Pov Narrador —¡¿Qué demonios fue eso?! El hombre preguntó a la mujer a su lado, que observaba a la gente salir por las puertas, mirando hacia atrás como si huyeran de algo. Hace solo unos segundos, escucharon un aullido y ahora pasaba esto. —No lo sé, pero siento que esto cambia nuestros planes —le respondió, observando cómo las puertas del castillo y de la manada se estaban cerrando. Debían salir de allí o quedarían atrapados. Comenzaron a alejarse, sintiendo que algo no iba bien cuando miraron a todos los hombres que formaban parte del ejército de Guillermo. Lejos de lo que sucedía en la manada, Bastian trataba de armar un nuevo plan; sin embargo, Thorin estaba alterado e intranquilo. Gruñendo en su mente como un loco. «¿Qué caraj0s te pasa?» «Algo no está bien. Busquemos a nuestra hembra; siento que ella está en peligro.» En eso, recibe un enlace. Su delta más confiable se oye agitada. ¡Algo ocurrió! «Señor, nuestro plan falló. Los hombres de Guillermo se est
Pov NarradorAva llegó al río. Sin detenerse, buscaba en él alguna zona de fango para poder ocultar su olor.Vislumbró una a lo lejos, llegó hasta ella y comenzó a restregarse, llenando todo su cuerpo de lodo. Unos aullidos la hicieron detenerse en alerta, casi tropezando con sus propias patas.Su corazón se aceleraba al ver el cielo mostrando los colores del amanecer; no aguantaría más.Ya no podía soportar más.Con los músculos gritando a mil y los lobos a solo nada de atraparla, logró llegar a una parte oscura, llena de árboles con enredaderas. El suelo era verde claro.Apenas sus patas tocaron aquel verde, se hundió, casi cayendo por completo. Era un pequeño lago fangoso. Algunas raíces sobresalían de él.Sin pensarlo, se adentró más, buscando algo que le ayudara a protegerse.Casi al final, observó un árbol con una pequeña cueva entre sus raíces.Ignorando el repugnante olor que salía de él, se adentró como pudo.Sentía un líquido viscoso debajo de ella. El agua no entraba, por l
Pov Leina Me acomodé la capa y me fui de ese lugar. Miré hacia atrás y ellos empezaron a acercarse. La perra esa tenía una sonrisa brillante mientras los guiaba a la casa donde se supone que yo estaba. Apresuré mi paso para que no me encontraran. Crucé en una esquina y vi a otros dos hombres con el mismo uniforme, descubriendo las cabezas de las mujeres para ver sus rostros. Me di la vuelta rápidamente; casi corría entre las personas. Me aparté a un lugar donde apenas había unos pocos vendedores. Me recosté contra la pared, respirando con dificultad y temblando de nervios, preocupada por la posibilidad de ser descubierta y llevada ante ese hombre. —¿Escuchaste lo que le pasó a la manada del Alfa Benjamín? Mi cuerpo se puso rígido; decidí acercarme un poco más para escuchar a los vendedores que charlaban. —No muy bien, ¿qué pasó? —El Rey Guillermo se fue con todo su ejército a su manada y tengo entendido que no dejó nada con vida. —Espero que alguien lo detenga por b
Pov Ava Los lobos a mi alrededor observan en todas direcciones; parecían asustados por algo. Cualquiera que fuera la razón, en este momento eso me estaba dando ventaja. Sin embargo, no fue suficiente para detenerlos. El cuerno volvió a sonar y apenas tuve tiempo de deslizarme por la tierra al ver una enorme red abalanzarse sobre mí. Gemí de dolor al intentar pararme; las heridas parecían desgarrarse más y eso me estaba debilitando. Seguí avanzando al darme cuenta de que eso no detuvo a todos los lobos. Unos cuantos quedaron atrapados en medio de la red. Otra vez el cuerno sonó. Miré en todas direcciones para ver si alguna otra red se aproximaba, pero no era nada. Regresé la vista al frente y muy tarde, porque ya me veía cayendo al vacío de una enorme fosa con púas de plata al fondo. Clavé mis garras con fuerza en la tierra para detener más mi caída y me impulsé hacia arriba con las patas traseras. Me levanté tambaleándome; mis fuerzas ya no me daban para seguir avanza
