo, se adentró más, buscando algo que le ayudara a protegerse.Casi al final, observó un árbol con una pequeña cueva entre sus raíces.Ignorando el repugnante olor que salía de él, se adentró como pudo.Sentía un líquido viscoso debajo de ella. El agua no entraba, por l