Pov NarradorBastian soltó a la loba al saber que ella estaba aquí, en sus tierras, a solo escasos metros de él.Sheila cayó al suelo junto a los Alfas, tomándose el cuello y tosiendo para tratar de tomar aire.Mara se acercó con una antorcha para iluminar su pálido rostro. Sus ojos se encontraron y ella le lanzó una manta para que se cubriera, no sin antes burlarse de lo patética que se veía.—Llamen a la sacerdotisa, díganle que me alcance en la celda de seguridad.Bastian tomó la antorcha que Mara le ofreció y se encaminó hacia aquel lugar.Thorin ronroneaba en su mente, desesperado y ansioso por conocerla, verla, tocarla, marcarla, hacerla suya sin más espera.La sacerdotisa pronto llegó a él. Solo ella y sus cuatro de confianza avanzaban hasta el lugar donde se podía escuchar una algarabía.La loba había sido encerrada, pero la puerta nunca logró ser trancada y ahora trataban de contenerla adentro.Sin importar que varios de sus compañeros aún lucharan por mantener sus vidas.—Nu
Pov Bastian Ella seguía allí; la podía sentir, pero de forma muy débil. Parece estar en una especie de letargo y no estoy seguro de si fue por su propia decisión o no. «Bastian, debemos hacer algo. Ella sufre, puedo sentirlo; algo no está bien con nuestra hembra. Déjame salir de una maldit4 vez». «¿Y luego qué vas a hacer? ¿Pretendes asustarla o qué? Ella no sabe lo que somos, Thorin». «Lo sabrá y nos aceptará. Solo dame el control; yo me encargo». Solo lo ignoré y me concentré en ella. No se apartaba de mi toque, aunque eso no significara que le gustara. Podía sentir su rechazo, pero también su dolor. En los pocos días que la perdí, algo pasó con ella para que estuviera en tal estado. —Yo te protegeré, mi hermosa loba. Nadie volverá a hacerte daño. Me atreví a subir mi mano para acariciar sus orejas; son algo puntiagudas y sus pelos sobresalen de ellas como los de un caracal. Un gruñido de advertencia me decía que estaba pasando mi límite; giró tan rápido que por po
Pov Ava El cielo sobre mí arde; cuerpos y cuerpos caen prendidos en llamas. Los gritos y lamentos de dolor se meten en mis oídos, calando profundo en mis huesos. Siento algo líquido tocar mis pies. Miro hacia abajo y me doy cuenta de que no soy yo en realidad, sino Leina. La sangre me llega a los tobillos, fluye como un río, pero no viene sola. Lo que antes era verde, ahora es un extenso campo cubierto de sangre y cuerpos. Entonces, me vi. Parada en medio de todo. Solo estaba allí, sin moverme, mi mirada perdida en la distancia. Un hombre emergió de la sangre; se acercaba a ella. No podía reconocerlo, pero el arma en su mano me decía que algo pasaría. Blandeaba su espada mientras se acercaba y, con un solo corte preciso, vi caer la cabeza. ¡Mi cabeza! Regresé la mirada a él y una sonrisa retorcida distorsionaba el rostro de aquel hombre. Se abalanzó sobre mí con una velocidad casi incalculable, tomando mi cuello. Me desperté de un salto; mi respiración era tan erráti
Pov AvaMe acerqué lentamente a él, aunque no me acostara directamente a su lado. Aún tenía mis reservas y Leina aún andaba de bella durmiente para saber si realmente quería al mismísimo Rey de los bárbaros como compañero.Su mano pasaba por mi pelaje con suavidad. Algo en ese simple roce me estaba adormeciendo.Tenía miedo; no quería de nuevo ver esos cuerpos en un mar de sangre corriendo por mis pies.Mis ojos se fueron cerrando lentamente, llevándome a un sueño profundo donde no hubo pesadillas.Cuando me desperté, estaba sola, la manta de piel cubriéndome y la luz del día filtrándose por la entrada.Me levanté y, apenas salí, me recibió el desastre.Todos corrían de un lado a otro, guardando las cosas con toda la rapidez que podían. Un olor a algo desconocido flotaba en el aire.Las cenizas caían del cielo, que estaba adornado con nubes blancas; algo se siente muy pesado en el aire.—¡TODO ESTO ES POR TU CULPA!Una mujer encolerizada me grita, llamando mi atención. Se acerca a gra